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Ruinas, desolación, aburrimiento.

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Ruinas, desolación, aburrimiento. Empty Ruinas, desolación, aburrimiento.

Mensaje por Invitado Lun Abr 02, 2012 5:54 am

A estas alturas, Samael no podía determinar si abandonar el Hades fue un acierto o una equivocación. El aburrimiento no se esfumaba, y pese a degustar morbosamente el paisaje destrozado y catatónico que la ciudad de Vollkommen le obsequiaba, prefería admirarlo desde un punto más alejado e impersonal.

Arqueó una ceja, trepándose a una columna de piedras y y cenizas dispersa en el asfalto en pos de no arruinar su pulcra vestimenta, bufando tediado y con el bastón sobre su hombro. Necesitaba víctimas, un ángel incauto o un demonio estúpido; preferiblemente alguien con cuya astucia fuera capaz de competir con la suya, al menos, por asomo.
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Ruinas, desolación, aburrimiento. Empty Re: Ruinas, desolación, aburrimiento.

Mensaje por Invitado Lun Abr 02, 2012 7:50 am

Desconocía si la noche me daría buenos frutos, o simplemente tendría otra hastiada y melodramática acción de Leviathan. No pensaba encargarme de los pañales sucios y la alimentación de nuestra criatura, por mí lo haría crecer hasta su talla adulta y le daría una espada, así como una lanza, para que se moviera con gracia y crueldad por los valles oscuros de este mundo. Haría que su retorcida alma saciara mis ambiciosos planes, el primero de todos hacer sucumbir a la Tierra en la oscuridad y crear el propio infierno frente a los ojos mortales. Quería convertir en vasallos a todos los seres que pululaban por las calles de las ciudades más asombrosas, las cuales comenzaban a estar reconstruidas como antaño. Si bien, a mi lado deseaba demonios de alto rango, como yo mismo, y algunos ángeles caídos que me fueran de utilidad por su vileza.

Me obligué a mí mismo a ser partícipe de la vida de mi hijo, uno de tantos vástagos que habían parido para mi deleite. Sin embargo, este no era un escombro lleno de retorcidos planes que no se llevarían a cabo por su nula capacidad de poderes. Este sería un gran guerrero que tendría complacido con mi ingenio y le haría ser fuerte entre las sombras. Aunque bien sabía el dicho de “cría cuervos y te sacarán los ojos”, pero sabía que si movía bien mis cartas conseguiría un arma poderosa para mi ejército, sangre de mi sangre.

Dejé Los Ángeles para buscar algo con qué entretenerme, decidí que mis hermosos y lujosos locales de Europa o Asia no serían del todo satisfactorios para mí en este día. Deseaba contemplar la crueldad en su más oscura y hedionda esencia. Quería palpar los estragos de aquel caos que se liberó hacía más de dos siglos. El 2012 fue una fecha deliciosa para nosotros. Si bien, no había que recrearse en una victoria tan nimia.

Podíamos ser colosos, pero aún Dios parecía tener su sello. Primero tendríamos que hacernos cargo de sus pájaros celestiales, los cuales gracias a mí caían como moscas frente a un insecticida. Había provocado la caída de Rafael, tan sólo tuve que mandar a dos de mis más estúpidos y crueles hijos a un orfanato. Después, gracias a su caída, cayó una de las virtudes y como efecto dominó Miguel y varios de sus guerreros.

Me personé en las ruinas de Wolkommen, guarida de ratas y seres indignos. Alimañas que se consumían entre los escombros tomando la última droga sintética del mercado. Si bien, muchas veces me divertía destrozando sus cráneos y notando entre mis dedos lo viscosos que podían ser sus cerebros. Mi traje negro no contrastaba con la oscuridad reinante, ni siquiera mis cabellos largos y oscuros que se movían con magnificencia junto al aire helado que recorría las ruinas. Mi camisa verde sí era llamativa, igual que mis ojos. Buscaba allí algo de diversión cuando lo divisé.

Samael, el cruel Samael, el mismo que buscaba la loca de su esposa desde hacía años. Ella trabajaba para mí, era eficiente. Recordé el pacto que habíamos hechos saboreando mis labios. Un hermoso día para mí, para mis planes, sin embargo desconocía qué podía hacer aquel ser allí jugando con las piedras quemadas que aún parecían humeantes. Mis pasos se movieron elegantes, aunque algo toscos, sin demasiada celeridad. Deseaba saborear el encuentro antes de ofrecerle un poco de diversión a cambio de nada, era bueno congraciarse con los de mi misma escala social y no tenerme que conformar con demonios insulsos.

-Samael, quién lo diría. Alguien de su estatus en estas ruinas ¿viene acaso a destrozar los cráneos de los idiotas que visitan el lugar completamente drogados?

Mi tono sonó conciliador, aunque mi voz oscura poseía unos matices crueles imposibles de ocultar. Me divertía entablar conversaciones intelectuales y crueles con mis hermanos. Era gratificante sentir el poder de los infiernos sobre la Tierra.
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Ruinas, desolación, aburrimiento. Empty Re: Ruinas, desolación, aburrimiento.

Mensaje por Invitado Lun Abr 02, 2012 9:38 am

Podría estar haciendo cosas mucho más provechosas en alguna otra parte, se recordó. Jugar con la mente de Lucifer, moldearla a placer y hacer que en ella penetrasen ideas perversas era mucho más divertido que ensuciarse los pliegues del pantalón, aunque bastante complicado considerando la conducta inmadura y testaruda del quejumbroso 'ángel'.

Una voz llamándolo acarreó su atención, encarando con sus platinados y fríos ojos a la figura alta e imponente de una criatura de la oscuridad. Una sonrisa curveó sus labios delgados, sus párpados se entrecerraron y la malicia decoró cada uno de sus rasgos. Era poder en su más puro y primitivo estado. Maldad, demencia, crueldad, oscuridad. Era hasta conciliador encontrar a una criatura que poseyera tantos defectos tan bien apreciados a sus ojos...

-Me ofende, Caim. ¿Cómo puede tan siquiera concebir que alguien como yo se tomaría la molestia de embadurnar sus manos con sangre de criaturas tan irreverentes como humanos? Mucho peor, humanos que no están siquiera consientes de lo que ocurre a su alrededor-negó, posando ambas manos sobre la cabeza de la serpiente plateada de su bastón-pero confieso que he salido de mis territorios para buscar algo o alguien que pueda lograr desempolvarme. Es lamentable darse cuenta que escasean las criaturas que son capaces de llamar mi atención y entretenerme, aunque sea un par de horas. Parece que lujuria derritió sus cerebros mientras pereza y gula acabaron lenta y tortuosamente con las pocas neuronas que les restaban.
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Ruinas, desolación, aburrimiento. Empty Re: Ruinas, desolación, aburrimiento.

Mensaje por Invitado Lun Abr 02, 2012 11:05 am

-A veces es necesario destruirlos, son sólo escoria que gastan aire.

Respondí antes de quedar parado frente a él, a varios metros mientras lo observaba fijamente. Sus cabellos blancos contrastaban con la oscuridad del lugar, era como un fantasma que danzaba entre las ruinas. Acomodé uno de mis gemelos antes de lanzarle una proposición que quizás encontraría agradable.

-Poseo varios locales de distinta clase y gusto. Desde burdeles hasta elegantes casinos, billares, seductores hoteles llenos de elementos de la naturaleza, confortables clubs masculinos donde se puede tener conversaciones estratégicas con otros demonios y en definitiva un imperio donde los seres como nosotros ganan, mientras los humanos pierden sus almas.

Hice aparecer en mis manos un par de folletos del club social para caballeros, era estilo británico y estaba situada en una de las calles más elegantes y lujosas de Los Ángeles. Un lugar donde se podía tomar una cerveza, tal vez un brandy o jerez, mientras se conversaba sobre los asuntos más importantes del mundo. Negocios son negocios y allí se podía forjar buenas alianzas.

-Le invito una copa allí, así quizás le pongo al día de todo lo que se puede hacer en el mundo.

Sonreí de forma fría esperando que tomara aquellos folletos. Eran locales donde no tendría que verse rodeado de humanos, sabía que cada uno de nosotros tenía gustos diferentes y por ello mis productos se diversificaban. Deseaba hablarle de todo lo aquello que creía oportuno, también esperaba alguna noticia de interés por su parte. No me agradaban las reuniones llenas de magnates de los infiernos, pero sí las charlas con una copa y un ambiente adecuado. Me gustaba manejar mis negocios a mi estilo, con elegancia y cierta clase que a muchos parecían escasearles.
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Ruinas, desolación, aburrimiento. Empty Re: Ruinas, desolación, aburrimiento.

Mensaje por Invitado Lun Abr 02, 2012 11:27 am

Escuchó inexpresivo la proposición del demonio, de principio a fin. Agachó la mirada y revisó con desdén el contenido de los mismos. Lujos humanos, terrenales, tan ajenos a él. No es que no los apreciara, aunque fueran seres efímeros, esos sacos de carne y hueso eran capaces de crear cosas impresionantes o poseer mentes prodigiosas que compitieran con la suya; o con muchos ángeles y demonios. Era triste rectificar como muchos seres imperfectos tenían más ingenio que las criaturas inmortales.

-Tal parece que ciertos atributos mortales te sedujeron, amigo mío-pasó un cabello tras su oreja, dejando que la mirada esmeralda se batiera con la propia en un combate silencioso y cortante-Pero tienes buen gusto. He de admitir que si bien muchas de estas cosas me parecen aburridas, discutir de asuntos serios con una copa de un buen licor en mano y un espectáculo interesante frente a mí suena más seductor que buscar entretenimiento en un lugar donde ya no hay vida-hizo una pausa-Corrección. Los vestigios de ineptitud humana y de la sed de poder de criaturas que pelean sólo por batirse es interesante, más no el compartirlo con entes de mente nebulosa o demonios con poca capacidad lingüistica. Tu comprenderás, hermano mío, que en mis salidas más asiduas en tiempos remotos, el uso correcto de la palabra y el pensamiento era un requerimiento necesario para sostener una conversación. Ahora que los estándares han bajado, incluso hasta los infiernos, me temo que queda muy poca gente con la que sea agradable intercambiar ideas.
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Mensaje por Invitado Mar Abr 03, 2012 2:31 pm

-Los humanos son insectos a los cuales hay que quitarles importancia, sin embargo es mejor tenerlos como vasallos que coman de la mano dócilmente que muertos. Me gusta escuchar sus chillidos de dolor, sus exabruptos cuando los torturo y sus risas falsas cuando creen haber encontrado en mí a un amigo.

Algunos humanos eran útiles para torturar a otros. Seres que tenían el cerebro retorcido y eran poco más que alimañas, aquellos que usaba en mi beneficio para atraer al resto al círculo vicioso del terror y la comedia más cruel. Seres que se desnudaban pidiendo caricias de un amo que veían como a un padre benefactor. Si bien, yo no era más que un demonio que se entretenía con sus juguetes hasta que terminaban siendo inservibles. Reponía las piezas con facilidad, pues pese a estar casi extinguidos se reproducían como conejos. Sus alaridos calentaban mi sangre y me hacían sentir vivo.

-Mis locales tienen el lujo justo, un mundo elegante y sofisticado que ellos no comprenden. No saben apreciar los matices ni la originalidad de mis servicios, tan sólo los piden porque están de moda.

Una gran mayoría de mis clientes eran humanos, ya fueran vampiros o de cualquier estatus social. No importaba si ya estaban muertos, lo importante eran la raza de la cual provenían aquellos indignos malnacidos. Si bien, si deseaba energía oscura que saliera de sus almas, un poco de poder por cada humano, convirtiendo esta en un perfume embriagador y poderoso, debía hacerles sentir en el paraíso.

-Vendo mentiras a precio de oro, amigo mío.

Mis ojos verdes se hundieron en los suyos mientras una sonrisa cruel se deslizaba por mis labios, mostrándome como un ser digno de mi rango. Era uno de los presidentes infernales, un demonio poderoso que no atendía a razones. Sabía que él me comprendería, como la mayoría de mis hermanos y hermanas. Muchos olvidaban por completo qué eran y se dejaban llevar por el sentimentalismo. Yo sólo sabía de lealtades y de iguales, el amor o cualquier baratija absurda podría ser consuelo de humanos, y al parecer también de emplumados, pero no de alguien como yo.

-El conocimiento es algo importante, siempre lo ha sido, si bien no sólo hay que tener conocimiento. Conocimiento sin saber cómo darle uso o cual es su función es conocimiento vacío, insatisfactorio, y poco práctico. Sin embargo, me gusta discutir esto con una copa lejos de este lugar.

Si había ido allí había sido únicamente para alejarme de Leviathan. No comprendía como podía estar tan testarudo. Empecé a barajar la opción que el embarazo lo había vuelto idiota, aún más idiota de como ya estaba. Era como ver a un niño caprichoso, completamente desquiciado, exigiendo que le dieran algo que jamás fue suyo.

-Acompáñeme.

Coloqué mi mano derecha sobre su hombro izquierdo, nos moveríamos hacia otro plano mucho más agradable por su confort. Sería uno de mis negocios más serios, un lugar donde la música que se escuchaba era la del crepitar de la hoguera en invierno y el murmullo del billar. Un club para caballeros donde había salas distintas distribuidas por todo el negocio. Decidí dar a parar en la biblioteca, un lugar propicio para un brandy mientras se admira alguna de las obras de arte allí reunidas, se hojea el periódico o un buen libro, se conversa con cautela sobre noticias de este mundo o simplemente se guarda silencio disfrutando la copa.

La biblioteca estaba repleta de libros de literatura de cualquier género, no importaba bien cual fuera sino la calidad del autor y la obra. La moqueta de color verde contrastaba con los altos muros de madera y los sillones cómodos tapizados en cuero de color negro. Sólo había un demonio en aquel lugar, el cual al vernos se levantó llevándose el periódico de la ciudad bajo su brazo.

-Tome asiento donde guste, hay sillones y lugares en esta amplia sala para elegir.
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Ruinas, desolación, aburrimiento. Empty Re: Ruinas, desolación, aburrimiento.

Mensaje por Invitado Miér Abr 04, 2012 11:39 am

Al aparecer, Samael no perdió el tiempo en recorrer analíticamente el lugar con la mirada, distrayéndose con los exquisitos cuadros pintados, o con la cantidad de libros distribuídos en los abarrotados estantes. El lugar era callado y se olía privacidad y confort. Completamente lo contrario al sitio donde estaban previamente.

Se permitió elevar las comisuras de los labios, arrugando suavemente su piel y la nariz de manera cómplice, escuchando a ese ser que los recibió, elevando una ceja y mirándolo como si de un insecto se tratara. Su presencia no merecía sus palabras ni su atención, y no pensaba intercambiar diálogos con Caím si un invasor los perturbaba.
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Ruinas, desolación, aburrimiento. Empty Re: Ruinas, desolación, aburrimiento.

Mensaje por Invitado Jue Abr 05, 2012 5:41 pm

Existía una mesa redonda en un lugar algo apartado de aquella inmensa biblioteca, en la cual ya nos encontrábamos a solas. Poseía una pata principal, en la cual se apoyaba, y esta emulaban la figura representativa de los demonios, un macho cabrío. En el centro se podía encontrar tan emblemática figura sosteniendo la gruesa tapa de la mesa. Las vetas hacían juegos más oscuros por el centro. Era una mesa hecha de una sola pieza, tallada a mano. A su alrededor se encontraban seis sillas cuyos respaldos eran resistentes y altos, así como bastante amplio el asiento forrado en terciopelo rojo. Eran sillas cómodas, con unos brazos que emulaban garras que surgían del asiento dándote la bienvenida. Los brazos tenían incluso detalles ínfimos y que jamás nadie hubiera prestado atención, poseían vetas talladas que emulaban el vello de los brazos y cada uña parecía real. Prácticamente provocaba la pavorosa sensación de estar sentado sobre otro demonio, el cual podría atesorar tu cuerpo hasta hacerlo crujir, dejando tan sólo la envoltura inanimada de un cuerpo muerto.

-Tome asiento.

Indiqué antes de dirigirme un pequeño mueble, el cual parecía a simple vista ser un reloj de pie. Sin embargo, dentro de sus tripas guardaba buenos licores. Saqué un brandy del sur de Europa, uno de los mejores para paladares exigentes. Tomé un par de copas anchas y las dispuse en el centro, vertiendo de esta forma un poco, de bebida alcohólica, en cada una de ellas.

-Le invito.

Dije con mi tono de voz relajado, aunque perversamente oscuro, mientras me sentaba frente a él esperando alguna queja. Conocía bien a muchos demonios y ángeles caídos de gran poder, como era él, y sabía que siempre tenía alguna pega que debía solventar.

-Mis negocios no son siempre tan silenciosos, ni con la sabiduría rezumando por las paredes. Me gusta torturar de forma angustiosa a los humanos, esclavizarlos y someterlos ofreciéndole los lujos innecesarios por los cuales venden su alma.

Me apasionaba darles todo, ver como prácticamente me veían como un Dios omnipresente, para después hundirse en la realidad asfixiándose, bebiendo el veneno del dolor y terminando por escupir en medio de los rituales perversos del infierno. No importaba si eran drogas, alcohol, sexo de lujo, sangre de vampiros milenarios, poder o simplemente un ínfomo capricho. Todos ellos generaban para mí en mis locales apetitosa energía oscura, la misma que nos nutría, hasta ser consumidos como velas.

-¿Qué le trae por este plano? ¿Se hastió de los infiernos?
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Ruinas, desolación, aburrimiento. Empty Re: Ruinas, desolación, aburrimiento.

Mensaje por Invitado Vie Abr 06, 2012 10:59 am

Siguió en pulcro silencio cada uno de los movimientos del demonio, agradeciendo internamente que aquella escoria de menor rango hubiera desaparecido para poder dialogar con mayor soltura.

Elevó una ceja al mirar la mesa y las sillas, antes de mirar al demonio con gesto burlón y apreciativo. Su buen gusto era retorcidamente exquisito. Esas piezas parecían talladas por las diestras y amaestradas manos de un ángel, posiblemente drogado o sometido a elaborar una labor que iba en contra de sus principios.

Tomó asiento y aceptó el vaso, deslizándolo bajo su nariz una vez que estuvo lleno y embriagándose con su aroma.

-No eres el único que se deleita con la ineptitud y desesperación de las razas que se someten ante sus deseos. Verlos esperanzados, pensando que acudiendo a nosotros les obsequiaremos todo aquello que ellos desean y que, ingenuamente piensen que pueden evadir los contratos...eso es mucho más entretenido-se mofó, dándole un sorbo a la bebida entre sus dedos, recogiendo las rebeldes gotas que quedaron impregnadas en su labio inferior con un movimiento de su lengua-Y en cuanto a su pregunta...si, me temo que si. Es vergonzoso el aceptar que la ineptitud pareció abrazar a todos los demonios que restan en el Hades. ninguno sin la capacidad de informarme claramente que es lo que había ocurrido en mi ausencia, contestándome con información vaga y mal disfrazada...-esbozó una sonrisa torcida, antes de proseguir-además, he de confesarle que huyo de mi 'esposa'.
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Ruinas, desolación, aburrimiento. Empty Re: Ruinas, desolación, aburrimiento.

Mensaje por Invitado Vie Abr 06, 2012 2:19 pm

Su esposa era una mujer ardiente e insatisfecha, la cual se ofrecía como mercancía de lujo ante los ojos de cualquiera. Parecía desear ser amada de alguna forma. Realmente era una mujer temperamental que detestaba a su hermana, la también hija de Dios, Lilith. Ambas mujeres parecían destinadas a estar solas pese a su belleza, quizás su carácter las hacía ser insufribles a largo plazo. Había tenido ciertos tratos con ella para mejorar mis negocios, atrayendo las prostitutas más atractivas para mis clientes más sibaritas, a cambio podía pasearse por ellos jugueteando con los mortales.

El lugar donde nos encontrábamos no era más que un edén particular, un lugar donde podía esconderse de ella. Aquí no la hallaría. Tan sólo encontraría demonios con cierto carisma, pese a sus distintos niveles de fuerza, y algún ángel caído de portentosa maldad y fuerza. El resto no podía pasar más allá del hall, pues eran expulsados inmediatamente. No había presencia de humanos, tampoco de mujeres. Era un club para hombres de negocios, igual que poseía uno para mujeres en París. Allí ellas podían socializar, tratar temas importantes y hacer pactos que las hicieran más mortíferas. Tenía todo pensado, no había nada que se escapara.

-Su mujer es alguien temperamental, pero cuando se le ofrece aquello que tanto desea se vuelve un cordero bastante sumiso. Ha conseguido que mis negocios aumenten en beneficios, tan sólo he tenido que ceder parte de ellos para su recreo particular así como algunos niños a los que torturar.

En concreto había ofrecido algunos orfanatos, los cuales disfrutaría día tras día. Eran centros donde podía entrar prácticamente sin ser vista, disfrutar del morbo de ver a los niños sufrir para consolar sus frustraciones como mujer.

-Es una mujer interesante, aunque estoy seguro que es imposible de soportar más de unas horas. Su fuerte carácter la hace ciertamente atractiva, así como poco práctica. Se deja llevar por la pasión, eso hace que su juicio se nuble. Una lástima, pues con su poder podría ser reconocida aún más que Lilith, a la cual odia con vehemencia.

Mi voz sonaba oscura y taimada, como si nos encontráramos en un lugar sin concretar en el infierno. Ambos saboreábamos de aquel instante lejos de cualquier oído y ojo prescindible. Mis labios sintieron nuevamente el calor del whisky, igual que mi lengua.

-El infierno ya no es lo que era, justo eso hice ver a varios presidentes del consejo. Algunos Condes y Marqueses infernales están sumamente afligidos por la estupidez paupérrima de varios demonios. Varios están enamorados de ángeles, otros de humanos y por supuesto cometiendo errores. Yo sin embargo, sigo como siempre. Carezco de sentimientos más allá de todo aquello que ofrezca crueldad, desprecio, dolor o hunda en la miseria a otros. Odio, sé que es odiar, pero carezco de eso que llaman amor. Una palabra inventada por Dios para camuflar la lujuria envuelta en estupidez.

El amor no existía. Para mí era sólo capricho y deseo convertido en versos baratos, bombones llenos de calorías y gritos de idiotas tirando monedas a fuentes, colocando candados en puentes y llorando ante una llamada telefónica. Si querían drama que leyeran los folletines de las obras infumables que elaboraban los humanos, pero parecían estar deseando experimentar lo patético en sí mismos.

-Lucifer en un principio pareció eficiente, pero últimamente ha hecho que me desagraden sus acciones. Si bien, no me pida detalles. Es mejor que se reúna con él, o simplemente observe sus pasos en este mundo.
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Ruinas, desolación, aburrimiento. Empty Re: Ruinas, desolación, aburrimiento.

Mensaje por Invitado Dom Abr 08, 2012 5:49 pm

Suspiró y negó. Según la descripción de Caim, Naamah no había cambiado. Aunque le cedía la razón al demonio, su mujer era hermosa, tenía un gusto especial para los recipientes en los que insertaba su esencia, además de ser astuta y peligrosa. Pero era insoportablemente celosa, y parecía no concebir la idea de él perteneciéndole a alguien más, mucho menos a Lilith. Pero él no era propiedad de nadie. Aceptó el título de marido sin siquiera pretender que le agradaba la proposición.

Él, a contradicción de muchos demonios, de Lilith misma, fue un ángel en los tiempos de la creación. Conoció el supuesto 'amor' y pudo ver de cerca lo falso y frágil que era. Tal vez por ello mismo fue botado al sótano. Por querer probar que ese cuento del 'amor' eran puros mitos imposibles de alcanzar, y que con cada paso dado en su tarea de caer del cielo, más convencido estuvo de que eran puras mentiras con las cuales llenaban las cabezas de los humanos.

-Lo es-cedió a Caim, reclinándose sobre el sillón, moviendo distraídamente el vaso entre sus dedos-Naamah es maravillosamente mortífera y eternamente joven. Pero es difícil de soportar cuando sus berrinches son lo único que puedes escuchar a tu alrededor cuando su hermana está cerca. Y no sólo en momentos como ese. Pero ¿Qué se le va a hacer?-ladeó el rostro-ella espera algo que sabe, jamás obtendrá de mi.

Sus ojos se oscurecieron conforme tocaban temas más severos. Dio un sorbo más profuso a su bebida, lamiéndose los labios, preparándose para hablar.

-Oh, querido amigo, si odias, puedes amar. Yo no niego que esos conceptos existan, pues en mis tiempos fui uno de esos guerreros con plumas blancas. Sin embargo, yo no amo personas, o criaturas. Amo lo que hago, el meterme a la mente de mi enemigo, el jugar con ellos, el verlos sufrir, llorar, rogar y temerme, y que no me sigan a cada sitio al que voy, mendigando por cosas que no pretendo ofrecerles.

Escuchó a Caim hablar de Lucifer con mayor intriga. Tenía curiosidad por él. Era una de las personas que más esperaba ver en los infiernos, y el primero que le avisaron, los había abandonado, pese a sus regulares visitas.

-Siempre he preferido catalogar a Lucy en un apartado distinto a los demás; sus acciones y/o decisiones tienden a sorprenderme de forma grata o desagradable. Ahora que lo menciona, me gustaría tener una conversación civilizada con él y saber, de su boca, que es lo que está ocurriendo. Después de todo, por ser quien és-rodó los ojos, ahorrándose sus comentarios burlones-Debe tener informantes en cada esquina. Ya juzgaré yo, desde mi punto de vista, si sigue siendo alguien 'útil'
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Ruinas, desolación, aburrimiento. Empty Re: Ruinas, desolación, aburrimiento.

Mensaje por Invitado Mar Abr 10, 2012 10:44 am

Comprendía lo exquisita que podía ser Naamah, lo joven que parecía en sus envoltorios que se pegaban a su alma como el vestido de satén rojo que le había otorgado. Era una mujer muy complaciente en la cama, un pequeño bocado que deseaba sentirse satisfecha en cada acción que uno realizaba. Una mujer poco agradable por los celos y momentos de histeria, pero sin duda útil cuando se proponía ser complaciente en todos los sentidos de la palabra. Tenía un negocio con ella que daba grandes frutos, cerramos el acuerdo en la cama ofreciéndole un sexo que ninguna otra criatura, salvo seres como nosotros, podía ofrecerle.

-Comprendo bien sus palabras con respecto a Naamah y su hermana, sin duda alguna dos mujeres hechas de crueldad y poder oscuro.

Si no había tenido contacto con Lilith era porque prefería olvidarla. Hacía siglos propuse un suculento acuerdo que nos habría proporcionado a ambos grandes ingresos de energía oscura, un poder más elevado al cual teníamos en estos momentos y suculentos momentos de diversión. Sin embargo, la muy estúpida, rechazó mi oferta alegando que deseaba crear sus propias fortunas. Una lástima, porque terminé por surgir a la superficie con el carisma que derrochaba en los infiernos y obtener por cuenta propia grandes beneficios. Ella perdió y yo gané, al menos era mi punto de vista.

-No conozco el amor, tan sólo de esos versos románticos tan patéticos que aún se leen antes del fornicio. Para mí sólo existe la lujuria y la crueldad, así como la ambición más pura. Aunque si le soy sincero, conozco el aprecio debido a la utilidad que me pueden acarrear y el odio surge cuando ese aprecio, o más bien respeto, se ve eliminado. En estos momentos me encuentro odiando a ciertos seres sólo porque me causan molestia, no son agradables frente a mi.

Entre ellos estaba Lucifer. Mi trato estaba otorgándole grandes beneficios de energía, dándole a varios de sus guerreros un apoyo bélico inconmensurable debido a mis hordas y me trataba como si no existiera. Era cierto que muchos simples humanos desconocían de mi existencia, pero no así los grandes hechiceros y los seres de peso. Yo era algo más que un insensible criminal que ofrecía sus negocios para corromper almas, era un elegante demonio sofisticado y engendrado en la oscuridad, por la oscuridad y para ella. Era un ser con una ambición insaciable, buen olfato para los negocios y la tortura. Tenía poder, no podía tomarme como si fuera un vulgar sirviente.

-Detesto que crean que por tener cierto cargo son superiores a los demonios que surgimos de la oscuridad, creados a sí mismos y no por Dios.

Lucifer era un caprichoso y envidioso. Lo veía como el niño que quiere lo que tiene el compañero, al desearlo deja atrás tratos de valía y se adentra en caminos intrincados que sólo lo llevan a la nada. Comenzaba a rechazarlo y a sentir urticaria cuando lo mencionaban como el gran ser de los infiernos. Yo deseaba que lo fuera, pero él se empeñaba en demostrarme que su utilidad era nula. Si bien, intentaba respetarlo pero mi trato era hostil hacia él.

-Si le digo la verdad, me encuentro en un plano parecido al suyo en diversos aspectos. Leviathan me sigue los talones deseando que me haga cargo de nuestro hijo, comprendo como se siente cuando Naamah hace acto de presencia. Así como me siento cercano a las emociones que muestran sus fríos ojos cuando habla de los inútiles, pues son una carga y evita que consigamos grandes logros. Pero también le diré que Naamah puede ser extremadamente útil cuando quiere.

Deseaba la Tierra. Quería tenerla y no era por pura codicia. Si teníamos este mundo podríamos extorsionar a los humanos, ganar más energía y divertirnos torturándolos. Podía disfrutar uno del confort mientras contemplaba la crueldad y desolación de las ciudades. Si bien, era uno de los pocos demonios que disfrutaba de los páramos verdes y la naturaleza salvaje, aquello era ciertamente un mundo agradable y lo era mucho más que la oscuridad de la cual surgimos cientos.
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Ruinas, desolación, aburrimiento. Empty Re: Ruinas, desolación, aburrimiento.

Mensaje por Invitado Mar Abr 10, 2012 11:35 am

-Oh, mi estimado amigo, no niego que Naamah sea de utilidad cuando lo desea. Es una mujer que se empeña a otorgar cualquier cosa a aquel que le de lo que ella necesita. Pero entenderá que no soy capaz de darle lo que quiere. No por completo, cuando menos.

Movió la copa entre sus dedos, deleitándose con la grata conversación que Caim le proporcionaba. Se mantuvo callado y atento, asintiendo o negando ante algunos comentarios, carraspeando cuando el demonio terminó con sus disertaciones, permitiéndose ordenar las ideas en su cabeza antes de tan siquiera pronunciarlas.

-La sensación de ver a Lucy como un niño la comparto, pero es porque se trató de uno de mis hermanos, el menor, sino me equivoco. Por lo tanto es consentido, y tiende a enfadarse cuando no obtiene lo que se desea. Muchos demonios reaccionan de la misma manera, pero él, especialmente él, detesta perder. Aunque puedo asegurarte que en el pasado, muchos de sus planes e ideas me parecieron...acertados, ha tenido momentos donde me gustaría saber en que parte tiene la cabeza, y si sigue sobre sus hombros, el porque no la ocupa-se permitió un receso, sorbiendo un gran trago de whisky que no culminó hasta ver vacío el recipiente de cristal, paseando la lengua por sus labios y frunciendo el entrecejo-Tal vez, lo que yo cuestionaría de él son sus metas. Se que tanto quiere hacer, pero no hasta dónde quiere llegar, o sus...-movió la muñeca, tratando de recordar lo que debía decir-motivaciones. Además, yo soy un poco más lógico. En lo personal, prefiero no involucrarme físicamente en nada. Me es más divertido seducir y convencer a pelear, como muchos otros lo hacen.
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Mensaje por Invitado Jue Abr 12, 2012 3:24 pm

Asentí a sus últimas palabras, así como a las dadas como descripción a los estados que podía mostrar la personalidad de Lucifer. Si bien, en ocasiones sentía vergüenza al escuchar ciertas informaciones. Aguardaba el momento en el cual pudiera proceder a mostrar mis quejas frente al líder de la organización en la cual estábamos ambos involucrados.

-Se pueden ganar guerras moviendo peones sobre un tablero, no hay necesidad de mancharse las manos más de lo necesario.

Agité la copa mientras observaba el líquido acariciando el fino cristal, mis ojos verdes fulguraban de forma llamativa. Era un ser extremadamente racional y frente a mí tenía un igual que se embutía en la palabra más que en los actos, podía tenerlo de inversor quizás si le ofrecía una porción agradable.

Sin embargo, sopesé que antes de ofrecer que invirtiera en mis negocios debía tendérselos. Tal vez podía encontrar en ellos algún macabro placer. En ocasiones era agradable contemplar como se mataban unos a otros por una copa, una chica bonita o una palabra que ni siquiera se tuvo coraje de pronunciar entre sus labios manchados por el whisky o la champaña más cara de mi local. Todos ellos, ambiciosos estúpidos, caían en mis redes. Él podría invertir parte de sus conocimientos, compartiendo conmigo algún secreto sobre alguna noticia de interés quizás más adelante. Algo que me permitiera expandir mi negocio y dominar de esa forma a los humanos, esclavizándolos para mí y mis futuros planes.

-Podría ofrecerle un negocio para incrementar su influencia en este mundo, aunque dudo que le interese la propuesta. Si bien, le ofrezco mis negocios para sus retorcidos planes, si así gusta involucrarse de forma cruel con algún estúpido intrépido.

Había una diferencia entre colaboradores e inversores. Colaboraban con su poder, su suspicacia y sus actos aquellos que lo desearan, a cambio tenían buenos contratos que le hacían sentirse los vencedores de un mundo a punto de explotar. Los inversores eran aquellos que podían ofrecerme alguna información agradable y cierto apoyo. La oscuridad se cernía sobre el mundo y parte de la culpa era esencialmente mía, de mis negocios donde todos se reunían para manipular a la estúpida humanidad.
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