All night you broken my soul +18

-Estoy bien, últimamente como bastante.-comía porque Lauren me obligaba, pero también porque empezaba a necesitar mayor alimento.

Estando en Japón mi apetito aumentaba, tal vez la excitación del viaje y de todo lo ocurrido me provocaba que estuviera alterado.

-Y gracias por entenderlo, los dragones somos bastante fértiles... no quiero problemas.

A decir verdad, no era sólo un dragón. Aún más fértiles eran los gatos, y tenía genes felinos que a veces usaba en mis transformaciones. Usaba los trucos antiguos de cambios de forma del libro, pero sólo me salían un par de conjuros y sabía que podía hacer incluso más... si bien no me atrevía por miedo.

-Jonte... quiero sentirte sobre mi cuerpo.-susurré bastante sonrojado, esperando que comprendiera que necesitaba sexo.

Sonreí ante sus palabras, podía deducir que Nana le obligaba a comer por su bien. Al llegar a la habitación abrí la puerta sin ningún problema escuchando aquella petición suya la cual entendía perfectamente.

Lo senté en la cama después de cerrar con llave, me quede de pie entre sus piernas y me quite aquella bata que aun llevaba puesta dejándola caer al suelo, sonreí lamiendo mis labios, y le abrí el yukata junto con sus piernas, me arrodille y comencé a lamer su miembro mientras movía la mano derecha mientras la izquierda acariciaba su muslo.

Ahora teníamos mucho tiempo para nosotros, para estar juntos, para dormir juntos... Para amarlo y cuidarlo. Le mire desde donde estaba sonriendo con los ojos mirando su rostro esperando sus muecas de placer en él.

Permití sus acciones sin rechazo, necesitado de sentir su cuerpo junto al mío para así calmar mis miedos. Tenía miedo a ver que se fuera, por ello no quería tener hijos. Temía que si quedaba gestando se marchara, teniendo que alimentar a una prole tan extensa era normal que desaparecieran. Yo no quería que él se fuera, necesitaba que él se quedara a mi lado y me besara hasta calmarme.

Sus caricias y sus lamidas me estaban dejando sin aliento. Gemía bajo cerrando mis ojos, avergonzado porque no podía detener aquellos sonidos que quizás podía llegar a escuchar Lauren. Acaricié sus cabellos, para acabar clavando mis uñas en sus hombros mientras mis piernas se abrían buscando mayor placer.

-Jonte...-gemí temblando.

Succionaba deliciosamente su miembro algo ya duro viendo como abría mas sus piernas, me aparte y lo tumbe en el centro de la cama poniendo mi cuerpo encima del suyo besando sus labios y cuello frotando mi miembro en sus nalgas y el suyo en mi vientre.

Anda gime mas alto... Piensa que solo te escucho yo y no Lauren - susurre en su oreja mordisqueandola y echando mi aliento en esta.

Cree un paquete de condones y lo abrí sacando uno, abrí el sobrecito y me lo puse con arte para luego volver a su cuerpo y entrar en él abriendo mas sus nalgas jadeando y mirándolo a los ojos.

No pude controlar más mis instintos más primarios, comencé a gemir buscando acariciar su cuerpo con mis manos. Algunas escamas verdes comenzaron a relucir por mi cuerpo, brillaban junto a mi piel clara como la antigua luna, mucho antes que pareciera un vertedero lleno de basura espacial. Mis labios temblaban y mis piernas se abrian, hasta que sentí como entraba finalmente doblegándome a él y al sexo.

Mis piernas se cerraron y mis uñas se pasearon por su torso arañándolo. Mis dedos cada vez parecían más unas garras. Estaba dejando que mi poder se liberara, que él tomara la energía de mi cuerpo y no quisiera estar con otra persona salvo conmigo. Yo lo alimentaría, lo amaría y lo retendría aunque fuera de ese modo... tan placentero para ambos y tan confuso, aún, para mí.

Mire como salían sus escamas, notando su poder salir para darme un poco, para quedarme a su lado, y aunque no lo hiciera, tenía pensado en quedarme a su lado.

Comencé aquel vaivén en su cuerpo con las manos en sus caderas para poder empujarme mejor dentro de él, escuchando sus gemidos, me pegue a su pecho mordiendo su oreja y jadeando sin dejar de penetrarlo, comencé a gemir para él aunque bajo, acariciando sus costados.

Fue poco el tiempo que estuvimos separados, solo para que Lauren fuera a su antojo, pero para nosotros dos, parecían siglos de separación. Iba poco a poco, pero fui aumentando cada vez más la velocidad de las penetraciones, esperando unos segundos antes de volver a entrar en él.

Sabía que él había estado junto a mí todo el tiempo, podía sentirlo descansar cerca de Lauren, pero no era lo mismo. Yo necesitaba sus besos, su aliento sobre mi piel y sus brazos. Sus brazos eran como la cadena que me mantenía con vida, un fuerte vínculo que me hacía sentir vivo y perteneciente a un lugar.

-Te amo.-gemí intentando abrir mis ojos, pero el placer era demasiado para mí. Casi no tenía aliento, estaba muy acalorado y el sudor perlaba mi cuerpo. Normalmente jamás sudaba, pero con el sexo me empapaba.-Más...-dije antes de sentirlo de nuevo en mí.-Más Jonte, quiero más... dame más.-quería acabar, pronto lo haría, y deseaba que él me diera todo el placer antes de alcanzar mi nirvana particular.

Te amo - respondí a su gemido, aumentando mas las penetraciones con sus ruegos.

Me enloquecían sus gemidos, lamí su cuello y parte de su pecho, acariciando aun su cuerpo, gemía de vez en cuando, con cada embestida fuerte que le daba notando que pronto terminaría. Le bese para acallar un poco sus gemidos, saboreando su lengua con la mía, empuje un poco mas hondo gruñendo marcando mis dientes en su cuello.

Me marcaba como propio mientras mi piel mutaba a la de un enorme lagarto, por momentos tenía zonas complétamente cubiertas por escamas y nuevamente regresaban a mi piel lechosa de aspecto de porcelana fina. Era un ser extraño con un ángel caído como pareja, al menos podía darme por satisfecho porque me amaran sin complejos ni miedos.

-Jonte...-comencé a llorar por el placer y por sus palabras, sobretodo por sus palabras. Habían sonado tan sinceras, tan llenas de verdad, que me ahogaron por completo en un orgasmo que me ascendió a un potente placer, provocando así que me viniera.-Mi Jonte... mi Jonte.-susurré temblando por culpa de aquel momento mágico, había provocado que llegara al final con el corazón lleno de felicidad.

Note como lloraba, para después dar paso a su orgasmo que me lleno de vida mientras sus músculos se contraían haciendo que yo igual me viniera soltando un gruñido por el placer que me recorría todo el cuerpo.

Salí de su interior como pude y me quite el condón para anularlo, lo deje por el suelo y regrese a pegarme a su cuerpo para comenzar a darle besos por todo su rostro y acariciando su cuerpo.

Te amo tanto... - susurre besando sus labios colando mi lengua en su boca jugando con la suya.

Era como un sueño. Sentía que un hermoso sueño nos arrullaba al fin. Yo estaba en un paraíso junto a él, junto a sus palabras, porque para mí era una fantasía y no podía ser real que alguien como él me amara. Era libre, libertino y al fin de cuentas un ángel caído. Solían decir que no nos fiáramos de ellos, pero finalmente yo lo había hecho dándole mi corazón por completo.

-Estoy algo agotado.-susurré aferrándome a él, mis piernas temblaban y necesitaba su calor.-Tus palabras suenan tan hermosas... tan dulces Jonte... me siento afortunado.

Le temblaban las piernas un poco por lo que cogí las sabanas y nos tapé volviendo a abrazar su cuerpo y a darle besos, escuchaba de lejos los murmullos de Lauren, creía que ya se habían dormido pero no.

Descansa entonces - sonreí dando otro beso en sus labios y me baje de su cuerpo poniéndome a su lado para que durmiéramos juntos. - Dormiremos juntos - sonreí de nuevo dándole ahora un beso en la frente

Ese beso me hizo suspirar. Estaba siendo tan delicado conmigo que hacía que olvidara que podía irse con cualquier fresca, aunque me había prometido que se quedaba a mi lado y no se iría.

-Jonte... necesito tu calor.-estaba frío, normalmente era tibio pero al darle parte de mi magia se había disipado mi temperatura. Si bien, al estar junto a él volvía a estar caliente como una iguana al sol... aunque yo era un magnífico dragón con genes de felino.

Me pegue a su cuerpo abrazándole, tanto como con mis brazos que con mis piernas, tapando bien nuestros cuerpos con la sabana y la manta.

Mejor así? - pregunte sonriendo y dándole besitos por las mejillas y el cuello - Extrañaba mucho estar así contigo - ronronee mordisqueando su cuello

-Jonte.-murmuré antes de besar su mentón.-Quiero que no te vayas.-susurré antes de quedarme dormido.

Mi cuerpo ya no pesaba siquiera, estaba como en una nube de placer. Todo era tentador, dulce y a la vez algo imposible. Jamás pensé que me quisieran de una forma más allá de una posible amistad, siempre estuve solo y me sentí perdido cuando mi abuelo murió. Y ahora le tenía a él a mi lado, rodeándome y haciénome olvidar todo lo malo.

No me iré mi amor - murmure en respuesta antes de que se quedase dormido.

Me quede abrazado a él mirando la pared que tenia delante, acariciando sus cabellos, escuchando aun a Lauren hablar con Samantha, me preguntaba que estarían tramando a parte de ir en busca de aquel demonio del miedo.

Habíamos estado escuchando las dos los gemidos de papa y Daichi, haciendo que Sammy se pusiera roja y yo me riera por aquello. Era divertida aquella situación, cuando ya hubo silencio deduje que se habían quedado dormidos.

Mire a Sammy sonriendo malvada y comencé a hacer algo que sabía que a Daichi tal vez si se enterase se enfadara mucho, pero quería probar aquello al menos por una vez.

Cuando se tumbó poniéndose mejor abriendo un poco las piernas comencé a acariciarlas con cuidado, notando que su pelaje estaba suave, fui poco a poco hasta mi punto de mira acariciándolo un poco viendo con curiosidad la reacción que tenía, viendo que arqueaba un poco la espalda con los ojos cerrados. Reí levemente y luego lleve mi rostro hacía allí para lamer un poco, no debíamos de hacer ruido si no queríamos que Daichi se despertara.

Me quedé profundamente dormido, esperando que el mundo por completo no se destruyera mientras era feliz. Me sentía dichoso al fin. Mi cuerpo se quedó algo frío, siseaba bajo y me aferraba a él.

-Jonte...

Balbuceaba dormido, movía mi nariz y me acomodaba hasta encontrar la forma exacta donde encajaban nuestros cuerpos. Su corazón me calmaba.

Seguía lamiendo escuchando en mi cabeza que papa decía que aquello que estaba haciendo estaba mal y que si no quería que tuviera una pareja para ella. Pare de golpe apartándome de ella, agache la cabeza triste, salí de la cama poniéndome un abrigo y salí de la casa para dar un paseo.

No había pensado en aquello, le estaba haciendo daño de otra manera y no quería hacerla daño. Quería ver a Agra, que volviera a mi, quería estar con él y apartarme de todos. Ahora ya no sabía si Sammy seguiría estando a mi lado por lo que había hecho.

Entre en una callejuela y sollocé pegada a la pared, no quería perder la amistad que tenía con ella y ahora por mi estupidez la había roto. Decidí quedarme por el pueblo dando vueltas por todo este sin querer regresar, no tenía sueño.

Me desperté pasadas unas horas, no sentía a Lauren en casa y me deslicé de los brazos de Jonte. Como pude me vestí algo abrigado, tenía frío y en realidad quería volver a la cama con mi pareja. Sin embargo, el instinto me decía que algo había pasado para que se marchara.

Llevaba una de mis yukatas de tela gruesa y uno de mis abrigos japoneses, completamente vestido de negro salvo por unas mariposas violetas en las mangas y bordes de mi ropa. Caminaba despacio buscándola, intentando encontrarla. Iba con un candil esperando iluminar bien mis pasos, sabía que existían vampiros más poderosos y hábiles en mi país que en el resto de los continentes, muchos eran parecidos a zombies que se alimentaban incluso de la carne humana.

Me había encontrado un hombre salido que se había fijado en mi, por lo que lo lleve a una callejuela a que hiciera sus cosas, se había hecho tarde y me arriesgaba a que me buscaran.

Deje que me follara en aquella pared, teniendo en mi cabeza la imagen de Agra, ahora era cuando lo extrañaba mas, notaba como caían lágrimas de mis ojos, a aquel hombre no le importo nada, solo siguió a lo suyo hasta que vi la figura de Daichi pasar por la entrada del callejón. Esperaba que no me encontrara ya que me esmere en ocultar mi presencia y mi esencia de todos.

Note que tanto Lau como Daichi no estaban por lo que fui a la habitación de ella viendo a Samantha preocupada. Suspire y me senté en la cama viendo que Sam se acercaba con cuidado y la abrace.

Amor, me escuchas? Tienes que encontrar a Lauren, tengo que decirte por si no lo has notado que tiene tres personalidades, las dos que mas ves son la de Nana, su lado inocente y de luz, la que heredo de Camille por ser humana. La que te pide dulces y se comporta como niña jugando con los animales de la tienda. Luego esta Noelle, la que no quiere que veas. Noelle es su parte destructiva, la de oscuridad, la que heredo de mi, el ángel caído, Noelle mataría a quien hiciera daño a Lauren o a Nana. Lauren es la mas mujer... Digamos que es la madura, la que te ayuda a hacer la cena y fregar los platos, la que te pidió si te podía ayudar en la tienda...

Esperaba que me escuchara solo él era una conexión única. Suspire y le di un beso en la cabeza de Sam sin dejar de acariciar su cabello.

Nana tenía la curiosidad, de probar una cosa con Samantha pero la pare a tiempo mientras dormías, ahora estará perdida sin querer regresar a casa, porque cree que le ha hecho daño a su mejor amiga y que la a perdido. Tienes que hablarle como si fuera una niña de 4 años que ha hecho algo mal, no la regañes estoy seguro que te dirá que a hecho llorando. Por favor perdónala, veras que no lo hizo a maldad, Noelle no se a metido por medio. Ya lo verás, sigue en contacto conmigo y cuando la encuentres te ayudare a traerla a casa

Esperaba que la encontrara, si Nana seguía suelta sería malo para ella y Noelle intervendría y sería peor para todos.

Escuché cada una de sus palabras acomodándolas en mi mente, sus pensamientos llegaban claros y sinceros. Sabía que algo en ella no era como aparentaba, que sus cambios de humor eran por algo más que sus hormonas femeninas. Suspiré pesado intentando encontrarla, aunque había bajado su esencia y era difícil.

-Me harás hacerlo...-susurré antes de bajar el candil y quitarme la ropa antes de cambiar a dragón.

Una imponente criatura se alzó en el cielo, era yo. Mis esmas eran como las sirenas de mi tanque, mi aspecto no era como el de un dragón europeo sino un elegante dragón asiático. Iluminaba el cielo con mi aliento y buscaba en la oscuridad. Cuando la encontré bajé de imediato agarrando a ese imbécil que la tocaba, lo empujé al otro lado de la calle completamente carbonizado.

Cuando regresé a mi forma lo hice frente a ella, desnudo y helado. Mis ojos se posaron en ella y la miré decepcionado. Estaba teniendo un lío de falda por haber sido una estúpida.

-Te dije que dejaras a Samantha crecer, cuidarla como debes y no provocarla de esa forma. Pero ela está bien, sólo no comprende... tendré que hacer algo con sus recuerdos para que pueda tener pareja.-sabía que había estado jugando al sexo, tonteando, con ella sólo por como me dijo Jonte todo.-Ven, deja que te abrace y vamos a por mis ropas... no tienen que estar lejos... tal vez a dos calles.

De pronto aquel hombre desapareció de encima mio haciendo que cayera al suelo desorientada. Alcé los ojos para ver a Daichi escuchando lo que decía, me encogí sin querer acercarme a él.

Lo siento... No quería... Solo la lamí un poco, luego papa me dijo que si seguía no podría tener pareja... No quería dañarla... Seguro que ya no quiere ser mi amiga - volvía a llorar con la cabeza entre las piernas, no quería regresar. - No quería hacerle daño.

Escuche lo que Daichi le dijo, luego lo que ella le respondió y suspire cerrando los ojos sin dejar de acariciar el cabello de Sam.

Dile que le darás dulces si regresa contigo a casa... Que Samantha quiere que regrese, que esta triste porque se ha ido sin decirle nada.

Pedí que le dijera, si le daba dulces seguro que iría con él, esperaba que fuera, no quería que se enfadara ella sino saldría Noelle y se pondría a destruir cosas.