Nyappy in the World [Vivia]

Acababa de salir de trabajar, ¡por fin! No me importó que me dijeran que el mundo podía colapsar y me salí. Que se las arreglen como puedan, humanos idiotas. Simplemente salí y me despedí con un beso al aire. La chica introvertida del café me miró con admiración y hasta me despedí de ella por su nombre. Me envidia, es lo menos que puedo hacer por ella. Y claro, me garantiza tener un capuchino de vainilla justo como me gusta a cada momento que se me antoja, cortesía suya. Si soy un encanto, caray.

Salgo a disfrutar de mi libertad y entro a uno de los cafés de por ahí. Me siento en la terraza y cruzo la pierna, cuidando de no arrugar mi elegante traje gris. Acomodo mi corbata y le sonrío amable a la chica que me trae el menú. Saco mi celular y reviso un poco los mensajes, más concentrado en la carta. No sé qué pedir pero algunas opciones me llaman la atención.

La mesera regresa y veo a alguien que pidió una malteada: y la quiero. Así que pido pescado pero de beber malteada de vainilla. No puedo resistirme a encantos como esos. La chica me mira encantada y comenta que soy muy tierno por pedir algo así siendo adulto y le sonrío todo lindo para que me traiga la malteada con algún extra.

Entrego la carta y tarareo un poco mientras juego con mi cel y bloqueo las llamadas de todos en la oficina. Esto iba a ser muy divertido, ya llegaría mañana y resolvería todos sus problemas en cinco minutos. Pero no en tiempo extra, me niego a trabajar tiempo extra para humanos piteros.

Tenia poco que había caído por causa del amor algo que no me pesaba aun que sabia que a Rafael si, me dolia el saber que se sentía culpable de una decisión mia pero yo haría todo para que no sintiera esa culpa por que al final yo era muy feliz a su lado, habíamos llegado a los Angeles de nuevo, el buscaba una casa para los dos, la sola idea me hacia sonreír, caminaba por las calles dando un paseo mientras el estaba viendo otros asuntos, tenia curiosidad si aun poseía la gracia de dar felicidad, de hacer sentir feliz a la gente, era o había sido una traedora de felicidad era lo que mas disfrutaba pero no me importaba si lo había perdido por estar con el a su lado, era lo mas maravilloso que me pudo haber pasado.

Un aroma a café llego hasta mi y sonreí, seria bueno poder tomar una taza así que entre a aquella cafetería y busque una mesa para poder sentarme, el lugar estaba lleno así que tendría que esperar a que una mesa se desocupara mientras tanto observe a la gente que estaba en aquel lugar

Me traen mi malteada y hasta ese momento volteo a ver todo lo que hay alrededor. Si que es un buen lugar, ya está todo lleno a reventar. Veo con agrado que mi hermosa malteada tiene chantilly extra y varias fresas, así que le agradezco con una enorme sonrisa a la chica.

Iba a tomar un poco cuando veo que hay alguien en la entrada... Alguien que parece ángel pero no apesta a ángel y le hago una seña.

- Oy, por aquí, te estaba esperando.

Claramente no es cierto, pero eso hará que el resto la vean con envidia por tener un lugar, la mesera la vea con envidia porque creerá alguna tontería como que es mi novia y yo habré sembrado la envidia en este lugar. Vuelvo a acomodarme y cruzo la pierna con elegancia mientras tomo una fresa con la mano y la como.

- Umai!

Ok... le daré propina a la chica. Se lo ganó... más o menos.

Veía a todos a mi alrededor, tratando de sentir su felicidad o falta de ella como lo hacia antes de mi caída, sonreí al percatarme que aun podía sentir aquello, tal vez no había perdido del todo aquello de dar felicidad, sonreía a un niño en brazos de su madre cuando un chico que estaba sentado en una de las mesas me hizo una seña diciendo que me estaba esperando, lo vi algo sorprendida, pero me acerque hasta donde estaba el, cuando lo hice me percate que era un demonio, uno mas pero el primero que me topaba estando ahora lejos de la gracia del padre.

-Hola- dije acercándome algo confundida, tal vez tenia curiosidad sobre mi o por ser un caído tal vez no tenia intenciones hostiles, vi a todos a mi alrededor, sus miradas de algunos no eran muy gratas, trate de poder quitar ese malestar sonriendo de manera dulce dando algo de bienestar a aquellos que aun esperaban por una mesa libre

Cuando me acerque el me elogio un poco a lo cual yo me sonroje, el que me dijeran esas cosas bueno no estaba muy acostumbrada -Gracias - dije con timides y luego me sente en la mesa de el, -Olivia…. Bake - dije presentándome con una dulce sonrisa, parecía un chico agradable a un que sabia que era un demonio, ahora como caída tal vez no me rechazarían como lo hacían cuando la gracia del padre aun estaba sobre mi

Llego la mesera y sonreí amablemente pidiendo una taza de cocoa, eso me gustaba y me recordaba aquella vez que Rafael me invito mi primera cocoa, una de las primeras cosas que había probado en la tierra después de aquel pastel que Darius me había invitado, pensé en un helado pero tal vez algo caliente seria mejor, luego le pedi que me sugiriera algo para comer y acepte lo que me dijo sonriendo, la chica se fue a traer el pedido dejándome con el chico que compartía la mesa

Noto que la chica se sonroja y sonrío divertido. Pero hay algo en ella que calma mi parte mala y me hace querer su amigo. Al menos no estarla fastidiando, picando y molestando como suelo hacer con todo el mundo. La gente como ella me volvía molestoso, pero ¿por qué no intentar algo diferente?

- Encantado de conocerte... ¿puedo llamarte Olivia? Y tú me llamas Ryuu.

Tenía pegada la manía japonesa de llamar a la gente por su apellido a menos que fueras muy cercano pero si la llamo Olivia, eso me recordará no fastidiarla hasta el cansancio.

Intento recomendarle algo de comer. Miro alrededor y elijo algo que come una chica con soberana alegría y pienso que quiero.

- ¿Qué tal crepas? Son ricas.

Yo pido una crepa de jamón con queso crema. Creo que va bien con mi malteada... o tal vez no pero igual al diablo. Le sonrío todo lindo a la mesera, como haciéndole ver que Olivia no es mi novia, para igual sacar alguna ventaja.

- No quiero parecer atrevido, pero... creo que eres un ángel muy extraño. ¿Caíste?

Le sonrío, desplegando también mi encanto de niño bueno amigable con ella porque tengo curiosidad. Es la única explicación posible para alguien que se ve como ángel, actúa como ángel y sin embargo no apesta como ángel. Aunque el simple pensamiento, por mucho que esté seguro de que es una excelente deducción, me parece un ejemplo de la estupidez inaudita del sujeto ese que llaman Dios. Porque Olivia se sonroja porque dije que era linda, ¿qué tan inocente puede ser?

Sonrei cuando me pregunto si podía llamarme por mi nombre -Claro que si Ryuu- respondi y luego atendí aquella sugerencia para comer algo, vi el menú y pedi una de champiñones con queso, sonaba bien, depues de que la chica fuera a traer nuestro pedido voltee a ver de nuevo a mi acompañante, el era un demonio sin duda

Cuando me hizo esa pregunta no pude evitar sonrojarme aun que no me arrepentía de lo que había pasado ni las causas de mi caída -S…. si - respondi bajando un poco la mirada, aun que yo era feliz al lado de Rafael me dolia un poco el hecho que el sintira culpa y el padre ya no nos amara, aun que nosotros aun lo hacíamos y aun trabajábamos para el bien de la humanidad, ayudábamos a aquellos que lo necesitaban

La chica regreso rápido con aquellas crepas que habíamos pedido, sonreí amablemente agradeciéndole y ella respondió mi sonrisa con una igual, el aroma de aquello era realmente rico no pude evitar tomar un poco de inmediato y saborearlo.

Propongo que nos llamemos por nuestro nombre de pila y le sonrío cuando acepta. Sugiero también comer crepas, simplemente porque alguien las come y lo envidio. Así eran muchas veces mis elecciones, pero eso hacía que nunca me arrepintiera.

La curiosidad me ataca y me empiezo a formar mis ideas propias sobre Olivia. La miro concentrado cuando asiente y a diferencia de ella, yo no le sonrío a la chica que trae las crepas. No, porque muestro preocupación por Olivia para que entienda que no debe estorbar. Como un poco y dejo el tenedor al segundo bocado.

- No es por ser mala onda pero... no lo pareces. Te ves como una angelita linda y buena, Vivia.

Oh, sonaba hasta lindo mi nuevo apodo hacia ella. Y bueno, ahora debería contarle un poco de mí.

- Yo soy la Envidia.

Aquella crepa que había pedido estaba muy rica en verdad, tal vez entraría entre mis alimentos favoritos juntos con la cocoa y pastel, di un par de bocados mas cuando escuche aquello, tal vez tenia razón no me comportaba como un caído, como todo lo que había escuchado, pero tampoco Rafael, tal vez aun se nos respetaba el hecho de tener libre albedrio y dejarnos escoger si queríamos seguir siendo bueno o dejarnos envolver por la maldad y la obscuridad, bueno nosotros habíamos escogido seguir del lado del padre aun que el nos diera la espalda

-Bueno si soy un angel caído pero eso no quiere decir que tenga que ser mala- dije viéndolo y tomando otro bocado, a demás que no era que yo deseara, a mi me gustaba hacer felices a los demás no por el contrario de la mayoría de los caídos que hacían daño, tal vez se debía al amor que el tenia a Rafael, o tal vez por que el padre así lo quería

Cuando escuche quien era el, trate de no sorprenderme, al final yo sabia que el era un demonio, pero era uno de los pecados, yo alguna vez fui una de las virtudes, suspire un poco al recordar eso, al final seguía siendo la misma aun que mis alas fueran negras

Como con Olivia y en realidad me sorprende que sea un ángel caído, aunque claro que explica todo. Es sólo que la actitud de buena no. Al parecer es una mártir o al menos tiene esa actitud. Parece determinada a hacer que todos sonrían y sean buenos con el prójimo y todas esas tonterías que hacen los ángeles con los humanos. Les cuesta un montón de trabajo, jamás funciona y encima el sujeto ese todopoderoso los regaña si les sale mal y se lleva todo el crédito si les sale bien.

La llamo Vivia y le cuento que soy uno de los pecados. Bueno, supongo que al menos se imaginaba que soy un demonio, así como yo imaginaba que era un ángel.

- Tampoco quiere decir que seas buena... Además, ¿qué es ser malo? ¿Qué es ser bueno? ¿De verdad crees que Dios tiene todas las respuestas?

Me encojo de hombros y bebo de mi malteada.

- Yo no lo creo...

Como otro poco pero la curiosidad me gana.

- Y... ¿por qué caíste de Su gracia? No parece que hayas hecho algo malo.

Su forma de llamarme me hizo sonreír un poco no sabia por que pero me agradaba que me llamara así, después lo escuche, todos teníamos luz y obscuridad aun que era nuestra decisión cual de las dos seguir, -No hago cosa que dañen a los demás, al contrario ayudo en lo que puedo como siempre lo hice antes de mi caída- dije y tome otro pedazo de crepa, su sabor era realmente rico -Aun creo en el aun que no me ame yo lo amo a el y aun tengo fe en el - aun que el padre me hubiera alejado de su lado yo aun lo amaba y tenia fe en el.

Cuando me pregunto de la razón de mi caída me sonroje al recordar aquella tarde en el lago donde había encontrado a Rafael después de su caída -Yo… yo… me entregue al hombre que amo - dije con las mejillas coloreadas pero sin evitar sonreír al recordar a Rafael y lo que el me hacia sentir, no me sentía culpable o mal por lo que había pasado, era feliz y el también, era lo que deseaba su felicidad

Ok... pese a ser ángel caído sigue con sus labores de angelita buena. Y aún peor, pese a que Dios le dio la espalda y renegó de ella como hija, ella lo ama aún, como sólo un ángel puede amar a Dios.

- Eres masoquista...

No era una pregunta. Pero hasta cierto punto, la comprendo.

- Eres una persona muy interesante, pienso que naciste en verdad para ser ángel y lo que sea que hayas hecho no justifica que Él te haya dado la espalda.

La curiosidad me gana y lo pregunto. Como tranquilo pero la respuesta es a su moco como para hacer incluso una telenovela. Lo extraño es que me siento mal por ella.

- No sé si decirte que lo lamento, Vivia. La verdad es que no creo que amar a alguien sea razón para que caigas. ¿No que Dios es amor? ¿Qué tan celoso es? No es algo que le afecte y aunque en realidad yo nunca he amado a alguien, no pienso que un sentimiento que es bueno deba traerte consecuencias tan malas.

Dejo el tenedor y la miro. Ya me está ganando lo sentimental.

- Te envidio... yo quisiera sentir eso tan fuerte que tú sientes.

Aun con las mejillas teñidas escuche sus palabras, yo no era masoquista pero aun así yo amaba a padre a pesar de que el nos había dejado, comi un poco mas sin dejar de escuchar sus palabas, pero tal vez no entendía algunas cosas -Si el es amor pero yo cometi un pecado sobre todo por decear un amor que no esta permitido para nosotros - era cierto los ángeles no debíamos amar como yo lo había hecho en el lago, pero Rafael era todo para mi, y haría cualquier cosa para que el fuera feliz

Escuche que me envidiaba, pero sentí que no era como aquello que había pedido por que vio a alguien mas con eso y el también lo quería, esa envidia no era con mala voluntad, algo que no se veía mucho sobre todo siendo eso lo que era, era uno de los pecados que rondaban a los humanos

El padre no era así… o a caso lo era en realidad la que había hecho mal había sido yo, por que tome la decisión de estar con el hombre que amaba sin importarme nada mas Rafael para mi ahora era la felicidad, todo lo que deseaba, era mi complemento sin el ya no me hallaba era como si algo me faltara

Cuando escuche aquel comentario solo baje la mirada y mis mejillas estaban coloreadas -Lo…. Lo siento - dije, aun que no lo había visto de forma que pensara que lo veía por eso aun así no pude evitar sonrojarme

Tome el ultimo bocado de mi crepa degustando aquel maravilloso sabor que tenia, tal vez aprendería a hacerlas, era fácil crearlas pero a Rafael le gustaba que yo misma preparara los alimentos como lo hacían las humanas para sus familias, no sabia por que pero a mi también me agradaba, a demás que así lo hacia feliz

Bromeo con ella un poco y se pone toda roja. Río divertido y como otro poco, aunque ya casi me la acabo.

- Ya ya, no te pongas así. El rojo parece ser tu color natural, voy a empezar a pensar que de ese color son tus alas ahora.

Termino de comer y ella ya está súper callada, completamente perdida en pensamientos.

- Ya dime qué estás pensando. Yo sé que las chicas cuando se quedan calladas es porque están pensando cosas. Anda dime.

La pico en el hombro muchas veces, sólo porque en verdad quiero que hable. Ya me dio curiosidad.

- Cuéntame de tu novio. Con carita enamorada envidiable, anda.

Cuando dijo que pensaría que mis alas eran rojas quise mostrárselas para que viera que no lo eran pero había mucha gente y no debía hacer eso así que solo me limite a responder -Son negras como la noche- dije recordando su color acutal ya que habían perdido aquella blancura que tenían esa tarde en el lago

Después de quedarme un momento perdida en mis pensamientos el quería que le dijera que pensaba y termino por pedirme que hablara de Rafael, sonreí sin poder evitarlo al recordarlo -Bueno pues el es un gran hombre, le gusta ayudar a los demás y los niños, siempre me hace sentir tan bien aun que me preocupo cuando sale de noche - dije esto ultimo al recordar sus rondas algo que aceptaba pero aun así me quedaba preocupada por el orando por su pronto regreso pero sobre todo por su seguridad

Me da curiosidad saber de qué color eran sus alas ahora, pero lo pregunto en forma de broma con respecto a su rubor, que parece aparecer aunque yo no veo la relación entre el tema y su nuevo novio.

- Chócalas. Aunque las mías no tienen plumas. El negro es un buen color, aunque estrictamente sólo es la ausencia de luz y no un color de verdad. Me parece apropiado, sin afán de ofenderte.

Termino de comer y Vivia se queda silenciosa. No puedo resistirlo y pregunto, cuando quiero soy súper curioso. Y me cuenta... Creo que su chico es policía. De esos todos buenos, porque si no, ¿para qué hace rondas?

- ¿Es poli? Porque... ¿para qué las rondas? ¿No tienes una foto? ¿Es guapo?

Ah, ya empezaba a atosigarla con preguntas, no puedo resistirme. Es que me imagino un tipo todo inocente y bueno... le queda.

Escuche lo que dijo con respecto al color de mis alas y menciono el color de las suyas, en ese momento recordé a algunos de los demonios que vi cuando mi caída me llevo al infierno, un lugar al que no quería volver, pero el recuerdo de Rafael alejaba todos esos malos pensamientos de mi mente.

No puede evitar reír al escuchar sus preguntas y sonrojarme un poco cuando las hace –Bueno no es policía - dije ya que en realidad no lo era -Pues hace las rondas para…. Para… - dude un poco ya que el era un demonio y Rafael hacia las rondas para cazarlos en cierta parte para que no dañaran a ningún humano u otro ser -Para ayudar si alguien esta en peligro - al final dije ya que en cierta parte era cierto eso, después con sus otras preguntas mi sonrojo se hizo un poco mas notorio -No, no tengo ninguna - sabia que eran las fotos, había visto algunas en uno de mis tantos recorridos pero jamás me había tomado una ni tenia una de el, no la necesitaba ya que su imagen estaba siempre tan presente en mi -A mi me gusta - dije como contestación a su ultima pregunta ya que bueno que podía contestar hacia eso mas que la verdad la cual le dije

Pregunto por su novio y eso de las rondas me intriga. La miro y sonrío inocente, divertido al ver cómo se pone toda nerviosa con tan poco. En serio que no parece un ángel caído, es toda linda y buena. Sucede que su novio cuida que no le pase algo malo a la gente, qué loco. Suena a que es ángel o algo así todo bueno. Chévalier du Ciel o algo así.

- ¿Qué es entonces? ¿A poco es ángel como tú?

No me parece correcto llamarla "caído" porque en realidad tiene mucha más luz que ángeles vengativos como dicen que es Miguel. La verdad es que es una chica tan buena que ni siquiera a mí me discrimina por ser demonio. Creo que por eso me cae bien.

- Lástima que no tengas foto, hay cosas de los humanos que pueden ser en verdad útiles. O al menos buenas como para que tus nuevos amigos vean a esa persona que es tan especial para ti. Porque somos amigos, ¿no?

Después que respondi siguió con sus preguntas, jugué un poco con la servilleta que estaba en la mesa mientras lo escuchaba -Ammmm si era… es… era… - no sabia como definir lo que fue o era ya que al caer tal vez había perdido el rango de arcángel al igual que yo el de virtud -Se llama Rafael - dije viéndolo un poco y después escuche el resto de sus palabras, tal vez si seria útil poder tener una de esas cosas para sacar fotos, tal vez después lo hablaría con el, sabia que el era un demonio pero no me había hecho ningún daño así que no consideraba por que no ser su amiga -Si - dije con una sonrisa dulce ya que el me agradaba

La chica llego para ver si no se nos ofrecía nada mas a lo cual yo negué ya que había quedado satisfecha con lo que había comido, la chica volteo a verlo a el para ver si no se le ofrecia otra cosa

Quiero más información, simplemente por chismoso. En cuanto me entero que su novio es ángel empiezo a imaginarme toda la telenovela. Olivia y él, enamorados y cayendo por ceder a la tentación de la carne, al pecado de la lujuria. Era hasta emocionante. Sólo que... ¿Rafael? Eso me sorprende demasiado.

- ¿Rafael? ¿ESE Rafael? ¿El arcángel?

Yo sabía bien poco de ángeles y cosas de Dios, pero bien que me sé los nombres de Gabriel, Miguel y Rafael, enemigos número uno de demonios como yo.

- Sí que piensas en grande.

La mesera llega y dejo que Olivia pida, pero no quiere nada. Yo le sonrío a la chica.

- A mí tráeme otra malteada pero ahora de chocolate y pastel mil hojas. Gracias.

Cuando vi su reacción me sonroje bastante y me puse un poco nerviosa ya que tal vez por eso el ya no quisiera ser mi amigo -S… Si ese Rafael - dije con un susurro, empecé a jugar nerviosa con el anillo que llevaba en mi mano un regalo que me había hecho Rafael poco después de que me saco del infierno, mis mejillas se tornaron mas rojas cuando escuche eso de que pensaba en grande, no entendía a que se refería pero aun así hizo que me sonrojara mas

El pido algo mas para comer y cuando la señorita se fue dejándonos solos de nuevo seguí viendo aquel anillo jugando con el aun a la espera de su reacción a que Rafael fuera mi pareja, tal vez me diría que me fuera o algo así, al final el era un demonio y no uno cualquiera el era la envidia

Me sorprende en realidad que Olivia haya logrado sin querer algo que más de un demonio busca: hacer caer a un arcángel poderoso. Claro que es porque los buenos siempre hacen cosas bobas y por amor o cosas así absurdas en realidad. Noto su nerviosismo y le doy su espacio, aprovechando para ordenar un postre. La comida no termina bien a menos que haya postre al final.

Vivia sigue sin reaccionar, así que la pico en la mejilla.

- ¿Qué te pasó? Andas toda nerviosa.

Me traen mi postre y le ofrezco. En serio que no entiendo a las mujeres, está bien que soy guapo, pero pues si ella ama al ex-arcángel ese, no veo por qué se pone así.

- ¿En serio no quieres?