Vision of Sorrows : Kyra

Le resultaba irónico, la simple e incomprensible idea, aun para el que todo lo manejaba de una forma meticulosa y fría, en la que había llegado a ese lugar, instaurando la mano de hierro de la organización en la que durante siglos había trabajado, justo en ese territorio que años antes había pertenecido a su joven consorte, era una forma de burla hacia lo que el joven damphir había sido, el poder que tenia sobre él.

Sabia que su venganza estaba aun lejana, que tenia que trabajar con ese joven que ahora estaba lejos, le había soltado un poco la rienda solo para que no sospechara de sus planes futuros, de sus deseos de venganza que, pese a ser el, le provocaba cierta satisfacción humana, algo que pocas veces podía apreciar en su milenario cuerpo, en su mente bloqueada de sentimientos humanos y era esa la razón por la que siempre buscaba alejarse de Adrian, en cada oportunidad que tenia, por los sentimientos tan humanos que despertaba en él, la furia, el descontrol, Siegfried no se sentía en total control cuando él estaba cerca y eso, simplemente le enfermaba.

Y había regresado aquella noche, esperando alguna escena dramática, algún reclamo por el abandono, sin embargo, se había llevado la sorpresa, por que para que negarlo, realmente le había sorprendido llegar a "casa" y no hallarlo ahí, y sus empleados, simplemente habían dicho que se había ido a los Angeles y que no había dado detalles de tan repentina "huida".

Agradecido en cierta forma, aquella noche tomo la sabia decisión de ir a cazar, buscar algo de alimento que lo reforzara, no que le fuera indispensable la ingesta de sangre, era simplemente tenia esa necesidad de dejar libre al cazador interno que aun vivía dentro de si, ese al que solo dejaba ver cuando era estrictamente necesario o una forma de sacar todo el stress acumulado.

Salio del edificio por la azotea, sin avisar a nadie pues no quería que lo molestaran, y se remonto en e cielo nocturno, haciendo su parada en las ruinas de aquella ciudad que por algún tiempo se había convertido en el centro mismo del mundo y que ahora solo se encontraba en ruinas, buscando entre los aventurados y pocos ciudadanos del lugar, a una buena victima, alguien que le brindara un poco de emoción, no quería sangre "inocente", no buscaba matar al "malo", buscaba sangre y alguien que le diese pelea antes de morir.

Había pasado mas de media hora de estar deambulando por la ciudad, entre los edificios casi destruidos y algunas otras nuevas construcciones, suponía entonces que el no era el único que intentaba reconstruir aquel sitio, aun que entre sus planes también estaba el adueñarse del lugar entero, pero de eso se encargaría mas tarde, cuando llegase el momento indicado. Siguió buscando entre los pocos habitantes del lugar alguien, algo, un humano lo suficientemente "valiente" para cruzarse por su camino, alguien que saciara su sed de sangre y de batalla, que saciara al cazador, sin embargo ahí no había nada realmente digno, teniendo que conformarse con un insípido vagabundo, un joven de aspecto casi inocente que había intentado huir de casa, de los regaños de sus padres, de sus reglas, lastima que sus sueños se verían truncados por la sed de un vampiro.

Se levanto a los pocos minutos, dejando el cuerpo inútil del humano tirado sin cuidado en medio de la calle, se arreglo el saco que se había arrugado ligeramente, pasando sus largos dedos por sus rubios cabellos acomodándolos en su lugar, cerro los ojos inspirando el aroma a putrefacción del lugar, escuchando el rumor del viento y sintiendo en el la emanación de poder de otro vampiro, joven, un hechizo que le hacia mas fuerte, algo que le resulto un tanto intrigante a la vez que patético y nada practico.

Levanto una ceja expectante al escuchar la voz de aquella vampiro hembra, bella, debía aceptar que tenia un aspecto agradable, una belleza salvaje y poco usual, especialmente al ver tan extravagante vestuario.

No se movió, sin embargo su mente se desplazo hasta alcanzar la suya, un don que agradecía ante todo, fácil de usar y poco detectable en otros seres como él, busco entre sus recuerdos, algo sumamente fácil, no importaba cuan fuerte fuera, el hechizo solo era una falsa ventaja, muy distinta a sus casi mil trecientos años de verdadera experiencia.

Sonrió satisfecho con encontrar parte de sus memorias, una mas vinculada al vampiro junkie que tanto detestaba.

-Lo dudo mucho - articulo las palabras de forma lenta, sin importar que su marcado acento sueco se notara en ese instante. Replegó su don y volvió a la fría expresión de su rostro, mirando a la mujer, aguardando, como siempre, calculando friamente su siguiente movimiento.

Nuevamente esa fría expresión de autosuficiencia, la media sonrisa nada cálida, mas bien un gesto que implicaba que el era superior a cualquiera, que podía superarlo, debido a su inteligencia y experiencia de años, respiro profundo, permaneciendo de pie, dejando que la mujer se acercara, era de baja estatura, con presencia, aun que no era de ese tipo de mujeres que pudiesen atraerle de alguna forma.

-En realidad, no - confeso cerrando su mente a cal y canto, sin dejar fisura, una mente impenetrable al igual que la coraza de hielo que había formado al rededor de él -. Siegfried Skarsgard.

Se presento a si mismo, por simple educación, estiro su largo brazo, esperando a que la mujer tomara su mano.

Su rostro se transformo ligeramente en un gesto altanero cuando escucho salir aquellas palabras de boca de la mujer, "El hombre del momento", era un termino que no le quedaba en claro, aun así no presto mayor importancia, separo sus manos en un gesto seco, sin dejar de ser educado, por que eran normas que no se permitía perder a menos que fuese estrictamente necesario.

Dio un paso hacia atrás, midiendo la distancia, y volvió a hablar.

-Ese termino me parece demasiado ... apresurado, ya que no soy un hombre, y no soy un vampiro que se distinga por crearse "famas" - dijo, sin ápice de indignación, mas bien era... una aclaración -. Pero dado a que tiene referencias sobre mi, me gustaría saber quien fue esa persona que le hablo de mi, señorita Kyra.

Observo a la hembra, sin expresión alguna en el rostro, midiéndola, escuchándola y observándola a detalle, era una mujer común, como muchas otras, sin mucha practisidad, emocional y nada discreta, algo que podía ver por la forma en que se vestía, si bien podría ser una mujer auto-suficiente sabia que no era alguien de quien tendría que fiarse, si hablaba tan confiadamente sobre su "vida" o lo que había dejado escapar, detalles muy pequeños, mínimos, los suficientes para enviar señales a las personas que estuviesen interesados a tratar con él.

Si algo había aprendido a lo largo de su existencia era no fiarse de nadie, por mas cómodo que se sintiera.

-Entonces... puede decirme el nombre de la persona o es que simplemente ha escuchado rumores? -pregunto, levantando una ceja ligeramente, gesto que se desvaneció de la misma forma, rápida y dedico su atención momentáneamente a sacar la cuadrada cigarrera de plata que siempre cargaba, tomando uno de los cilindros lo puso en sus labios y procedió a encenderlo con total calma, manteniendo el cigarro entre sus labios mientras se encargaba de guardar ambos objetos, la cigarrera y el encendedor de gasolina correctamente en el bolso interno de su saco.

Reprimió las ganas de poner los ojos en blanco ante la mención de Adrian, suponiendo ahora quien habia sido su informante, sin duda el que había sido consorte del damphir, Darius Merchant.

Dio un par de pasos, pues le resultaba incomodo permanecer en un solo sitio, necesitaba moverse, estar activo ya que la ociosidad le resultaba una verdadera perdida de tiempo.

- No son tiempos para socializar - contesto a la mujer, obviando claramente el comentario de su relación con Adrian -. Y no, el fingir ser un humano no es de gran ayuda, te vuelves mas un flaco fácil de atacar - explico, siguiendo con su camino, sin aguardar a ver si la mujer le seguía - Es mejor la prevención, estar y mantenerte un paso adelante de tus posibles enemigos y anticipar el ataque.

Giro ligeramente el rostro para observar a tan inquietante mujer, era claro que no había sido educada para ser una dama y mucho menos una guerrera. Descuidada, incluso hasta en su hablar y andar.

-No tendría por que molestarme, mientras no se entrometa demasiado en mis actividades - contesto y siguió a paso "lento" o lo mas lento que sus piernas le permitían.

EL silencio se instauro un breve instante entre ambos vampiros, dejando solo el sonido de la semi restaurada, de la poca gente que había vuelto a vivir ahí, fuera la ambientación. Busco en silencio, con sus perspicaces y fríos ojos alguna victima, como siempre, sin importarle la naturaleza moral del ser, solo importara que proporcionara el sustento suficiente de sangre antes de volver a sus actividades.