Este camino, nadie ya lo recorre... sólo el crepúsculo [Asmodeus]

Conocer lugares nuevos siempre me da nueva energía y nuevas ideas para lograr lo que en realidad me propongo. Tenía algunas ideas y tal vez en este momento envidio algo estúpido, pero en esta vida uno tiene que conocerlo todo, más aún si eres inmortal y tendrás todo el tiempo del mundo para esto. Había estado bastante tiempo molestando gente, envidiando y aún más haciendo que me envidien, pero ahora creo que me haría bien un rato solo. Solo físicamente, solo de verdad y no rodeado de gente. Tal vez me llegue la inspiración para un plan genial y conquistar el mundo yo solo o algo así. O sólo paz y tranquilidad.

Elijo ir a las ruinas que evocan todo menos paz y tranquilidad para cualquiera. Pero soy un demonio y el caos y la entropía son lo mío, así que este lugar que tiene ambas en exceso es para mí tan bueno como lo sería un bosque. Soy raro hasta para cosas así.

Camino entre los pedazos caídos de lo que alguna vez fue algo más imponente y sólo sonrío aunque no hay nadie. Me siento sobre un pedazo y encojo una pierna...

Y sólo contemplo este paisaje desolado con aire de aprobación. Dudo que alguien aparezca y no estoy pensando en eso aunque la sensación de que nadie me mira es algo que me da un poco de melancolía, justo porque adoro que me miren y me envidien. Pero lo superaré, no voy a volverme ermitaño tampoco.

Cierro los ojos y sólo siento el viendo acariciando mi rostro.

La enorme serpiente de escamas brillantes y verde esmeralda se encontraba reptando por entre las ruinas de Vollkommen... Era Asmodeus en una de sus formas animales predilectas, la de gran serpiente que tentó a Eva para que mordiera la manzana... La misma Serpiente del Génesis que aparecía en la ridícula Biblia de los mortales...
Reptando, zigzagueando, el General Asmodeus recordaba la última vez que había acudido a aquella arruinada ciudad... Y el resultado de dicha visita... El "reclutamiento" del clan de vampiros Krusnik Malek a su gran plan general de terror y destrucción para con los humanos, pero ahora todo parecía bastante silencioso... Creyó que luego de su encuentro los Malek estarían más activos, pero las cosas en las ruinas parecían tener aproximadamente el mismo nivel de actividad que la última vez, prácticamente nulo.
Sin embargo mientras reptaba sentía una extraña presencia en el lugar... Extraña pero a la vez conocida.... Y la descubrió en un momento... No tardó mucho en sentir su aura... Era uno de los suyos... Otro Demonio puro... Menos poderoso que él, si, pero otro Demonio al fin...
Siguió acercándose y cuando estuvo cerca del otro, irguió su cabeza y la mitad de su cuerpo majestuosamente, mientras la otra mitad seguía en el suelo, en su aspecto como serpiente era tan extenso que al erguirse no tardó en llegar hasta la altura del rostro del otro Demonio aunque la gran mayoría de su cuerpo seguía en el suelo como apoyo.
- Mmmm... Curioso... - dijo - Una forma de vida compleja en estas ruinas... Pensé que aquí todo estaba más muerto que vivo, me alegra saber que no es así...

Se me ocurre meditar... ya que tengo los ojos cerrados, bien puedo poner la mente en blanco. Me concentro en lo que escucho, que es prácticamente el sonido del viento y en lo que siento, que es justamente lo mismo. Para mi desgracia, no me llega ninguna inspiración para algo bueno, así que vuelvo a abrir los ojos y empiezo a pensar que tal vez sea mejor marcharme.

En eso veo que no muy lejos de mí hay una enorme serpiente. Subo la otra pierna a la piedra y las cruzo, no por miedo, sino por interés. Sé que esta es una forma que a muchos demonios les gusta y el aura que tiene no es exactamente de un animal. La observo con detenimiento, pero todo mi ser lo sabe: es un demonio. Inclino la cabeza y sonrío encantado, pero espero. Se presenta después de alzarse y la miro a los ojos.

- Soy una forma de vida compleja y guapa... aquí en un lugar que pareciera que sólo la noche recorre y la luna visita.

Hasta parezco poeta, si ya decía yo que algo se aprende por querer lo de los demás.

- Soy la Envidia, Ryuu Senbō.

Entonces era el pecado capital de la Envidia... Un Demonio de mediano rango si... Sus apreciaciones no habían sido del todo erradas entonces... Eso siempre lo enorgullecía, paso por alto un momento el comentario egocéntrico de la Envidia de lo guapo que era y simplemente emitió un leve silbido-siseo a modo de risa para luego decir:
- Mmmm... Por lo que aprecio ésta forma no es a adecuada para tratar con otro Demonio... Si fueras humano tendría gracia ver tu cara al ver una serpiente parlante, pero de esta manera no tiene gracia...
En un parpadeo, la forma del General cambió... Volvió a ser su forma humana habitual, la de atractivo muchacho de cabellos rubios, ojos grisazules y vestimenta sumamente elegante y de excelente calidad. Asmodeus se apartó un mechón dorado que le caía sobre el ojo derecho para ponerlo tras su oreja:
- Asmodeus, General Infernal...- se presentó sin excesiva parafernalia mientras observaba las ruinas a su alrededor y luego posaba sus ojos en la Envidia encarnada.

Me parece muy galante y educado de su parte el darme la oportunidad de verlo en su forma humana. Aunque se nota que esta forma es también bastante natural para él.

- Si fuera humano, ya me habría matado alguien hace mucho.

Se transforma, y al verlo siento que el que no viste adecuado soy yo. Sólo porque esta vez cambié mi clásico traje por algo más sport que me permitiera estar cómodo aquí. A mí no me agrada mucho transformarme. Es un chico guapo, no voy a negarlo, y mira que en general los rubios no son lo mío. Al escuchar su nombre, sé que me tengo que ir con cuidado... o al menos intentarlo. Uno no va por ahí fastidiando mucho a los demonios superiores y menos uno tan superior. Inclino la cabeza pero sonrío ligero. Tampoco soy un demonio inferior, después de todo.

- Todo un honor... ¿y qué lo trae por aquí, general? A mí, la vista.

El General arqueó una ceja cuando el Demonio de mediano rango dijo aquello de que si fuera humano hace tiempo lo habrían matado, aún sonriendo, observó:
- No me parece nada extraño... Creo que los Demonios en general provocamos esa sensación, de manera que ser humanos no sería nada beneficioso para nosotros... Habríamos sido asesinados muchas veces ya...
El joven rubio miró al otro de arriba abajo, como examinándolo evaluadoramente... La Envidia, así como el nombre que había elegido Senbo Ryuu, tenía pinta de asiático... Y Asmodeus no tenía nada contra los asiáticos pero tampoco era que lo enloquecieran, de cualquier manera debía admitir que era guapo y atractivo para aparentar ser de esa zona. Ante la pregunta que le hizo, se encogió de hombros para decirle:
- Lo que me trae aquí no es de suma importancia... El aburrimiento liso y llano... Pensé que en las ruinas habría algo con lo que entretenerme y por eso vine aquí...

Sonrío amable cuando mi interlocutor hace su comentario tan elocuente y veraz sobre la fragilidad de los humanos. Es que tienen una facilidad para morirse todos...

- En realidad, si hubiera sido sido humano, me volvería sirviente de un demonio. O me hacía el harakiri. Nol va con mi idea de ser genial y envidiado por todos, usted comprende.

Se presenta y al saber su nombre, sé que es de esos que no olvidas. Los de los humanos son los únicos nombres que yo olvido a la primera, justamente porque no me son importantes. Pero este es un demonio guapo e importante, no puedo darme el lujo de olvidar su nombre. Escucho tambiién sus razones para estar aquí, y no son nada profundas. Esperaba enterarme de algún plan del infierno o de alguno de Lucifer.

- La misma razón por la que vine yo. Y para escapar un poco del bullicio de la ciudad. Aunque admito que no es lo mismo sin humanos que corromper. Ya que ambos estamos aquí, podríamos charlar.