Encontrando lo que nunca busco (Shamuel).

En cuanto estuve segura de que tenia todo lo de valor dentro de la mochila estuve lista para irme. Me puse la parka, comprobando las dagas bajo la ropa a la par que acomodando el peso del bolso sobre mi hombro antes de salir por la puerta de la habitación cerrándola con llave.

Llevaba durmiendo en aquella habitación por lo menos una semana, y había pagado por otra noche mas, había dejado otra pequeña bolsa con ropa dentro, pero aun así había tomado todo lo verdaderamente importante como asía cada día, asegurándome que se quedaba con migo, la ropa podría recuperarla, lo que llevaba en la mochila seria una perdida.

Baje las escaleras saludando al encargado del lugar cuando atravesé las puertas y colocaba los auriculares en mis oídos aislándome del bullicio de la gente.
No pude reprimir el mirar hacia atrás antes de continuar caminando , el lugar era un pocilgas, lo suficientemente caliente como para dormir, pero insoportable de día . “tienes que encontrar una certeza de que la niña esta aquí para poder encontrar un lugar fijo” reí de mi misma mientras analizaba mis pensamientos, verdaderamente, necesitaba salir de ese lugar , pero hasta que no encontrara una pista de que la pequeña estaba realmente aquí no estaba segura de cuanto me convenía encontrar un lugar propio.

Estaba cansada de deambular por todos lados, cuando divise las puertas del parque al otro lado de la calle , estaba encantada de tomar un descanso a mis piernas, cruce corriendo la calle, adentrándome en el lugar mientras esquivaba a las personas encontrando un lugar apartado, me senté sobre el césped antes de recostarme y cerrar los ojos.

Miraba el reloj de mi muñeca, mientras me encontraba apoyado en una esquina en la calle cerca de un motel algo lúgubre y asqueroso bajo de mi punta de vista. Pero allí es donde debía estar, pues se alojaba una de mis protegidas, Áine. Áine era una joven hechizera, un poco cabezota y algo soberbia, frente a la idea de que alguien la esté protegiendo. No era muy buena idea entablar conversación con ella, una vez ya lo hice y no salió muy bien la cosa. Desde entonces me mantenía al margen, escondido. Intentando que la chica no me vea de nuevo y pasar desapercibido entre el resto de gentes que andaban por las calles en esos momento. Suspiro algo cansado de esperar a la chica, aún no había salido de aquel lugar y aquello era extraño. Solía salir cada día, casi desde el amanecer hasta que el sol caía, para buscar algo. Algo que aún no sabía que era ni ella me había dicho.

Y por fin sale de aquel lugar, con su mochila al hombro como cada día. No siempre la seguía pero puesto que mi otro protegido estaba en casa sin salir, podía encargarme de ella sin problemas. Además si él se estuviese en peligro lo notaría y podría llegar allí en nada de tiempo. Sonrío de forma inconsciente al verla caminar, y me encojo de hombros mientras comienzo a seguir sus pasos.

Llevábamos un buen rato caminando, cuando la veo cruzar la calle corriendo ¿me habría visto? Si es así, no me extrañaría que se fuese corriendo, intentando huir de mi. Aunque no tenga porque hacerlo, corro también yo, hasta poder ver que se ha adentrado en el parque. Se ha sentado en el césped cansada de andar. Se tumba y cierra los ojos. Como si la cosa no fuese conmigo, me siento apoyando mi espalda en un árbol cercano de donde ella se encuentra. Saco un cigarro y lo enciendo, sin apartar mi vista de ella, no quería que volviese a largarse pero tampoco me atrevía a hablar con ella y que vuelva a enfadarse. Carraspeo un poco, para llamar su atención y ver como actúa conmigo.

Continuaba allí, recostada sobre el húmedo césped mientras escuchaba Dance Whith the devil resonar en mis oídos, tamborileando el ritmo con los dedos de una mano sobre la pierna extendida mientras que con la otra conseguía tapar mis ojos de el resplandor de la luz del sol y a la vez esconder que uno de los auriculares estaba levemente fuera de lugar, atenta por si pasaba algo fuera de lo normal.

Tener los auriculares puestos siempre ayudaba, estuviera escuchando algo o no, la gente no solía molestarte cuando pensaba que estabas en otro mundo, sino, fácilmente podías ignorar lo que te convenía, echándole las culpas al echo de estar metida en la música sin prestar atención.

Igual, podía sentir a la gente pasear de un lado al otro, no me importaba si me miraban o no lo hacia, esperaba que quien lo hiciera disfrutara al menos de quitarle la privacidad a una persona, pero era un parque, y la raza humana , junto a la mayoría, era curiosa, yo misma lo era, y eso me había traído hasta aquí.

El primer carraspeo cerca mío, me iso saltar de la música, centrando tanto como podía mi atención en ver que o quien estaba allí, muy despacio levanto un poco el brazo de mis ojos, intentando que no se notara para poder echar un vistazo.
Suspiro dejando caer nuevamente mi cabeza cuando reconozco quien era , intentando no darle importancia de que estuviera o no allí.
Puedo sentir su mirada sobre mi protegiéndome, “como me gustaría poder convertirlo en rana ..” - pienso para mi misma antes de levantarme para quedar sentada , “al menos así sabría donde esta siempre... O podría encerrarlo... “
Lo miro fijamente , una expresión cansada y fastidiada en mi rostro , quería decirle muchas cosas, pero no estaba verdaderamente de ánimos para un enfrentamiento con el. - Vamoooos angelito, otra vez no... no tienes nada mas interesante que hacer? No se... ¿Una vida que intentar llevar? ¿alguien mas que incordiar? - negué con la cabeza un par de veces antes de volver a mirarlo - Sabes, eso de espiar a la gente ... No creo que este muy bien visto, ¿acaso nadie te lo a dicho? -Termine de decir quitándome el auricular de su sitio

El césped donde estábamos sentados, se encontraba algo húmedo y estaba mojando el pantalón que llevaba puesto haciendo que notase una sensación de frío en esa zona. Pero no podía hacer nada por ello, tenía que estar pendiente de Áine por poco que me gusta tener que hacerlo, aunque era obvio que a ella tampoco le hacía nada de gracia. Pero tendría que aguantarse, no le quedaba más cáscaras que tener a un ángel puesto en su espalda todo el tiempo. Bueno, casi todo el tiempo, nosotros también necesitamos un momento de descanso y tengo más cosas que hacer. Y luego estaban los momentos íntimos en esos tampoco me tenía que meter. Pero como no se daba el caso de ninguna de esas cosas, tendría que aguantarse. ¿Cómo es esa frase qué dicen los humanos? Ajo y agua.

Después de mi carraspeo, me percato de que ella llevaba puesto los cascos para escuchar música. Y es posible que no se haya percatado de mi presencia. Pero levanta un poco su brazo, para poder mirar a través de una pequeña rendija hecha con su propio brazo. Le saludo con la mano, poniendo una sonrisa irónica preparado para escuchar su retaila de barbaridades hacia mi y esa clase de cosas que caracterizan nuestros encuentros. Pongo cara de pensativo, mientras suelto una bocanada de humo por la boca.

- Ummm.. déjame pensar...no. - digo encogiendo los hombros. - Eso que llamas vida, no lo puedo hacer y por si fuera poco al resto de mis protegidos, no les incordio. ¿Te lo puedes creer? - pregunto de forma sarcástica. - Y no es espiarte lo que hago es...intentar protegerte aunque tú no lo veas Áine. - la guiño el ojo. - ¿Alguna grosería más que añadir? - la ironía y el sarcasmo era algo que había aprendido en la tierra y me gustaba usarlo de vez en cuando. Es algo a lo que los ángeles no están acostumbrados. Se podría decir que soy un tanto extraño.

Respire hondo antes de dar un largo suspiro, aun mirándolo.
Intentaba no masticar tanto mis pensamientos. No comprendía porque diablos me seguía a mi en especial, tampoco lo quería y por mis demonios, que estaba segura de NO necesitarlo.

En esta vida o sabias protegerte o te convertís muy fácilmente en comida rápida y por si no fura poco masticada. Lo había aprendido de mi madre, ella no confiaba en nadie ni nada, incluso me atrevo a decir que ni siquiera lo hacia en mi , mucho menos en mi padre. De su mano había aprendido sobre la magia, pero también sobre la personalidad de los demás, como cualquier puede fingir una sonrisa en la cara y apuñalarte por la espalda al poco tiempo, como es que cualquiera puede tomar tus sentimientos y tus confidencias , manipularlas de cualquier modo que maltratara o lastimara tanto a ti misma como a alguien que amaras.
No, las personas no estaban a salvo, y para estarlo... La individualidad precia el lugar mas seguro.

Supongo que ese era uno de los puntos por los cuales me rehusaba a la presencia del ángel , Shamuel era definitivamente un alguien, y por mera prevención, no quería que se enterase de lo que asía y buscaba , mucho menos cuanto me importaba hacerlo.

Volví a suspirar centrándome en sus palabras, reí, sin poder evitarlo - ja, eso es lo que quieres hacerme creer, o ellos a ti, pero olvídate, no puedo aceptarlo, ¿que una persona pueda estar cómoda y completamente contenta con alguien mirando y protegiéndolo a cada pasito que da? .. No - negué con la cabeza, sin hacer caso de sus miradas. - y ya que lo repites tanto, ¿de que se supone intentas protegerme ? - cerré los ojos por un momento escuchando el sarcasmo en su voz - si, créeme, tengo mil cosas que podría gritarte, pero aunque no puedas creerlo, no quiero lastimar tu pobre ego de protector , no te deseo ningún mal Shamuel, tan solo no entiendo que demonios estas haciendo hay plantado mirándome como si pudieras protegerme de cualquier cosa, como si mi vida fuera tan interesante... - volví a acomodarme sobre el césped antes de mirarlo - mira, ¿que tal si hacemos un trato ?- pregunte un tanto ilusionada - tu me das tu numero ... - lo mire fijamente - ¿por qué tienes telefono, no ? Algo así como 666 - Shamuel y yo te llamo cuando me vea en peligro?

Spoiler:

No llegaba a comprender muy bien la actitud de los jóvenes humanos, no solo era Áine, eran todos en general. Solían tener una actitud un tanto agresiva y brusca, su tono de voz siempre era desafiante e intentaban salirse con la suya de cualquier modo. Yo aún, no estaba acostumbrado a este comportamiento, pero supongo que si quería conseguir algo de ella tendría que hacerlo. No iba a sacar nada de Áine si no entendía ciertas cosas de su vida, y no estaba solo su comportamiento, sino todas aquellas cosas que realizaba a escondidas. Como buscar a alguien o algo, que aún no había encontrado en su búsqueda diaria. Era algo que se me escapaba, y por mucho que intentaba indagar en sus pensamientos no lo encontraba. Era un hueso duro de roer, y parece que había aprendido a controlar su mente en cada momento para que nadie pueda pillarla.

Conclusión, las cosas seguían como la última vez. A ella no le hacía ni pizca de gracia verme por aquí ni tenerme cerca ni un segundo. Era demasiado orgullosa para dejarse ayudar por un ángel y más para dejarse proteger por él. Juventud divino tesoro. Si cambiasen solo un poquito, la cantidad de cosas que podría hacer por ellos, pero no lo harán. Supongo que debe de ser, eso a lo que llaman la edad del pavo. Y espero por mi bien, que acabe pronto. Si no me sacará de quicio, demasiado rápido.

Veo como ella sonríe, antes de empezar a hablar. No muchas veces la había visto sonreír, y aunque aquello no era un paso hacia nuestra…reconciliación. Era algo distinto a lo que normalmente me tenía acostumbrado.

- No puedes aceptar que alguien te ayude ¿es eso verdad? Eres demasiado orgullosa, para aceptar esto. – digo sin alzar mi tono de voz, ni cambiar la expresión de mi cara. – Y tampoco creo que sea tan molesto, te he seguido hasta el parque y…¿te has dado cuenta? ¿No verdad? – añado con otra sonrisa, ladeando la cabeza para ver a un perro que corría a por la pelota que le había lanzado su dueño. – Pues ahí lo tienes, si en lugar de ser yo hubiese sido otro el que te sigue…podría haber pasado cualquier cosa Áine. Este mundo no es seguro. – encojo los hombros sin apartar la vista de aquel perro. Vuelvo mi cara hacia ella, con gesto dolido y algo abatido ante todos sus comentarios. Eso de ego protector, era algo un tanto cruel para mi gusto. Y más si se lo decías a una persona que solo intentaba hacer bien en tu vida. – Prefiero que sueltes todo lo que tengas que decirme a la vez. Puede que así consigamos arreglar nuestras diferencias de una vez. Solo intento que nos llevemos lo mejor posible. Yo no elijo a mis protegidos, la cosa viene de arriba y…no se en que se basan al escogeros. – digo poniendo mis ojos en blanco. Suspiro y niego con la cabeza. – Las cosas no funcionan así. Además, no me gustan las tecnologías. Prefiero el método tradicional. Tampoco creo que sea tan difícil de entender. – la pelota cae cerca de donde yo me encuentro y aquel cachorro se acerca hasta donde yo me encuentro. Le acaricio la cabeza, y le tiro la pelota de nuevo.

-No es ser orgullosa - digo tragando saliva - simplemente me educaron así - las palabras salían en un tono bajo, melancólico, sabia como era, como desconfiaba de la mayoría por el bien de mi misma, pero uno es como es, no ?

Escuche atentamente sus siguientes palabras, levantando un dedo señalándolo - ves!, ves, por eso mismo tengo que ser así , me estas dando la razón en mi forma de ser, no se puede confiar en la gente ... Quien me asegura que puedo hacerlo de ti ?

“mierda” murmure en mi mente cuando lo vi volver la cabeza, aquella expresión en su rostro al escuchar las palabras que había pronunciado realmente me fastidiaba, yo no quería herirlo, realmente no quería herir a nadie, solo .. Ahuyentarlo ..., quizás. Escuche sus palabras, entendía que el no tuviera la culpa, pero quien la tenia de que tuviera que tener a alguien vigilando por mi ?, si no tuviera la vida de mi hermana en búsqueda y rescate, tal vez aceptaría de buen grado aquella situación, bueno, tal vez no de buen grado, pero podría ser mas tolerante, solo... No quería llevar a ella nada malo.

Valeee, podía encender eso, las tecnologías y yo tampoco éramos compatibles. Me quede mirándolo un segundo barajando las opciones, quizás ... Si... ?

-vale, y si.. Hacemos un trato? - propuse poniéndome de pie dejando la mochila y los cascos sobre el césped - algo como, soy tolerante si tu al menos me das señales de vida, de cuando estas a mi alrededor, ¿si? .. Por así decirlo nos compaginamos ?

En mi mente aquello podría ser un buen plan, el podría hacer lo que tuviera que hacer y yo estaría mas cómoda sabiendo donde estaba, sabiendo lo que y lo que no me veía hacer, la incertidumbre de no saberlo me ponía de los nervios en momentos y la idea a mis ojos parecía bastante atrayente. -Al menos podría ser un comienzo , una tregua ?

Es posible que deba aprender a hacer las cosas de forma diferente con ella. No todos los humanos se comportan de la misma manera, los ángeles solemos tener un carácter parecido aunque algunos acaben haciendo algo que no deban y su carácter cambie por completo por culpa de su alma corrompida. La cosa es que los humanos son muy diferentes entre si, y me había tocado dos protegidos completamente diferentes. Uno era amable y comprensible y la otra...bueno, era Áine. Ella era testaruda y no entendía lo que quería hacer a su lado.

- Me parece que tus padres hicieron un buen trabajo contigo, aunque lo dejaron a medias. - digo ladeando la cabeza, mirando a mi protegida. - Una cosa es desconfiar de la gente que no te da buena espina y otra, desconfiar y tratar... a malas, a aquellos que te intentan ayudar. - añado sonriendo de forma triste. Me señala con un dedo de forma desafiante, aquel era un gesto que tenía muchos significados, hasta el de acusador. - Como ya he dicho las cosas no son todo blanco o negro. Todo tiene un gran matiz, y...una cosa es ser orgullosa y otra desconfiada. Pero yo espero que conmigo dejes de ser las dos. - hago un pequeño silencio suspirando - ¿Qué puedo hacer para que confíes en mi?

La gente había perdido la esperanza y la confianza en seres como nosotros los ángeles, y sobre todo en nuestro padre. Lo que había pasado en las últimas décadas no ayudaba a eso. No llegaban a comprender como ese Ser Superior dejaba que pasasen tantas cosas malas en el mundo, no llegaban a comprender que era imposible hacer tantas cosas por gracia de Dios. Enarco una ceja, volviendo a la conversación de mi protegida. Era curioso eso que estaba diciendo Áine, lo de hacer un trato a ¿qué se refería con eso? No había hecho tratos antes, simplemente cumplía lo que el Señor me decía y poco más.

- Un trato... - asiento repetidas veces con la cabeza. Escucho atentamente lo que dice, y al final no me parece mala idea. Solo tengo que avisar cuando estoy a su espalda preparado para ejercer mi trabajo. Podía tener su intimidad y esa clase de cosas que necesita un humano, sobre todo una mujer. - Acepto el trato. Sabrás de mi, cada vez que esté cerca tuya. - sonrío al oir lo último que añade. - Tregua...es un buen comienzo. La verdad es que no me esperaba esto de ti, Áine. Tregua aceptada también. - digo estirando mi mano para que me la estreche.

Suspire, calmándome del torrente de palabras que había soltado hacia unos segundos cuando lo vi asentir repetidas vece. Había estado un 99% segura de que aquello podía funcionar, pero la mitad del porcentaje sobre convencerlo , el que pareciera estar aceptando las cosas significaba que de alguna manera la relación que teníamos pudiera mejorar, no me refería a convertirnos en amigos inseparables a la primera de cambio, ni siquiera estaba segura de tener la expectativa, pero al menos no nos incordiaríamos mutuamente, cada uno dejaría hacer al otro lo que tenia que hacer.

Cuando lo veo alargar la mano para estrechar la mía a la par que escucho sus palabras noto como una enorme sonrisa crece en mi cara - en este momento podría hasta abrasarte - dije sonriendo y negando la cabeza suspirando casi relajada.

Escuche sus palabras , estrechado la vista - que no lo esperabas de mi ? , no me tienes en un pedestal, a que no ? - pregunte sonriendo antes de volver a quedar en un estado casual-yo... - me mordí la parte interior de las mejillas , casi tomando valor - siento como te estoy tratando, se que desconfiar de todo no es.. Exactamente lo mejor, pero es como soy, espero que al menos esto ... Nos se, me ayude a controlarme, para no tomarla contigo , la verdad es que ni tu ni yo tenemos la culpa de estar donde estamos y no puedo culparte por eso o hacerte responsable - moví los labios en un amago de sonrisa recordando el porque estaba allí, el porque había decidido disculparme ante el, por lo desconfiada que resultaba, preguntándome porque mi madre no había podido enseñarme o demostrar otra cosa que aquello frente a mi y si mi hermana tenia algo que ver con su frialdad. - pero esto no significa que me agrade que me tengas que vigilar, sea o no sea tu culpa o por mi bien... - le advertí, las personas no cambiaban, o al menos esa era mi teoría, pero si podíamos aprender trucos nuevos, si yo aprendía a tolerar... Y a no desconfiar ... Entonces al menos algo bueno de el podría sacar.