Lightning [Nay]

Extiendo los brazos, sonrío y hago una imitación de reverencia. Es cierto, pero tampoco estoy jugando limpio porque tengo mucho más tiempo convenciendo gente de hacer cosas que normalmente no harían. En cuanto acepta, dejo de comer y me acerco a ella con curiosidad.

- ¿¡Eeeeeeeeh!? Hontou?

Cielos, sí que era una sorpresa. Veo que está muy sonrojada, así que cumplió mi requisito, pero aún la molesto.

- Fácil... vístete provocativa, tócalos y sólo déjate.

Le hago un guiño y niego.

- No voy a darte un hechizo, voy a darte los palillos. Dime dónde están.

En cuanto me lo diga, los teletransportaré hasta aquí.

Terminamos de comer y pido la carta de postres. La abro entre los dos para que ella vea también.

- Yo quiero tempura ice... pero mira esto, pay de queso con crema diplomat. Pediré los dos.

En realidad no me esperaba que Nay fuera virgen. Aunque no sé cuántos años tiene a ciencia cierta, la verdad es que hasta con la edad aparente que tiene bien podría ya haber perdido la inocencia. Molesto un poco, pero lo toma bien y le saco la lengua. Sin cerrar los ojos siquiera, uso las instrucciones que me da y cuando le muestro mi mano derecha, ahí están sus palillos.

Termino de comer antes que ella y en cuanto ambos hemos terminado, pido la carta de postres. Me gusta lo dulce, aunque no me fascina, y como tampoco puedo decidir, pido dos cosas.

- El que yo quiero tiene chantilly con crema pastelera encima, ¿quieres de ese? Ah, y fresas...

Ordeno, le lanzo un beso al mesero y sale corriendo, pero no hay nada de malo con un poco de diversión. Vuelvo la vista a Nay y de un modo que me parece súper tierno, me pide guardar el secreto. Así que grito, usando una mano como megáfono.

- ¡Ey, oigan todos! ¡Nay es mi novia!

Río divertido porque obviamente al principio todos me prestan atención, y cuando termino unos piensan que soy un idiota y algunas chicas de nuevo la envidian. Era una sensación agradable.

- ¡Por supuesto que no! Aunque francamente, creo que debería decírselo a mi hermana Lujuria para que te consiga alguien. ¿Y por qué no? ¿Ningún chico es lo suficientemente bueno para ti?

Por supuesto que ahora estaba intrigado, pero debo esperar para escuchar la respuesta porque llega el mesero con las cosas.

Despues del pago finalmente recibo mis palillos, le dedico una mirada entre divertida y apenada mientras lo tomo de su mano y finalmente empiezo a comer, que bueno que aun no se enfriaba mucho asi que pude disfrutarla bastante, el espera a que yo tambien termine la comida para pedir la carta de postre, mi parte favorita de la cena.

-si, de ese, con muchas fresas- pido sonriente, como niña pequeña

Una vez que el mesero sale huyendo de nuestra mesa le pido a Ryuu que guarde el secreto, en un principio sijo que seria un secreto solo para el pero quiero confirmarlo, quiero que me lo prometa por que... bueno, eso se hace con los secretos, se mantienen secretos. Entonces el comienza a gritar por el restaurante al principio realmente me asusto pues creo que de verdad lo contara pero luego cambia la frase y solo suspiro pesadamente mientras cierro los ojos y me sonrojo

-eres un tonto- le digo sonriente con una risita nerviosa mientras le arrojo mi servilleta, el mesero trae los postres y sopeso sus preguntas, hago una mueca y tomo una fresa, la muerdo antes de responder -no tienes que decirle nada a nadie- le dedico una mirada de advertencia pero realmente estoy sonriendo pero poco a poco se transforma en una mueca nerviosa -no, no lo se... simplemente yo no... le e prestado mucha atencion al asunto- muerdo la fresa de nuevo y lo miro -creo que, simplemente no es una prioridad para mi- y me pregunto si le sonara tan tonto a el como me sono a mi

Espero a que Nay termine de comer, porque me agrada. Sé que es lo correcto, lo que debe hacer un caballero, pero mi única razón para hacerlo es que me agrada ella. Luego pido la carta de postres y elijo y le agrada mi elección. En cuanto llega el mesero, ordeno.

- Y que sea con muchas fresas, guapo.

Le lanzo un beso y se marcha y entonces Nay me pide que le prometa guardar su secreto... Es irresistible, así que la molesto y luego río divertido al ver cómo se puso.

- ¡Tu cara! Jajajaja.

Atrapo con una mano la servilleta que me lanzó. Aprovecho para hablar ahora que está el mesero y puede escuchar, porque de verdad que quiero que quiero que se vuelva a sonrojar tan tierna. O quizá sólo soy molestoso.

- Sabes que soy genial... Por eso serás mía cuando te compre un auto.

Cruzo la pierna y dejo la servilleta sobre la mesa, pero por supuesto que tengo que preguntar. Quiero saber.

- Ya sé lo que son los secretos, Nay-chan.

Escucho la gran explicación y levanto una ceja para después tomar el tenedor.

- Si no le dieras tanta importancia, no estarías tan sonrojada. Y tampoco sería un secreto vergonzoso.

Y empiezo por fin a comer, sin perder detalle de su reacción.

Sonrio al ver como Ryuu espera a que termine, mi sonrisa se agranda aun mas cuando pone nervioso al mesero con esa mirada y voz suya, no cabe duda que el chico sabe como poner nerviosos a todos a su alrededor... incluida yo, cuando grita y me asusta no puedo evitar sonrojarme y apartar la vista, le lanzo mi servilleta esperando que con eso se calle pero se que no sera asi.

Cuando el mesero regresa trato de sonrojarme tanto, le sonrio y le sigo el jeugo -eso lo veremos... quiero ver el auto primero- le guiño y le sonrio, ya no siento tan acalorada mi cara, espero que el sonrojo haya pasado

Tomo otra fresa con gesto pensativo antes de replicar -no le habia dado tanta importancia hasta ahora... supongo que fue por eso- digo un tanto timida, tomo el tenedor y pruebo un poco de postre -¿crees que es un secreto muy vergonzoso?- pregunto con mi fija vista en el, yo realmente no lo se del todo, despues de todo el es el primero al que le cuento esto

Así que ahora me está retando y quiere ver el auto primero. Me cruzo de brazos, aunque en realidad, no estoy enojado, todo lo contrario, me divierte. Y es en gran medida por cómo se pone ella, cómo me pongo yo y cómo se ponen los mirones. Definitivamente me divierto cuando estoy con ella.

- Pues... lo escogerás tú. Así que lo vemos cuando quieras. Me caerá bien un segundo postre.

Le hago un guiño, para que confirme lo que le estoy diciendo, aunque creo que bien que se entendió mi segundo postre. En estos momentos se me desata mi nimia parte heterosexual.

Empezamos a comer, aunque creo que Nay va a comerse primero todas las fresas del pastel. Yo en cambio, como todo junto con el tenedor. Hablamos sobre lo que me acaba de contar.

- En realidad, no. Creo que es peor hacer cuentas y descubrir que eres una verdadera puta. Aunque bueno, tengo muchos más años que tú, normal que si digo que he cogido con blabla muchas personas y me vean pues piensen que son demasiadas.

Sonrío maquiavélico.

- Pero para ti es vergonzoso... ¿por qué?

Veo como se cruza de brazos fingiendo enojo y una sonrisa de satisfacción aparece en mis labios mientras pongo un rostro serio, desafiante, probablemente estemos dando un buen espectáculo, como en el centro comercial hace un rato.

-claro que lo escogeré yo... y lo de tu postre lo veremos después- le guiño el ojo y le lanzo un beso, todos a nuestro alrededor deben estar disfrutando la escena

Después de que el mesero se va y comenzamos a comer nuestros postres el insiste en seguir hablando del tema de mi secreto, lo que daría por cambiar de tema de una vez, pero en vista de que eso no va a suceder doy un pequeño suspiro y me pongo un poco pensativa al escuchar lo que me dice, tiene razón, creo que es mejor mi situación a ser una fácil

Aparto la vista -¿para ti no lo seria?- no se por que me resulta tan vergonzoso, tal vez no quiero averiguarlo -no lo se... simplemente, me avergüenza- tomo un poco mas de pastel y lo como tan rápido que tal vez me ensucie un poco la boca...

Finjo estar molesto... digo, ya que estamos haciendo una escenita y ya todos piensan que Nay es mi novia, voy a aprovecharlo.

- ¡Ah no! No voy a gastarme una millonada en ti sin que me prometas al menos algo. Uno tiene necesidades, ¿qué no me amas?

Hago puchero, cruzo los brazos y me veo obligado a bajar la vista para no soltar la carcajada.

Llega el postre y empezamos a comer, cada uno a nuestro estilo. No puedo simplemente dejar las cosas así, necesito curiosear y saber por qué para Nay es tan vergonzoso ser virgen. Me encojo de hombros cuando me pregunta si para mí no sería vergonzoso ser casto y puro.

- Pues... a mi edad real, pues sí, pero soy muchísimo más grande que tú.

Se vuelve a poner nerviosa, pero pese a eso, es bastante coqueta. Al apurarse a comer, se llena la boca de pastel en un acto enteramente lolita. Y por supuesto que aprovecho... Me acerco a ella, la tomo del mentón y le lamo los labios para quitar los restos de pastel.

Veo como sigue con el juego e internamente sonrio, pongo mis manos sobre la mesa y recargo mi rostro sobre ellas poniendo un gesto de niña pequeña e inocente -¿no confias en mi?- le hablo con voz baja aunque lo suficientemente alto para que todos alrededor escuchen -¿y dudas de mi amor?- hago un gesto bastante dramatico y debo contenerme bastante para no comenzar a reir -eres malo conmigo- hago un puchero y me cruzo de brazos, asi no va a tener un segundo postre

Comenzamos con el postre y el inciste en el tema, suspiro, supongo que no puedo escapar de esto -lo se... pero yo tampoco tengo esta edad y lo sabes- y en un acto de rebeldia como pastel y me ensucio la boca, estiro la mano para tomar un servilleta pero antes de poder hacerlo Ryuu me toma de la barbilla, me acerca a el y lame mis labios...

Por unos segundos me quedo inmovil, mirandolo fijamente frente a mi, sin saber que hacer o como reaccionar, siento como el calor sube por mi rostro, seguro nunca me habia sonrojado tanto en la vida -¿q-que... crees que haces?- pregunto con voz temblorosa cuando logro reaccionar, llevo mi mano hasta la que sostiene mi barbilla e intento apartarme ¿que hago ahora?

El sigue con el acto frente a todo el restaurante que mira hacia nuestra mesa, sonrio internamente y me digo que no lo dejare ganar, el golpea con los puños y yo pongo una carita asustada que seguro da ternura

-no tienes que portarte asi conmigo- reclamo en voz alta -¿crees que no te amo? ¿o es que no soy tan facil como el resto de tus amigas?- aparto la vista y reprimo una enorme sonrisa pues me estoy diviertiendo en grande, el y yo podriamos armar una exitosa obra de teatro sin problemas

Hago que se arrepienta, aunque se que solo actua, pero lo tomo con una pequeña victoria, regreso la vista a el y le sonrio de medio lado -amor... sabes que no es eso- extiendo la mano para acariciar su mejilla -¿que tal si yo no soy lo suficientemente buena para ti?- bajo la vista con una expresion triste y rio internamente, quien diria que esto se volveria tan divertido

Y una vez pasada la diversion teatral volvemos al tema, debo resignarme ya que el no dejara de preguntarme hasta que sacie su curiosidad -no, no soy tan vieja- digo con una media sonrisa -pero aun asi... supongo que ya no soy una niña-

Al embarrarme de pastel el se acerca y lame mis labios, me pongo nerviosa al instante sin saber que hacer o como reaccionar, el se separa un poco solo para susurrarme al odio algo que hace que un a corriente electrica me recorra por completo, antes de que pueda hacer o decir algo el me besa

Primero un ligero rose de labios que me deja tan sorprendida como lo anterior, pongo mis manos sobre su pecho sin saber si busco apoyo o alejarlo de mi, luego el beso se intensifica, pasan unos segundos antes de que reaccione y aparte el rostro, mi respiracion y corazon se aceleran -¿por que lo haces?- pregunto en un susurro sin saber que mas hacer

Estamos armando la escenita más increíblemente genial de toda la historia. Tiene todo lo que debería tener una escenita, pero con la ventaja de que lo hacemos por diversión. Cuando Nay menciona a mis "amigas" me cuesta mucho no empezar a reírme como loco. Era algo clásico, pero no lo vi venir. Así que transformo mis ganas de reír en indignación.

- ¿Mis amigas? ¿Sigues molesta por Marina? Te dije que ella y yo no somos nada, ¡sólo me persigue! ¿En serio piensas que quiero acostarme con cualquiera? Yo sólo tengo ojos para ti...

Me arrepiento y suelto la disculpa chantajista tradicional. Dejo que me acaricie la mejillay luego pongo mi mano sobre la suya.

- Lo eres... Si no lo fueras no estaría aquí contigo ni te habría comprado un celular.

Yeah, el chico que compra a sus novias con cosas. En verdad que soy genial.

Dejamos a un lado el teatro y entonces hablamos de cosas más importantes. Pero luego ella me provoca cuando se ensucia de pastel y no puedo resistirme. Lamo sus labios, la provoco un poco y termino besándola. Mantengo el beso simple, pero sí trato de provocarla.

Se aparta y veo con agrado que está nerviosa.

- Porque puedo... Y porque quería enseñarte lo que es un beso de verdad. ¿Vas a negarme que te gustó? Yo sé que que quieres más...

Jamas habia tenido una cena tan genial como esta, cualquiera podia llevarte a un buen restaurante y hacerte pasar una linda noche llena de halagos y cumplidos pero Ryuu hacia algo mucho mas interesante que eso, y ahora estabamos frente a la vista curiosa de todo el restaurante armando una escena mas que dramatica, eso me encantaba, adoraba discutir y si lo hacia por diversion que mejor.

-si, tus amigas- giro la cabeza con indignacion -y bien sabes que no es solo por Marina, hay muchas otras que podria nombrar- lo miro molesta conteniendo una sonrisa -si de verdad tuvieras ojos para mi ya me habrias dado un anillo...- se que de algun modo ese es un buen golpe pues Ryuu no parece ser el tipo de chico que guste de compromisos

Luego parece que nos reconciliamos un poco, deberiamos cobrar por todo este espectaculo -sabes que lo material no importa tanto... y si no te quisiera tampoco estaria aqui ahora- le sonrio, no creo que vuelva a tener noche tan genial como esta

Y despues de que dejamos el teatro y el tema del que no quiero hablar el se acerca me lame y me besa, todo tan rapido y repentino que me quedo con la mente en blanco, cuando reacciono me aparto un poco de él, sus palabras hacen que mi cabeza de vueltas ahora

-yo... yo no...- y me callo, ¿yo que? no iba a decirle que me gusto aunque asi fuera, eso solo aumentaria aun mas su ego pero tampoco pordia salir corriendo y alejarme de el, genial, de nuevo sin saber que hacer, respiro un poco y trato de tranquilizarme, lo miro y le doy un pequeño zape en la frente, finjo molestia -la proxima vez que me beses de ese modo hare que te duela enserio- pero la fingida molestia pasa pronto y le sonrio de nuevo, todo un poco de pastel con mi cuchara y se lo embarro en los labios, le sonrio y le saco la lengua en un gesto infantil ¿que hara él ahora?

En realidad la mención a mis "amigas" podría hacerme morir de la risa.  Más que nada porque un reclamo más real debería incluir hombres y no mujeres, pero le sigo el juego a Nay porque es demasiado divertido.  Me hago el indignado porque no sólo va contra la supuesta chica que mencioné, sino que hay muchas más.  Levanto los brazos fingiendo estar harto, pero después viene lo mejor: si fuera en serio, debería darle un anillo.  Esto me deja sin habla por un instante.


- Ven a vivir conmigo, probemos unos meses.  Y entonces, si nos gusta vivir juntos, nos casamos.

Tenía que contraatacar de algún modo y eso del anillo sí que fue un golpe bajo porque obviamente no es algo en lo que yo vaya pensando. 

Fingimos reconciliarnos un poco y empezamos con algo de melosería, y hago la voz más cursi que puedo.


- Preciosa entonces no me digas cosas feas...  Sabes lo mucho que significas para mí.

Mi movimiento más genial es sin duda cuando se ensucia de pastel.  La beso y fantaseo con la idea de que no haya besado a nadie antes. Intenta reclamarme, pero está tan nerviosa y yo le respondo de un modo tan cínico, que sólo la contrarío aún más. 

- ¿Tú?

Por supuesto que iba a presionar...  Nay termina por darme un zape cariñoso y yo la miro como preguntándole si en serio eso era todo.  Su respuesta es ensuciarme los labios y entonces sujeto su barbilla, obligándola a mirarme. Lento, descarado y lascivo, lamo mis labios apartando la crema. Y para finalizar, vuelvo a besarla, pero esta vez sin pretensiones y sin contenerme. Esta vez soy descarado y busco provocarla.

Veo con satisfaccion como se queda sin habla un segundo ante mi reclamo por la falta de un anillo, sabia que eso no se lo esperaba y contaba como otro punto a mi favor, tenia que esforzarme demasiado para no comenzar a reir y terminar con todo nuestro teatrito.

-¿osea que piensas que lo nuestro no puede funcionar?- reclamo con molestia ante su propuesta -si me amaras...- y entonces finjo llorar un poco, oculto el rostro entre mis manos y eso me da un momento para reirme un poco mientras sigo con la escena

Despues viene la maravillosa reconciliacion, con todo y los tonos cursis y cosas melosas -entonces no te comportes asi amor... sabes que te amo pero a veces me sacas de quicio- le sonrio tiernamente, si que somos buenos.

Pero dejando a un lado todo lo teatral el parece no conformarse con ese simple acto ya que se lanza a besarme repentinamente, como no me lo esperaba me pongo nerviosa y sin saber que hacer, ese tono de voz suyo me hace mirarlo, aun nerviosa

-no, no me gusto- respondo tratando de parecer calmada -crees que por que eres sexy puedes ir por ahi besando chicas?- le doy un corto zape y lo embarro de pastel pero el no va a dejar las cosas asi, me obliga a mirar como quita la crema de sus labios y vuelve a besarme, esta vez mas brusco y finalmente me hace enojar, lo aparto con un empujon y sin pensarlo le doy una bofetada, respiro agitada y siento como la sangre sube a mis mejillas de nuevo -espero que te duela- digo casi en un susurro antes de ponerme de pie y encaminarme a la salida, necesitaba un poco de aire

Abro la boca, incapaz de encontrar algo decente que contestar y entonces empieza a llorar... Estoy completamente perdido, creo que ganó el asalto.  Susurro casi sin mover los labios.

- Eres buena...

Lo único que puedo hacer es abrazarla en modo tierno y finalmente nos reconciliamos.  Definitivo que esto era mejor que una telenovela.

- ¡Pero soy lindo! Y por algo me amas, ¿no es cierto?

Insisto sobre el secreto vergonzoso de su virginidad y termino besándola, y esta vez, no es un acto.  Levanto una ceja cuando me dice que no le gustó.

- Si no te hubiera gustado, no estarías así.  Y en realidad, voy por la vida besando chicos, así que deberías sentirte halagada.

Nay contraataca, pero no sabe en realidad con quién se está metiendo.  La obligo a mirarme mientras me limpio la crema y entonces la beso en serio.  Me aparta y me da una bofetada y la miro incrédulo.  Se marcha y llamo de mala gana al mesero para pagar rápido y salgo también.  Una vez fuera, francamente no sé si acercarme o mejor irme, así que sólo me quedo parado ahí.  Pero todo esto refuerza mi idea de que no ha besado antes.

Por entre mis dedos puedo ver como el se queda sin habla, sin nada mas que reclamar o decir cuando finjo llorar, despues de todo ver tantos doramas me sirvio de algo, cuando se acerca y me abraza sonrio de medio lado

-tu tampoco lo haces mal- le susurro mientras comenzamos con la maravillosa reconcialiacion -es cierto!, te amo- y trueno un corto beso en la mejilla por que yo no me atrevia a besarlo en los labios

Pero el no parecia tener ese impedimento ya que en dos ocaciones me beso sin decir nada, el segundo beso logro sacarme parcialmente de mis casilla asi que lo aparto, le doy una bofetada y salgo del restaurant. Afuera el viento sopla y hace un poco de frio pero no me importa, casi no hay gente por aquel lugar lo cual agradesco, siento como el se queda detras de mi, aun le doy la espalda ¿que debo hacer? podria salir corriendo o girarme y golpearlo de nuevo, suspiro, no creo que ninguna de esas dos opciones valla a resultar muy bien

-mi padre...- comienzo con voz suave pero lo suficientemente alto para que el me escuche -... era bastante controlador, durante mi infancia no tuve un solo amigo- aunque aun a estas alturas agradecia eso, habia tenido una buena infancia a pesar de eso -siempre me hizo enfocarme en la magia y todo eso, ni siquiera asisti a una escuela normal durante ese tiempo- suspire, ni siquiera sabia por que habia empezado a darle toda esta explicacion -el nunca me dejo ir a un baile o fiesta, nunca me dejo salir en una cita, ni siquiera tomar a un chico de la mano... mucho menos besar a alguien- levante la vista al cielo estrellado, rememorando -cuando el murio me concentre en otras cosas y deje de darle importancia a todo esto- me encogi de hombros -ahora todo es demasiado... nuevo para mi- miro el celular nuevo que sostenia mi mano, el celular que Ryuu me habia regalado -supongo... que despues de todo, sigo siendo una niña- y como no serlo si hasta ahora habia recibido mi primer beso -ni siquiera se por que te explico todo esto...- tal vez por que era la primera persona que realmente me habia agradado desde hacia un buen rato.

Me giro para verlo, no se que expresion habra en su rostro ¿diversion, sorpresa, lastima? supongo que da igual, supongo que debere acostumbrarme de nuevo a la soledad

Después de nuestro maravilloso acto, la verdad es que la cosa sí se convierte en una telenovela.  Está claro que la beso por molestar y por demostrarle que el "lado oscuro" es mucho más divertido que el neutral e increblemente mejor que el bueno. Pero Nay se molesta y no sólo me empuja, sino que me cachetea.  Francamente me molesta, y considero mandarla al diablo, pero pago y cruzo la puerta. 

Y sé que no puedo irme... Sería muy fácil, sólo necesitaría teletransportarme a donde fuera para alejarme de ella, pero de hecho, es irresistiblemente tentadora, justamente porque es una niña buena que ya no quiere serlo y hay evidencia de que quiere ser menos buena.  Para muestra, mentía y mintió a mi lado y logró que varios me miraran con reproche después de la cachetada. 

Pero no esperaba que ella me hablara...

Escucho en silencio, atento a cada palabra y sabiendo que esta es la explicación de todo.  Meto las manos en los bolsillos y trato de imaginar a la chibi Nay.  La palabra clave, "nuevo", me comprueba mi teoría: soy el chico que ha estado más cerca de ella.  Me felicito a mí mismo por ser tan genial y sonrío ligero de lado. 

Voltea a mirarme y le devuelvo la mirada, comprensivo.  Soy un demonio que escucha, necesito hacerlo porque sólo así sabré qué provocará la envidia en los demás.

- Porque en realidad, quieres dejar de ser esa chica buena e inocente, quieres tomar las riendas de tu vida y decidir por ti misma.

Me acerco más a ella y le aparto el cabello de la cara con una mano.

- Quieres ser al menos un poco mala, Nay-chan, y yo sé que hay algunas cosas que envidias de mí.  Soy más libre que tú y eso hace que conozca muchas más cosas de la vida.  Espero que me creas cuando te digo que no te besé porque quisiera hacerte sentir mal, sino todo lo contrario.  

Le tiendo la mano.

- No voy a disculparme porque no me arrepiento de haberte robado tu primer beso.  Te he dado una muestra de ese camino que el idiota controlador de tu padre no quería que conocieras.  Ven conmigo... y te mostraré más.

Un alma pura, algo manchada por mí... simplemente irresistible.  Y hay más, mucho más, y tiene potencial, por eso la quiero para mí.

El aire frio de afuera hace que me calme bastante, tambien refresca mi rostro por lo que ya no deberia lucir sonrojada. Una parte de mi no esperaba que me siguiera hasta aqui, pense que se molestaria y me dejaria sola; la otra parte habia esperado que viniera hasta aqui y justamente eso fue lo que paso lo cual en parte me hizo sentir remotamente feliz.

Entonces le suelto toda una explicacion de mi infancia y lo que paso despues, de por que soy como soy y no lo que me gustaria ser pero eso no hace falta que se lo diga pues el lo averigua por si solo. Cuando lo miro encuentro comprension en sus ojos, algo que no esperaba de verdad.

Y justamente mis pensamientos los pone en palabras, tiene razon, quiero dejar de ser la chica dulce e inocente que siempre e sido. El se acerca a mi y yo observo cada uno de sus movimientos y escucho en silencio todo lo que tiene que decirme, me tiende la mano y por un segundo dudo.

Pero la duda cede rapido a la total decicion de dejar de ser buena, cosa que Ryuu me ofrece basicamente en una bandeja de plata ¿como rechazar al demonio de la envidia? suspiro levemente mientras observo su mano y extiendo la mia para tomarla

-muestrame entonces- digo con total conviccion, finalmente despues de tanto tiempo podre ser libre de verdad

Salgo tras Nay... ¿Por qué?  Varias razones, la principal es que me agrada, porque me agrada y eso pasó antes; y la otra, obviamente, que es un alma pura que busca dejar de serlo, pero le hace falta un guía.  Y el mejor guía soy yo, y estaremos unidos entonces porque será mi protegida, un alma especial que será manchada por mí, el gran y todopoderoso demonio de la Envidia.  Hacía mucho tiempo que no tomaba un protegido y si ella demuestra ser tan buena como creo que es, podrá ganarse este privilegio. 

Le tiendo la mano y aunque suene cínico, lo cierto es que no le miento.  A veces lo hago, pero ahora no es lo adecuado.  Pese a todo, la consider o mi amiga y por esto le daré un lugar especial si decide aceptarlo.

Duda... otra evidencia de su inocencia y algo que espero que no sea con todo.  Porque el que duda está en camino a la fe y eso no puedo permitirlo.  Sonrío y beso su mano.  La suelto y entonces la abrazo.  Ya no me importan los demás, aunque sé que más de un soltero verá con envidia, pero ahora no es importante.  Ahora sólo importa Nay...

Dejo de abrazarla, pero dejo las manos sobre sus hombros. 

- Bien, mi pequeña discípula, voy a enseñarte la Envidia.

Le hago un guiño.  Tenemos que empezar por lo mejor y sobretodo, por algo que aleje al menos de momento, los pensamientos de Lujuria.

- Y voy a enseñarte todos los pecados.  ¿Estás lista?

Le sonrío.

- Ahora es tarde y además, creo que necesitas descansar.  Ya que no tienes casa, a partir de ahora y hasta que termine tu educación, vas a vivir conmigo.  Yo voy a cuidar de ti y voy a ser honesto contigo.  Puedes mentirle a todos los que quieras, pero no a mí, ¿de acuerdo? 

Toda una vida siendo recatada, dulce, inocente y en una sola noche ya habia mentido, habia tenido conversaciones inapropiadas, me habian besado y habia cedido a la oscuridad, un giro total en mi vida en un muy corto lapzo. Eso me habia hecho dudar un momento, antes de darle la mano, me pregunte si seria correcto "Al diablo lo correcto" y con esa decision final tome su mano.

La beso suavemente y luego me abrazo, lo cual me sorprendio al principio pero me deje llevar por el momento, cerre los ojos y oculte mi rostro en su hombro mientras una sonrisa de felicidad total se dibujaba en mis labios. Se aparta pero no me suelta, me siento contenta cuando me llama pequeña discipula. Asiento fervientemente.

-Lista- ya no hay marcha atras, voy camino a la oscuridad aunque para mi gran suerte cuento con el que probablemente es el mejor guia para ese camino.

Y aunque me siento con tantos animos y energia el inciste en que es tarde y deberia darme un descanso, pienso replicar eso pero en el fondo se que tiene razon, debo darme un respiro por hoy. Dice que vivire con el y me sorprendo, abro los ojos bastante pero luego los entrecierro con una expresion de felicidad en el rostro "Yo voy a cuidar de ti" resonban las palabras en mi mente, asiento sonriente -de acuerdo- luego lo miro a los ojos preguntandome un momento ¿por que hacia todo esto? -gracias- susurro

Todo esto es tan hermoso como genial... Nay deja de lado sus dudas y toma mi mano, aceptando dejar que la oscuridad forme parte de ella.  Me siento orgulloso de ella y siento que tiene tanto potencial como para que yo la convierta en mi primera discípula mujer. 

Beso su mano y la abrazo y noto cómo se adapta al instante a mi cuerpo y sonrío.  Hoy había sido un día excelente y lo siguiente prometía ser todavía mejor.

Me aparto y le digo discípula, que es lo que será a partir de este momento.  Es importante que se lo crea, aunque también tendremos una sesión para eso.  Acepta vivir conmigo y entonces tomo su mano y me transporto hasta mi casa.  Ya que es el primer día, le dejo la habitación de huéspedes.

- Tienes aquí todo lo que necesites.  Lo que no esté, me lo pides.  Empezamos mañana.

Le doy un beso en la frente.

- Descansa bonita.