Cita al de arriba

Caim escribió:Tomé nuevamente aquella arma y enterré la punta en su nalga izquierda, tatuando en ella una C. Sabía que el contacto le haría rechinar los dientes por el dolor, pero vería complacido su deseo de llevarme con él a cada lugar donde se pudiera transportar. El filo de mi espada poseía cierto poder que le negaba a aquel con la marca borrarla o cicatrizarse, era como si sintiera mi presencia allá donde fuera.

Leila escribió:Cuantos años desde que hubiese pisado la tierra, en realidad muy poco. Mi clan había perecido, incluso algunos de nuestros enemigos habían desaparecido, dudo que murieran porque si nosotros habíamos vuelto, los malditos ángeles seguramente también habían conseguido librarse de la muerte definitiva.

El hijo de nuestro fiel hechicero era el causante de nuestro regreso, había que agradecerle a él todo lo que ocurriera de ahora en adelante. Una sonrisa maliciosa se pinto en mi rostro y continué el camino por aquellas ruinas. Las ruinas de una ciudad que me traía recuerdos de todo tipo. Mis pasos eran tranquilos y sensuales, con los sentidos alerta por si acaso y la mirada esmeralda fija allá en donde alguna vez se alzara nuestro castillo.

Mi Vestido:

Respirar el aroma de los infelices humanos y de otras criaturas era realmente satisfactorio, antes se me hubiera revuelto el estómago pero ahora mismo lo que hacía era hacerme sentir viva. Mi mente estaba a mil por hora maquinando lo que tendría que acontecer próximamente para que el clan estuviera de nuevo en la cima, para que de nuevo el mundo supiera mi nombre.

Spoiler:

Leviathan escribió:Tu no tienes respeto por nada, ni por tus semejantes – le acuso estrechando su mirada así como sus dedos parecieron enterrarse aun más en su cuello – Pero es esto mi culpa realmente – lo libero retrocediendo – en el fondo siempre supe que cometía un error confiando en ti.

Sus dedos se habían empapado de la sangre ajena, pero las heridas que provoco ya casi desaparecían por completo de la carne de su amante. Lamió los mismos saboreando la metálica esencia mientras su pequeño estiraba sus manos hacia el solicitando probar el también la obscura sangre de su progenitor.

- Tu marca quizás este en mi cuerpo, pero mi voluntad no puede ser controlada por apenas un estigma físico – le advirtió – di sólo una burla más, apenas necesito una para desatar sobre ti mi furia… vamos mi cruel “amo”, se que deseas escupir sobre mi todo tu desden…

Leila escribió:Cuantos años desde que hubiese pisado la tierra, en realidad muy poco. Mi clan había perecido, incluso algunos de nuestros enemigos habían desaparecido, dudo que murieran porque si nosotros habíamos vuelto, los malditos ángeles seguramente también habían conseguido librarse de la muerte definitiva.

El hijo de nuestro fiel hechicero era el causante de nuestro regreso, había que agradecerle a él todo lo que ocurriera de ahora en adelante. Una sonrisa maliciosa se pinto en mi rostro y continué el camino por aquellas ruinas. Las ruinas de una ciudad que me traía recuerdos de todo tipo. Mis pasos eran tranquilos y sensuales, con los sentidos alerta por si acaso y la mirada esmeralda fija allá en donde alguna vez se alzara nuestro castillo.

Mi Vestido:

Respirar el aroma de los infelices humanos y de otras criaturas era realmente satisfactorio, antes se me hubiera revuelto el estómago pero ahora mismo lo que hacía era hacerme sentir viva. Mi mente estaba a mil por hora maquinando lo que tendría que acontecer próximamente para que el clan estuviera de nuevo en la cima, para que de nuevo el mundo supiera mi nombre.

- No soy furcia de nadie – respondió el rubio con tranquilidad – Y no te debo explicación de mis actos, del mismo modo en que tu haces lo que te place sin rendir cuentas a nadie – sosteniendo a Lugh con un solo brazo utilizo su mano libre para escarbar en su bolsillo extrayendo la tarjeta de crédito que Caim le había confiado para lo que necesitase en su estadía y el pago de las ropas del pequeño, por supuesto que al dársela el demonio pelinegro no imaginaba que Leviathan tendría el valor de despilfarrar su dinero – Lo siento, creo que esta sobregirada – no lo sentía para nada, estaba muy satisfecho de el estrago que había causado, pensaba que era lo mínimo que Caim se merecía por “deshacerse” de su presencia poco después de también marcar sus nalgas.

-Hasta hace poco supe de tu existencia...Eres mi primer hijo...- su respiracion estaba entrecortada y sus ojos perdian ese color brillante azulado por momentos. Esto no era como Sean lo habria predispuesto, el pensaba hablar las cosas, con calma...pero la impulsividad de ese chico y más sabiendo quien era, lo que era de él, lo hacia tambien, mas impulsivo -¡Eres un necio si crees que la venganza te servira de algo!.-

Quedé paralizado dentro de ella gimiendo su nombre de forma ensordecedora. Me sentí liberado cuando lo hice, enterrado en su cuerpo y tirando de las sábanas aferradas a mis dedos en forma de puño. Mis ojos volvieron a ser claros, el placer me había cegado hasta llegar a desconectar mi mente de mi cuerpo. Mi figura cubría la suya temblorosa. Ambos habíamos vuelto a sudar pese a venir de aquel cálido baño. La cama estaba revuelta, no quedaba siquiera ni una almohada en su lugar.

Red Schneider escribió:Conforme iba bajando pude vislumbrar algo, la empuñadura de un arma. Un arma que parecia mas un ornamento exquisito que una herramienta para asesinar. Alargué la mano agarre la empuñadura, acto seguido cuerpo sintió como una descarga electrica lo surcaba de pies a cabezas -¡Hija de puta!- gruñí soltando la empuñadura, mirando la palma que estaba practicamente en carne viva. La hoja que se veia, la que no estaba hundida en la tierra, resplandeció parpadeante y me pareció escuchar una voz que preguntaba quien era yo. Mire a mi alrededor, solo habia rocas y tierra. ¿Debia entender que el arma me estaba hablando? ¿O era fruto de aquella descarga que me habia jodido la mente?

Estrechaba aun su mano entre las mias, era grande y varonil, agradable por el calorcito que suelen despedir los cuerpos humanos. Le sonrei ligeramente escuchando su presentación y su agradecimiento. Yo no tenia porque asesinarlo y se lo quise decir.

Richard de Valois escribió:-Lorane, eres muy dulce por compadecerte de este monstruo.-susurré estrechando su mano entre las mías, acariciando la palma de esta y sus delicados dedos.-Verás cuando conocen quien realmente soy termino llorando en soledad, pues ninguna mujer puede soportar ser la princesa de un palacio de espinas.-esbocé una sonrisa amarga antes de apartar mis manos de ella.-Jamás las dañé, siempre las traté como si fueran princesas ya que provengo de la nobleza en cierto sentido.-mi familia materna eran grandes y reconocidos demonios de alta alcurnia en el infierno, seres con una fuerza y una belleza cegadora. Príncipes, reyes, generales, marqueses y duques habían sido aliados, amigos e incluso parte de nuestro linaje.-Mi dinero las atrae pero mi melancolía las aleja, al igual que sus celos por mi pasión hacia la música y los libros. Me quedo solo, arruinado por el dolor y contemplando como las rosas pierden sus pétalos.-me encogí de hombros antes de dar un sorbo al café, dejando que mis ojos se posaran en la taza con un toque melodramático.

Sentí que la realidad dejaba de existir, que no había nada más que esos labios sobre los míos, de ese cuerpo que desprendía calidez y que me provocó una sacudida de arriba abajo como si hubiera sentido una descarga de energía. Era el punto final de la noche que había comenzado con un animal salvaje, pasado por un desconocido y terminado con una persona a la que me gustaría ver, a la que estaba deseando volver a ver e introducir en mi vida. Respondí a su beso, un beso que no deseaba que terminara. En algún momento alcé mis manos para sujetarme en su camisa, notando a través de la suave tela ese calor que desprendía y que en cierta manera parecía que estuviera consiguiendo hacer que el frío que me había tenido aterecida, aislada a la realidad y a los demás, fuera desapareciendo. Deshaciéndose como si tuviera junto a mí una llama de calidez que necesitaba y que deseaba.

Richard de Valois escribió:Hice un gesto con mi mano a una de las camareras que pasaba cerca de nuestra zona, aquel gesto implicaba que deseaba la cuenta. Llevaría a Lorane a lomos de uno de mis caballos a recorrer la costa, tal vez conseguiría seducirla por completo a solas frente al romper de las olas. Los amaneceres podían ser tan seductores como los atardeceres.

-¿Sí? ¿Desea la cuenta señor?-preguntó ajustando sus diminutas gafas de montura negra.-Dos café, ¿cierto?

-Así es, dos café.-respondí con una leve y carismática sonrisa similar a la de mi padre, era algo que me marcaba como su hijo pese a la condena que suponía eso para mi.

-Son cinco dólares, señor.-dijo sacando del pulcro delantal su libreta tachando la orden.

-Quédese con la vuelta.-susurré extendiendo un billete de veinte.

-Gracias, muchas gracias.-era una suculenta propina, por lo tanto su gratitud era cierta. Nadie daba quince dólares a una chica por un par de café. .

Me gusta tu auto me hace sentir como si el tiempo no hubiese pasado,sabes?-le confese-Oh por cierto no es que haya ninguna barrera mental que me lo impida, es que no he buscado nada en tu mente...no sé porque siempre piensan lo peor de los Krusnik.-dije con un tono como si de verdad lo dijera enserio, nada mas alejado de la realidad por supuesto.

Me sentí halagado por su invitación, sin embargo me abrumaba pensar en nosotros dos juntos en una habitación para tener intimidad. Sobre todo porque era su habitación y poseía una cama. Hacía que me sintiera perturbado y mis malos pensamientos afloraran de una forma que provocaba en mi rostro cierta estupefacción, miedo y un nerviosismo excesivo que me hacía mover mis manos y mover mis cejas de forma absurda. Me llevé la mano derecha a mi frente intentando secar mi sudor y relajarme, además tomé pose de pensarme bien qué decir cuando sabía qué debía hacer.

Sean escribió:-No quiero ser una sombra en tu vida, ni tampoco pretendo cambiar tus planes asi como espero que no quieras cambiar los mios. Eres un demonio, mas demonio de lo que yo podria haber llegado a ser y basandome en mi filosofia somos por asi decirlo, enemigos naturales...pero no deseo que las creencias que gobiernan nuestros actos impida que podamos conocernos mutuamente.- avanzó un poco mas y puso una mano en el hombro del menor para voltearlo y que lo mirase, percibio el enrojecimiento en sus ojos y la humedad que quedaba tras ellos -Me has preguntado que es lo que pretendo.- aparto la mano con suavidad y suspiró largamente -Quiero conocerte, ayudarte si tienes algun problema o si te encuentras en algun apuro, me gustaria compartir alguna experiencia contigo y se que te resultara dificil al principio, al igual que a mí, pero definitivamente es lo que me interesa- guardó silencio y extrajo de un tarjetero plateado una de sus tarjetas de contacto en donde rezaba un numero telefónico para contactar con el krusnik. Le la otorgó esperando a que la aceptara sin apartar su traslucida e iriscente mirada de la contraria.

Awww y luego dicen que los Krusnik somos malos, mira nada mas como nos sale el instinto paterno, no Sean? Pues eso, una tierna escena padre a hijo XD sin importar las razas todos podemos ser de una u otra forma. No entiendo porque se empeñan en decir que somos lo peor si somos perfección, al menos yo lo soy, y tu también -le pone espejo a Sea- no lo crees? Nacimos del bien y el mal

El vestido que llevaba tenia una elegante caída que no llegaba al suelo, me seguí moviendo por aquella derruida ciudad y allí delante de mi se presentaba un sujeto vestido con un traje oscuro, probablemente de marca. Rubio, alto y con un rostro poco común dejaba escuchar su voz de hombre, se dirigía y se conducía de manera casual, como si aquel encuentro fuera lo mas normal del mundo. Un demonio, si eso tenía que ser.

Amaury escribió:Para otra diría que es curioso que fuera así a medio de un lugar humeante, lleno de muerte, desolación y mil mierdas acumuladas con el paso del tiempo... pero para la Reina de Saba supongo que podrá caminar con taconazo por una zona donde muchos van a entrenar, golpearse o hacer negocios turbios. Na tia, que muy bien por ti... pero que vamos no es sitio para ir a lo fashion, que no es una pasarela de modas ni vas a recoger un oscas. Pero en fin, supongo que cada cual viste como le sale de los cojones.

Kayla Adams escribió:


Nada más que añadir xDDD

Kayla Adams escribió:Cuando se giró para mirarme me sorprendí. Sabía que era un metamorfo, pero no me esperaba ver aquella mínima transformación en aquel momento. Sus ojos eran completamente de gato y me resultaron realmente hermosos. Siempre me habían gustado los felinos, me parecían seres fascinantes, sobre todo las panteras, el animal más elegante que se podía imaginar. Pensé en si tal vez él podía convertirse en pantera.

- Bueno, no sé si recuerdas que nos hemos conocido porque tú estabas huyendo de unos demonios, así que lo podemos dejar para otro día. Podríamos pasar por el parque o incluso quedarnos en él. Tirarse en el césped de noche es una sensación única. Yo no tengo nada mejor que hacer, así que lo dejo a tu elección.

Amaury escribió:Señor, Romeo está aquí.-dijo por el interfono mi secretaria.-¿Le hago pasar o le pido que regrese más tarde?

-Hazlo pasar.-susurré guardando la piedra en mis bolsillos.

Tenía la camisa negra llena de manchas de sangre de demonio, los pantalones algo rotos y los ojos inyectados en un tono vino bastante intenso. Mis mejillas estaban rojas, mi frente sudorosa y debía darme un baño. Pero quería meditar antes de irme a la bañera, necesitaba pensar en todo lo que estaba pasando.

-¿Qué pasa?-dije cuando escuché la puerta.-¿Algo va mal?

Leviathan escribió:Instintivamente sostuvo más estrechamente contra si al pequeño, desde su nacimiento su necesidad de protegerlo fue creciendo hasta alcanzar puntos ridículos, cualquier posible amenaza era un blanco al que atacar, fuese este un demonio hambriento o un mosquito en busca de su ración.

Romeo escribió:
- Pues me saludo, no es algo raro ¿no? pues Román ha reaccionado de forma exagerada... la insulto, aunque bajo, ella no pudo oirlo pero yo si... Y me besó, sin más y por que si - al darse cuenta de lo que había dicho sus mejillas se pusieron rojas, pero siguió, aunque ahorrandose el que fue con lengua y le falto poco para caerse de culo por el temblor que le dio en las piernas - además me arrastró despues por el pasillo para ir al ascensor... Dice que es culpa mía por que no me doy cuenta de nada, pero si yo no he hecho nada, ¿por que se cabrea él si debería de enfadarme yo? No lo entiendo..

Leila escribió:Esto es lo que mas me llamo la atención que cite un comentario de off topic, supongo que entonces no vale la pena gastarme en ir a ver que escribe la chiquitina n_n

Olivia Blake escribió:Bueno esto es un juego nuevo para poder variarle un poco a lo que ya hay

aqui citaremos algo dicho por el personaje de arriba algo que alla llamado su atencion y tienen que poner alguna razon por la cual ponen ese parrafo citado

bueno pues en vista que no hay nadie antes de mi espero ser citada ^^

Leila escribió:Y que te trae por estas ruinas,Asmodeus, buscando almas o alguna cosa de esas?- dije sin demasiados aspavientos y mire a mi alrededor, esta vez a las ruinas del castillo.
Alguna vez te has sentido como ese asesino que regresa al lugar de los hechos?

Kayla Adams escribió:- Sabes que eso no es bueno para tu salud, ¿verdad? Yo puedo fumar, beber y hacer lo que quiera, soy inmortal y no me afecta, pero tú, por muchas habilidades que tengas, sigues siendo humano. - ¿Me estaba preocupando por un humano? Parecía que comenzaba a cogerle cierto cariño, me había caído bien - Ya, pero supongo que tengo que estar con los míos, ¿no? Aun así, aún tengo mucha vida por delante, tengo tiempo para quedarme, irme, volver y hacer lo que quiera. Conocí esta ciudad cuando estaba en mejores condiciones y me gustaba. ¿Que por qué volví después de todo lo que ocurrió? Llámame masoca o nostálgica, no lo sé. De vez en cuando vuelvo a Alemania y te puedo asegurar que está mucho peor que esto, pero es mi hogar, o al menos lo fue hace muchísimo tiempo. - Le miré a los ojos y sonreí, antes de quitarle el cigarrillo, darle una calada y devolvérselo - Ahora bien, ¿cuál es tu excusa? ¿Por qué no te largas?.