Who will have mercy on your soul

por Invitado Sáb Mar 23, 2013 9:16 am

Ahí estaba, el gran Leviatán, una de las fuerzas existentes desde antes de la creación divina y una de las fuerzas más poderosas del infierno. Se había materializado nuevamente con el fin de poder crear un poco más de Caos en el mundo. Y ¿Por qué no hacerlo? Había unos pocos seres humanos en la vuelta y no eran más que presas fáciles para el demonio.

-Hagamos que esto sea interesante…-

Habría unos cinco o seis humanos que seguramente perteneciesen a alguna clase de pandilla u algo, los mismos se encontraban parados en un callejón esperando seguramente a que algún ser indefenso se pavoneara por el lugar para arrebatarle hasta el alma. Leviatán en aquel momento podría pasar como un humano más, por lo cual se lanzó hacia el callejón con una completamente falsa ingenuidad.

-Entrégame todo o te mueres!- Gritó uno de los chicos, ninguno tendría más de 20 años.

-Quizás te dé mucho más de lo que esperas obtener…- Se limitó a añadir antes de que un silencio sepulcral absorbiese el lugar y una sonrisa se dibujase en el rostro del Demonio. La misma se relució entre las tinieblas de la zona.

Chasqueó los dedos y la poca luz que había en el lugar fue absorbida. Los chicos no podían hacer nada que evitase lo que iba a suceder. Leviathán atravesó a uno de ellos con la punta de sus dedos y lo abrió en dos lanzando cuanta víscera había por los aires.

Los otros intentaron correr, pero con un simple chasquido habían explotado en miles de pedazos dejando no más que manchas de sangre en las paredes y el suelo.

-JAJAJAJAJA!, años sin divertirme así- Dijo entre risas –Ahora veamos que más se puede hacer por aquí-

Se limitó a decir mientras comenzaba a caminar lentamente por las calles.