Re: Mordiste la manzana (Priva)

por Invitado Dom Mayo 06, 2012 3:39 am

Embistio con rudeza consciente de que ese cuerpo no se romperia, pertenecia a un hechicero con mas de un milenio a sus espaldas asi que no temia por las heridas que pudiera causarle. Disfrutaba plenamente sin sentirse culpable, pues ahora Sean dominaba la situacion, dominaba su cuerpo y todo esa semilla maligna que lo incitaba al asesinato y a la destruccion de la carne se habia disipado conforme sus labios se habian embriagado paulatinamente con los de Aren. El placer de hundirse en esa carne que lo apretaba en cada movimiento de su pelvis despertaba tremulos jadeos, gemidos que ese perdian en los labios ajenos, cuyos rostro se mantenian juntos, cercanos, pero sin establecer mayor contacto.

Los ojos de Sean se nublaron ligeramente fijados en las esmeraldas contrarias y cada roce, cada caricia, cada movimiento se tornaba mas cruel, fuerte y desmedido. Algo habia hecho ese hechicero por que al escuchar sus ruegos a esa diosa, sus gemidos y su voz rota por el placer sintio que habia deseado esa situacion casi inconscientemente. De alguna forma u de otra, la frialdad del hibrido se rompia a favor de Aren y no era una casualidad que esto ocurriese. Deseaba hacerlo gritar mas alto, hasta que su garganta quedase ronca, por lo que coló los brazos por bajo sus rodillas sosteniendolo en vilo, abriendo mas las piernas y se impulso con dureza, empotrandolo contra esa precaria pared que se hincaba a la piel de su espalda.

-Grita...grita mas fuerte....que nos oigan todos, que nos oiga tu diosa...- susurro lascivo, sintiendo una emocion extra al hacerlo en un lugar tan publico. Bebio de esos labios humedecidos por la lluvia y su saliva, sin dejar de friccionar ese interior, machacando con su sexo inchado y altivo, presionando la esponjosa cavidad de ese cuerpo moreno. Justo cuando Aren se corria, su cuerpo accionó esa pequeña trampa para su pene atrapandolo tremulamente, pero aun asi, Sean retomó fuerzas para seguir moviendose azuzando el placer del moreno y haciendolo suyo propiamente.

Como fue logico, el estruendo desperto a algunos curiosos, un mendigo que dormia en la calle perpendicular a este callejon, abrigado por un par de carnotes mohosos se acerco y observaba a la pareja copular, desde una esquina. Sean sintió ese par de ojos clavados en ellos, aquel hecho lo alerto y sorprendió de igual manera y sin embargo acelero su eyaculación acabando por desbordar la estrechez del hechicero

-Aaaaghhh...- gemió lenta y pausadamente, haciendo que el mendigo se sobresaltara y se escondiera, bañado en sudor bajo sus cartones de nuevo.

por Invitado Jue Mayo 10, 2012 7:43 am

Aren cerró los ojos y se agarró a los hombros de Sean, notando que su espalda se clavaba con fuerza en los ladrillos de la pared, abriendo zurcos en la morena espalda que en ese momento ni siquiera sintió porque su cuerpo estaba ardiendo y él estaba subido en la ola que pronto lo llevaría al orgasmo, leves riachuelos de sangre, apenas unos raspones, descendieron por epidermos los hilos escarlatas y acariciaron su cintura pero no pasaron de ahi. Sintió que sus piernas eran abiertas del todo, exponiéndolo por completo, por suerte, era tan flexible como un gato e igualmente adaptable, además, no tenía vergüenza en el sexo pero, extrañamente, aquella postura, que lo mostraba entero, logró que sus mejillas se tornaran de un rosa furioso, haciendo juego con sus labios que estaban entreabiertos, acelerando la respiración en una sinfonía de gemidos.

Hubo un momento en que creyó que tendría tiempo de recuperar el resuello pero eso se evaporó en la cegadora y ruda embestida de Sean en su interior-¡AHHHHHH..AHHHH!-Aren gritó cuando aquel pene se abalanzó dentro de él,a abriéndose paso hasta el fondo y demoliendo aquel punto, machacandolo, haciendo que Aren emitiera un sollozo porque simplemente no podía más. Clavó las uñas en los fuertes hombros de Sean, no podía acceder a la piel porque todavía vestía su camisa aunque ésta se pegaba por la lluvia que empapó el cuepo de ambos pero solo Aren estaba completamente desnudo en aquel callejón, ajeno a los ojos del vagabundo que rodaron sobre su cuerpo y sobre su rostro contorsionado de placer mientras aquella polla bombeaba dentro de él.

-¡SEANNN!-y como la primera vez, la explosión de aromas naturales y exóticos fue previa a la explosión del climax del hechicero, una cascada de esperma brotó de su glande que se balanceaba con cada arremetida de Sean, la blanca sustancia manchó su pecho, sus caderas, rodando hasta el suelo. Aren gimió tremulamente como si estuviera agonizando pero agonizando de placer entre los brazos del híbrido, más semen se desparramó, manchando la cara interior de sus muslos y Aren se quedó quieto, jadeando, su rostro bajo la lluvia era brillante, una máscara de oro, poco a poco abrió los verdes ojos, nublados, confundidos.

Se agarró al cuello de Sean y se inclinó hacia delante, apoyando su mejilla contra la suya, las gotas de lluvia rodaron por su espalda, su respiración era ronca, las costillas se marcaban bajo la piel, así, ligeramente encorvado, no se podía mover, solo deseaba permanecer así durante unos largos minutos. Ladeó el rostro, despacio y besó sus labios, saboreándolos sin prisas, suspirando sobre ellos-...estoy completamente desnudo, Sean. Así no puedo regresar al hotel...

por Invitado Jue Mayo 10, 2012 8:40 am

Todos los latidos de su embravecido corazon parecian golpearle la cabeza incesantemente, palpitando sobre sus sienes. La voz de Aren entonando su nombre resono como un eco hasta perderse en la bruma de su mente transtornada ahora por el orgasmo experimentado y es que su cuerpo aun estaba temblando espasmodico, contraido dentro del otro ser, apretando sus carnes, hundiendo en ella sus uñas con tempor a que se evaporase y escapase como el caprichoso humo que mana de unos labios. Pero Aren seguia ahí, tan ido como el propio Sean, bebiendo de las mieles de los placeres que escudriñaban sus cuerpos, ignorantes de la lluvia que los mojaba pretendiendo calmar esa pasion y ese calor desbordante.

Sean respiraba entrecortado. Suave, se dijo asi mismo, piano piano... calma...su cuerpo envuelto en esa sensacion de puro gozo, cansado, pero extrañamente vigoroso por aquella sangre que lo habia en cierta manera, revivido. La explosion de olor manaba del cuerpo vigoroso y moreno del contrario, sin embargo percibio incluso los colores de esos aromas, verde selvatico, rojo rubí, amarillo canario y purpuras como las amatistas. Quedó fascinado por ese despliegue de sensaciones ignorando la situacion en la que ambos se encontraban. Fuera fruto del extasis o simplemente de la magia que encarnaba el hechicero, le pareció que era lo mas hermoso que jamas habia visto.

Esa boca y esas palabras lo distrajeron alejandolo de esa fantastica vision en la que se habia sumergido. Miró al hechicero escrutando sus ojos verdes y vivaces, ligeramente humedecidos por la situación y como las gotas de agua resbalaban por ese rostro masculino de fuerte quijada.
-Si....bueno...- susurró, su voz estaba aun trastocada, ronca y ligeramente conmocionada -No te preocupes por eso.- tomó sus labios delicadamente, como si estos fueran algo fragil que pudiera romper con facilidad y mientras lo hacia dejó de sujetar esas piernas dejando que descansaran pero sin soltar del todo ese cuerpo.

No habia rastro de remordimiento, ni indicios de huida esta vez. Habia estado plenamente consciente de ese acto, habia sido el mismo desde el momento en el cual lo acorraló contra aquella pared y no sentia deseos de abandonar esa situación. Su sexo estaba aun dentro, acogido carnal y perfectamente encajado y unos segundos después movió sus caderas alejandolo de la intima cavidad, liberandoló. Suspiró contra la boca del moreno suavemente, abrió su mirada azul celeste y busco aquel verdor intenso.

-Dormiras en mi cama...o de lo contrario derribare el muro que nos separa- declaró convencido de cada una de sus palabras. Esta noche necesitaba algo mas que sangre y sexo, necesitaba el alivio de descansar cerca de un cuerpo caliente, cerca de una persona que lo hacia languidecer de rabia asi como de otras repentinas sensaciones. Habia derretido ese hielo, tan abajo estaba ya que no quedaba capa alguna de helor en sus palabras y en su corazón.
Comodo en la fundición en la que se encontraban, tuvo que hacer un esfuerzo por separarse de él hasta depositarlo en el suelo, pero sus manos se negaron a dejar de tocar la piel desnuda de sus caderas, los torneados muslos. Subiendo, bajando, creando tejidos en lo que su tacto tocaba, ingeniando un nuevo atuendo para el.

por Invitado Jue Mayo 10, 2012 9:56 am

Aren cerró los ojos de nuevo cuando aquellos labios se volvieron a apoderar de él, despacio, culminando lo que había ocurrido entre ellos de la forma más dulce posible, aquello la pareció pura ambrosia y la devoró con su boca pero sin ser brucos porque el momento pedía de ambos sensualidad y lentitud, sus dedos se alzaron y se acariciaron el cuello de Sean, su mejilla, cogiendo algunas de las gotas de agua con los dedos, descendiendo hasta su cuello, notando que el lazo mágico se hacía más fuerte entre ellos, atando su corazón de una forma casi dolorosa pero placentera al tiempo.La lluvia estaba amainando y el cielo nocturno se despejaba, sí, bajo aquello oscuridad, lo dos brillaron mientras se fundían el uno con el otro, en la noche, en aquella ciudad de pecado, las estrellas despuntaban con nuevas promesas, todavía desconocidas.

-Ah...-gimió cuando salió de su interior, un hilo de esperma de Sean corrió por sus muslos, jadeó, notando que las paredes de su ano se contraían dolorosamente al no albergar el pene de Sean entre ellas, palpitando como si lo echara de menos. Se agarró a él cuando sus pies tocaron el suelo, le temblaba todo el cuerpo, las rodillas, apenas era capaz de guardar el equilibrio. Inspiró, despacio, había sido tan intenso, tan maravilloso que estaba como en una nube de felicidad, algo que no llevaba sintiendo en varios siglos. La felicidad, Aren sabía que no era un estado permanente, ni mucho menos, eso era una utopía, la felicidad eran momentos como aquellos que se guardaban dentro del corazón, atesorándolos.

Abrió sus ojos, ahora muy brillantes, las pupilas se dilataron del todo, de forma evidente, su aroma cambió a algo más acaramelado, quizás melocotones o fresas, evidenciando sus emociones como un libro abierto para quien supiera leer. No lo esperó, de hecho supuso que volverían al hotel y Sean se encerraría en su habitación, metiéndose de nuevo en su coraza hermética, adornada con sus modales que usaba en ocasiones como una espada para mantener a todos a distancia. Y también se había estado mentalizando para una campaña de acoso y derribo, básicamente agotarlo hasta que cayera entre sus manos. Pero fue él quien notó que con esas palabras, Sean lo derrotaba, de nuevo, lo dejaba sin defensas, apenas sin palabras ingeniosas con las cuales responder.

-No pensaba dormir en otro lugar, Sean-le sonrió pero era una sonrisa extrañamente tierna. Bajó la vista y sintió que se nuevo la tela rodeaba su cuerpo, era de tono blanco cremoso, un traje elegante, con una camisa del mismo tono verde de sus ojos, se le veía masculino y atractivo. Las manos de Sean estaban todavía sobre su cuerpo, donde obró aquella magía. Él poseía poder pero no era capaz de nada semejante, algo que parecía tan simple pero que al tiempo era enormemente complejo. Se separó un poco pero sus manos cogieron las de Sean, suavemente-Mmm..perfecto.

Le cogió de una mano y salieron del callejón, rumbo al hotel, apretó sus dedos, inspirando el aire de la noche que mecía sus cabellos castaños en torno a su rostro. Volvieron al hotel en un íntimo silencio, cómodo y cálido. Sean se acercó al mostrador de la recepción para pedir las llaves de su habitación, entraron en el ascensor, Aren aprovechó y lo acorraló contra una de las paredes y buscó su boca de nuevo, no era un beso violento ni salvaje, era más personal, dulce.-Yo suelo dormir desnudo..-susurró sobre su boca, sonriendo.

por Invitado Jue Mayo 10, 2012 10:57 am

Se adecentó las ropas como pudo mientras esos labios lo besaban tremulamente. Era dificil hacer algo mas que no fuera eso, responderle al beso, por lo que las manos de Sean no acertaron demasiado al colocarse las ropas. Increiblemente ese hecho no le importaba. Aren lucia como un perfecto caballero, con brillantes ropas, telas blancas, pues era el color que mas le favorecia, era definitivamente su color, el que resaltaba la lustrosa piel morena asi como sus ojos resplandecientes y verdosos.
Enredo los dedos en aquella union de manos, una accion tan simple como intima y caminaron juntos hacia el hotel en donde se habia iniciado, practicamente todo.

Durante el trayecto Sean se vió afectado por unos pensamientos descabellados, pasar un tiempo con Aren, aprender mas de él, preguntar por su historia, aquella que dejó inacabada en su primer encuentro y que el pudiera hundirse en sus memorias, que lo viera tal y como en realidad era y no tras su coraza de acero y hielo. Pero necesitaba mas confianza, tan solo se habian acostado dos veces y en la primera el mismo habia salido huyendo. La confianza se gana en base a pequeñas acciones, pequeñas muestras que se aglomeran hasta que uno desea abrirle el corazon a ese alguien.. ahora compartian momentos de efusiva pasion y Sean no tenia mas ganas de ahondar en un futuro por ahora.

El presente era lo que importaba. El humedo y suave beso que recibió en el ascensor junto al sutil e intenso acercamiento de ese cuerpo joven y fuerte despertó ese cosquilleo integro que se deslizo de su nuca a la columna vertebral. Sus manos rodearon automaticamente esa cintura, apretandolo a él con suma suavidad y cuando sus bocas se separaron fugazmente el ascensor abrió sus puertas dando paso a la esplendorosa y lujosa habitación. Lo mas significativo de la misma era el techo, pues en la cama, arriba, no habia techo, habia un cristal que dejaba ver el cielo nocturno. El mismo cristal tenia un mecanismo y cuando el sol asomaba por el horizonte se cerraba con una metalica persiana al igual que las otras cristaleras ahora descubiertas.

Lo condujo hasta el lecho, manteniendolo pegado al cuerpo, como dos amantes que estan a punto de dar rienda suelta a su pasion en la cama para ahogarse con besos y caricias, aunque ellos ya habian dado ese paso fuera, en la fria noche, en un callejon dejado de la mano de Dios. Dió unos pasos atras para retirarse las ropas una a una, primero la camisa, desabotonandola, retirandosela y plegandola con pulcritud mientras la dejaba en un cesto en donde se depositava la ropa sucia. Hizo la misma ceremonia con las demas prendas, doblandolas de forma perfecta, hasta que quedo completamente desnudo.

Sonrié pletorico mirando al hechicero con picardia -Yo tambien duermo desnudo- susurró y se tendió en la cama, en el mullido lecho, ocupando practicamente la totalidad de este, aun que era en verdad espacioso. Extendió los brazos hacia ambos lados y le susurro que viniera a el.

por Invitado Vie Mayo 11, 2012 5:25 am

Escuchó la campanilla del ascensor, deteniéndose, las doradas puertas se abrieron y Aren salió abrazado a Sean, todavía besándose, acariciando su ancha espalda, arrugando la tela con sus dedos, dando pasos atrás y hacia un lado, en una especie de bals donde solo ellos escuchaban los compases, de sus corazones acelerados, de sus labios tocándose y fundiéndose despacio, maravillosamente, era la música que solo ellos comprendían en aquel momento, era una melodía vieja en el mundo pero para los dos sonaba a nueva. Ninguno de los dos era vírigenes, no existía ni la timidez ni las dudas, no había errores ni besos malogrados, todo fluía con una energía que conectaba sus cuerpas. Aren suspiró contra aquellos labios que lo tenían completamente subyugado.

Sean se separó para comenzar a despojarse de sus prendas, lentamente, sensualmente, mostrando su cuerpo. Aren apenas se fijó en nada más que no fuera aquel cuerpo, recreándose la vista como no pudo hacer la primera vez, sus ojos verdes recorrieron su ancho pecho, sus abdominales, sus caderas estrechas, su sexo, aquel sexo que se había enterrado dentro él, un estremecimiento de placer bañó todo su cuerpo. Se giró para ver como aquel sensual y masculino híbrido se metía entre las sábanas de la amplica cama. Aren no quería pensar en el futuro mientras elevaba sus propios dedos para comenzar a desnudarse, él llevaba en aquella tierra demasiado tiempo, no planeaba ya nada, vivía el momento, respirando y anhelando que cada segundo fuera diferente al anterior.

Su cuerpo moreno se perfiló y avanzó hacia la cama, miró por unos intantes hacia el techo de cristal, la claraboya, se veían las estrellas, Aren conocía todos sus nombres, desde los que daban los griegos a los actuales, variaban de una cultura a otra y las constelaciones de un hemisferio a otro. Apoyó las manos en el colchón y avanzón a cuatro patas, los músculos fluyeron bajo su piel, se inclinó y depositó un beso en su cadera y luego se tendió a su lado, estiró los brazos y lo rodeó con ellos, sus piernas se entrecruzaron y lo besó de nuevo, despacio, acariciando su rostro y metiendo los dedos entre sus cabellos, aquella sería la primera vez en siglos que durmiera con otro cuerpo en la misma cama.

-Sabiendo que siempres duermes así, te será díficil echarme de tu cama, Sean-sonrió y lo besó de nuevo, no se cansaba de ello aunque notaba el extraño agotamiento después del sexo que envolvía su cuerpo. Se estiró y reposó su cabeza, mirándolo hasta que sus ojos verdes se fueron cerrando despacio, pero sin soltarlo, apretandolo contra su cuerpo, los dos emitian calor y el aroma se compartía.

por Invitado Sáb Mayo 12, 2012 10:55 pm

La explosiva quimica que habia entre ambos era algo irremediable e indestruictible. Ocurria a veces en los largos años recorriendo su camino que Sean encontraba un alma afin, por asi decirlo, la cual captaba poderosamente su atención y entonces surgian varios deseos. El deseo de compartir sus inquetudes, el deseo de ver a dicha persona mas seguidamente e incluso el deseo de compartir un mismo techo. Habia ocurrido en una ocasion, con una bella y venenosa mujer y esta vez el fruto de su atención era ese hombre de cuerpo irresistible y mirada ardiente que avanzaba gateando felinamente hasta su lecho. En esos momentos facilmente Sean podia abstraerse del mundo y centrarse en quien tenia entre sus brazos, pues la abstracción y la indiferencia hacia todo nunca supuso ningun problema para él.

Las caricias, la ternura implicita en ellas, los besos humedos y fugaces entrelazaban la primera estrofa de una cancion de melodía suave, un riff de guitarra acompañado por una voz calmada, pausada y profunda. El estribillo consistia en la repeticion de esos cuerpos que anhelan el contacto el uno con el otro, ese contacto tan intimo y profundo que los encierra en el gozo de su paraiso privado. Y luego besos, caricias, palabras mudas y miradas intensas.

Sean disfruto de esas caricias, de la atención que recibia su cuerpo, del calor de esa piel morena y del rostro contrario que finamente se abstraia en un reflejo de serenidad y descanso. Sus labios se curvaron en una fugaz sonrisa satisfecha y contrubuyó a la dulce carcel que se cernia con esos brazos enlazados a su cuerpo, rodeandolo con los propios. Deslizaba la mano, la cual podia viajar mas libremente por la anatomia del hombre, por su brazo, estrecha cintura y su muslo, acercando esa pierna, alzandola de forma que cubria las suyas.

Y no necesitaria sabanas para taparse, no queria que nada enturbiase esta vision, asi que mientras el hechicero se prestaba al plácido sueño, Sean escrutaba cada recoveco de ese cuerpo hasta finalmente llegar a su rostro. Las generosas cejas de Aren conferian sensualidad a su rostro, los labios gruesos y satinados potenciaban su lado seductor y sin embargo aquello que cautivaba mas del hechicero eran esos ojos, tan verdes como su magia natural, verdes como los bosques que tanto amaba.

Solo cuando se hubo grabado cada detalle de ese rostro pudo contemplar ahora las estrellas por largo tiempo, hasta que la tela metalica que se replegó sobre el cristal le privó de la visión, lo cual significaba que el sol no tardaria en alzarse en el cielo. Ahora si, cansado, se dejó ir y supo que esta vez su mente no lo perturbaria con la vision de ninguna clase.

Sean dormia eventualmente, pero cuando lo hacia, el sueño lo atrapaba por entero, una forma de desconectar, de descansar. Con ese sexo desenfrenado, Aren tendria que ingeniarselas de veras si no queria pasar varios dias al lado de un indiferente durmiente y debia hacerlo pues dejando un lado toda esa experiencia excitante y explosiva, tenian trabajo que hacer.

por Invitado Lun Mayo 14, 2012 6:59 am

Aren se despertó tarde, cerca de las doce de la mañana, sus ojos se fueron abriendo poco a poco, un verde manzaba que ahora estaba ligeramente empañado por el sueño, la primera visión que contempló fue el rostro de Sean, dormido, apacible y extrañamente hermoso, bañaba en aquella calma inusual, el rostro de Sean, lo que solía mostrar era frialdad, una armadura en sus expresiones pero no significaba paz, ahora lo veía por primera vez, vulnerable y con sus brazos pasados por el cuerpo del hechicero, ni siquiera el sueño pudo romper ese firme pero tierno abrazo. Aren estiró el cuello y besó, suavemente el cuello y la barbilla de Sean, delineándola con sus sedosos gajos, no fue algo premeditado sino completamente natural, la respiración de Aren rodó por la blanca piel del híbrido. Alzó las manos y suavemente se deshizo de su abrazo, aunque no pudo evitar rozar más sus piernas con las Sean, su sexo ya estaba duro y erguido.

-Mmm...-pero aquel hombre estaba profundamente dormido, no parecía que nada pudiera despertarlo. Rió y se apartó, depositando besos en sus hombros y luego sobre su pene que descansaba entre los muslos-más tarde-se prometió a si mismo. Deslizó su cuerpo fuera de la gran cama y se puso en pie, estirándose felinamente, fue hasta el norme armario y lo abrió, sacó una de las implecables camisas de Sean y se la puso sin nada más debajo, eran casi de la misma altura pero el híbrido era más corpulento que él, la camisa llegaba hasta sus torneados y morenos muslos.

Se desplazó hasta la derecha y abrió una puerta que comunicaba con gran salón, vio que había un carrito con comida, alguien se había ocupado de traer un suculento desayuno...para dos. Levantó la tapa de varios platos, habia fruta picada, tostadas, queso, mantequilla, mermelada, huevos revueltos, unas tortitas que seguramente era pecado dejarlas en el playo y ¡café!. Aren se sirvió una generosa taza y se acomodó en uno de lo sillones cuando las puertas se abrieron, dos hombras vestidos de negro, encorbatados y con gafas, Aren dio un sorbo, debían ser los subordinados de Sean, algo alarmados porque su jefe no se había presentado a primera hora. Lo miraron, algo nerviosos, no sabiendo como dirigirse a él puesto que en mucho tiempo, Sean, no había llevado a nadie a su cama.

-Ya lo despierto..-se puso en pie y empujó el carrito al dormitorio, cerró la puerta y fue hasta la cama con la taza de café. Se inclinó y besó de nuevo su sexo, lo lamio un poco y luego su pecho, despacio, las tetillas rosadas, pasó la taza bajo la nariz de Sena, sonriendo-Sean, despierta, tus hombres están aquí.

por Invitado Jue Mayo 17, 2012 3:21 am

Se encontraba en una burbuja, ignorante y ajeno a lo que a su alrededor pasaba. Descansaba placidamente sin ningun pensamiento o pesadilla o preocupación que atormentara su mente, de hecho podria decirse que esta estaba a otro nivel. Asi que las horas para el transcurrieron lentamente, disfrutando cada segundo, minuto en aquel estraño confort al cual se habia sometido. Se habia olvidado incluso de lo que tenian que hacer por la mañana, de todo ese asunto el cual lo tenia tan preocupado el dia anterior. Sabia que Aren estaba a su lado por que el calor de su cuerpo y el aroma permanecia, quizas este hecho hacia que su sueño fuera mas profundo incluso confiable.

Su cuerpo experimento un tenue cosquilleo provocado sin duda por las artes del hechicero quien opto por deleitarse con sus sentidos antes de procurar despertar al krusnik. Aunque si pretendia despertarlo con esa suavidad desde luego iba mal encaminado.
Un gruñido suave mano de su garganta y el cuerpo del hibrido se estiró levemente, moviendose para adoptar una nueva postura mas comoda. Esa fue la unica reacción.
La segunda vez que Aren se acercó y trato de despertarlo un conocido estremecimiento adorno sus testiculos y la base de su sexo ocasionando un suave suspiro por parte del rubio quien pareció espabilarse poco a poco.

De pronto su mano salió lanzada y agarró la muñeca del hechicero sin que una de esas gotas de café se volcaran sobre su rostro o cuello. Abrió sus orbes de un color azul claro con vetas celestes y asombrosa iridiscencia y enfoco su mirar en el hombre que tenia frente a el.
-Solo un poco mas- musitó con voz ronca y aterciopelada y esbozó u na sonrisa de culpabilidad al segundo de poner sus pensamientos en orden asi como las obligaciones a las cuales se habia comprometido -Llego tarde...¿Verdad?- susurro con naturalidad, sin ninguna clase de tensión y nervio, a pesar de que era la primera vez que llegaba tarde a una reunion con su equipo.

Se incorporó mejor sin soltar la muñeca del hechicero y tomó con los labios aquella taza de café tomando un pequeño trago de aquel fuerte y fragante excitante. Soltó la muñeca y la misma mano se fue deslizando por la mejilla del hechicero, por la sombra de esa barba que recubrian sus facciones masculinas.
-Buenos dias.- se acercó a sus labios y los beso prolongando el contacto al atrapar el inferior. El sabor del cafe se disipo en la fresca sensacion de aquellos labios naturales y dulces. Lastimosamente no podia pararse a jugar con Aren, aunque su sexo hubiese amanecido, como en algunas ocasiones pasaba, vigoroso y listo para la batalla.

Mas por mucho que deseara entregarse a su pasion, debia entregarse a otras cuestiones que requerian su tiempo, asi que rodo por la cama hasta llegar al borde de la misma, se levantó y se dirigió al baño en donde se daria una ducha rapida y refrescante.
Minutos despues, con una toalla anudada a su cintura y las gotas humedas cayendo de su cabello, cuello y pecho, se acercó al carrito en donde estaban aquellos platillos con suculentos dulces, pastas de todo tipo y diferentes liquidos y se vertió en una taza un poco mas de cafe que se tomó sin ninguna clase de dulzor.

-Mhhg....Vistete Aren, debemos marchar, no quiero prolongar mi tardanza.- dijo mientras dejaba la taza y se desenrollaba la toalla exponiendo asi su desnudez sin mayor problema. Abrió el armario y quedó pensativo ante que traje ponerse para esta ocasion. Tenia bastantes, en colores oscuros, practicamente toda la gama de grises y algunos en un tono azul oscuro. Cada traje llevaba consigo una configuración de la camisa, corbata y zapatos que le pegaban, todos diferentes para cada ocasion.

por Invitado Dom Mayo 20, 2012 10:29 pm

El inesperado beso en la boca de Sean subió al hechicero en una nube junto con la generosa ingesta de cafeína de hace tan solo unos minutos, los labios de Aren se movieron sutilmente para adaptarse a aquella sensual boca que estaba devorando la suya, despacio, tortuosa y dulcemente, tan prdispuesto estaba ahora a sus caricias que sintió el leve tirón de sus caderas cuando su sexo reaccionó claramente bajo su camisa, humediciéndose, un calambra placentero recorrió toda su columna y contuvo el gesto de arquearse como un gato para no romper el contacto de sus bocas. Cuando se separó, los verdes ojos de Aren estaban claramente más brillantes y luminosos, la tonalidad de una hoja de enredadera atravesada por un haz de luz sola, le sonrió, plenamente, adoraba aquella atmósfera de mutua complicidad que se estaba establecido entre ellos y que permitía que él estuviera completamente relajado sin acudir a sus actuaciones extragantes o su muro de silencio. Ladeó su cuerpo cuando Sean salió de la cama, observándolo con deseo desnudo, tan desnudo como estaba el híbrido den aquel momento, viril, viril y apuesto eran los dos adjetivos para Sean dentro de una larga lista.

Se puso en pie, bostezando un poco, el contacto de las sábanas casi lo adormiló de nuevo pero Sean ya estaba completamente alerta y él no deseaba quedarse dormido mientras el híbrido estuviera tan activo. Se acercó por su espalda, viendo que estaba seleccionando alguno de sus impecables trajes de su extenso guardaropas, era asombroso la importancia que Sean daba a su aspecto y Aren no podía culparlo a él le encataba ver que cuidaba cada detalle aunque la primera vez que se encontraron, Sean, solo vestía la piel. Le rodeó la contura con sus largos brazos, definidos y morenos, apretó su cuerpo contra el suyo y besó su nuca despacio, mordió un hombro con sus blancos dientes.

-Mmm..-estiró una mano, soltando de mala gana su piel y cogió una percha-éste.-el traje era gris perla, elegante y con un punto sutilmente plateado-póntelo antes de que te arrastre a la cama y tengamos sexo de nuevo.-bajo la mano que depostaba sobre sus caderas y apresó su pene con los dedos, masajeádolo, notando que su propia verga se endurecía contra las nalgas de Sean, suspiró y se apartó, lo devoraba el deseo por ese hombre de una forma casi dolorosa, la magía lo tenía bien atado y él se entregaba por completo, pero no era el poder, era simplemente que lo atraía como una llama a la mariposa-Voy a darme un ducha fría.-no podía ir con su falo como una lanza apuntando a todo el mundo.

Lo soltó y dirigió sus pasos hacia el baño, se despojó de la camisa, mostrando su espalda tersa, presensaba algunos arañazos de la noche anterior cuando Sean lo apretó contra la pared del callejón mientras lo embestía, dejó la puerta abierta y se metió en la ducha, abriendo el agua fría, tembló un poco y de su cuerpo manó el olor a menta, metió la cabeza bajo el chorro durante unos segundos, haciendo que el agua corriera por su nuca y espalda, entre sus nalgas, arrastrando un poco de esperma que salió de su apretada entrada-Para mi vaqueros y camiseta, Sean-pidió desde la ducha con los ojos cerrados.

por Invitado Jue Mayo 24, 2012 12:07 am

El contacto de esa piel morena contra la suya, de los brazos del hechicero rodeando su estrecha y masculina cintura, suscito un anhelante suspiro que disimulo bajo un carraspeo de garganta. Sus manos acariciaban la tela de cada traje que pasaba, todos ellos impecablemente confeccionados y cada uno de ellos con una historia tras de si. Terminaron por sujetar sus dedos aquel traje que el hcechicero le habia sugerido mientras un cosquilleo intrinseco recorria su cuerpo haciendo que este se tensase culpa de esos dedos que jugaban con su masculinidad. Sean mordio imperceptiblemente su labio inferior y su mirada destello como dos hermosas gemas de un color muy intenso y sobrenatural. ¿Que deseaba aquel hechicero? ¿Tentarlo de nuevo? De ser asi, que seguramente seria asi, estaba consiguiendolo. Su sexo presentaba una ligera rigidez que se veria de forma bochornosa bajo esa tela. Lo miró de reojo, en silencio, mientras el hechicero se dirigia a la ducha, fijando su vista en aquellas nalgas que se movian de forma tentadora, naturalmente lascivas invitandolo a hollarlas una y otra vez.

Dejó el traje sobre el respaldo de la silla procurando que este no se arrugara y dejo que la toalla resbalara por sus caderas hasta caer en el suelo. Bajo la mirada y observo su propio sexo, de alguna manera el hechicero tendria que subyugarlo por haberlo excitado. Ya llegaba una par de horas tarde, era su propio jefe....prefirio ser esta vez egoista y hacer esperar a sus hombres un poco mas. Una ducha de agua fria, dijo aquel hechicero, el agua se tornaria calida en cuanto le pusiera las manos encima.

En esos encuentros Sean habia sido irracional, pasional, una bestia en celo, dos veces lo habia poseido y dos veces lo habia hecho con rabia y lujuria. Quizas si estos encuentros se prolongasen, Sean podia demostrarle que el no era solo un amante bruto y egoista...podria demostrar que esa dualidad angelical que poseia tambien podia tomar parte en la cama.
Sin embargo ahora lo deseaba con tal fervor que no dudo en meterse en la ducha con el, agarrarlo por las caderas y pegarse a su cuerpo humedo y frio. Las gotas de agua exhaltaron su respiracion haciendo que se contuviera por un rato hasta que sus labios sofocaron sensuales besos en la nuca de Aren asi como en uno de los laterales de su cuello.

-Uno rapido...- murmuro a sus espaldas deslizando sus dedos por las nalgas del moreno, abriendolas para restregar su firme pene en aquel pasaje apretado lentamente hasta hundirlo en el mismo pausadamente pero conciso... y una vez su miembro estuvo bien alojado, apretado deliciosamente entre esas carnes, arracando un intenso gemido de sus labios, llevo una mano al pecho del hechicero acariciando las duras tetillas de este, pellizcandolas con sus dedos, jaloneando la sensitiva carne, mientras la otra se aventuraba por el esculpido y trabajado vientre hasta encontrarse con ese firme miembro, sorteandolo no obstante para manipular gentilmente sus testiculos.

-Aaah..hmm...- embistio con un movimiento de cadera la profundidad de aquel interior -eres un fuego constante...me derrites, me hechizas- musito entrecortadamente desplegando masculinos gemidos sobre el oido de Aren.

por Invitado Miér Mayo 30, 2012 4:15 am

Aren gimió con fuerza cuando aquella verga se deslizó dentro de él, abriéndolo de nuevo, cerró sus ojos, notando que todo su cuerpo ardía como si el pene de Sean lo estuviera incendiando por dentro, era algo deliciosa y torturador, su sexo ya estaba erguido y mojado cuando entró en la ducha, ahora goteó líquido preseminal, no necesitaba ni siquiera ser tocado, se correría solo con tenerlo dentro y se que moviera como solo Sean sabía hacer. Abrió más sus piernas y apoyó ambas manos en los azulejos para poder mantener el equilibrio, el agua se deslizaba por los cuerpos de ambos, firmes y musculosos, ya no era fría, en contacto con su piel, era agradablemente fresca, sonrió por aquellos besos en su nuca, cariñosos y tiernos, suspiró, aquel hombre, maldito fuera, terminaría por estar completamente enamorado de él.

-Uno rápido...-murmuró entre los quejidos que ahora exhalaba entre sus labios, por suerte el sonido del agua amortiguaba los gemidos de ambos puesto que los hombres de Sean esperaban en la habitación contigua. El hechicero abrió sus verdes ojos, bajó la vista para contemplar como aquellas masculinas manos tocaban uno de los erectos pezones de su pecho y la otra descendía por su plano vientre hasta masajear sus suaves testículos logrando que otro gemido subiera de tono-Ahh..Sean, así...sigue..-ahora no tenía pudor en expresar cuanto placer le proporcianaba tenerlo dentro de él, sobre él y a su lado. Una sonrisa se dibujó en sus labios mojados al escuchar aquellas palabras-mentiroso...ahh...eres tú quien me tiene hechizado a mi...ahh...he recorrido medio mundo para verte de nuevo..

Comenzó a mover sus caderas para ir al encuentro del pene de Sean, haciendo el contacto más intenso e imponiendo un ritmo más rápido, no esperó que se metiera en la ducha pero no negaba que lo deseó cuando lo provocó cuando ambos estaban en el vestidor, lo deseaba, lo deseaba como hacia demasiado que no deseaba a nadie, le ardía la piel y le quemaba el cuerpo si no estaba cerca, si no lo tocaba, Sean no podía comprender hasta que punto para Aren aquello comenzaba a ser importante y por qué tampoco quería arriesgar el todo por el todo. Ambos eran criaturas fuertemente independientes, autónomos, no les gustaba tener demasiados lastres cuando debían de tomar una decisión y ahora estaba con él, así eran los felinos en el fondo, no pedían las cosas, las tomaban.

-Ah...-la varonil voz de Aren era acariciante, ladeó el rostro y sus labios buscaron los de Sean, lo besó como pudo mientras estaba en aquella postura, con el falo del híbrido entrando y saliendo entre sus nalgas que temblaban por las embestidas-ya...ya...AHHHHH-Aren cerró los ojos cuando el orgasmo lo bañó por completo, apretó fuertemente sus glúteos, apresando el pene de Sean dentro de él y gritó cuando comenzó a eyacular, una y otra vez contra los blancos azulejos de la ducha-Ahhh diosa...sean...-invocó el nombre del krusnik junto a su deidad como si fuera algo sagrado para él, inclinó la cabeza hacia delante, notando que Sean todavía tenía que llenarlo con su semilla.

por Invitado Jue Jun 07, 2012 4:07 am

-¿Medio mundo tan solo?.- susurro contra su nuca esbozando una breve sonrisa antes de que esta se rompiera culpa de un fuerte gemido. Tenia el sexo ahi dentro, tan apretado y encima forzandolo con duras embestidas, presionado entre sus duras carnes, y aplastado deliciosamente para incrementar ese placer rapido y fugaz que habia surgido despues de unos cuantos toqueteos. Soltó ese pene inchado y aferro al hechicero por las caderas de forma que pudo penetrarlo con mas crudeza, el agua a pesar de ser tan fria, practicamente se evaporaba al contacto de su ahora ardiente cuerpo -Aaahh...- gruñe ronco, masculino y bravo en su oido mientras Aren lo apretaba con tremenda gula llegando incluso a suscitar una friccion dolorosa entre ambas carnes.

La voz de Aren se hizo mas sonora cada vez en aquella pequeña y nada insonorizada estancia, seguramente se oiria mas alla de esas paredes y Sean que era un celoso de su intimidad ya se preocuparia mas tarde de ello. A su voz se unieron sus propios gemidos, mas bajos, pero mas intensos, incentivados por el cosquilleo placentero que recorre sus muslos, gluteos, testiculos y pene que se expande dentro de la cavidad para dejarse fluir finalmente. Cada bombeamiento en su polla, cada chorro de esperma era una lenta penetración hasta que finalmente el hibrido detuvo sus movimientos y se apoyo en el cuerpo del hechicero, jadeante, consumido por el orgasmo que llego de forma tan repentina.

-¿Crees que esa diosa realmente te escuche?.- susurro acariciando esas caderas, deslizando los dedos por su trasero para salir de este de un fluido movimiento -mmhh....eres demasiado....atractivo. No creo que pudiera trabajar contigo y lograr mantener la compostura- sonrie besando su nuca suavemente y tomando el grifo de la ducha se echa directamente el agua al rostro, al cuerpo, a la espalda de Aren. Lo rodea de nuevo con un brazo por la cintura acariciandole el vientre y recorre lentamente con la alcachofa de la ducha el pecho del moreno asi como su vientre y su entrepierna.

-Te esperare fuera...no tardes.- musita dejando nuevamente colgada el grifo de la ducha para salir de la misma y secarse con una de las toallas de suave textura. Se percato una vez fuera en la habitación que Aren lo absorvia de forma poderosa y que cuando estaba cerca de el dificilmente podia pensar con claridad. Seria un problema desde luego si trabajaran juntos, pero esta vez solo se trataba de una colaboración puntual y luego podrian separar los negocios de los placeres. Mientras se ponia el traje que el ojiverde le habia elegido penso en aquella frase que le habia dicho en medio de aquel extasis placentero "he recorrido medio mundo para verte de nuevo.." y en lo que habia estado a punto de responderle "Y yo te he esperado por demasiado tiempo", pero no le confeso temor a equivocarse. Lo que parecia es lo que era, relaciones esporadicas, pasiones que se consumen de forma espontanea, cerilla y friccion que reaccionan con un solo movimiento.

Repeinó su cabello dejandoló hacia atras aprovechando la humedad y lo fijo con unas gotas de gomina. Ajusto bien su corbata y salió al encuentro de sus hombres, primeramente a disculparse por...lo que pudieran haber escuchado.

por Invitado Lun Jun 11, 2012 4:25 am

Aren se quedó dentro de la ducha, aun jadeando con los ojos cerrados, aquella experiencia había sido intesamente placentera, la gozó de principio a fin, Sean era tan pasional que quemaba, sentirlo asi, penetrándolo, pronunciando aquellas palabras, en unos minutos los dos gimieron bajo el chorro de agua y alcanzaron el orgasmo sin pudor, dándose placer en aquella comunión de sus cuerpos. Suspiró y poco a poco se fue irguiendo, notando que el ano le estaba latiendo, no terminaba a acostumbrarse al tamaño de aquel generoso falo que arremetía como una máquina de guerra bien engrasada. Alzó el rostro y permitó que las gotas lo recorrieran, dándose unos minutos mas para que el temblor de sus rodillas fuera amainando, se enjabonó rapidamente y volvió a frotar toda su piel pero procuró no tocar la zona de atras, dejando la semilla dentro de él, nunca lo sabía. Pero Lilith siempre fue una maldita caprichosa, siglos rogando por un descendiente y puede que ella decidiera que tuviera que ser él el recipiente.

-Mujeres...-susurró con una sonrisa, saliendo del plato de ducha, se secó rápidamente y enrolló la toalla a su cintura. Ingresó de nuevo en el dormitorio, observando a Sean, ya completamente vestido como era de esperar. Era un hombre muy apuesto y aquello se estaba convirtiendo en algo más que una necesidad física de Sean, comenzaba a ser emocional y eso lo asustaba pero tampoco podía negarlo, no deseaba solo estar follando día y noche con él, era mucho mas, no era imbecil, por algo había estado dos veces casados pero no era momento de hablar de ello. Todavía debía esperar, Sean tenía sus secretos como el y puede que no fuera una pantera a la que le gustara ponerse un collar aunque llevara incrustado esmeraldas.

El hechicero se atavió con las sencillas ropas de la noche anterior, pantalones de lino blanco a la cadera y ahora cogió una de las camisetas negras de Sean, no era tan ancho de espaldas como él pero estaba marcado sin ser robusto. No se calzó, sabiendo que dentro de poco tendría que usar su magía y Aren entraba en comunión directa con la tierra a través de la planta de los pies. Se repasó los cabellos castaños con sus dedos y le sonrió a Sean-Preparado...-ahora su aroma era a bosque, fresco y relajante.

Los dos salieron al salón donde esperaban los hombres de Sean que se pusieron en pie de inmediato e inclinaron la cabeza, llevaban gafas de sol y parecían agentes del FBI.-señor, los coches están preparados.-le dieron un tablet con todo el contenido de la orden del día. Aren se mantenía tranquilamente a un lado, cruzando los brazos sobre su pecho, esperando. Se sentía lleno de energías y ardía en deseos de usar la magía, sí...la magía funcionaba mucho mejor cuando tenían un claro propósito en mente y ahora Aren estaba completamente enfocado hacia Sean. Cogió una manzana del carrito y la mordisqueo mientras abandonaban la habitacion para ir hacia los coches estacionados a la entrada del hotel. El hechicero casi rio al sentir el ambiente dentro del ascensor, la mirada de los hombres sobre él, todos sabían que Sean y él tuvieron sexo duro y rápido en el baño.

por Invitado Mar Jun 12, 2012 8:09 am

Enseguida Sean vió que su diculpa no tenia por que, aquellos hombres no se alarmaron e incluso, el mas cercano a Sean quien podria atribuirse como su mano derecha, le dio unas palmaditas en la espalda. Ellos no lo habian visto nunca con nadie por que el mismo era bastante cuidadoso en sus relaciones asi que estaban mas sorprendidos que asustados. Hasta ahora no sabian que su jefe tenia ese tipo de apetencias sexuales. Esperaron al hechicero y en cuanto salió ya vestido y aseado todos juntos entraron al ascensor. Sean repasaba la tablet leyendo los puntos del dia mientras Aren se comia la manzana sin ocultar ni un apice aquella expresion de satisfaccion. Sean lo miró de reojo y se permitio una sonrisa y una risilla rompiendo un poco el esquema de hombre serio que se habia labrado entre sus chicos.

Al salir del hotel los coches de alta gama esperaban, en total un numero de dos en donde el grupo de seis personas se dividirian. Dos hombres en el primer coche y cuatro incluyendo a Aren y a Sean en el otro coche. Se dirigian al sureste de la ciudad, allí el krusnik tenia un edificio en plena reforma pero sin cambiar la estructura antigua del mismo. Lo estaban adecentado tras años de abandono por no haber dinero con el cual remodelarlo.

-Nos dirigimos al edificio St Louis que consta de tres plantas.- explicó a Aren mientras viajaban por la ciudad, poniendolo al corriente de todo -Esta en plena reforma debido a unos disturbios anteriores.- le pase la tablet en donde habian imagenes del edificio antes de ser atacado, despues y como estaba siendo la reconstruccion -La idea es hacer de este edificio un sitio completamente seguro para mudar a unos huerfanos muy especiales. Te hablo de niños con poderes, hibridos, krusnik y demas razas cuyos familiares se perdieron en las recientes guerras y altercados o simplemente fueron abandonados.- hizo una pausa mientras rememoraba el ultimo ataque a aquel orfanato en compañia de dicho angel y se dispuso a contarle los hechos.

-Hace unos meses tuve un encuentro con un arcangel, dicho hombre estaba al cargo de un orfanato en donde vivian estos niños peculiares de los que te he hablado- se explico con calma escrutando esa mirada verdosa y atractiva, estaba siendo completamente profesional, ambos debian aprender a separar lo que sea que tuvieran, del trabajo -Rechazamos un ataque demoniaco comandado por un general infernal el cual quiere o bien destrozar a esos niños para llevarse simplemente sus almas o bien para recuperar a algun hijo, ignoro los motivos. Iba a llevar a cabo este plan conjuntamente con este arcangel...pero recientes noticias me han confirmado que ha caido en gracia por pecados, a saber cuales.- se detuvo y acomodo en el asiento ladeando el rostro para mirar por la ventanilla. Y mejor no seguia hablando de ese arcangel caido, Sean se habia sentido profundamente decepcionado y enfadado con el, aunque no lo expresara abiertamente. Tras una noche de consejos "No pierdas el camino de la bondad, no te dejes llevar por las tentaciones" ...resultó que no habia sido fiel a sus principios.

Abandonaban las avenidas lujosas de grandes hoteles ostentosos e iban a un barrio de clase media.

por Invitado Mar Jun 12, 2012 10:29 am

Aren se inclinó hacia delante en el asiento, notando el cambio en la actitud de Sean, ahora estaba separando lo personal de lo profesional y sutilmente le estaba diciendo que el hechicero también debía cambiar a aquel registro, ahora no era momento para otras cuestiones...más placenteras. Los dedos morenos cogieron la tablet y sus ojos verdosos observaron el plano del edificio y escuchaba las palabras de Sean, cuando mencionó al ángle caido alzó la vista, sonriendo levemente y guardandose la opinión que él mismo tenía sobre los celestiales, precisamente aquellos que solían presumir de virtud eran lo que luego carecían completamente de ella. Prefería a los pecadores confesos al menos ellos eran del todo sinceros, él no se consideraba ningún santo y sabía bien de sus virtudes y defecto, no ocultaba nada de lo que era y prefería que con Sean fuera así. Los dos sabían a que atenerse el uno con el otro.

Apartó los esos pensamientos a un lado, volviendo a centrarse en la tarea que pronto tendría entre sus manos, le gustaba sentir que su magía tenía una finalidad y que ponía al servicio de otras personas, no por altruimos innato sino porque Sean estaba pidiendo aquello de él y se lo daría gustoso- Y quieres un tipo de protección mágica.-abrió el plano del edificio con los dedos, tocando la pantalla-veo que hay jardines, eso es perfecto-la magía de Aren estaba profundamente entrelazada a toda la vida vegetal-Los demonios no son criaturas sutiles, si sienten una concentración de energía, vendrán solo por ver que es y si pueden devorarlo.-le devolvió la tablet-tenemos que ser más astutos que ellos.-Aren ladeó el rostro, mirando como pasaba el paisaje por las ventanillas-engañarlos. Urdiré varios tipos de hechizos que se renovaran a cada segundo con el propio ladito de las vida de la tierra. Uno de ellos será para engañar sus sentidos, no veran el edificio..no lo sentiran, el otro sera una segunda barrera más agresiva en caso que logren traspasar el subterfugio, algo que protega a los niños en caso de ataque.

Aren suspiro levemente y cerro los ojos, recostándose en el asiento, ahora reuniendo fuerzas-Entretejer los hechizos me llevará el día entero y parte de la noche. Nadie debe tocarme y estaré completamente abstraido e indefenso-abrió los ojos-dejo mi cuidado en tus manos. Luego me sumiré en un sueño de dos días dependiendo de mi gasto de energía-era lo común, cuanta más poder se empleaba más precisaba descansar su cuerpo y su mente, esa era una de las grandes debilidades de los hechiceros y unas de las razones por las cuales no dominaban el mundo, la otra es que no se soportaban entre ellos.

Viró el rostro cuando el coche se detuvo y le abrieron la puerta, Aren suspiró cuando sintió la luz del sol y le sonrió a Sean-Cuando despierte...reclamaré toda tu atención, procura poner tu agenda al día, Sean.

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