Senbō (Envidia) [Nay Shinoda]

Sin que lo hubiera sabido anoche, habíamos vuelto a casa, directo a Japón y a mi santurario secreto en Kyoto, la antigua capital. Si Nay va a aprender a ser malvada, lo haremos en nuestro idioma. Me despierto temprano, antes incluso de que amanezca, emocionado por la primera lección. No tengo todo planeado, pero tengo una muy buena idea de lo que tendremos que hacer. Y el día de hoy será divertido.

Me pongo únicamente un yukata y ropa interior y peino mi cabello con relámpagos para verme increíble. Esta es la primera parte de la lección. Tomo un vaso y lo lleno de agua. A esta hora tan inhumana voy sonriendo diabólico hasta la habitación de Nay. Abro de un portazo y salpico a Nay.

- ¡Anda, despiértate! Tenemos muchas cosas que hacer hoy, pequeñita discípula.

La muevo y me siento con las piernas estiradas sobre la cama.

- Cielos, no puedo creer que te veas tan mal en las mañanas toda somnolienta. Tienes que aprender mucho de tu amado mentor.

Por supuesto que yo me veo fresco como una lechuga porque soy un demonio y además puedo cambiar mi apariencia a voluntad, y encima, planée esto y no me tomó por sorpresa como a ella, pero todo es parte del plan.

La noche anterior mi vida habia dado un giro al conocer a Ryuu, tanto que incluso ahora comenzaria a vivir con el, nos habia transportado a su casa, no sabia si estabamos en japon o el lugar era una replica excelente de un hogar nipon, aunque no quise averiguarlo estaba demasiado cansada y en cuanto el me dio "El beso de las buenas noches" me quede dormida.

El sueño que tuve fue maravilloso, todo era oscuro, tenebroso , un tanto lugubre pero a mi me parecia la cosa mas bella pues sentia como las posibilidades se abrian ante mi, como si me soltara de una cadena y caminara hacia la libertad... luego senti como si una ola me arrastrara a un lugar desconocido.

Desperte de golpe, sentandome en la cama mientras tosia y me limpiaba el rostro, tarde un par de segundos en darme cuenta de que Ryuu me habia despertado con un vaso de agua, valla forma de despertar el primer dia

Me froto los ojos mientras me hago a un lado para que el se siente en la cama, aun me siento adormilada ¿que hora sera? -yo no puedo creer que me hallas despertado de esa forma- quiero sonar molesta pero a lo mas que llego es a un tono medio apagado y cansada, le miro y no puedo creer que el luzca tan fresco, observo su yukata y me invaden las ganas de ponerme un lindo kimono o algo mas acorde con el -¿por que me levantas tan temprano?-

El primer día tenía que ser obviamente el mejor. Íbamos a empezar por mi propio pecado. Había hecho todo el plan sobre las lecciones para evitar que me explotaran en la cara. Y si Nay va pasándolas, ganaré un alma para la oscuridad y una discípula que logrará grandes cosas y todo gracias a mí. No la despierto ni a una hora decente ni con buenos modos, y encima me planto frente a ella para que vea mi aspecto tan increíble y fresco y mi yukata. Y noto de inmediato que está aprendiendo: me envidia. Ya lo había notado ayer, pero hoy todo sería mucho mejor.

- Es para que recuerdes y envidies lo hermoso que es despertar cuando se te da la gana.

Sonrío y le hago un guiño.

- Hoy es el día de la envidia, Nay-chan. Hoy vas a aprender a sentirla, regodearte en ella, provocarla y usarla para impulsarte.

Me recuesto en la cama, de lado para mirarla y con la cabeza sobre la mano.

- Ahora, báñate. Te dejé unos pants y una playera, pero ups, no tengo ropa de chica, así que te verás horrible mientras yo me veo genial. Suerte, te espero en la cocina.

Me levanto y le lanzo un beso y salgo riendo de su habitación para arreglarme. Probará algo de la ira, pero en realidad no voy a ser malo con ella.

Al menos no por mucho...

Regreso a mi cuarto y me visto con un elegante traje gris y me siento en la cocina a esperarla. Veamos si resiste...

-si... justo ahora lo envidio bastante- susurro antes de bostezar, generalmente me levantaba cerca del medio dia, era muy de madrugada para mi, lo unico que queria era recostarme de nuevo y dormir cinco minutos mas pero dudaba que el me lo fuera a permitir.

Pero poco a poco el sueño comienza desvanecerse dando paso a la espectacion y emocion de lo que aprendere el dia de hoy, aunque se que no sera facil no pienso darme por vencida esta vez. Despues el se marcha lanzandome un beso y con la premisa de que lucire horrible a comparecion de el, observo como se marcha con cierta ira dentro pero luego sonrio y me recuesto unos segundos mas

-¿en que me meti?- me cuestiono mientras sonrio, doy un salto fuera de la cama y voy al baño, una ducha rapida con agua fria para despertar bien y luego comprobar que efectivamente la playera y el pants no son de chica, me los pongo pero me quedan bastante grands, hago una mueca mientras me cepillo el cabello y unos minutos mas tarde ya voy rumbo a la cocina a reunirme con mi maestro.

En cuanto entro lo veo, igual de campante, pero esta vez vestido de traje, reprimo una mueca pues se que yo me veo fatal -¿tampoco me daras de desayunar para que recuerde y envidie lo que es comer lo que uno quiere al despertar?- pregunto entre sarcastica y sonriente, no puedo ocultar mi emocion por lo que sucedera hoy

Off: me gusta tu av, cásate conmigo!!! Ok no xDDDDD
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Salgo de la habitación, riendo divertido, pero sé que Nah podrá con esto.  Más que nada porque admitió su envidia y estas cosas no sólo me dan "puntos de demonio", sino que hacen todo esto mucho más genial.  

Voy a mi habitación y me arreglo para quedar increíble y sabiendo que Nay se sentirá horrible con la ropa que le presté, pero todo es parte del plan.  

La espero y al verla entrar la verdad es que me sorprende, porque en realidad no se ve horrenda, se ve tierna, pero por supuesto que no se lo voy a decir.  Siento cómo me mira y río con sus palabras.  Me levanto y voy al refri.

- No... simplemente te diré que si quieres comer, cocines.

Saco todo lo que necesito y me ato un elegante delantal de chico, completamente negro y sólo de la cintura hacia abajo y me preparo un omelet de jamón y queso crema, con un estilo y movimientos dignos de un chef. Uno no pasa siglos cocinando sin adquirir elegancia.  Me siento enfrente de ella y empiezo a comer, exagerando mis caras de gusto al grado que pareciera que finjo un orgasmo.

Off:

Una vez despierta y vestida, fatalmente vestida, me reuno con mi mentor en la cocina, el un sonrie y mi comentario sobre el desayuno lo hace reir lo cual me hace sentir bien. Hago una pequeña mueca cuando me dice que debo cocinar, se hacerlo pero no soy tan buena, mientras que lo observo me siento aun peor pues el parece un tipico cocinero de show matutino, con todos esos movimientos y gestos elegantes, para el gran final se sienta frente a mi y me restriga su magnifico desayuno, yo no puedo evitar reir ante sus caras exageradas.

Camino al refrigerador y tomo leche y huevos, rebusco entre las gabinetas hasta encontrar harina, comienzo a prepara hotcakes mientras me sirvo un vaso de leche.

-Senbo hi, nee?- lo miro un momento y le sonrio mientras continuo con mi desayuno -supongo que debes tener un monton de cosas preparadas para hoy...- queria saber, necesitaba saber, estaba ansiosa y no soportaba la incertidumbre, pero no sabia si el me diria algo o no

Off: dale con el maldito anillo ¬¬ Que no te doy nada hasta que no haya sexo. Tengo que probar la mercancía (?)
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Seguro que Nay no esperaba en serio que la dejara sin comer. Tan malo no soy... o bueno en realidad puedo ser peor pero no con alguien que genuinamente me importa. Por el contrario, cocino y hago alarde de mi genialidad para después sentarme y demostrarle que me quedó increíble.

La veo cocinar, pero claramente no tiene tanto aplomo como el que tengo yo y me divierte. Más aún su pregunta y cruzo los brazos en un gesto divertido.

- Nay-chan, la paciencia es una virtud... por lo tanto está más que bien que no la tengas. Efectivamente, hoy es el día de la envidia y voy a enseñarte cosas que jamás imaginaste. Hoy vamos a salir, pero primero acábate esa cosa extraña que intentas cocinar.

Con un chasquido limpio los platos y luego voy a servirme fresas con chantilly. Son una pequeña adicción, pero puedo hacer lo que se me dé la gana.

- En cuanto estés lista, me dices.

Off:

Sigo preparando mi pobre desayuno mientras escucho su respuesta, estaba a punto de responderle que no era muy virtuosa cuando el apremia que caresca de paciencia lo cual me hace sonreir, termino de preparar mi desayuno pero no me siento a la mesa por que siento que me quedare dormida asi que me quedo de pie mientras desayuno.

-¿salir? ¿hablas de salir de la casa?- pregunto mientras temo por la respuesta -no quiero salir asi- me señalo casi haciendo un berrinche --estoy horrible- no era de esas chicas que se preocupaban de sobre manera por su aspecto pero tampoco era que no me importara como lucia.

Sigo con mi comida y cuando termino dejo los trastes en el fregadero, me giro para verlo comer sus fresas, me siento tentada a quitarle una para ver si se molesta o no pero desisto al final -ya termine- le sonrio de medio lado -lista para comenzar-

Off: obvio que dudo, no tienes referencias, ni buenas ni malas en tu CV. Así que me toca muestra gratis ò_ó
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Pongo los ojos en blanco, ¿pues qué esperaba que era salir? Sólo sales hacia afuera, al mundo real, a mostrarte en todo tu esplendor para que te envidien.

- ¡Pero por supuesto que salir al mundo real! ¿Qué esperabas? Sí, sí, estás horrible y parada a mi lado te ves como mil veces peor. Pero la vida está allá afuera y vas a ver cómo todos te envidiarán sólo por estar al lado de este bishonen... y más aún, vistiéndote como pordiosera.

Me sirvo fresas con chantilly y como tranquilo en lo que ella termina sus hot cakes. Sé que sólo la estoy molestando, pero la parte genial está por comenzar. Termino la última fresa después de que me dice que todo está listo y con un chasquido limpio todo y luego le tiendo la mano.

- Ahora vamos a llenar al mundo de envidia...

La llevo al garage y le abro la puerta para que suba a mi auto, obviamente japonés y obviamente elegante y sofisticado. Puede hacer los pucheros que quiera, esto va a pasar quiera o no, aunque si huye, será peor para ella. Me dirijo al centro comercial más elegante y me estaciono. Apago el motor, me quito el cinturón de seguridad y volteo a verla.

- Ahora... vas a venir conmigo y vas a hacer lo que yo te diga.

Me bajo y tomo su mano para guiarla hasta la entrada, donde hay algo que seguro la hará sentir humillada y envidiosa de mí. Me coloco junto a ella frente al enorme espejo y no suelto su mano.

- Mírame y envidiáme...

En cuanto sienta su envidia, me acerco a ella y le susurro.

- Ahora mira a las chicas que están dentro de la tienda. ¿Ya viste cómo te miran? ¡Mírate bien! La ropa no lo es todo. No tienes una sola gota de maquillaje, la ropa es de hombre y encima te queda grande... y te ves bien. Y esas chicas lo saben y te envidian porque aunque es temprano, ya se pusieron una máscara de maquillaje y ropa cara ¡y están solas! En cambio tú tienes al ser más genial sobre el planeta al lado.

Me separo un poco, le sonrío y le hago un guiño.

- Bienvenida a la lección #2: provocar envidia.

Off:

Le hago una mueca ante esa explicacion, yo no queria salir asi, pero sabia que sin importar lo que dijera tendria que hacerlo, asi que solo me quedaba resignarme y cumplir, suspire, no sabia que tenia preparado pero el sabia que hacia y por que ¿verdad?

Tomo su mano y me guia hasta el garage, su auto es hermoso, tanto que me quedo viendolo un par de segundos hasta que me hace entrar, comienza a conducir y me pongo cada vez mas nerviosa sin saber bien por que. Llega a un gran centro comercial, elegante y vistoso, me da miedo salir, quiero quedarme en el auto el resto del dia si es posible, lo miro y asiento a sus indicaciones, yo escogi el camino y debo afrontar las consecuancias.

Bajamos del auto y me conduce a la entrada, hay un enorme espejo ahi y de inmediato bajo la mirada, no quiero verme, quiero correr a otro lado pero el sostiene mi mano, trago y suspire mientras levanto la vista y veo su reflejo, claro que el se ve esplendido, radiante, lo envidio por supuesto y lo detesto por hacerme pasar por todo esto, bajo la vista de nuevo y me muerdo el labio

"¿Ya viste como te miran?" dice el a mi oido y extrañada levanto la vista, muchas chicas miran en nuestra direccion y siento el peso de sus miradas, algunas me miran de arriba a abajo, otras hacen muecas y se susurran entre si... el dice que me veo bien y de inmediato me miro en el espejo, inclinando la cabeza un poco a un lado, no me veo como una chica rica, ni sofisticada, pero si algo tierna ahora que lo pienso, dulce y delicada de cierta forma, sonrio.

-su envidia... me envidian- le susurro mientras sonrio y doy un pequeño apreton a su mano, lo miro -me gusta la leccion dos- comento con voz cantarina

off:

Pese a lo mucho que la pico para molestarla, Nay resiste. Había intentado algunas veces enseñarle mi pecado a otros y renunciaban cuando empezaba con esto. Tengo confianza en Nay y está demostrando estar a la altura, así que sólo la molesto hasta que llegamos al centro comercial. Ya sintió lo que es tener envidia, ahora le hacen falta otras cosas.

Noto que no quiere, pero pese a eso me obedece y se mira al espejo. Aunque la hago sentir mal como gran final a esto, termino por hacer que entienda que otras chicas la envidian. Y sé lo que piensan, que cómo es posible que con esa ropa tan horrenda tenga novio, pero también, cómo es posible que de cara lavada y pants pueda verse mejor de lo que se ven ellas por las mañanas. Y yo no estoy provocando esto, aunque podría. Pero esto se trata de la realidad... Le sonrío cuando aprieta mi mano.

- Así es, te envidian. Porque pese a todo, no estás tan mal así como crees.

Le hago un guiño.

- Bueno, pues la lección dos continúa contigo eligiendo ropa. No esperabas que te paseara por toda la ciudad así, ¿verdad? Sé que ayer dijiste que no te gusta ir de compras, pero todo lo que hagamos estos siete días tiene que ver con tu educación y vas a ser una persona diferente. Y te garantizo que vas a quererte mucho más cuando terminemos hoy. Así que... tú eliges la tienda. Soy muy muy gay, pero detesto el travestismo, así que no sé de tiendas de chicas.

Para fomentar la envidia de las tipas que siguen mirando, estrecho la mno de Nay y espero a que elija a dónde vamos.

Off:

Al principio de todo esto, desde que me habia levantado de la cama de esa forma, habia comenzado a cuestionarme si habia tomado la desicion correcta, pero claro... no no sabria hasta llegar al final del camino y pensaba llegar al final de todo esto, costara lo que costara.

Pero realmente me estaba costando mucho trabajo no salir corriendo del lugar, en primera por el centro comercial tan elegante al que me habia llevado, en segunda por la ropa que me hacia usar, en tercera por como hacia sentir al principio, aun asi hago todo lo que me dice y al final descubro el por que, aquella chicas del centro comercial, niñas rica y consentidas me envidian, por como lusco y con quien estoy, y eso me hace sentir bien al punto de sonreir y disfrutar como me miran.

Me guiña y le respondo con una sonrisa, el me dice que me comprara ropa, que puedo escoger y recuerda lo que le conte ayer pero justo ahora tengo ganas de pasearme por todas las tiendas, recuerdo tambien el drama que montamos en el centro comercial cuando me regalo el celular y sonrio ¿quien dijo que no podiamos repetirlo hoy? observo como las chicas aun nos miran y entonces me acerco a el y recargo mi cabeza en su hombro mientras le sonrio tiernamente

-vayamos a esa- señalo una tienda con lindos vestidos y comienzo a caminar sin soltarlo de la mano, puedo sentir como los celos de las demas chicas aumentan -¿como lo hago?- le pregunto a mi maestro en voz baja pero sonriente

Es claro que para Nay esto no es ni remotamente tan fácil como lo es para mí, pero admiro que en verdad lo intente y no sólo eso, lo haga y de maravilla. Sé que muchas de las cosas que le digo terminarán por funcionar mucho mejor cuando conozca a fondo el resto de pecados, pero obviamente que soy envidioso y deseo que la envidia le guste mucho más.

Le digo a Nay que elija la tienda a donde comprarle ropa porque esto era parte del plan. Podrá no ser tan materialista, pero francamente, comprar ropa nueva te hace la envidia de todos. Y en un instante, ella en verdad actúa como mi novia, acercándose más y provocando los cuchicheos de las tipas que ya de antes la envidiaban y ahora voy a volar de toda la envidia que se respira.

Elije tienda y empieza a caminar mientras pregunta por su desempeño. La tomo entonces por la cintura.

- Bien, muy bien en verdad, pero puedes hacerlo mejor. De eso se tratan mis clases.

Entramos a la tienda y la dependienta primero me mira a mí con n evidente deseo, luego a Nay con desaprobación por la ropa que viste y luego con una envidia que incluso me hace sonreírle.

- Ella elije y yo pago...

Y las que ya están dentro de la tienda parecieran querer explotar...

Bien, esto podia no ser tan sencillo pero creo que empezaba a comprender, solo debia dejarme llevar, no ser la chica buena que siempre habia sido, no ser amable o siempre dulce, debia dejarme llevar por esa parte oscura que comenzaba a emerger en mi, supongo que sera mas facil con el tiempo...

Ryuu me comprara ropa y recordando lo que paso ayer y lo que estamos haciendo hoy me dejo llevar y actuo como una novia tierna, alterando a todas las chicas del lugar lo cual me hace sentir extrañamente bien, señalo una tienda y nos dirigimos al lugar. El dice que pagara todo lo que escoja y de inmediato las miradas se posan sobre nosotros

-eres tan lindo amor...- digo en un tono de voz meloso y beso su mejilla mientras todas observan, aun tomandolo de la mano comienzo a recorrer la tienda mientras miro la ropa, pero entonces la duda surge en mi cabeza de nuevo mientras miro los vestidos ¿debo escoger algo atrevido? ¿algo mas sexy? deberia... despues de todo dejare de ser una niña buena pero es dificil y aunque trato de verme normal no se si lo logro, no quiero desepcionar a Ryuu, detestaria hacerlo pero aun no puedo acallar esa vocecita en mi mente que dice que todo esto esta mal -¿tu que opinas?- pregunto con una sonrisa mientras le señalo un vestido negro, solo necesito oir su voz y saber que lo hago bien

Así que oficialmente volvíamos al asunto fingido del noviazgo. Por supuesto que es EL movimiento de la mañana porque los cuchicheos no se hacen esperar y yo le acaricio el cabello con ternura. Ya que no me suelta, la sigo hasta donde están los vestidos y dejo que mire.

Me distraigo porque la ropa de chica y yo no es como si nos lleváramos especialmente bien, pero en eso Nay pide mi atención. Suelto su mano y me acerco a mirar el vestido.

- Pienso que este es el día en el que tienes que comprar un vestido que haga que todos lo quieran. Tú elige, si ellas gruñen, es señal de que es adecuado. En verdad hoy, no tienes que escoger lo que yo quiera, sólo quiero que te guste. Ya mañana quién sabe...

Le hago un guiño y la dejo escoger tranquilamente.

Debia admitir que me resultaba bastante satisfactorio el que todo el mundo pensara que Ryuu era mi novio, digo por que siendo gay era demasiado atractivo para todos los ojos y que estuviera a mi lado en lugar de otro me llenaba de satisfaccion.

Lo llevo conmigo hasta donde se encuentran los vestidos, los miro con detenimiento y me pregunto que tipo de vestido debo comprar, no era muy adepta a las compras y justo ahora eso era una desventaja, asi que le pido consejo a Ryuu y el me hace sonreir, algo que me guste y que ellas deseen es un buen punto de referencia para elegir.

Avanzo un poco mas entre los vestidos y entonces los veo, un vestido azul claro, ni muy corto ni muy largo, con unas cuantos detalles por aqui y por halla, la tela es suave y cuando lo tomo escucho cuchicheos y bufidos a mi alrededor, entonces sonrio y me marcho al vestidor para probarmelo, unos minutos despues salgo y doy un par de giros para que Ryuu me vea

-¿que dices?- a mi me encanta, no es muy atrevido pero tampoco muy recatado, es perfecto desde mi punto de vista -ahora necesito zapatos y accesorios que combinen- miro mis pies y mis nada especiales zapatos bajos, luego levanto la vista y le sonrio, si las compras desertaran la envidia de las chicas entonces me paseare por todas las tiendas del lugar

Dejo que Nay elija y le doy los parámetros para hacerlo el día de hoy. Y por supuesto que observo atento lo que hace. Se lo toma en serio y se basa en la opinión de los demás, justo como debe hacer un envidioso.

Elije un vestido, consciente de la reacción de las otras chicas y se anota un tanto muy importante. No digo nada, por supuesto, aún no es momento. Ahora tiene protagonismo Nay y su música de acompañamiento son las chicas envidiosas que no pueden dejar de miarla. Yo espero hasta que me muestra el vestido y sólo le hago un guiño.

Mientras se lo prueba, me siento en el lugar estelar para verla cuando salga. Por lo visto está tienda sí toma en cuenta a los novios. Una de las chicas se me acerca y me pregunta tentativa si Nay es mi hermanana... adoro esto.

- ¡Por supuesto que no, es mi novia!

La ignoro mientras va a contarle a la otra lo que pasa y en eso sale Nay. Me esfuerzo y pongo la cara de satisfacción y deseo más impresionante, algo que le diga a las otras chicas que es la más deseable en kilómetros a la redonda...

- ¡Rayos, Nay-chan, te ves increíble!

Me levanto y la abrazo para darle un beso en la sien y sentir cómo todo mi ser reacciona ante la envidia de las chicas. Tanto que me distrae un poco de la exigencia de zapatos y accesorios.

- Ok ok, escoge, pero no exageres. Que si te ves todavía mejor podría darme un ataque o algo. Y no puedo saltarte encima en público...

Bueno, también tenía que divertirme yo.

Una vez que recibi consejo de mi maestro busco un lindo vestido y lo encuentro sin mucho problema, es lindo y me gusta pero lo mas importante es que cuando lo tomo muchas chicas gruñen a mi alrededor lo cual es la señal perfecta, lo tomo y marcho a los probadores, antes de salir me miro en el espejo y recuerdo mi aspecto de hacia un rato, es increible como cambia tanto con una simple prenda, le sonrio a mi reflejo y salgo.

-gracias- digo con una sonrisa mientras el se acerca y me besa, me pregunto si me sentire igual de bien cuando tenga un novio real, rio por lo bajo mientras me separo un poco -¿y quien dice que no?- lo provoco un poco mientras me alejo hacia el area de calzado

Una dependienta me ayuda pero puedo notar como se esfuerza por sonreir cuando se muere de envidia, sonrio con satisfaccion, parece que empiezo a entender esto, elijo un par de zapatillas descubiertas de color claro y una vez que me las pongo corro hasta Ryuu y me siento en su regazo, le paso un brazo sobre los hombros y levanto un poco el pie

-¿que dices? ¿se ven bien?- y puedo notar como todas arden en celos por lo que estoy haciendo, miro a Ryuu y sonrio tiernamente -quiero lucir especialmente linda para mi chico- le hago una pequeña caricia y le guiño un ojo, comienzo a disfrutar bastante esto

Nay estaba demostrándome ser bastante buena para esto. Definitivo que elegí una buena alumna, al grado que en realidad no voy a molestarme si al final termina por preferir otro de los pecados. Está incluso picándome, pero espero y sólo la veo elegir mientras las chicas se empiezan a preocupar por la cuenta. Yo no, no soy Avaricia y además, esto sí lo pagaré yo de mi dinero, pero la cuenta que tengo es tan obscenamente grande, que no es importante.

Cuando Nay vuelve, empieza a provocarme y le acaricio la pantorrilla.

- Me gustan... se verán muy bien tirados en mi cuarto.

Le susurro al oído.

- Tu virginidad es quien dice que no te salte encima, amor.

Aprovechando su posición, la cargo hasta la caja registradora.

- Quiero mi ropa de regreso, con la que te traje. Y espero que ahora me perdones porque fui muy rudo con tu ropa anoche.

Ante este pronunciamiento se hace el silencio y debo cargar a Nay con una sola mano para darle mi tarjeta de crédito a la dependienta. Una tarjeta muy distinta de la que usé ayer para pagar el celular.

- ¿A dónde quiere ir mi princesa ahora? Podemos pasear en el auto...

Quien diria que provocar envidia en la gente seria tan placentero y divertido, ya veia por que a Ryuu le gustaba tanto ¿como me habia perdido de esto tanto tiempo? Una vez que consigo lindos zapatos corro hacia el y me siento en sus piernas, actuando como una novia consentida, le muestro mis zapatos y el me acaricia y luego finjo un puchero

-¿de que sirve que me ponga linda para ti si al final me sacas la ropa sin siquiera verla?- me pregunto si abra un limite para todo este comportamiento que comienzo a disfrutar pero espero que no exista ese limite, luego el me susurra algo que casi me hace sonrojar pero si aparto la vista aunque disimulo muy bien el hecho de que ese comentario me apena bastante aun.

Antes de que pueda replicar o hacer cualquier movimiento el me carga y me lleva hasta la caja, yo lo envuelvo en mis brazos y sonrio de oreja a oreja

-bueno... la proxima vez trata de ser un poco menos rudo- toco su nariz con un dedo y una de las chicas de la tienda me entrega una bolsa con la ropa de Ryuu yo le sonrio y me siento bien al ver que ella no me devuelve la sonrisa -esa es un magnifica idea querido- y de verdad me gusta la idea pues aun siendo chica amo la velocidad

Seguimos con el juego de los novios y en esta ocasión al menos no parece una escenita de verdad. Parece más un reclamo de alguien que quiere hacer notar que ella y su novio tienen sexo. Cosa que no parece ser el caso con las chicas que andan mirándonos.

- Ahora te estoy viendo...

La hago sonrojar y luego la llevo hasta la caja para pagar. En realidad no voy a insistirle de momento, pero sólo de momento. No puede esperar aprender lujuria si le pongo mil pelis porno, y yo soy alguien paciente. Excepto cuando quiero algo, pero aún así, puedo esperar.

Pago y la mención a mi ropa provoca una nueva oleada de envidia.

- De acuerdo, lo intentaré. Pero sé que te gusta...

Le hago un guiño y salgo con ella. La bajo hasta que estamos afuera y le tiendo el brazo.

- Dame la bolsa, hay que hacer esto bien y los chicos odian cargar las bolsas.

Llegamos al auto y boto la bolsa en la cajuela, luego le doy las llaves a Nay.

- ¿Sabes manejar? Yo creo que te puedo dejar hacerlo.

Creo que el simple hecho de aceptar tomar el camino de la oscuridad me da mas valor, tanto que disfruto mas la escenita que estamos armando, distinta a la de ayer claro pero aun con ese toque que solo el y yo podemos darle.

-Y eso me agrada...- y de verdad que lo disfruto, disfruto todas las miradas que estan sobre mi

Pero entonces el menciona un tema que esperaba, muy en lo profundo, que ya hubiera olvidado, pero no parece ser el caso, aunque agradesco que no insista con el tema por ahora se que no me librare de el asi como asi.

Me carga hasta la caja, paga y una vez que me entregan su ropa le sonrio -tanto como a ti te gusta comprarme ropa tan a menudo- y despues salimos de aquel lugar, casi puedo sentir la envidio como una especie de humo en el aire, una vez fuera me baja y lo tomo del brazo hasta llegar al auto, el me da las llaves y sonrio con total felicidad

-por supuesto- entonces me dirigo al asiento del piloto, entro y acaricio el volante con una sonrisa -¿y a donde vamos ahora?- le pregunto mientras enciendo el motor, el lento vibrar del auto casi me hace relajarme por completo, pero el dia aun no termina asi que tengo que estar lista para lo que venga

Le hago un guiño cómplice a Nay cuando me dice que le gusta que la mire, o más bien que la mire yo y le haya enseñado lo genial que es que todos te miren de esta forma. Porque hay que admitirlo, no hay nada como esto.

Ella juega muy bien a esto y entonces la ayudo un poco cuando menciona que le compro ropa seguido.

- Me gusta verte bonita... pero ya podemos volver mañana.

Bajamos al estacionamiento y decido dejarla manejar. No le veo lo problemático y reforzará su autoestima porque de nuevo, la envidiarán. No se ve muy seguido que los hombres presten sus autos y mucho menos, que dejen que sea la chica quien conduzca cuando obviamente uno piensa que es mil veces mejor.

Subo al asiento del copiloto me instalo.

- Vamos a donde quieras comer. Puedes tardarte todo lo que quieras y durante el camino, dejaré que me preguntes cualquier duda que tengas.

Cuando salimos del centro comercial lo hago con una radiante sonrisa, de verdad que provocar toda aquella envidia hace que me siente extrañamente mejor, ahora veo por que le gusta tanto a Ryuu.

Subimos al auto y mientras lo enciendo escucho sus palabras, sonrio, eso de tardarme lo que quiera me agrada asi que sin prisas por encontrar un lugar donde comer salgo del estacionamiento y comienzo a conducir de forma poco moderada, soy buena conduciendo a pesar de que la tecnologia no se me da tanto y mientras condusco comienzo a hacer una lista mental de preguntas.

-asi que por hoy solo sera envidia ¿no? ¿que hay de los demas pecados?- pregunto con voz serena mientras mi vista esta fija en el camino -¿todos los dias me despertaras de la misma forma que hoy?- esa pregunta sale acompañada de una sonrisa -¿todos los aprendere de la misma forma?- y luego me detengo un momento con las preguntas, suspiro y sonrio apenada -lo siento... creo que aun estoy... ansiosa por todo esto-

Subimos al auto y dejo que Nay maneja y la verdad lo hace bastante bien. Incluso con más precaución de la que tengo yo y no encuentro ninguna razón para molestarla siquiera. Dejo entonces que pregunte.

- Sí, por hoy sólo envidia, aunque terminarás por darte cuenta que la línea que divide a los pecados no es tan notoria a veces y pueden juntarse. Pero enfocaré cada día a que aprendas particularmente un pecado.

Las siguientes dos preguntas me hacen reír y luego Nay hasta se disculpa.

- A ver, ¿en serio piensas que cuando te enseñe pereza te levantaré en la madrugada? Vamos, cada día va a ser diferente, pero sí intentaré que sientas el pecado y luego aprendas a ver lo que hace en los demás. Y cómo provocarlo. Creo que estas cosas son importantes, aunque obvio que no podrás hacerlo como un pecado real, pero no quita que puedas y eso es bastante divertido.

Le sonrío.

- En realidad lo estás haciendo muy bien, estoy orgulloso de ti. Tengo muchos siglos sin un discípulo, y se nota que contigo, tomé la decisión correcta.