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La Dance Du Vampire
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Re: La Dance Du Vampire
Su cuerpo se tensó irremediablemente ante sus palabras pero no hizo ni dijo nada para evitar que el vampiro se acercara a su cuello. Sintió un ligero pinchazo y luego, el completo estremecimiento de su acompañante le hizo cerrar los ojos y acariciar con suavidad sus cabellos rojizos, dejando escapar un largo suspiro.
Cuando Armand se separó de su cuello, el cantante se limitó a observar fijamente sus ojos mientras éste hablaba, asintiendo levemente con la cabeza y rozando con sus dedos aquella fría mejilla-. No me he enfadado, mon ange -susurró con voz ronca tanto por la emoción de estarse jugando la vida como por las emociones que de vez en cuando nublaban sus sentidos, más aún tomando en cuenta los roces juguetones del vampiro sobre su bajo vientre-. Pero sólo pediré que no vuelvas a beber de mí sin mi consentimiento... -pidió suavizando su voz, sintiendo sus latidos aumentar, golpear con fuerza en su pecho-. Y... que me acompañes ésta noche y la siguiente. Deseo mostrarle con acciones los misterios que oculta mi sangre. Es allí en donde guardo celosamente mi encanto.
Su mirada bajó hasta sus labios y luego regresó a sus ojos. Entonces, con sus brazos rodeó totalmente su cintura, firmemente, y se puso de pie, un tanto sorprendido por lo poco que pesaba. Era tan ligero como una pluma, y así, cargándolo, se dirigió con pasos lentos hacia una enorme ventana cercana. Desde allí la luna iluminaba sus rostros confiriéndoles a ambos un brillo sobrenatural y espectral y a través de la ventana, podía verse buena parte de la ciudad.
Kanade sonrió de lado, coqueta, misteriosamente, y acercó su rostro al ajeno, quedando a escasos centímetros de sus labios, sintiendo el choque de sus respiraciones-. ¿Qué dices, mi bello ángel caprichoso? ¿Me acompañarás esta noche, huiremos del baile de máscaras a la caída de la medianoche?
Cuando Armand se separó de su cuello, el cantante se limitó a observar fijamente sus ojos mientras éste hablaba, asintiendo levemente con la cabeza y rozando con sus dedos aquella fría mejilla-. No me he enfadado, mon ange -susurró con voz ronca tanto por la emoción de estarse jugando la vida como por las emociones que de vez en cuando nublaban sus sentidos, más aún tomando en cuenta los roces juguetones del vampiro sobre su bajo vientre-. Pero sólo pediré que no vuelvas a beber de mí sin mi consentimiento... -pidió suavizando su voz, sintiendo sus latidos aumentar, golpear con fuerza en su pecho-. Y... que me acompañes ésta noche y la siguiente. Deseo mostrarle con acciones los misterios que oculta mi sangre. Es allí en donde guardo celosamente mi encanto.
Su mirada bajó hasta sus labios y luego regresó a sus ojos. Entonces, con sus brazos rodeó totalmente su cintura, firmemente, y se puso de pie, un tanto sorprendido por lo poco que pesaba. Era tan ligero como una pluma, y así, cargándolo, se dirigió con pasos lentos hacia una enorme ventana cercana. Desde allí la luna iluminaba sus rostros confiriéndoles a ambos un brillo sobrenatural y espectral y a través de la ventana, podía verse buena parte de la ciudad.
Kanade sonrió de lado, coqueta, misteriosamente, y acercó su rostro al ajeno, quedando a escasos centímetros de sus labios, sintiendo el choque de sus respiraciones-. ¿Qué dices, mi bello ángel caprichoso? ¿Me acompañarás esta noche, huiremos del baile de máscaras a la caída de la medianoche?
Kanade Yuji- Cantidad de envíos : 472
Fecha de inscripción : 06/12/2012
Re: La Dance Du Vampire
En cierta manera su autoritarismo me hacia atraerlo aún mas, la imposicion de deseos sobre los mios, siendo un ser de fortaleza superior que bien podia decidir hacer caso omiso a sus sugerencias agregaba encanto al principe oriental. Me alzo con facilidad y me aferré a su cuello con suavidad mientras apoyaba el menton en su hombro derecho en el transcurso de aquel movimiento. Sentado en la barandilla, lo mantuve cerca de mí con mis piernas enlazadas a su cintura. Fue agradable sentir la brisa nocturna acariciar mi rostro y cabellos, alzé el rostro y lo observe en silencio mientras me ofrecia tal tentadora oferta. Acercaba sus labios a los mios mientra desataba el pañuelo de seda negra que adornaba la pechera para descubrir las blancas claviculas y el final de su cuello.
-No necesita preguntarlo mon cherie...- esquivé sus labios para depositar los mios sobre su clavicula derecha y luego la izquierda, acariciando la fragante piel y alcé el rostro sonriendole -Lleveme a donde quiera, iré, pues le deseo....- alegué con franqueza alzando de nuevo el rostro para rozar sus labios culminando en un encantado y profundo beso. Me apreté contra él, arrugando levemente la tela de su espalda con mis manos y busque su lengua con taimado apetito.
Cuando me separe observe su rostro iluminado por la luz de la luna llena, pálido y etereo, parecia tan eterno como yo lo era. Acaricie su mejilla y ladeé el rostro mientras lo empujaba suavemente liberandolo de mi agarre. Me incorporé sobre la barandilla guardando perfecto equilibrio y le tendí la mano para que subiera también -No temais, nos iremos del baile, mas no me apetece regresar al bullicio de la sala, ni escuchar tan rimbombantes melodías...vayamonos por aqui, coja mi mano, abrace mi cuerpo y guieme a donde quiera llevarme....- susurre con voz suave y melodiosa esperando por su determinación para escapar furtivamente del baile de mascaras que habia organizado para mi disfrute, mas el baile quedaba ya en un segundisimo plano, el encanto del principe y mi curiosidad por saber que secretos ocultos captaba toda mi atención.
-No necesita preguntarlo mon cherie...- esquivé sus labios para depositar los mios sobre su clavicula derecha y luego la izquierda, acariciando la fragante piel y alcé el rostro sonriendole -Lleveme a donde quiera, iré, pues le deseo....- alegué con franqueza alzando de nuevo el rostro para rozar sus labios culminando en un encantado y profundo beso. Me apreté contra él, arrugando levemente la tela de su espalda con mis manos y busque su lengua con taimado apetito.
Cuando me separe observe su rostro iluminado por la luz de la luna llena, pálido y etereo, parecia tan eterno como yo lo era. Acaricie su mejilla y ladeé el rostro mientras lo empujaba suavemente liberandolo de mi agarre. Me incorporé sobre la barandilla guardando perfecto equilibrio y le tendí la mano para que subiera también -No temais, nos iremos del baile, mas no me apetece regresar al bullicio de la sala, ni escuchar tan rimbombantes melodías...vayamonos por aqui, coja mi mano, abrace mi cuerpo y guieme a donde quiera llevarme....- susurre con voz suave y melodiosa esperando por su determinación para escapar furtivamente del baile de mascaras que habia organizado para mi disfrute, mas el baile quedaba ya en un segundisimo plano, el encanto del principe y mi curiosidad por saber que secretos ocultos captaba toda mi atención.
Armand- Cantidad de envíos : 407
Fecha de inscripción : 29/11/2011
Re: La Dance Du Vampire
Se estremeció totalmente al sentir sus fríos besos sobre sus clavículas y cuello y cerró los ojos, sintiendo a la vez la fría brisa acariciar la piel que había quedado expuesta al quitar aquella prenda. Pero tras aquel beso... Kanade acarició sus cabellos mientras correspondía con pasión, adueñándose de aquella pequeña y fina boca que aunque fría, poseía un encanto inigualable. Por su mente cruzó la idea de llevarle hasta su cuarto de hotel y descubrir por completo su cuerpo y su alma, adueñarse de parte de él, y sus mejillas se tiñeron de un ligero rubor que contrastaba notoriamente con la palidez propia de su rostro.
-¿Me desea? -Preguntó, ladeando el rostro ligeramente con una sonrisa un tanto arrogante y narcisista, viéndole subir a la barandilla. Observó su mano extendida y primero la besó antes de estrecharla con firmeza y subir también, sujetándose del pequeño cuerpo del vampiro para no perder el equilibrio y más aún, con aquellos altos terraplenes-. Dígame, mon amour... ¿le agradan las motocicletas? -Su voz cambió a un tono más juguetón y seductor cuando hizo aquella pregunta, esperando una respuesta afirmativa.
Había llegado hasta allí en su recién adquirida moto y ésta le esperaba en los estacionamientos, y confiaba en que sería mucho más sencillo -y romántico si cabe decir, aunque Kanade jamás lo admitiría-, trasladarse en ella, en especial para sorprender a su acompañante inmortal. Antes de que Armand pudiera responder, el joven humano acercó sus labios a su oído derecho y en un suave susurro ronco, prácticamente un ronroneo felino, murmuró-. ¿Confías en mí, pequeño ángel? Prometo hacer de esta noche memorable, inolvidable. Hoy seré vuestro príncipe caprichoso...
-¿Me desea? -Preguntó, ladeando el rostro ligeramente con una sonrisa un tanto arrogante y narcisista, viéndole subir a la barandilla. Observó su mano extendida y primero la besó antes de estrecharla con firmeza y subir también, sujetándose del pequeño cuerpo del vampiro para no perder el equilibrio y más aún, con aquellos altos terraplenes-. Dígame, mon amour... ¿le agradan las motocicletas? -Su voz cambió a un tono más juguetón y seductor cuando hizo aquella pregunta, esperando una respuesta afirmativa.
Había llegado hasta allí en su recién adquirida moto y ésta le esperaba en los estacionamientos, y confiaba en que sería mucho más sencillo -y romántico si cabe decir, aunque Kanade jamás lo admitiría-, trasladarse en ella, en especial para sorprender a su acompañante inmortal. Antes de que Armand pudiera responder, el joven humano acercó sus labios a su oído derecho y en un suave susurro ronco, prácticamente un ronroneo felino, murmuró-. ¿Confías en mí, pequeño ángel? Prometo hacer de esta noche memorable, inolvidable. Hoy seré vuestro príncipe caprichoso...
Kanade Yuji- Cantidad de envíos : 472
Fecha de inscripción : 06/12/2012
Re: La Dance Du Vampire
Con el paso de los siglos y agradeciendo que de alguna manera las tecnologias se estancaran un poquito, habia logrado encontrar gusto en los aparatos que hoy en dia tanto usaban los humanos. Moviles, televisiones, radios y por supuesto vehiculos. Nunca he conducido personalmente uno pues temia que pudiera salir tanto él vehiculo como yo, fuera de control...pero si habia montado en ellos claro, en coches, en trenes, en motos...que el joven Kanade tuviera una me sorprendió, pues no lo veia acorde con la elegancia que mostraba. Mas que diantres, le daba un toque canalla y peligroso al taimado y romantico caracter del rubio.
Asentí mientras lo rodeaba por el cuello acercandolo a mi cuerpo sin dejar apenas que el aire fluyera entre ambos. Una risa lirica y melodiosa manó de mi garganta al escuchar su susurro, no necesitaba responder a su pregunta, me iria con él y él habia subido a la barandilla conmigo, habia confianza entre ambos. Lancé una mirada incisiva y mordaz a mi acompañante mientras daba un paso hacia atras y me precipitaba a una libre caida junto con él, manteniendolo aferrado firmemente. Frené un poco la velocidad a la que descendiamos para hacer menos brusco el movimiento. Levitabamos ambos como unas plumas bailoteando en la tenue brisa.
-¿Es aquella su motocicleta mon amour?- adiviné divisando un flamante ejemplar de ingenieria automovilistica. Cuando nuestros pies tocaron el suelo desenlacé el abrazo, pero no el contacto, lo tomé del brazo caminando hasta ella y cuando llegamos el que se separó fui yo. Me acerqué curioso observando la carroceria y deslicé una mano por el frio metal acariciandola -Excitante... y hermosa.- susurré mientras me acomodaba en el asiento del copiloto -Vamos mi principe..lleveme a su palacio.- murmuré con voz aterciopelada y anhelante.
Asentí mientras lo rodeaba por el cuello acercandolo a mi cuerpo sin dejar apenas que el aire fluyera entre ambos. Una risa lirica y melodiosa manó de mi garganta al escuchar su susurro, no necesitaba responder a su pregunta, me iria con él y él habia subido a la barandilla conmigo, habia confianza entre ambos. Lancé una mirada incisiva y mordaz a mi acompañante mientras daba un paso hacia atras y me precipitaba a una libre caida junto con él, manteniendolo aferrado firmemente. Frené un poco la velocidad a la que descendiamos para hacer menos brusco el movimiento. Levitabamos ambos como unas plumas bailoteando en la tenue brisa.
-¿Es aquella su motocicleta mon amour?- adiviné divisando un flamante ejemplar de ingenieria automovilistica. Cuando nuestros pies tocaron el suelo desenlacé el abrazo, pero no el contacto, lo tomé del brazo caminando hasta ella y cuando llegamos el que se separó fui yo. Me acerqué curioso observando la carroceria y deslicé una mano por el frio metal acariciandola -Excitante... y hermosa.- susurré mientras me acomodaba en el asiento del copiloto -Vamos mi principe..lleveme a su palacio.- murmuré con voz aterciopelada y anhelante.
Armand- Cantidad de envíos : 407
Fecha de inscripción : 29/11/2011
Re: La Dance Du Vampire
La sensación de adrenalina que le inundaba cada que estaba demasiado cerca del vampiro le encantaba. La excitación de sentir cómo se jugaba la vida con cada acción, con cada palabra, era casi como una droga para el joven cantante. Y aunque le tenía cierto respeto a las alturas y algunos mínimos atisbos de vértigo, aquella caída libre abrazando al joven pelirrojo había sido una experiencia que volvería a repetir con una sonrisa en su rostro de porcelana.
-Así es, mon ange -asintió, caminando tranquilamente hacia la motocicleta. No le molestó ir del brazo del inmortal como hubiera pensado y le sorprendió: por lo general caminar así con alguien le era molesto y a veces inclusive desagradable, más ésta no fue la ocasión de que eso pasara-. La llamo Ophelia.
Se detuvo en cuanto el pelirrojo se separó de su brazo y le contempló en silencio mientras acariciaba el vehículo y lo observaba con la curiosidad de un verdadero adolescente, capaz de sorprenderse por detalles como ese. Luego sonrió de lado al oír sus palabras invitándole a llevarle a conocer el paraíso que Kanade había prometido y sin mayores contemplaciones se subió en la moto, acomodando su capa y parte de su traje para que no se enganchara en la motocicleta. Luego la encendió y giró derrapando ligeramente, para perderse por la calle a toda velocidad.
-Dime, mon ange, ¿deseas ir de inmediato a mi palacio? ¿O primero quieres conocer mi mundo, mi ambiente? Eres libre de escoger -comentó, doblando por la esquina del teatro y acelerando a medida que la calle se veía más expedita. La velocidad era uno de los placeres de Kanade. Jamás había sido multado ni se había saltado una luz roja, era un gran conductor que sabía controlar una moto de forma experta. Al doblar por una calle, la moto se detuvo frente a un semáforo en rojo, momento que el rubio aprovechó para girarse a ver a Armand y dedicarle una radiante sonrisa seguida de un fugaz y casto beso.
-Así es, mon ange -asintió, caminando tranquilamente hacia la motocicleta. No le molestó ir del brazo del inmortal como hubiera pensado y le sorprendió: por lo general caminar así con alguien le era molesto y a veces inclusive desagradable, más ésta no fue la ocasión de que eso pasara-. La llamo Ophelia.
Se detuvo en cuanto el pelirrojo se separó de su brazo y le contempló en silencio mientras acariciaba el vehículo y lo observaba con la curiosidad de un verdadero adolescente, capaz de sorprenderse por detalles como ese. Luego sonrió de lado al oír sus palabras invitándole a llevarle a conocer el paraíso que Kanade había prometido y sin mayores contemplaciones se subió en la moto, acomodando su capa y parte de su traje para que no se enganchara en la motocicleta. Luego la encendió y giró derrapando ligeramente, para perderse por la calle a toda velocidad.
-Dime, mon ange, ¿deseas ir de inmediato a mi palacio? ¿O primero quieres conocer mi mundo, mi ambiente? Eres libre de escoger -comentó, doblando por la esquina del teatro y acelerando a medida que la calle se veía más expedita. La velocidad era uno de los placeres de Kanade. Jamás había sido multado ni se había saltado una luz roja, era un gran conductor que sabía controlar una moto de forma experta. Al doblar por una calle, la moto se detuvo frente a un semáforo en rojo, momento que el rubio aprovechó para girarse a ver a Armand y dedicarle una radiante sonrisa seguida de un fugaz y casto beso.
Kanade Yuji- Cantidad de envíos : 472
Fecha de inscripción : 06/12/2012
Re: La Dance Du Vampire
- Spoiler:
- (el mes de febrero es corto, pero no veas que intensidad de trabajo tengo XD gomen!)
Suavemente cerní mias brazos alrededor de la estrecha cintura del joven. Tenia la sensacion que flotaba sobre aquel vehiculo plateado, que eramos una estela en la noche, estrella fugaz que surca los cielos de asfalto...Kanade era vertiginiso, acaricié su abdomen por encima de las ropas y apoyé mi mejilla en su espalda. Preferí cerrar los ojos y dejarme llevar por la sensacion de velocidad, ni necesidad de ver como el entorno se diluia en el viento. Cuando se detuvo en el semaforo tuve la opcion de responder, por la velocidad y por el viento su pregunta habia sonado lejana. Cuando giró el rostro y me besó en apenas un roce, acaricié su mentón y lo retuve un poco mas cerca de mi rostro, para responder con un roce mas profundo que me premitió abarcar con mi boca su labio inferior.
-Palacio..ambiente...lo que vos querais mi principe..soy vuestro invitado al mundo que deseais mostrarme...pero no prometo que pueda contenerme...en el caso de que su cercania sea mas...intensa...- susurré entrecortado, con voz sedosa e incitadora. Jugueteé con uno de sus mechones rubios mientras acariciaba su faz con mis ojos castaños y el foco verde del semaforo iluminó en un parpadeo mi rostro -Adelante.- susurré tremulo. Enderecé la espalda y alzandome un poco del asiento me acercarme al cuello del joven. Bese jugetón aqui y alla...no esperaba causar accidente alguno, pero al menos desequilibrarlo un poco, hacer que ese vehiculo plateado temblara ligeramente.
Lami suavemente el lobulo de su oreja izquierda -Mon amour...écoute ton cœur, c'est mon voeu le plus cher...- jadeé contra ella riendo provocativo.
Armand- Cantidad de envíos : 407
Fecha de inscripción : 29/11/2011
Re: La Dance Du Vampire
El rubio se estremeció ante el tono de voz utilizado por el vampiro y sonrió de lado, hablando con voz ronca y suave tanto por la emoción como por la excitación que Armand empezaba a provocar en él-. A donde iremos no necesitas contenerte, mon ange. Iremos al infierno -susurró y al ver la luz en verde, volvió a poner en marcha el vehículo, doblando hacia la derecha y derrapando un poco por la velocidad adquirida.
Pero esta vez, sin embargo, la velocidad fue mucho menor que hacía unos instantes debido a los besos en el cuello que el vampiro le entregaba y que le desconcentraban, haciéndole estremecer ligeramente por más que Kanade se concentrara en reprimir aquella respuesta involuntaria de su cuerpo y provocándole que se plantease nuevamente hacia dónde ir. Pero ya había tomado una decisión, adelantaría la fiesta que tenía planeada para sí mismo después de la Mascarada.
Aún así y con una velocidad normal y adecuada para las calles de una ciudad, la moto tembló levemente cuando sintió aquellas lamidas en el lóbulo de su oreja. Sus manos aferraron con mayor fuerza el manubrio intentando calmar las sensaciones que el otro le producía y al mismo tiempo no perder el control del vehículo, lo cual fue toda una hazaña por su parte.
Finalmente, en escasos minutos, Kanade detuvo la moto frente a un antro bastante particular. Apagó el vehículo y se giró hacia Armand con una media sonrisa seductora y suavemente, tomó su mentón con sus fríos dedos desnudos-. J'ai entendu dire... ne bat que pour toi, mon ange -susurró suave y seductoramente antes de besar sus labios con deseo y la pasión de un amante entregado, separándose tras unos minutos y bajando de la moto, acomodando su traje y luego tendiéndole la mano-. Bienvenido a L'enfer, cher -dijo señalando con la vista el antro detrás de ellos, cuyo nombre ya mencionado se leía en un letrero con luces de neón.
Pero esta vez, sin embargo, la velocidad fue mucho menor que hacía unos instantes debido a los besos en el cuello que el vampiro le entregaba y que le desconcentraban, haciéndole estremecer ligeramente por más que Kanade se concentrara en reprimir aquella respuesta involuntaria de su cuerpo y provocándole que se plantease nuevamente hacia dónde ir. Pero ya había tomado una decisión, adelantaría la fiesta que tenía planeada para sí mismo después de la Mascarada.
Aún así y con una velocidad normal y adecuada para las calles de una ciudad, la moto tembló levemente cuando sintió aquellas lamidas en el lóbulo de su oreja. Sus manos aferraron con mayor fuerza el manubrio intentando calmar las sensaciones que el otro le producía y al mismo tiempo no perder el control del vehículo, lo cual fue toda una hazaña por su parte.
Finalmente, en escasos minutos, Kanade detuvo la moto frente a un antro bastante particular. Apagó el vehículo y se giró hacia Armand con una media sonrisa seductora y suavemente, tomó su mentón con sus fríos dedos desnudos-. J'ai entendu dire... ne bat que pour toi, mon ange -susurró suave y seductoramente antes de besar sus labios con deseo y la pasión de un amante entregado, separándose tras unos minutos y bajando de la moto, acomodando su traje y luego tendiéndole la mano-. Bienvenido a L'enfer, cher -dijo señalando con la vista el antro detrás de ellos, cuyo nombre ya mencionado se leía en un letrero con luces de neón.
Kanade Yuji- Cantidad de envíos : 472
Fecha de inscripción : 06/12/2012
Re: La Dance Du Vampire
Al infierno... ¿Que sabria este mortal de lo que era un infierno? El infierno estaba en la tierra, los demonios paseaban por ella y pocos alados trataban ya de interponerse a sus caprichos y deseos. El infierno estaba en el interior de cada persona, estaba en mí cuando evocaba recuerdos mas oscuros de mi pasado, estaba en cada ser que condenaba su alma entregandose a la bebida, a la droga o a los diferentes pecados. Pero el principe dorado deseaba llevarme a su particular vision del infierno y me condujo hasta un antro con letras relucientes en la oscura noche. Me pareció atrevido e interesante, otra vision que no conocia. Suspiré lentamente cuando aparto su boca de la mia y alejo su cuerpo y su esencia de mi...durante unos pocos instantes.
-Entremos pues, mon amour...yo primero.- susurré con el menton un tanto alzado de altivez, esboce una traviesa sonrisa y abrí la puerta. La musica destacaba entre las luces rojas que ambientaban en lugar. Eran sonidos rasgados de guitarras furiosas entrelazadas con melodias suaves de piano que configuraban una extraña armonia. Una voz suave, sedosa y masculina acompañaban a los instrumentos. No descatabamos demasiado de los "residentes" del lugar, si bien nuestra estetica era mas romantica, habia reminiscencias de encajes, casacas negras con bordados rojos, corsés y demas prendas victorianas con tendencia a los colores oscuros.
Me volteé hasta Kanade y me acerqué hasta rodear su cintura con mis brazos -No se aleje mucho de mi principe mio..no quiero que ninguno de estos demonios me aparte de su lado.- susurré con travesura y alzandome de puntillas besé cerca de la comisura de sus labios.
-Entremos pues, mon amour...yo primero.- susurré con el menton un tanto alzado de altivez, esboce una traviesa sonrisa y abrí la puerta. La musica destacaba entre las luces rojas que ambientaban en lugar. Eran sonidos rasgados de guitarras furiosas entrelazadas con melodias suaves de piano que configuraban una extraña armonia. Una voz suave, sedosa y masculina acompañaban a los instrumentos. No descatabamos demasiado de los "residentes" del lugar, si bien nuestra estetica era mas romantica, habia reminiscencias de encajes, casacas negras con bordados rojos, corsés y demas prendas victorianas con tendencia a los colores oscuros.
Me volteé hasta Kanade y me acerqué hasta rodear su cintura con mis brazos -No se aleje mucho de mi principe mio..no quiero que ninguno de estos demonios me aparte de su lado.- susurré con travesura y alzandome de puntillas besé cerca de la comisura de sus labios.
- Spoiler:
- (Me imagine el bar este como el de las reinas de los condenados XD ese que incendia akasha)
Armand- Cantidad de envíos : 407
Fecha de inscripción : 29/11/2011
Re: La Dance Du Vampire
El cantante no pudo contener una ligera risa al ver la actitud del vampiro, tan altiva y cómica en contraste con su apariencia menuda. Le siguió de cerca y entró al local tras él, cerrando la puerta cuidadosamente y sonriendo suavemente, observando a su alrededor al resto de los asistentes. Sólo algunos los observaban, aunque la mayoría ya eran conocidos del rubio. Entre toda aquella estética oscura y perturbadora, el rubio destacaba con creces gracias a su brillante melena dorada; sus cabellos parecían irradiar luz propia y le convertían en la única posible alusión a la luz del día dentro del local.
-Jamás lo permitiría, mi hermoso ángel -contestó suavemente, deslizando sus dedos por aquella suave y fría mejilla y dejando una sutil caricia sobre sus labios-. Sin embargo, deseo enseñarte más de mí. Busquemos al resto de mis hermanos, ellos cuidarán de ti mientras les enseño a estas almas condenadas lo que es resplandecer -aquella última frase la susurró con orgullo y altivez, también con un poco de arrogancia.
Deslizó su mano por la cintura estrecha del vampiro y le guió dentro del local hasta una puerta algo oculta en las sombras, cerca de la barra. Entraron a una nueva sala decorada más tétrica y a la vez exquisitamente, la zona VIP, en donde los cuatro y anchos sofás que allí habían estaban rodeados de caños con bailarinas exóticas. Sentados y destacando sobre los demás humanos, estaban cuatro jóvenes, todos humanos, todos de diferente procedencia, vestidos de forma similar a Kanade.
-Bonjour, amores míos -saludó el rubio, acercándose junto con Armand al grupo, formado en total por 10 jóvenes humanos, quienes saludaron de forma ambigua con algunos gestos de sus manos, casi sin reparar en el vampiro-. Ya es hora de nuestra actuación -anunció, sonriendo coquetamente. Todos se pusieron pesadamente de pie y salieron sin decir nada de la sala, quedando sólo los cuatro integrantes de la banda del joven nipón, quienes miraban con curiosidad al pelirrojo-. Él es Armand, nos acompañará esta noche. Necesito que alguien lo cuide mientras subimos al escenario...
Uno de los chicos, vestido con un vestido de dama victoriana elegante y reluciente, se inclinó hacia Armand y le saludó calurosamente. El resto se limitó a tenderles la mano y sonreír con coquetería, aunque sin mostrar la misma gracia que el cantante. Tras las presentaciones, uno de los chicos más menudos, quien respondía al nombre de Heze, se ofreció de ir en busca de un guardaespaldas para el pelirrojo.
-Jamás lo permitiría, mi hermoso ángel -contestó suavemente, deslizando sus dedos por aquella suave y fría mejilla y dejando una sutil caricia sobre sus labios-. Sin embargo, deseo enseñarte más de mí. Busquemos al resto de mis hermanos, ellos cuidarán de ti mientras les enseño a estas almas condenadas lo que es resplandecer -aquella última frase la susurró con orgullo y altivez, también con un poco de arrogancia.
Deslizó su mano por la cintura estrecha del vampiro y le guió dentro del local hasta una puerta algo oculta en las sombras, cerca de la barra. Entraron a una nueva sala decorada más tétrica y a la vez exquisitamente, la zona VIP, en donde los cuatro y anchos sofás que allí habían estaban rodeados de caños con bailarinas exóticas. Sentados y destacando sobre los demás humanos, estaban cuatro jóvenes, todos humanos, todos de diferente procedencia, vestidos de forma similar a Kanade.
-Bonjour, amores míos -saludó el rubio, acercándose junto con Armand al grupo, formado en total por 10 jóvenes humanos, quienes saludaron de forma ambigua con algunos gestos de sus manos, casi sin reparar en el vampiro-. Ya es hora de nuestra actuación -anunció, sonriendo coquetamente. Todos se pusieron pesadamente de pie y salieron sin decir nada de la sala, quedando sólo los cuatro integrantes de la banda del joven nipón, quienes miraban con curiosidad al pelirrojo-. Él es Armand, nos acompañará esta noche. Necesito que alguien lo cuide mientras subimos al escenario...
Uno de los chicos, vestido con un vestido de dama victoriana elegante y reluciente, se inclinó hacia Armand y le saludó calurosamente. El resto se limitó a tenderles la mano y sonreír con coquetería, aunque sin mostrar la misma gracia que el cantante. Tras las presentaciones, uno de los chicos más menudos, quien respondía al nombre de Heze, se ofreció de ir en busca de un guardaespaldas para el pelirrojo.
Kanade Yuji- Cantidad de envíos : 472
Fecha de inscripción : 06/12/2012
Re: La Dance Du Vampire
Un eco, un reflejo, una mirada y una sonrisa. Kanade parecia haber revivido el alma de un vampiro viejo y arrogante que tenia el mundo bajo sus pies, que sentia poder para gobernarlo con sus artes y dominarlo bajo su don...ninguno de los seres que a continuación me presento lo igualaba. Lucian trajes hermosos, similares a los de él, pero no tenian esa magia encerrada en su mirada. No dejaban de ser extraños dentro de este mundo, quizas incomprendidos en algun tiempo pasado, sin embargo en esta era los vampiros caminabamos entre los vivos como si fuera nuestro mundo también, apoderandonos poco a poco...a Lestat seguro le encantaba -si es que aún existia- caminar por el mundo como si fuera el rey de todos y de todo.
Correspondí a los saludos uno a uno con una sonrisa suave y gestos por igual galantes, respondiendo en igual medida a lo que me ofrecian sin embargo... una carcajada suave y eterea escapó de mis labios cuando el chico llamado Heze volvió con el susodicho "guardaespaldas". Habia sido una ironia tornada realidad, en verdad no necesitaba protección alguna, sin embargo no la rechacé. Me senté en donde antaño hubieran tomado asiento los jovenes victorianos, en medio del guarda espaldas y del llamado Heze que me observaba con la curiosidad de un puberto. Ladeé el rostro correspondiendo con una mirada falsamente curiosa, sonrei y alcé la mano para rozarle la mejilla mientras ladeaba el rostro hacia Kanade, mis ojos pardos mostraban mas que palabras, un fuego desafiante contenido.
-Mon amour...me encuentro ansioso por verlo en acción...sera todo un espectáculo.- comente en un suave pero audible susurro y lo ví marchar. Desde mi posicion se podia ver el escenario desde una posicion privilegiada, ni tan siquiera las muchachas desnudas desplegando sus lascivas artes contra frias barras de acero lograban opacar mi vision.
Correspondí a los saludos uno a uno con una sonrisa suave y gestos por igual galantes, respondiendo en igual medida a lo que me ofrecian sin embargo... una carcajada suave y eterea escapó de mis labios cuando el chico llamado Heze volvió con el susodicho "guardaespaldas". Habia sido una ironia tornada realidad, en verdad no necesitaba protección alguna, sin embargo no la rechacé. Me senté en donde antaño hubieran tomado asiento los jovenes victorianos, en medio del guarda espaldas y del llamado Heze que me observaba con la curiosidad de un puberto. Ladeé el rostro correspondiendo con una mirada falsamente curiosa, sonrei y alcé la mano para rozarle la mejilla mientras ladeaba el rostro hacia Kanade, mis ojos pardos mostraban mas que palabras, un fuego desafiante contenido.
-Mon amour...me encuentro ansioso por verlo en acción...sera todo un espectáculo.- comente en un suave pero audible susurro y lo ví marchar. Desde mi posicion se podia ver el escenario desde una posicion privilegiada, ni tan siquiera las muchachas desnudas desplegando sus lascivas artes contra frias barras de acero lograban opacar mi vision.
Armand- Cantidad de envíos : 407
Fecha de inscripción : 29/11/2011
Re: La Dance Du Vampire
Kanade aguardó en la entrada a que el resto de la banda saliera y se acercó a Armand, depositando un beso en sus labios antes de retirarse. Mientras la banda buscaba sus instrumentos y se arreglaban algunos detalles, Kanade se perdió de vista dentro de los vestuarios, cambió con rapidez sus exquisitas prendas rojas por un traje blanco con detalles en dorado y brillantes terminaciones, y regresó a reunirse con el resto de sus compañeros.
Mientras tanto, sobre el escenario, un hombre vestido de forma extravagante los presentaba, hacía a la multitud de asistentes centrar su atención sobre las cuatro figuras que subían con exquisitos vestidos al escenario y se ubicaban en sus lugares. Una vez estuvieron todos ubicados, una luz iluminó a Kanade en la parte posterior del local, alzando los brazos y provocando diversas reacciones en el público que le rodeaba. Caminó con paso elegante y altivo por entre la multitud hasta llegar al escenario, sintiendo caricias, besos en sus manos, palabras de admiración y amor por parte de los fans que le rodeaban. Subió al escenario de un salto y se apropió del micrófono.
-Sean bienvenidas, almas condenadas -ronroneó con voz suave, alzando un poco su capa blanca-. Esta noche, les enseñaré ¡el infierno! -Un largo grito y la multitud se deshacía en gritos y vítores. Kanade llevó su mirada hacia la ventana de la zona VIP. Desde allí no podía ver a su nuevo ángel, pero intuía que éste lo miraba con la misma intensidad que él lo hacía. Luego volvió a mirar a la multitud-. We are the Fallen Vampires!!
https://www.youtube.com/watch?v=9s2b31EVnBQ
Tras presentarse, la música empezó a sonar de forma estridente y melódica. El joven cantante se desplazaba sobre el escenario de forma altiva y arrogante, levantaba las manos y dedicaba alguna que otra frase de amor hacia su público. Poco antes de empezar su canción, sin embargo, llevó su vista hacia la zona VIP y recitó con suaves palabras-. Para ti, mon amour, mon vampire -ronroneó de forma seductora, empezando a cantar.
Su despliegue en el escenario era magnífico, su carisma y al mismo tiempo su altivez provocaban que la multitud se encendiera con cada nuevo acorde. El cantante se dejaba llevar tanto por la música como por la excitación de ser el centro de atención, de estar resplandeciendo. Por momentos dejaba de pensar en Armand y sólo se concentraba en cantar, en dar giros ondeando su capa, en entregar su alma al completo al público. A veces estiraba su mano hacia el público y era correspondido por decenas más, anhelantes por su tacto frío. La banda en general resplandecía, pero era Kanade quien se llevaba fácilmente toda la atención.
Mientras tanto, sobre el escenario, un hombre vestido de forma extravagante los presentaba, hacía a la multitud de asistentes centrar su atención sobre las cuatro figuras que subían con exquisitos vestidos al escenario y se ubicaban en sus lugares. Una vez estuvieron todos ubicados, una luz iluminó a Kanade en la parte posterior del local, alzando los brazos y provocando diversas reacciones en el público que le rodeaba. Caminó con paso elegante y altivo por entre la multitud hasta llegar al escenario, sintiendo caricias, besos en sus manos, palabras de admiración y amor por parte de los fans que le rodeaban. Subió al escenario de un salto y se apropió del micrófono.
-Sean bienvenidas, almas condenadas -ronroneó con voz suave, alzando un poco su capa blanca-. Esta noche, les enseñaré ¡el infierno! -Un largo grito y la multitud se deshacía en gritos y vítores. Kanade llevó su mirada hacia la ventana de la zona VIP. Desde allí no podía ver a su nuevo ángel, pero intuía que éste lo miraba con la misma intensidad que él lo hacía. Luego volvió a mirar a la multitud-. We are the Fallen Vampires!!
https://www.youtube.com/watch?v=9s2b31EVnBQ
Tras presentarse, la música empezó a sonar de forma estridente y melódica. El joven cantante se desplazaba sobre el escenario de forma altiva y arrogante, levantaba las manos y dedicaba alguna que otra frase de amor hacia su público. Poco antes de empezar su canción, sin embargo, llevó su vista hacia la zona VIP y recitó con suaves palabras-. Para ti, mon amour, mon vampire -ronroneó de forma seductora, empezando a cantar.
Su despliegue en el escenario era magnífico, su carisma y al mismo tiempo su altivez provocaban que la multitud se encendiera con cada nuevo acorde. El cantante se dejaba llevar tanto por la música como por la excitación de ser el centro de atención, de estar resplandeciendo. Por momentos dejaba de pensar en Armand y sólo se concentraba en cantar, en dar giros ondeando su capa, en entregar su alma al completo al público. A veces estiraba su mano hacia el público y era correspondido por decenas más, anhelantes por su tacto frío. La banda en general resplandecía, pero era Kanade quien se llevaba fácilmente toda la atención.
Kanade Yuji- Cantidad de envíos : 472
Fecha de inscripción : 06/12/2012
Re: La Dance Du Vampire
Resultó ser toda una sensacion en el escenario y por lo visto habian muchos jovenes que seguian esa musica tan enrebesada como interesante. Veintena de corazones latian al unisono de las estridentes melodias, coreaban, jadeaban, bailaban...fue un despliegue de lo mas fascinante a la par que aterrador. Era cierto lo que dijo mi principe, estaba en el infierno, los sucubos y los incubus se arremolinaban para tocar aunque fuera una ebra del cabello de su profeta, el de largos cabellos y traje blanco. Y Kanade lo disfrutaba...oh como disfrutaba del amor que recibia, de ser el centro de las miradas...pero solo habia una mirada que le interesaba y aunque no podia verme desde su posicion, supe que se dirigia hacia ami.
Me resultó un espectaculo de lo mas interesante, miles de pensamientos lanzados al aire, desperdigados para que yo pudiera escucharlos, anhelos, deseos, suplicas...y todas iban hacia él. Me pregunté si haría esto por diversion o si planteaba dedicarse personalmente a ello...y no pude evitar recordar cuando Lestat tuvo aquel grupo diabolico con el cual casi consigue acumular el odio y el rencor de todos los no-vivos.
Cuando los instrumentos dejaron de tocar y la voz de Kanade se perdió en el bullicio cerré mi mente a cualquier pensamiento proviniente de dichos adolescentes, ladeé el rostro y miré de soslayo al "guarda espaldas" -No te sobresaltes...he de hacer algo.- susurré con travesura y caminé con celeridad en dirección al escenario. Esquivando alma tras otra me eleve con elegancia y gracilidad y caminé por aquel entablado que estaba ocupado mayormente por todo aquel instrumental. Camine hasta el principe escrutandolo con una mirada intensa, incendiaria... alargué la mano y repase sus finas facciones con las frias yemas de mis dedos y consciente de que miles de ojos me envidiaban alcancé con mis labios los suyos y los debore en un lascivo e intenso beso, absorviendo parte de la atención que Kanade habia amasado.
Me resultó un espectaculo de lo mas interesante, miles de pensamientos lanzados al aire, desperdigados para que yo pudiera escucharlos, anhelos, deseos, suplicas...y todas iban hacia él. Me pregunté si haría esto por diversion o si planteaba dedicarse personalmente a ello...y no pude evitar recordar cuando Lestat tuvo aquel grupo diabolico con el cual casi consigue acumular el odio y el rencor de todos los no-vivos.
Cuando los instrumentos dejaron de tocar y la voz de Kanade se perdió en el bullicio cerré mi mente a cualquier pensamiento proviniente de dichos adolescentes, ladeé el rostro y miré de soslayo al "guarda espaldas" -No te sobresaltes...he de hacer algo.- susurré con travesura y caminé con celeridad en dirección al escenario. Esquivando alma tras otra me eleve con elegancia y gracilidad y caminé por aquel entablado que estaba ocupado mayormente por todo aquel instrumental. Camine hasta el principe escrutandolo con una mirada intensa, incendiaria... alargué la mano y repase sus finas facciones con las frias yemas de mis dedos y consciente de que miles de ojos me envidiaban alcancé con mis labios los suyos y los debore en un lascivo e intenso beso, absorviendo parte de la atención que Kanade habia amasado.
Armand- Cantidad de envíos : 407
Fecha de inscripción : 29/11/2011
Re: La Dance Du Vampire
No pudo negar que le había sorprendido bastante ver a Armand acercarse entre la multitud, sin embargo aguardó en su lugar alzando los brazos y gritándole a la multitud, descontrolándola, saludándola y animándola a gritar. Cuando el pelirrojo subió al escenario, con un gesto impidió que los guardias se le acercaran y se dejó tocar y besar, pasando un brazo por su cintura y estrechándole contra su cuerpo a la vez que correspondía a aquel beso con deseo, pasión y desenfreno, notando cómo la multitud estallaba en vítores, excitada. Se separó sólo un poco de aquellos dulces y fríos labios y se llevó el micrófono a los propios, observando a la multitud.
-He aquí al ángel, que viene a rescatar a esta alma condenada -presentó a Armand ante el público, quienes aplaudían, gritaban, vitoreaban, se arremolinaban en torno al escenario mirando al vampiro con envidia, admiración, celos... cientos de sentimientos que Kanade, en su percepción, podía captar. Su sonrisa se ensanchó, llamando de nuevo la atención de todos-. ¡Su sangre me hará renacer en tinieblas! -Exclamó y, sin soltar la cintura de su acompañante, dio una señal a la banda para empezar a tocar otra vez.
https://www.youtube.com/watch?v=LJNyKkZRwLg
Esta vez, era una canción dedicada por completo al vampiro. Antes de que empezara la letra, besó con hambre aquellos labios, separándose a tiempo para empezar a cantar, excitado, animado todavía más por la mirada del pelirrojo. Empezó una danza seductora y arriesgada, le cantaba sólo a Armand, le bailaba, giraba para él. De vez en cuando le besaba, lo acercaba a su cuerpo y no le dejaba escapar, igual que un enorme felino que ha atrapado a su presa y que juguetea con ella antes de devorarla, igual que si él fuera un vampiro divirtiéndose con su víctima antes de darle el beso mortal. Una vez terminó la canción, los vítores eran incontenibles.
-He aquí al ángel, que viene a rescatar a esta alma condenada -presentó a Armand ante el público, quienes aplaudían, gritaban, vitoreaban, se arremolinaban en torno al escenario mirando al vampiro con envidia, admiración, celos... cientos de sentimientos que Kanade, en su percepción, podía captar. Su sonrisa se ensanchó, llamando de nuevo la atención de todos-. ¡Su sangre me hará renacer en tinieblas! -Exclamó y, sin soltar la cintura de su acompañante, dio una señal a la banda para empezar a tocar otra vez.
https://www.youtube.com/watch?v=LJNyKkZRwLg
Esta vez, era una canción dedicada por completo al vampiro. Antes de que empezara la letra, besó con hambre aquellos labios, separándose a tiempo para empezar a cantar, excitado, animado todavía más por la mirada del pelirrojo. Empezó una danza seductora y arriesgada, le cantaba sólo a Armand, le bailaba, giraba para él. De vez en cuando le besaba, lo acercaba a su cuerpo y no le dejaba escapar, igual que un enorme felino que ha atrapado a su presa y que juguetea con ella antes de devorarla, igual que si él fuera un vampiro divirtiéndose con su víctima antes de darle el beso mortal. Una vez terminó la canción, los vítores eran incontenibles.
Kanade Yuji- Cantidad de envíos : 472
Fecha de inscripción : 06/12/2012
Re: La Dance Du Vampire
Experimente de nuevo por muchos años atras, el sabor de la idolatria, de ser el epicentro de todo y todos, miles de ojos fijos en mi, observadome, odiandome, envidiandome...les respondia con una mirada desafiante y una sonrisa ladeada, ellos y ellas podrian soñar con besar sus labios pero solo yo los hacia, solo el podia besarme a mi. Quizas no tuviera tanto carisma como el, pero tambien sabia engatusar a simples mortales como aquellos. De cualquier forma quise seguir su juego, era divertido, excitante y vibrante. Sentirme observado, desatado, siguiendo con ojos relucientes y lascivos aquella figura que danzaba con elegancia mientras su voz masculina y sensual se desprendia melodiosamente de su garganta....
En los momentos instrumentales el mortal se acercaba a mi y me besaba con hambre, me apretaba por la cintura pegandome a su esbelta anatomia, mis manos acariciaban su pecho por encima de las ropas mientras nuestros labios se encontraban con vehemencia. Tal parecia que la musica era su afrodisiaco particular, asi lo noté cuando tocaba el piano, aquella pasión que nacia, crecia y se desarrollaba.
La cancion termino y la sala aullo casi al unisono, pero yo solo tenia ojos para él.
Me alcé de puntillas mientras le rodeaba el cuello con ambos brazos -Has demostrado ser un artista deseado que despierta pasiones y deseos....- estreché ligeramente la mirada con un deje picaro -Has despertado mi pasion y mi deseo..y quiero mostrar que tan agradecido estoy- mis labios se curvaron en una generosa sonrisa y pronosticaron un beso largo e intenso en donde nuestras lenguas chocaron con avidez -quiero despertar con mis labios, centimetro a centimetro de tu piel..- susurre contra sus labios -no alimentes mas a un vampirio hambriento con tan solo besos...- acaricie su menton con los labios de manera juguetona.
En los momentos instrumentales el mortal se acercaba a mi y me besaba con hambre, me apretaba por la cintura pegandome a su esbelta anatomia, mis manos acariciaban su pecho por encima de las ropas mientras nuestros labios se encontraban con vehemencia. Tal parecia que la musica era su afrodisiaco particular, asi lo noté cuando tocaba el piano, aquella pasión que nacia, crecia y se desarrollaba.
La cancion termino y la sala aullo casi al unisono, pero yo solo tenia ojos para él.
Me alcé de puntillas mientras le rodeaba el cuello con ambos brazos -Has demostrado ser un artista deseado que despierta pasiones y deseos....- estreché ligeramente la mirada con un deje picaro -Has despertado mi pasion y mi deseo..y quiero mostrar que tan agradecido estoy- mis labios se curvaron en una generosa sonrisa y pronosticaron un beso largo e intenso en donde nuestras lenguas chocaron con avidez -quiero despertar con mis labios, centimetro a centimetro de tu piel..- susurre contra sus labios -no alimentes mas a un vampirio hambriento con tan solo besos...- acaricie su menton con los labios de manera juguetona.
Armand- Cantidad de envíos : 407
Fecha de inscripción : 29/11/2011
Re: La Dance Du Vampire
Sus palabras le hicieron estremecer, y si por él hubiera sido, se habría convertido allí mismo en un demonio, le habría arrancado las finas y exquisitas ropas y frente a todos sus fans, frente a todos los presentes, hubiera poseído el cuerpo y el alma del vampiro. Sin embargo, debía dejar de lado por unos momentos la excitación propia del escenario y su música y pensar con claridad, aunque no se esforzó demasiado por ocultar sus pensamientos.
-Mon amour, de momento deberás esperar... -ronroneó sobre sus labios, notando que los acordes del próximo tema ya empezaban-. Vuelve a la sala y aguárdame allí. Prometo terminar pronto y llevarte conmigo, lejos del mundo conocido... -tras decir esto lo separó con delicada firmeza de su cuerpo y tomándole de la mano, le guió hasta una pequeña escalinata al borde del escenario.
Luego de dejarle allí, regresó al centro del escenario y se adueñó otra vez del micrófono, empezando a cantar un nuevo tema con renovado ímpetu, con pasión, pensando en que pronto estaría a solas con aquel vampiro pelirrojo que le hacía estremecer con sus besos y palabras. Algunos jóvenes humanos intentaron subir pero los guardias no se lo permitieron, sólo Armand tenía ese privilegio por ser el acompañante del cantante. La multitud siguió coreando y gritando, vitoreando a quien consideraban un vampiro, pidiéndole beber su sangre, un beso, una noche de pasión. Vitoreando su amor por él, pero a Kanade nada más le interesaban unos labios, un par de ojos, los del único vampiro presente en el antro.
Más pronto de lo esperado, el espectáculo llegó a su fin, como Kanade había prometido. Tras despedirse, la banda bajó elegantemente del escenario y se retiró hacia los camarines y la sala VIP; el cantante nuevamente con su rojo y elegante atuendo. Tras buscar a Armand con la mirada, se acercó a él y lo abrazó por la cintura de forma un tanto posesiva, besando sus labios con pasión y deseo mientras acariciaba sus cabellos. Los chicos de la banda apenas les prestaron atención y cada uno quedó en su mundo, algunos ensimismados, otros con sus parejas respectivas.
-¿Quieres marchar ya, pequeño ángel? -Preguntó Kanade con voz suave y aterciopelada, casi como un ronroneo suave, mientras acariciaba suavemente la fría mejilla del vampiro.
-Mon amour, de momento deberás esperar... -ronroneó sobre sus labios, notando que los acordes del próximo tema ya empezaban-. Vuelve a la sala y aguárdame allí. Prometo terminar pronto y llevarte conmigo, lejos del mundo conocido... -tras decir esto lo separó con delicada firmeza de su cuerpo y tomándole de la mano, le guió hasta una pequeña escalinata al borde del escenario.
Luego de dejarle allí, regresó al centro del escenario y se adueñó otra vez del micrófono, empezando a cantar un nuevo tema con renovado ímpetu, con pasión, pensando en que pronto estaría a solas con aquel vampiro pelirrojo que le hacía estremecer con sus besos y palabras. Algunos jóvenes humanos intentaron subir pero los guardias no se lo permitieron, sólo Armand tenía ese privilegio por ser el acompañante del cantante. La multitud siguió coreando y gritando, vitoreando a quien consideraban un vampiro, pidiéndole beber su sangre, un beso, una noche de pasión. Vitoreando su amor por él, pero a Kanade nada más le interesaban unos labios, un par de ojos, los del único vampiro presente en el antro.
Más pronto de lo esperado, el espectáculo llegó a su fin, como Kanade había prometido. Tras despedirse, la banda bajó elegantemente del escenario y se retiró hacia los camarines y la sala VIP; el cantante nuevamente con su rojo y elegante atuendo. Tras buscar a Armand con la mirada, se acercó a él y lo abrazó por la cintura de forma un tanto posesiva, besando sus labios con pasión y deseo mientras acariciaba sus cabellos. Los chicos de la banda apenas les prestaron atención y cada uno quedó en su mundo, algunos ensimismados, otros con sus parejas respectivas.
-¿Quieres marchar ya, pequeño ángel? -Preguntó Kanade con voz suave y aterciopelada, casi como un ronroneo suave, mientras acariciaba suavemente la fría mejilla del vampiro.
Kanade Yuji- Cantidad de envíos : 472
Fecha de inscripción : 06/12/2012
Re: La Dance Du Vampire
Por un segundo deseé que todos aquellos que le aclamaban murieran, se atascaran los gritos en sus febriles gargantas y sus rostros se pudieran desde azules a morados. Senti sus envidias como mia propia, desalmados e histrionicos, pero no eran mas que mortales, simples mortales que necesitaban poner su pasion y sus deseos en algo, en alguien. Esos mortales, el publico de Kanade, lo separaban de mi, pero para que engañarnos, a Kanade le gustaba todo aquello, toda esa atención, no se conformaba con la mia tan solo. Hacia años, quizas siglos, mucho tiempo, demasiado, que alguien me hacia esperar tanto, normalmente era yo el caprichoso, el desentendido, el que creaba trampas y misterios....pero todo estaba al reves, parecia tan embelesado como aquellos niños adolescentes.
Suspiré largamente y me refugié en aquel lugar exclusivo para los mas ayegados a la banda. Desde alli le observé toda la actuacion con ojos mudos hasta que esta terminó y él regresó a mi lado. Su pregunta despertó una soñadora y un tanto ironica carcajada, mis manos acariciaban la espalda, los mechones de cabellos que caian por ella y mis ojos los escrutaban como si desearan atravesar la carne y ver mas alla de ella -¿Necesitas respuesta mi principe?- alcé mi cuerpo al ponerme de puntillas, acaricie con mis tersos y frios labios la quijada afeminada del cantante -me hiciste esperar demasiado- refunfuñe con un aire coqueto -pero mi deseo por ti no se han enfriado...- ronroneé suave, aterciopelado -Si ya has terminado de entregarte al publico....ahora entregate a mi.- finalicé algo mas ronco, ascendiendo por un corto camino a los labios del rubio. Acaricie el superior suavemente con los mios, sus brazos apostados a mi cintura, rodeandome con facilidad, se apretaron contra mi dura anatomia, percibi el deseo a través de ellos.
Suspiré largamente y me refugié en aquel lugar exclusivo para los mas ayegados a la banda. Desde alli le observé toda la actuacion con ojos mudos hasta que esta terminó y él regresó a mi lado. Su pregunta despertó una soñadora y un tanto ironica carcajada, mis manos acariciaban la espalda, los mechones de cabellos que caian por ella y mis ojos los escrutaban como si desearan atravesar la carne y ver mas alla de ella -¿Necesitas respuesta mi principe?- alcé mi cuerpo al ponerme de puntillas, acaricie con mis tersos y frios labios la quijada afeminada del cantante -me hiciste esperar demasiado- refunfuñe con un aire coqueto -pero mi deseo por ti no se han enfriado...- ronroneé suave, aterciopelado -Si ya has terminado de entregarte al publico....ahora entregate a mi.- finalicé algo mas ronco, ascendiendo por un corto camino a los labios del rubio. Acaricie el superior suavemente con los mios, sus brazos apostados a mi cintura, rodeandome con facilidad, se apretaron contra mi dura anatomia, percibi el deseo a través de ellos.
Armand- Cantidad de envíos : 407
Fecha de inscripción : 29/11/2011
Re: La Dance Du Vampire
-Ascenderemos, mon petit vampire -susurró suave, como un ronroneo elegante, seductor, firme y refinado. Sus manos acariciaron su cintura, subieron por su espalda hasta sus cabellos, aquellas ondas rojas como fuego, suaves, brillantes y sedosas. Cogió un mechón de cabello del vampiro y lo llevó a sus labios, sintiendo su tacto suave, para luego dejarlo caer y sonreír con picardía y seducción-. Vamos, ya deben estarnos esperando. Esta vez no viajaremos en mi moto, sino en algo más elegante e íntimo -comentó, tomando su mano y guiándolo hasta la puerta. Apenas hizo un gesto de despedida con la mano, su vida con aquellos muchachos humanos era muy impersonal, sólo hacían música, nada más. Kanade ya no se encariñaba, estaba acostumbrado a verlos morir, por drogas, por armas, por vampiros... daba igual si los músicos fueran humano o no, Kanade siempre los veía morir.
Salieron por una puerta diferente, hacia un pasillo largo y desolado. Por allí no circulaba nadie, era una salida destinada sólo a los artistas de turno, directo a los estacionamientos traseros. Al salir, un coche negro, elegante, con los vidrios esfumados, aguardaba a la pareja. El chófer esperaba con la puerta abierta, y nada más subir, partieron en silencio hacia la avenida, en dirección al hotel de Kanade. Por dentro, el coche estaba dividido por una mampara que impedía ver al chófer y viceversa, por lo cual, gozaban de total intimidad.
Sin rodeos, Kanade se apoderó de los labios de Armand, los besó con deseo y ardiente lujuria y a la vez con suavidad, con algo parecido al cariño, cual amante entregado, cual hombre que ama con el alma y el corazón. Su mano derecha mantenía firmemente atrapada la cintura del pelirrojo y su mano izquierda acariciaba su mejilla con dulzura y suavidad; su lengua chocaba contra la del vampiro pero no luchaba, sino que acariciaba. Buscaba enloquecerlo, que lo deseara, que lo buscara, que Armand no pudiera pensar en nada más que en él. Que rogara por más contacto, por su cuerpo, por su sangre.
Salieron por una puerta diferente, hacia un pasillo largo y desolado. Por allí no circulaba nadie, era una salida destinada sólo a los artistas de turno, directo a los estacionamientos traseros. Al salir, un coche negro, elegante, con los vidrios esfumados, aguardaba a la pareja. El chófer esperaba con la puerta abierta, y nada más subir, partieron en silencio hacia la avenida, en dirección al hotel de Kanade. Por dentro, el coche estaba dividido por una mampara que impedía ver al chófer y viceversa, por lo cual, gozaban de total intimidad.
Sin rodeos, Kanade se apoderó de los labios de Armand, los besó con deseo y ardiente lujuria y a la vez con suavidad, con algo parecido al cariño, cual amante entregado, cual hombre que ama con el alma y el corazón. Su mano derecha mantenía firmemente atrapada la cintura del pelirrojo y su mano izquierda acariciaba su mejilla con dulzura y suavidad; su lengua chocaba contra la del vampiro pero no luchaba, sino que acariciaba. Buscaba enloquecerlo, que lo deseara, que lo buscara, que Armand no pudiera pensar en nada más que en él. Que rogara por más contacto, por su cuerpo, por su sangre.
Kanade Yuji- Cantidad de envíos : 472
Fecha de inscripción : 06/12/2012
Re: La Dance Du Vampire
Eleve una de mis finas cejas al escuchar que nos esperaban... ¿Aguardarian quizas mas sorpresas? Este mortal estaba siendo muy seductor y me hacia rogar lo que deseaba...pero debia contenerme. Es cierto que lo deseo, pero mis tiempos de suplicar quedaron atrás, podia ser una criatura tan coqueta como él e igual de seductora. Intuia que ahora nos dirigiriamos a su morada, o a donde se hospedara. Preferia el ambiente intimo del coche a la exposicion montando en la moto, aunque debia afirmar que habia sido un viaje tan divertido como estimulante. Me mantuve en silencio, siguiendolo hasta entrar en el coche hasta que su boca arrancó un suave gemido de mi garganta.
Percibi algo parecido a un latido en el fondo de mi pecho, ficticio, pero audible, pues mi corazon se habia parado siglos atras. Sin embargo habian muchas sensaciones, ecos de cuando era un ser mortal, gozoso en todos los placeres, que repetia mi cuerpo, esos estremecimientos que incendiaban mi cuerpo haciendolo parecer mas vivo que nunca. Lami esa boca humana, jugando con el caliente musculo de su lengua mientras sus tiernas caricias desperdigaba sobre mi mejilla, cintura, cabellos... Moví mi cuerpo lentamente, colocandome a horcajadas sobre él y lo rodee por el cuello sin romper el contacto de mi boca con la suya. El beso se tornó mas hambriento, no obstante mantuve mis colmillos ocultos, pues sabia que una gota, solo una, seria suficiente para no dejarlo salir del coche y consumirme en sus brazos ahi mismo.
Mis delgados dedos lograron filtrarse por las capas de ropa hasta acariciar la clavicula de Kanade, la suave y calida piel de su cuello, descendiendo en suaves caricias por el inicio de su pecho. Alejé mi boca de la suya, yo no necesitaba respirar, pero él si...y lo mire durante un rato a los ojos, estudiandolos, ademas de sus facciones. Mis dedos subieron a su mejilla, era fuego bajo esa capa de piel, acerqué mi rostro con los ojos cerrados y acaricie mi nariz con la suya, mis labios, una suave friccion -¿Es necesario salir del coche?- pregunté en un tono intimo, desenfadado y jugueton. Podia sentir su cuerpo bajo el mio, incluso a través de la ropa, podia sentir su excitacion creciendo poco a poco.
Percibi algo parecido a un latido en el fondo de mi pecho, ficticio, pero audible, pues mi corazon se habia parado siglos atras. Sin embargo habian muchas sensaciones, ecos de cuando era un ser mortal, gozoso en todos los placeres, que repetia mi cuerpo, esos estremecimientos que incendiaban mi cuerpo haciendolo parecer mas vivo que nunca. Lami esa boca humana, jugando con el caliente musculo de su lengua mientras sus tiernas caricias desperdigaba sobre mi mejilla, cintura, cabellos... Moví mi cuerpo lentamente, colocandome a horcajadas sobre él y lo rodee por el cuello sin romper el contacto de mi boca con la suya. El beso se tornó mas hambriento, no obstante mantuve mis colmillos ocultos, pues sabia que una gota, solo una, seria suficiente para no dejarlo salir del coche y consumirme en sus brazos ahi mismo.
Mis delgados dedos lograron filtrarse por las capas de ropa hasta acariciar la clavicula de Kanade, la suave y calida piel de su cuello, descendiendo en suaves caricias por el inicio de su pecho. Alejé mi boca de la suya, yo no necesitaba respirar, pero él si...y lo mire durante un rato a los ojos, estudiandolos, ademas de sus facciones. Mis dedos subieron a su mejilla, era fuego bajo esa capa de piel, acerqué mi rostro con los ojos cerrados y acaricie mi nariz con la suya, mis labios, una suave friccion -¿Es necesario salir del coche?- pregunté en un tono intimo, desenfadado y jugueton. Podia sentir su cuerpo bajo el mio, incluso a través de la ropa, podia sentir su excitacion creciendo poco a poco.
Armand- Cantidad de envíos : 407
Fecha de inscripción : 29/11/2011
Re: La Dance Du Vampire
-Lo es, sin duda, mon cher -susurró casi en un ronroneo, con voz seductora, un poco ronca por la excitación, por el momento. Miraba directo a aquellos ojos pardos sosteniéndole la mirada, buscando leer en ellos, buscando seducirlo con su propia mirada, con sus ojos azules cual reflejo del cielo veraniego. En sus labios, una leve sonrisa divertida por su pregunta, por su tono de voz juguetón, por su apariencia juvenil que tanto ocultaba-. Paciencia, Armand -casi ronroneó su nombre, saboreó cada letra y cada sílaba con seductora elegancia-, el cielo está casi a nuestro alcance, ¿puedes saborearlo ya? ¿Puedes palparlo?
Sonrió abiertamente tras aquellas preguntas e inmediatamente volvió a besar sus labios, sin permitirle responder. Deslizó sus manos por su espalda, por su cintura, hasta detenerse sobre su trasero, apretándolo, acariciándolo. Después de aquel beso, buscó su cuello, acariciar su piel fría y tersa con sus labios, depositando sobre él tiernos besos y leves mordidas que a su pesar, no dejarían marca en su piel.
Su propia excitación luchaba por nublar su mente, ansiaba más contacto con aquel pequeño y frío cuerpo, pero su mente, siempre fría, la mente de un depredador, sabía que debía controlarse, resistir y serenarse. El saber que pronto estarían en el hotel, que no quedaba demasiado camino, ayudaba enormemente a su autocontrol. Y así como lo pensó, en escasos minutos el coche se detuvo frente al elegante hotel. El cantante dejó escapar una ligera risa sobre el cuello del vampiro y se separó de él, arreglando y volviendo a acomodar las ropas ajenas y las propias con manos hábiles. Depositó un último beso sobre la nariz de Armand y le ayudó a bajarse de su regazo.
-Hemos llegado, mon amour. Vamos, la noche aún es joven -dijo dejando una caricia en su mejilla, mientras el chófer les abría la puerta. A pesar de la hora, mucha gente salía y entraba del hotel, no todos humanos, por supuesto, pero todos con un elemento en común: el dinero, la clase, la elegancia y los séquitos de guardaespaldas. Apenas Kanade bajó del vehículo, un joven licántropo de rasgos marcadamente orientales y bastante ambiguos se acercó e hizo una reverencia. El cantante le dio algunas instrucciones en japonés y el muchacho asintió en silencio, miró a Armand con curiosidad, y luego los escoltó dentro del edificio.
Sonrió abiertamente tras aquellas preguntas e inmediatamente volvió a besar sus labios, sin permitirle responder. Deslizó sus manos por su espalda, por su cintura, hasta detenerse sobre su trasero, apretándolo, acariciándolo. Después de aquel beso, buscó su cuello, acariciar su piel fría y tersa con sus labios, depositando sobre él tiernos besos y leves mordidas que a su pesar, no dejarían marca en su piel.
Su propia excitación luchaba por nublar su mente, ansiaba más contacto con aquel pequeño y frío cuerpo, pero su mente, siempre fría, la mente de un depredador, sabía que debía controlarse, resistir y serenarse. El saber que pronto estarían en el hotel, que no quedaba demasiado camino, ayudaba enormemente a su autocontrol. Y así como lo pensó, en escasos minutos el coche se detuvo frente al elegante hotel. El cantante dejó escapar una ligera risa sobre el cuello del vampiro y se separó de él, arreglando y volviendo a acomodar las ropas ajenas y las propias con manos hábiles. Depositó un último beso sobre la nariz de Armand y le ayudó a bajarse de su regazo.
-Hemos llegado, mon amour. Vamos, la noche aún es joven -dijo dejando una caricia en su mejilla, mientras el chófer les abría la puerta. A pesar de la hora, mucha gente salía y entraba del hotel, no todos humanos, por supuesto, pero todos con un elemento en común: el dinero, la clase, la elegancia y los séquitos de guardaespaldas. Apenas Kanade bajó del vehículo, un joven licántropo de rasgos marcadamente orientales y bastante ambiguos se acercó e hizo una reverencia. El cantante le dio algunas instrucciones en japonés y el muchacho asintió en silencio, miró a Armand con curiosidad, y luego los escoltó dentro del edificio.
Kanade Yuji- Cantidad de envíos : 472
Fecha de inscripción : 06/12/2012
Re: La Dance Du Vampire
El olfato no me engaño cuando percibí un olor agreste, salvaje...podria decir que apestaba, al menos a mi olfato vampirico, olian demasiado a salvaje, era un lobo el que andaba cerca y asi lo confirmé cuando lo ví cerca tanto de mi, como de Kanade. Habian viejas rencillas, o al menos las hubo en el pasado, pero yo estaba fuera de todo eso, habia aprendido a preocuparme de mis deseos y dejar de lado las guerras de los demas, asi que incliné mi rostro en un pequeño saludo y sonreí, siguiendo de cerca los pasos del principe. El principe que hacia colmar mi paciencia, que la franqueaba tentandome y que rompia el precario equilibrio entre el deseo y la calma. Mi corazon y mi cuerpo eran frios, mi mente también, pero en cuanto la puerta se cerrara tras entrar a la habitación, seria mio y no esperaria nada mas, ni un segundo mas.
El hotel era hermoso, lujoso y ostentoso. Era el mas claro signo de la riqueza de los que dentro se habitaban, aunque alguno habia que queria aparentar lo que no era y que vivia por encima de sus posiblidades, ahogados por las deudas. Escuchaba sus pensamientos, sus anhelos y sus secretos. Entorné la mirada ligeramente y aferré la mano del Kanade, atrayendo su brazo hacia mi pecho. Observé su altivo perfil en silencio mientras nos metiamos en el ascensor pequeño y exclusivo que nos elevaba hasta la ultima planta. Se habia instalado en el ático y cuando la puerta del ascensor se abrió, entramos directamente a la suite. Sus ropas daban la idea del estilo de la decoración de la misma, versallesca, rococó, un aire frances refinado y elegante.
Dejé que avanzara unos pasos hasta que escuché como el ascensor cerraba tras de mi. Entonces con un rapido y sobrenatural movimiento lo llevé suavemente, midiendo mis fuerzas, hacia la cama tumbandolo sobre ella. Situado yo encima empecé a desabrochar los primeros botones de su fina camisa mientras le sonreia ladino -¿Ahora? ¿Ahora sereis mio mi principe?.- susurré con ligera sorna, acercandome a la blanca clavicula que comenzaba a asomar por entre las prendas, para lamer y morder suavemente la dulce piel -Puedo saborearlo....- reafirmo mirandolo coqueto, mientras mis dedos desabotonan con habilidad los demas botones de su camisa y muestra un pecho lampiño. Mis cabellos, como llamas de fuego se acarician la nieve de su piel, me inclinó para repartir frios y humedos besos por el inicio de sus pectorales.
El hotel era hermoso, lujoso y ostentoso. Era el mas claro signo de la riqueza de los que dentro se habitaban, aunque alguno habia que queria aparentar lo que no era y que vivia por encima de sus posiblidades, ahogados por las deudas. Escuchaba sus pensamientos, sus anhelos y sus secretos. Entorné la mirada ligeramente y aferré la mano del Kanade, atrayendo su brazo hacia mi pecho. Observé su altivo perfil en silencio mientras nos metiamos en el ascensor pequeño y exclusivo que nos elevaba hasta la ultima planta. Se habia instalado en el ático y cuando la puerta del ascensor se abrió, entramos directamente a la suite. Sus ropas daban la idea del estilo de la decoración de la misma, versallesca, rococó, un aire frances refinado y elegante.
Dejé que avanzara unos pasos hasta que escuché como el ascensor cerraba tras de mi. Entonces con un rapido y sobrenatural movimiento lo llevé suavemente, midiendo mis fuerzas, hacia la cama tumbandolo sobre ella. Situado yo encima empecé a desabrochar los primeros botones de su fina camisa mientras le sonreia ladino -¿Ahora? ¿Ahora sereis mio mi principe?.- susurré con ligera sorna, acercandome a la blanca clavicula que comenzaba a asomar por entre las prendas, para lamer y morder suavemente la dulce piel -Puedo saborearlo....- reafirmo mirandolo coqueto, mientras mis dedos desabotonan con habilidad los demas botones de su camisa y muestra un pecho lampiño. Mis cabellos, como llamas de fuego se acarician la nieve de su piel, me inclinó para repartir frios y humedos besos por el inicio de sus pectorales.
Armand- Cantidad de envíos : 407
Fecha de inscripción : 29/11/2011
Re: La Dance Du Vampire
-Sólo tuyo, completamente -ronroneó el cantante, acomodándose sobre la cama y deslizando sus manos por la fina cintura del vampiro. Sus manos se colaron bajo su fina y delicada camisa, acariciaron aquella piel, tan fría como la propia. No se había sorprendido en lo absoluto de la forma en la cual había llegado a la cama, los trucos vampíricos no le eran ajenos en lo absoluto y por ello, también tenía una idea de cómo debía proceder.
Su cuerpo se estremeció ligeramente al sentir aquella mordida en su clavícula, y sus labios buscaron ansiosos y hambrientos los ajenos. Ahora, que estaba en la intimidad de su habitación, podía permitirse finalmente dejarse llevar por sus más bajos y humanos instintos, podía al fin dejar de reprimir su deseo y poseer a aquel vampiro de rojizos cabellos...-. Oh, mon amour... déjame grabar tu cuerpo en mi memoria, aquí y ahora... -ronroneó sobre sus labios, para a continuación deslizar los propios sobre su cuello.
Giró sobre si mismo dejando abajo al pelirrojo, lo observó a los ojos directa, fijamente, mientras sus manos desabotonaban su camisa y sus pantalones. Su mirada azulada reflejaba deseo, pero a la vez, escondía en ella una gran frivolidad. Su sonrisa se ensanchó al ver el pecho desnudo de Armand y lentamente, deslizó su lengua cálida sobre sus pezones, notando cómo estos se endurecían-. Déjame hacerte el amor, Armand... y te prometo que jamás me olvidarás...
Su cuerpo se estremeció ligeramente al sentir aquella mordida en su clavícula, y sus labios buscaron ansiosos y hambrientos los ajenos. Ahora, que estaba en la intimidad de su habitación, podía permitirse finalmente dejarse llevar por sus más bajos y humanos instintos, podía al fin dejar de reprimir su deseo y poseer a aquel vampiro de rojizos cabellos...-. Oh, mon amour... déjame grabar tu cuerpo en mi memoria, aquí y ahora... -ronroneó sobre sus labios, para a continuación deslizar los propios sobre su cuello.
Giró sobre si mismo dejando abajo al pelirrojo, lo observó a los ojos directa, fijamente, mientras sus manos desabotonaban su camisa y sus pantalones. Su mirada azulada reflejaba deseo, pero a la vez, escondía en ella una gran frivolidad. Su sonrisa se ensanchó al ver el pecho desnudo de Armand y lentamente, deslizó su lengua cálida sobre sus pezones, notando cómo estos se endurecían-. Déjame hacerte el amor, Armand... y te prometo que jamás me olvidarás...
Kanade Yuji- Cantidad de envíos : 472
Fecha de inscripción : 06/12/2012
Re: La Dance Du Vampire
Hasta ahora Kanade habia demostrado ser un remonantico empedernido, un seductor de mirada rasgada que desplegaba su encanto y hacia uso de su belleza empleando con ello una vanidad que le proporcionaba una gran confianza. Parecia tenerlo todo bajo control, deseaba tenerlo...pero nada mas lejos, lo cierto es que yo tenia el control, el de su vida o el de su muerte. Seria muy facil quebrar su fragil cuello, pero ¿Que necesidad habia? Tan solo me sentia que buscaba compañia en entes mortales que no podrian ams que darme un placer momentaneo.
Cerré los ojos y suspiré largamente mientras buscaba y arañaba cada sensacion, por muy leve que fuera, para atraparla en mi cuerpo inmortal e incorruptible -Jamas...- susurré y sonreí con alegria y tristeza, entonces cuando sus labios, ardientes de vida humedecieron mis tetillas un estremecimiento nació en mi frio pecho y un pequeño gemido escapó de mi garganta. Alcé la diestra y la lleve a sus cabellos, acariciando y apreciando lo sedosos que eran. Kanade iba desnudandome, mas no lo hacia con prisa, sacaba cada prenda con elegancia y delicadeza hasta dejarme privado de alguna. Esbelto, pero no demasiado, no desarrollado por completo y seguramente habria alcanzado mas altura en mi madurez, como un eterno muchacho, asi Marius me habia llevado a la inmortalidad.
Alcé la otra mano y la llevé a su hombro arrastrando las prendas que cubrian su pecho y brazos, acaricie así la piel de estos, la sentia vibrar bajo mis dedos, la sangre fluia abundante y caliente en todas direcciones. Jadeé abruptamente y sentí que mis colmillos se desarrollaban dentro de mi boca, mordí mi labio inferior y lo miré con coqueteria -Kanade...mon ami..alimentas mi apagado fuego, te deseo dentro de mi- acaricie su mejilla y lo atraje para besarlo, rodeandolo por el cuello. Arqueé ligeramente mi espalda engrandeciendo el contacto con aquella piel tan calida y hermosa. Que envidia me daban estos mortales, que llenos de vida, de luz y de sueños.
Cerré los ojos y suspiré largamente mientras buscaba y arañaba cada sensacion, por muy leve que fuera, para atraparla en mi cuerpo inmortal e incorruptible -Jamas...- susurré y sonreí con alegria y tristeza, entonces cuando sus labios, ardientes de vida humedecieron mis tetillas un estremecimiento nació en mi frio pecho y un pequeño gemido escapó de mi garganta. Alcé la diestra y la lleve a sus cabellos, acariciando y apreciando lo sedosos que eran. Kanade iba desnudandome, mas no lo hacia con prisa, sacaba cada prenda con elegancia y delicadeza hasta dejarme privado de alguna. Esbelto, pero no demasiado, no desarrollado por completo y seguramente habria alcanzado mas altura en mi madurez, como un eterno muchacho, asi Marius me habia llevado a la inmortalidad.
Alcé la otra mano y la llevé a su hombro arrastrando las prendas que cubrian su pecho y brazos, acaricie así la piel de estos, la sentia vibrar bajo mis dedos, la sangre fluia abundante y caliente en todas direcciones. Jadeé abruptamente y sentí que mis colmillos se desarrollaban dentro de mi boca, mordí mi labio inferior y lo miré con coqueteria -Kanade...mon ami..alimentas mi apagado fuego, te deseo dentro de mi- acaricie su mejilla y lo atraje para besarlo, rodeandolo por el cuello. Arqueé ligeramente mi espalda engrandeciendo el contacto con aquella piel tan calida y hermosa. Que envidia me daban estos mortales, que llenos de vida, de luz y de sueños.
Armand- Cantidad de envíos : 407
Fecha de inscripción : 29/11/2011
Re: La Dance Du Vampire
Con calma, lentamente, así era como más le gustaba actuar, seducir a su presa hasta que ésta rogara por él... Poco a poco sus manos desnudaron a aquel vampiro de apariencia eternamente aniñada y juvenil, recibía sus besos entre sonrisas suaves y seductoras a la vez que se dejaba desnudar también. Luego, sonrió complacido ante sus palabras, correspondiendo a su beso de forma pasional y desesperantemente lenta; quería hacerle enloquecer en su espera por él.
- ¿Me deseas, mi adorado y hermoso ángel de Boticelli? -Repitió en voz baja, un susurro ronco contra sus labios fríos y suaves. Luego dejó escapar una ligera y refrescante risa un tanto burlona y altanera, sintiendo la piel fría del cuerpo del vampiro pegarse a la propia. Con suaves y elegantes movimientos separó las piernas ajenas y se acomodó en medio de éstas; el cantante aún llevaba puesto su pantalón de reluciente cuero negro y no hizo amago alguno de quitárselo todavía.
Una de sus manos se deslizó por su muslo derecho apretándolo ligeramente, levantando un poco su pierna indicándole que rodeara su cintura. Su mirada, ahora fría y depredadora a la vez que cálida y pasional, permanecía fija en los ojos ajenos, manteniendo a la vez una escasa distancia de sus labios buscando tentarle, torturarle un poco. Finalmente luego de unos cortos instantes, bajó hasta su cuello dejando leves mordidas en la blanca piel, mientras su mano libre se deslizaba entre sus cuerpos y se colaba hasta la entrepierna ajena, acariciando su miembro ya despierto, masajeándolo lentamente...
- ¿Me deseas, mi adorado y hermoso ángel de Boticelli? -Repitió en voz baja, un susurro ronco contra sus labios fríos y suaves. Luego dejó escapar una ligera y refrescante risa un tanto burlona y altanera, sintiendo la piel fría del cuerpo del vampiro pegarse a la propia. Con suaves y elegantes movimientos separó las piernas ajenas y se acomodó en medio de éstas; el cantante aún llevaba puesto su pantalón de reluciente cuero negro y no hizo amago alguno de quitárselo todavía.
Una de sus manos se deslizó por su muslo derecho apretándolo ligeramente, levantando un poco su pierna indicándole que rodeara su cintura. Su mirada, ahora fría y depredadora a la vez que cálida y pasional, permanecía fija en los ojos ajenos, manteniendo a la vez una escasa distancia de sus labios buscando tentarle, torturarle un poco. Finalmente luego de unos cortos instantes, bajó hasta su cuello dejando leves mordidas en la blanca piel, mientras su mano libre se deslizaba entre sus cuerpos y se colaba hasta la entrepierna ajena, acariciando su miembro ya despierto, masajeándolo lentamente...
Kanade Yuji- Cantidad de envíos : 472
Fecha de inscripción : 06/12/2012
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