Bittersweet Simphony [Kyra]

Volkommen... Una enigmática y destruida ciudad. Pero a pesar de todo, siempre hermosa. Tenía esa forma única de blandirse entre la miseria, las ruinas, el desasosiego, la muerte y la desesperación. Algo que me cautivaba por completo. No había una verdadera razón por la cual deambulaba por sus callejones solitarios aquella fría madrugada, ni era necesario que la hubiera. Simplemente salí a tomar algo de aire fresco; el ambiente viciado de NY me había hartado. Caminé por un par de horas, contemplando los desolados alrededores con admiración; mi única compañía era, como siempre, mi cigarro. Deseé encontrarme de repente con algo o alguien que me sacara de aquel extraño ensueño en el que estaba inmerso, pero según parecía, me encontraba solo.

Que no sabía demasiado de Volkommen era cierto. Poco tiempo llevaba sobre la faz de la Tierra, para ser sinceros, y en ese tiempo no había podido detenerme a recorrer los alrededores. No con un ejército celestial despechado siguiéndome el rastro, no con una cicatriz de traición recién hecha en mi pecho por quien fuese alguna vez mi padre, no repleto de preguntas sin respuestas, y en especial no con una sed venganza que me desvelaba, aunque jamás necesité dormir, ciertamente. Pero esta vez la situación era bastante diferente. No venía con mi ejército ni en busca de un enfrentamiento. Sólo vagaba, como un ente. Otro ser sin alma, sin intenciones particulares, sin una razón para estar allí...
Habían sido pocas las batallas libradas junto al ejército celestial en la Tierra antes de que cayera. No podía dar un número exacto, pero seguro que alcanzaban los dedos de una de mis manos para nombrarlas a todas. Y la mayoría de ellas habían tenido lugar en aquel descampado, en las ruinas de lo que alguna vez fue una ciudad pacífica y llena de vida. O al menos eso era lo que todos solían decir. Siendo sincero, no había sido creado aún por entonces, así es que no puedo hablar con propiedad del tema. Como fuere, Volkommen me traía recuerdos. Ni buenos, ni malos. Simplemente recuerdos. Mientras pensaba en todas estas cosas, de pronto me pareció sentir que no estaba solo. Últimamente había perfeccionado mis habilidades, pues la situación actual así me lo exigía. De todas formas aún no lograba determinar a qué raza pertenecía el ser que estaba en aquel sitio. ¿Representaría una amenaza? Recorrí los alrededores con la vista, y comencé a caminar, silente como la misma noche.