Nyanpire in the shop

Sonreí levemente y me acerque a él, viendo levemente sus notas, luego escuche lo que le decía a su hijo haciendo que sin darme cuenta me pegara a su cuerpo. Le mire con la cabeza ladeada y le acaricie la mejilla, sabía el miedo que tenía de perder a su único hijo que le ataba a su pareja muerta.

Cat, si quieres protegerle enséñale como vampiro, y deja que otro lobo lo entrene como tal. Se hará fuerte y no tendrás que estar tan preocupado por él - dije suave, sonreí levemente.

Puedo asegurarte que sé como te sientes y como se siente él. Mi padre me entrenó cuando mama murió. Si quisiera podría destruir un pueblo tranquilamente - susurre y luego reí un poco apartándome de él. Mire una tela y recordé algo. - Puedo quedarme contigo mientras haces el vestido? Total no tengo nada mejor que hacer. - puse cara de niña buena mirándole.

-Sé que es buen chico, sé que tiene que hacerse fuerte... pero paso que lo haga con un lobo que tiene su misma edad. Si fuera un lobo adulto, pero es un mocoso como él.-dije suspirando pesado mientras terminaba de hacer los detalles mentales del traje.-Iremos al bar, me llevaré la libreta de mi tienda y miraremos detalles.-comenté con una leve sonrisa mientras me movía hasta la caja para pagar. La había tomado del brazo para que me acompañara.

Recordaba cuando Lestat me creó y me llevó de compras, la primera vez que gastaba tantísimo dinero como si no hubiera fin. Sonreí antes de quedarme frente a la caja. Tomé la tela que me ofrecía en una bolsa de papel y el resto lo llevarían a mi tienda mañana en la noche, a primera hora por supuesto.

-Vamos, iremos a mi tienda... tengo el coche cerca.

Suspire levemente, yo nunca había tratado con lobos así que no sabía de ese mundo por lo que me quede callada dejando que me llevara hacia la caja.
Sonreí un poco a la cajera y luego salí de la tienda con él.

Vale - susurre después de un rato.

Esperaba que fuera un coche bonito y rápido, tararee una letra que me había inventado esperando a ir hacia aquel coche y luego al bar que decía.

Mi coche era un deportivo rojo, me gustaba llamar la atención. Por dentro era negro, una tapicería de cuero muy elegante. Cuando le di a la alarma se iluminó entero. Había colocado la luz interior de color rojo, me molestaba menos que una luz blanca muy luminosa. Quería algo suave y que casara con el coche.

Abrí el coche y la hice subir al asiento del copiloto. Yo me subí después, después de acomodar las bolsas en la parte trasera. Encendí el motor y este ronroneó. La música comenzó a sonar. Era puro rock, puro escándalo, y eso me hacía sentir vivo.

https://www.youtube.com/watch?v=n8_rq7bhbkQ

-Si hubiera pillado a este tío vivo, en sus años... no le hubiera soltado. Dios, amo su voz... odio que no esté entre nosotros.

Me acomodé mejor en el asiento escuchando aquella canción, reí levemente por lo que dijo y me puse a mirar por la ventana en como pasaban de rápido los edificios y algunas otras ruinas y gente.

Canta genial. - sonreí mirándole y luego volví a mirar por la ventana.

Me puse a pensar en que diría Agra si me viera o supiera que he estado con otro hombre y encima vampiro, tal vez no me dejaría terminar de hablar con ello no sabría que no habríamos hecho nada. Suspire y cerré los ojos quedándome así un rato.

-Es Sebastian Bach, es puro placer auditivo.-comenté aumentando la velocidad.

Una de sus canciones lejos del grupo que le dio a conocer empezó a sonar. Yo cantaba bajo sonriendo. Era un amante del bajo y la guitarra, había estado en un grupo cuando era un mocoso y también desfilé en pasarelas como modelo de ropa diferente, oscura y algo decadente. Mi hijo quería ser como yo cuando joven, pero yo sólo quería que fuera un buen chico.

https://www.youtube.com/watch?v=xKOruHhpAiQ&feature=related

Noté que se quedó callada pensando quizás en ese demonio estúpido. Apargué en el garaje que tenía alquilado cerca de la tienda y cuando bajé esperé que saliera de sus pensamientos. Estaba realmente ida.

Parpadee levemente al notar que el coche se había quedado en silencio, ladee la cabeza y abrí la puerta del coche saliendo, me sonroje un poco mirando al suelo.

No estoy muy acostumbrada a andar en coche -murmure dando vuelta al coche para quedar a su lado. - Pensaba en que tal vez se pondría celoso... Pero que mas da - me encogí de hombros y le tome la mano para con la libre coger otro dulce y llevarlo a la boca

-Hija mía, como dice mi padre destilo cierto tufo a homosexual. No puedo negar la cruz de mi parroquia.-comenté antes de ayudarla a salir para sacar las bolsas.-Además, como te he dicho lo conozco y a lo sumo que diría entre dientes "un Lioncourt, perfecto... ¿quién me da una patada los huevos?"

No nos llevábamos bien. Él había estado con alguien que había apreciado enormemente, pero hizo que se expusiera demasiado y terminó muriendo. Él no la cuidó como se debía, si bien era el pasado y todos teníamos nuestros turbios asuntos.

Caminé junto a ella hacia la tienda, allí estaba el retrato de mi hermoso lobo blanco... mi dulce y gran Dio. Tenía una gran tienda, que parecía pequeña por culpa de tantos maniquies con trajes de gala, comunes y ropa para todos los bolsillos y gustos. Por supuesto había disfraces y máscaras venecianas, antifaces y algún que otro abanico decorado con cuidado.

-Tomaré mi libreta e iremos al bar, no está lejos... es a tres negocios más allá.-dije señalando hacia el final de la calle aunque ya estaba dentro del local.-No tardo.-añadí dejándola sola para que echara un vistazo a todo, sabía que era curiosa.

Reí levemente por lo que dijo, me quede mirando aquella foto tan grande escuchando lo que decía, asentí levemente y espere allí mientras él iba a buscar la libreta.

Me puse a mirar los maniquíes con curiosidad en mis ojos, tocando con cuidado la tela de la ropa, era suave como todas. Luego me puse delante de las mascaras y me las quede mirando una por una, eran hermosas.

Me encantan las mascaras, son chulas - murmure desde donde estaba sabiendo que me escucharía.

-Si quieres puedo añadir un detalle de máscara a tu vestido, pronto será carnaval.-dije con mi libreta en mis manos, tenía dibujos por todas las pertes de la portada.

Había hecho yo mismo el diseño de aquel enorme armatoste, porque era grueso de folios de colores y con distintas rugosidades. Me ayudaba a imaginar las prendas según fuera de noche, para cocktails, infantiles...

-¿Vamos? ¿O quieres curiosear más?-pregunté con una enorme sonrisa, me gustaba que la gente viera mis diseños.

Me quede pensando sobre si quería una mascara en el vestido, ladee la cabeza levemente.

No lo se... Quiero ver como quedaría en el vestido - murmure girándome y me fije en el libro grande que tenía entre las manos.

Sonreí y negué con la cabeza con eso de que si quería seguir curioseando, me acerque a él.

Bueno vamos pues y me enseñas tus diseños, quiero verlos ya- ladee una sonrisa mirando el libro con telas que sobre salían

Asentí cuando dijo de mirar la tienda. La tomé de la mano con cierta delicadeza, siempre había pensado que las chicas se podían romper si las tocaba. Me llevaba bien con las chicas que tuvieran algo de estilo al vestir, estilo propio, y que no les importara que fuera gay y con un hijo. Esas chicas de apariencia delicada pero que a la vez son fuertes, las que saben guardar secretos... esas. Pero ellas solían desconfiar de mí.

-Mira.-dije mostrándole la ropa de niño.-Esta es la sección infantil, suelo hacer mucha ropa para niños de todas las edades... el mío durante más de cincuenta años fue una pequeña bola de pelos.-sonreí mostrando mis colmillos sin importarme con ella podía ser yo mismo.-Al fondo está la ropa de adolescente, tanto para chicos como para chicas... y aquí.-dije acercándome hacia un pequeño telón.-Están las máscaras que mejor me han salido, complementos de carnaval y ropa, mucha ropa, de carnaval... disfraces de todo tipo. Incluso el clásico de vampiro con una estaca en la espalda y un "No me apuñales" pintado en la cama... hay que tener sentido del humor.-me giré hacia ella y la guié hacia la sección masculina y femenina, sólo estaba dividida por unos maniquíes.-Espero que te guste, hay de todo.

Había desde camisones algo eróticos hasta lo más dulce, blanco y encantador que podías encontrar. Era para todo tipo de chica, cualquier chica desde la explosiva hasta la tímida tendrían lugar aquí. Había pijamas de ositos como otros que harían saltar chispas a cualquier hombre o mujer. Algunos corsé con faldas de princesa, pero no eran los habituales porque tenían rasgos de guerreras. Había uno que parecían pétalos de rosa y el corsé parecía espinas, pero no pinchaban en absoluto porque eran dibujadas, a pesar de eso parecían reales. Los hombres poseían en mi tienda elegancia, camisas monocromáticas con distintos tipo de cuello, así como botones o algún bordado en hilo.

Cuando me tomo la mano sonreí levemente y lo seguí cuando me llevó a ver las clases de ropa que tenía. Me encantó la ropa de niño, era bien cute.
Escuchaba lo que decía y le miraba de vez en cuando sonriendo, al llegar a la parte de ropa femenina se me iluminaron los ojos al ver aquellos corsés.

Me encantan los corsés... son lindos... me los puedo quedar? -pregunte parpadeando y poniendo cara de niña buena. Seguro me los pondría me gustaban mucho.

-Puedo añadirte un corsé al vestido.-comenté.-Podría hacerte uno con la tela que compramos. Todo es empezar el diseño.-dije antes de mirar uno de los que allí había, uno rojo con alas negras pordadas en la espalda. Se abría y cerraba por delante con pequeñas cuerdas negras.-Te doy ese.-dije señalando al maniquí.-Creo que te sentará bien.-la miré de reojo.-¿Tienes falda algo larga? como de hada o princesa.

Si quería ese corsé debía saber llevarlo, no era para llevar ropa escueta o falda pequeña, era para ser más que una dama... era para ser poderosa. Sabía que a ella le quedaría.

Mire los corsés fijándome en el de alas negras, ladee la cabeza y sonreí para luego mirarle.

Tengo una falda hasta las rodillas en forma de tutú de bailarina de color violeta y otra de tul con el mismo color y tamaño - ronronee y me acerque al corsé y lo acaricie con dos dedos con cuidado.

Lleve las manos para acariciar las alas y sonreí mas.
Me gustan - dije y me quede allí. - Aunque no son tan suaves como las que tenía antes.

-Te traes esa falda a ver si queda, cuando vengas a por el vestido.-comenté mirándola como acariciaba la tela.-Tengo telas más suaves, pero lo mejor para un corsé es que no lo sea tanto. Si las costuras se abren termina destrozado. Lo mejor es una tela resistente aunque no sea excesivamente suave, luego la tela del forro interior suele ser algo más suave, a veces, en otras no lleva. Depende mucho del modelo, como del diseñador.

Me separé de aquella zona de la tienda y fui hacia los complementos, miraría que podía ir con el vestido y con el corsé. Era algo que fuera con ambos, que pudiera llevar. Tomé una de las bisuterías contemplándolas. Eran rosas hechas con pan, pintadas en color rojo y rosa ensartadas en eslabones pequeños de plata.

-¡Ven Lauren!-dije alzando un poco la voz mientras dejaba aquella pulsera, así como un colgante de rosa blanca del mismo material, pero estaba hecho de una forma que parecía una pequeña rosa, así como un broche. Eran blancos, estas eran blancas pero con cierto tono rosado o rojo, no se apreciaba demasiado pues quería que jugara a la ilusión.

Asentí con la cabeza sonriendo, escuchando sus palabras sin dejar de acariciar aquellas alas. Me quede mirando los otros corsés hasta que dijo que fuera.

Fui hacia donde estaba él dando saltos, puse cara de gatita quedando a su lado, mirando aquellas flores raras, ladee la cabeza olisqueando estas con curiosidad. Parpadee y le mire sin entender.

No huelen - torcí mis labios haciendo mueca.

-Son de pan, una especie de pasta para hacer cosas como las que ves.-dije colocando aquella pinza en su cabeza, parecía natural y le sentaba bien.-Te dará un aspecto de hada, junto con las alas negras que no son estilo ángel sino de hada... te dará ese aspecto de diosa de las flores.-sonreí y luego la miré.-Perfecto para una fiesta de disfraces ¿no crees?-miré los antifaces y tomé uno con pequeños estampados de flores en una tela roja del mismo color que el corsé.-¿Qué te parece?

Deje que me pusiera la flor en el pelo y luego vi la mascara, sonreí mirándole
Se ve genial - acaricie con cuidado la mascara.
Seguro que me quedaba bien, y a Daichi y a papa les gustaría como iría.
Vendrías conmigo de gatito? - reí levemente y me puse a mirar las otras joyas que habían allí

-Tengo cierto recelo a parecer demasiado gato porque Alex, el chico que me atrae, es un poco anti felinos. No sé que hará cuando me vea convertido en uno.-dije antes de reír girándome hacia mis colgantes, pulseras y demás complementos.-Habrá que buscarte un bolso pequeño que puedas llevar ceñido a la cadera, que sea como un saco.-buscaba un monedero que se agarraba a la cintura, hacia un lado, en forma de bolsa antigua de monedas.-Tendré que hacerte una con la tela sobrante.-murmuré notando que sólo quedaban azules.

Comencé a guardar todo dejando fuera aquellas piezas delicadas, porque lo eran, además de hermosas y difíciles de hacer. Las dejé en una caja blanca donde escribí "Apartado, no venta"

-Vamos, iremos a tomar algo.-dije tomando mi libreta para salir del local.

Reí levemente por lo que dijo, pero igual me puse triste, los gatitos eran bien lindos y adorables, negué levemente con la cabeza cerrando los ojos.

Los gatitos son lindos y suaves - sonreí y asentí con la cabeza ante la idea de ir a tomar algo, pero recordé que prácticamente todos los locales eran de Caim. - Espero que al menos el bar al que me lleves no sea de Caim, no tengo ganas de volvérmelo a encontrar - puse medio puchero cuando estuve apunto de entregarme a él cuando supe que Agra estaba con aquellas furcias

-No, es un bar pequeño. Jamás entraría en uno de los del Imperio de Caim.-dije mirando mi billetera.-Tengo la tarjeta de descuento.-comenté mostrándosela.-Amo este local, se llama el Gato Pardo.-pestañeé tomándola de la mano para correr.

Dentro de aquel local había un par de camareros muy guapos. El barman era mi amigo, no era nada del otro mundo, pero era divertido. Sus primos llevaban las mesas. Había una chica también, era muy simpática y siempre me preguntaba por Román cuando iba... estaba seguro que estaba por él. Todos eran lycan y de los Thorns.

Reí cuando escuche el nombre del bar, corrí con él cuando lo hizo, me quedaba mas tranquila si no había nadie perteneciente a Caim.

Me quede mirando la fachada y olisquee levemente cuando entramos, olía a lobito.

aaawww lobitoosss - dije poniendo cara de niña mirando a los que estaban allí con un brillo en mis ojos

-Sí, los dueños son lobos. Antes se llamaban wolf algo, pero lo cambiaron para que no llamara tanto la atención hacia lo que ellos eran.-comenté entrando dentro y uno de los camareros vinieron hacia nosotros.

-Hey, ¿desde cuando no te vemos?-preguntó antes de tomarme entre uno de sus brazos para besar mi mejilla.-¿Qué tal? ¿Todo bien?

-Sí, todo bien.-dije mostrando mis colmillos sin importarme en absoluto que él los viera, él era mi amigo y jamás lo atacaría.-Todo bien en los Bloody y sé que todo bien en los Thorns.-susurré antes de acariciar su rostro.-Cada vez estás más guapo.

Era rubio, imponente y con unos ojos violáceos muy llamativos. Me recordaba mucho a mi padre Lestat, pero él era mucho más corpulento... estilo David de Miguel Ángel.

-Perfecto, anda pasa que mi hermana está por ahí quejándose... hoy tenemos poca clientela.

Estaba algo tranquilo, aunque esto se animaba más en un rato. Sabía que muchos venían aquí después de cazar y de realizar sus misiones pertinentes. Era un local para los Bloody y los Thorns, un poco de diversión.

https://www.youtube.com/watch?v=m4MNTBYhLlY

Radio Gaga sonaba y no pude hacer otra cosa que moverme con la música sin pensarlo, caminando hacia la mesa. Me sentía vivo cuando entraba en ese lugar. Había mesas con pequeñas lamparitas, todo era acogedor y tenía un punto romántico y discreto.

-Deberías traer aquí a tu chico, tal vez le da la vena romántica.

Me quede algo apartada de él dejando que se saludaran mirando con detenimiento el local. Que hacía una seguidora de lucifer en el bar de dos organizaciones contrarias?.

Vi las lamparitas de las mesas y le seguí cuando caminó hacia una escuchando que podría traer a Agra aquí.

Tal vez vomite florecillas - reí bajito, no veía a Agra en un local como ese, aunque estuviera conmigo.