La sombra lo cubrirá todo [Belcebú]

El interior de Francia... Cercano a los Pirineos, en la frontera con España, a muchos kilómetros de París...
Asmodeus se encontraba allí, en un peñasco que se extendía desde la cordillera montañosa que dividía el territorio de los galos del de los hispanos... Parecía que estuviese acechando en aquel desfiladero, como esperando que algo cambiase de pronto... Pero en realidad sus ojos se clavaban hacia abajo, a unos pocos kilómetros del peñasco se veían las luces de una aldea, un pequeño poblado al pie de las montañas... Sería tan sencillo causar un terremoto en miniatura que desprendiese rocas de las montañas y que cayesen sobre aquellos pobres infelices... Pero no, no era su estilo, era demasiado... No sabía como definirlo pero sabía que si hacía eso no le encontraría el gusto al asunto...
Se deshizo en miles de cenizas negras llevadas por un viento frío que surcaron el aire con rapidez... Transportándose de esa manera llegó a las inmediaciones de la aldea y se reformó allí, en las cercanías de un matorral que rodeaba el pueblo... Ahora si acechaba... Observaba cada movimiento que había en las inmediaciones, en el interior del poblado... Desde ese matorral tenía una posición privilegiada ya que se veía una calle iluminada y a unos metros la calle principal de aquel pueblito... Volvió a transportarse en forma de ceniza sobre uno de los techos, aprovechando las sombras de esa zona sin luz y que vestía un impecable traje totalmente negro que, aunado a la oscuridad lo hacía camuflarse muy bien en la negrura.

Un niño pequeño descalzo y casi desnudo caminaba entre la gente con los ojos perdidos y el cuerpo sucio, el niño parecía de ocho o diez años, tenia los pelos sucios pero se notaban rubios, sus grises no miraban a ningún lado, sus manos sucias, lastimadas....

El niño se detuvo en un bote de basura y lo revolvió buscando algo de comida, nada era digerible...no aun, se sentó al lado del tacho y se quedo ahí agarrando su estomago como si le doliera de hambre, una mujer se detuvo al verlo...no soporto aquella imagen....

-niño, donde están tus padres?- pregunto aquella señora de unos sesenta años, bien vestida con ropa elegante.

-no tengo familia- respondió él -solo tengo hambre- menciono con la voz cortada por la falta de alimento, en un pueblo pequeño como este la mayoría de la gente es gentil e ignorante de los peligros que la noche encierra...

-pobrecito- dijo la señora acariciando la cabeza del pequeño de la cual salia polvo -ven, te daré de comer en mi casa- dijo y atino a abrazarlo para levantarlo ya que el niño parecía flaco y desnutrido...

Asmodeus observó desde el techo la curiosa escena de una anciana intentando ayudar a un niño de apariencia pobre... Algo le resultaba muy extraño en la escena... Silencioso y lleno de sigilo, volvió a transportarse como ceniza a un lado de la casa, donde había un pequeño callejón oscuro, cuya abertura daba muy cerca de donde estaban la anciana y el niño...
El Demonio rubio se acercó un poco más, oculto entre las sombras del callejón mientras veía la escena... ¿Porqué le resultaba tan extraño? Después de todo, seguramente las gentes de los pueblos debían ser así... Gentiles, buenas y preocupadas por el bienestar ajeno... Tan repulsivamente sentimentales que daban ganas de vomitar... Pero algo no encajaba allí... Por alguna razón sentía que, tarde o temprano, en realidad creía que más temprano que tarde iba a suceder algo muy importante o incluso "divertido"... Y no iba a perderse eso... Comenzó a caminar por el callejón hasta que apareció de la abertura, en la misma acera que la anciana y el niño. La vieja lo observó y se sobresaltó un poco... No era algo demasiado tranquilizador ver a un muchacho rubio salido casi de la nada con un traje elegante y fino pero totalmente negro sin una pizca de color en él que dirigía una mirada altiva, además de una extraña sensación de frialdad e incomodidad.
Asmodeus no hizo nada, simplemente miró a la anciana a los ojos profundamente, como taladrándola con la mirada... La mujer retrocedió unos pasos, mientras miraba al niño y lo instaba a seguirla y que se alejara de allí.

El niño abrió lentamente su boca cerca del cuello de la anciana pero algo la sobresalto y se alejo de este, la mirada del niño fue a donde miraba la anciana y ahí lo descubrió...

-tengo miedo señora- dijo el niño estirando los brazos a la anciana la cual no dudo en tomarlo rápidamente y subirlo en sus regazos, el niño enredo sus manos en el cuello de la anciana, abrió su boca y la mordió bruscamente...el grito ahogado de la vieja se escucho en la calle ya que el niño no tenia colmillos para perforar la carne así que se la rasgo arrancando un gran pedazo del cuello de la vieja...

la anciana cayó con el niño encima quien empezó a golpearla una y otra vez en el rostro mientras la propia sangre que le brotaba del cuello le cubría el rostro -muere cerda!- dijo el niño sonriendo mientras se paraba a un lado de la anciana y la golpeaba en el rostro con fuerza deformandole el cráneo a golpes...

-que sorpresa...tu aquí...- dijo el niño mirando al hombre que estaba parado enteramente de negro, el cuerpo del niño se convirtió en un millos de moscas que lo rodearon y formaron un cuerpo mas grande, Belcebú se mostraba finalmente...

Vestimenta:

Spoiler:

En efecto... No se había equivocado de que algo iba a pasar allí... y ese algo fue ciertamente violento y destructivo... El niño arrancó prácticamente el cuello de la vieja a dentellada limpia para luego empezar a golpearla brutalmente y deformarle el cráneo a golpes... Todo aquello no logró inmutar siquiera al General Infernal que se mostraba inexpresivo.
Cuando el niño se mostró tal cual era... Asmodeus esbozó una media sonrisa suave, Belcebú... Otro de los Generales...
- Creo que la sorpresa es recíproca, no esperaba encontrarme otro Demonio...- caminó hasta acercarse a la vieja mirando la herida de su cuello: - Personalmente el sabor de la sangre humana me resulta asqueroso... Pero allá tú...Veo que no has cambiado mucho y por alguna razón, me alegra... Creo que las razones que me traen a este...- miró con desprecio a su alrededor- pueblucho de mala muerte...- volvió a posar su vista en Belcebú- Han de ser parecidas a las tuyas... Me moría de aburrimiento y quería causar un poco de caos, caos que por lo que veo tu, por lo menos, has comenzado a causar...

-la sangre es sangre...- comente sonriendo, estire mi cuerpo como desperezándome -este mundo se volvió mas aburrido que antes- comente y pise el cráneo de la vieja para terminar de romperlo, al tiempo que algunas personas empezaron a salir de sus casas a ver que sucedía -entonces causemos tanto dolor en este pueblo que los hijos de los hijos de los habitantes lo sientan!- comente prendiendo fuego mis manos mientras pasaba la lengua por mis labios.

Dos generales con ganas de destruir y un pueblo a nuestra merced, mucha sangre y pocos vivos era mi predicción para aquella noche...

La gente comenzaba a salir de sus casas para ver que era el alboroto de la calle, los gritos de la vieja seguramente los debían haber alertado... Allí donde mirara, Asmodeus veía caras asomándose por entre las ventanas, gente saliendo por las puertas de las viviendas... Hombres y mujeres, ancianos y niños... Y todos se quedaron paralizados al verlos y al ver el cadáver de la mujer... Temerían... El General lo sabía... Sabía que Belcebú y él podían hacer temer a esos estúpidos aldeanos...
Una bola de fuego comenzó a flotar cerca de su mano:
- Hora de la diversión...- dijo con una sonrisa malévola... Generalmente no era tan destructivamente directo, sino que era más sutil con su maldad, pero el aburrimiento había borrado esta vez todo rasgo de sutileza de su ser... Riendo alegremente lanzó la esfera ígnea a una de las casas... El fuego impactó contra el techo y explotó en una brutal vorágine flamígera que se extendió rápidamente a toda aquella manzana del pueblo, que comenzó a quemarse como lo hacía Roma en las épocas de Nerón...
Las viviendas no duraron demasiado tiempo en pie y el fuego las envolvió con rapidez... Quienes no fueron lo suficientemente ágiles terminaron siendo atrapados y abrasados por las llamas, pero otros huían corriendo y gritando de terror por lo que estaba pasando...
Asmodeus se volvió ceniza negra y se lanzó hacia un nutrido grupo de humanos que huía por la avenida principal... Se ocupó de rodearlos con su esencia en un aro de cenizas negras que flotaban en un viento huracanado y frío... Las cenizas se lanzaron hacia los pobladores... Entraron por sus bocas, sus poros, sus fosas nasales... Y Asmodeus comenzó a hacer estragos con sus cuerpos... Los corrompió con rapidez, devoró sus almas con ansia y hambre... Esto se traducía en el exterior de los cuerpos de un modo horrible: gritos de dolor, los pobres infelices parecían retorcerse al unísono por un dolor general, la piel de todos ellos comenzó a llenarse de ampollas como si estuviera ardiendo y a humear, se retorcían intentando apagar el fuego interno que parecía consumirlos inexorablemente... La piel siguió ese proceso crítico y asqueroso de ampollamiento, sus ojos estallaban y salía sangre de sus orejas y nariz, la piel se desprendía revelando la carne viva que en cuestión de segundos se volvió negra y podrida... Los cadáveres cayeron al suelo totalmente destrozados y vacíos: sin vida ni alma...

Las cenizas negras salieron de los cuerpos y comenzaron a apelmazarse en el cielo... Formaron el rostro, los brazos y la mitad superior del cuerpo de Asmodeus, el resto parecía seguir siendo ceniza negra que se arremolinaba en ese viento... En esa forma surcó el cielo lanzando fuego por doquier, procurándose de quemar e incendiar tantos hogares y negocios como fuera posible...
Aterrizó nuevamente frente a otro grupo de pueblerinos que retrocedieron asustados...
"Estúpidas mentes frágiles y débiles... La oscuridad lo cubrirá todo..." los miró y sus ojos brillaron de un color rojo muy intenso, conectó su mente a la de esos idiotas, la conectó y luchó por imponer su voluntad en ellos... No fue para nada difícil... En minutos tenía el control completo de la voluntad de los imbéciles, con una sonrisa de malvada suficiencia pensó: "Maténse... los unos a los otros..."
El grupo comenzó a golpearse entre sí con furia y salvajismo, se pegaban puñetazos, patadas, arañazos, incluso había varios que tomaban piedras del suelo y se procuraban intensificar sus golpes con ellas, otros mordían y arrancaban de cuajo la carne del hueso, o arrancaban ojos a mano limpia...
Y mientras todo esto pasaba, Asmodeus reía de un modo siniestramente alegre... Reía puesto que ese era un caos que disfrutaba... No era el hecho de la sangre lo que lo hacía feliz, o la violencia a tal grado, habría sido igual de feliz con menos violencia... El hecho era el siguiente: había roto en menos de un segundo la paz de aquel pueblo otrora tan sereno y tranquilo... Y corromper de esa manera algo puro como la paz era simplemente una delicia...

Mientras Asmodeus destruía todo yo preferí buscar victimas mas precisas no era mi estilo matar a cientos sin disfrutar, prefería saborear el dolor de cada uno de ellos, mire a mi alrededor y unos humanos se alejabas de las llamas de las casas, un hombre trataba de escapar pero mi vista se fijo en él...

Aparecí frente a él y lo tome del cuello apretándolo fuertemente lo traje cerca de mi rostro y oli su piel -miedo...- sonreí y escupí dentro de su boca, en su interior mi saliva empezó a corroer su estomago haciéndole un agujero que desparramo sus jugos gástricos, su cuerpo empezó a pudrirse rápidamente pero levante mi mano libre y le clave un dedo en el corazón causando que se mantenga vivo con mi poder de curación así el sufriría mas tiempo todo aquella destrucción interior...

se retorcía de dolor mas no lo solté -donde esta tu dios ahora?- dije sonriendo mientras veía como sangraba por la nariz y los oídos, saque mi dedo e inmediatamente se convirtió en un cadaver putrefacto, lo solté y busque al siguiente...

Asmodeus siguió surcando el cielo nocturno, lanzando fuego hasta que por fin descendió y terminó aterrizado, tomando su forma humana nuevamente. Observó como Belcebú se deshacía de aquel hombre... Matar gente una a una era una buena idea para divertirse y quitar tensiones, pero ese pueblo era bastante abundante... Si decidía matar uno a uno le tomaría horas...
Chasqueó los dedos y un grueso anillo de fuego rodeó al pueblo, bloqueando absolutamente todas las rutas de escape... La gente quedaba atrapada entre las viviendas en llamas o se lanzaba al círculo ígneo para inmolarse... Los gritos cubrían la noche como una deliciosa sinfonía... Detrás de él escuchó un grito enfurecido, el rubio se dio vuelta y vio a un hombre bastante fornido de edad madura blandiendo un machete... Parecía en un estado de ira asesina junto al cadáver de una mujer...
- ¿Esa era tu esposa?- preguntó Asmodeus arqueando una ceja con cinismo - Pobrecita... Bueno, ahora está con tu Dios ¿no? Aunque como están las cosas, no creo que ese Dios al que se encomiendan sea muy efectivo...
El hombre corrió enfurecido hacia el Demonio... y comenzó a dar fuertes golpes con el machete... Asmodeus esquivó todos y cada uno de ellos apenas moviéndose, con gracia y elegancia, e incluso con las manos cruzadas en su espalda... El aldeano hacía su mejor esfuerzo por cortar al Demonio, pero todo era inútil, cada golpe era esquivado con sorna y burla... Hasta que por fin, Asmodeus tomó la muñeca del tipo cuando estaba por dar otro machetazo... Sonrió malignamente y haciendo uso de todas sus fuerzas... tiró... La fuerza del tirón hizo que el brazo de aquel infeliz se desprendiera completo de su cuerpo, con el machete aún en la mano...
El hombre gritó de dolor mientras chorros de sangre salían de la herida, y Asmodeus seguía sonriendo:
- Oh... Fea herida.... ¿No quieres una mano?- le tendió el brazo arrancado en burla y luego lo arrojó a un costado... Los ojos del Demonio brillaron y su poder se inmiscuyó en la mente del hombre... Allí hizo que la muerte de su esposa se repitiera una y otra vez en su cabeza... De distintas e inenarrables formas horribles... Pero ella moría, una y otra vez... muy dolorosamente...
Esta visión y el dolor de la herida del brazo parecieron acabar por completo con la cordura del pueblerino que corrió llorando y gritando hacia las llamas que delimitaban el perímetro y se lanzó a ellas.... Siendo abrasado y consumido casi al instante por esas llamas infernales...
- Estúpido sentimental...- decía a la vez que llevaba su mano al cinturón y desenvainaba una hermosa daga de ónix negro... Lo hizo por un motivo... Porque se dio vuelta con agilidad con la daga peparada y al hacer esto efectúo u profundo corte en el abdomen de otro aldeano que quería atacarlo, luego del corte en el vientre que sorprendió al tipo, hizo otro movimiento y lo degolló con facilidad... Ante esta, todos los que parecían querer atacarlo se desbandaron y empezaron a correr nuevamente por entre las calles.

Spoiler:

Muchos humanos quedaron atrapados en la trampa de fuego de Asmodeus, la muchedumbre no sabia como escapar de nosotros y la verdad era que no podían...

moví mis manos al suelo y este empezó a temblar -MUERAN!!- grite con una sonrisa maligna en mi rostro y un terremoto enorme empezó debajo de los humanos, la tierra se abrió bruscamente y rocas sueltas golpeaban a todo el que se ponía en su camino una gran grieta engullo a muchos de ellos mientras que otros eran aplastados una y otra vez contra el mismo suelo que parecía tener vida...

Me levante y aparecí donde Asmodeus -pronto...se mueren muy pronto..- comente irónicamente -deberíamos ir a una ciudad mas grande no?- mi ganas de matar aumentaban con cada humano muerto...

El General sonrió ante la brutalidad de Belcebú, la violencia tan fuerte y brutal no era algo que le llamara poderosamente la atención pero si le parecía bastante pintoresco y entretenido. Escuchó la sugerencia de su compañero de ir a causar caos y destrucción a una ciudad más grande... Pero le parecía que atacar otro poblado sería algo aburrido, necesitaba más acción, mortales que creyeran que tenían la posibilidad de ganar o aunque sea de defenderse. Miró al otro Demonio y le dijo:
- No sé... Una ciudad me parece demasiado... Aburrida. Me gustaría ir a atacar algún lugar donde haya más... "acción". Sugiero una base militar. ¿Qué crees?- le preguntó observándole a los ojos mientras le sonreía con malicia y creaba una pequeña bola de fuego en su mano. El fuego iluminó su rostro e hizo que sus ojos emitieran un destello malévolo, indicando que estaba totalmente preparado para arrasar con todo lo necesario.

Sonrió perverso ante la idea del otro General -desearía que algún ángel se llenara de valor y nos venga a detener – trajo con su mente a un niño que corría por las calles, lo tomo del cuello y al mismo instante lo prendió fuego vivo, los gritos del niño se esparcieron por todo el lugar llenando aquella noche de una melodía perfecta...

-vayamos con los militares, aunque no creo que nos cueste mucho matarlos siempre espero que algún celestial trate de presentarse- comento mientras soltaba al niño dejándolo caer al pavimento ardiendo en vida...

- Tal vez tengamos suerte y aparezca alguno para defender a los pobres infelices... - dijo el Demonio con malignidad y se deshizo en ceniza negra atrapada por un remolino de viento antinaturalmente frío...
En esta forma surcó los aires y enfiló con rapidez, asegurándose de que Belcebú lo siguiera... Se movieron de manera rápida y fugaz por el hermoso firmamento nocturno, cubriendo brevemente las estrellas a medida que atravesaban el cielo, dejando una estela de maldad tras sí...
Luego de viajar unos minutos se encontraron en las cercanías de una base militar... Se evidenciaba que era una debido a los grandes barracones, las defensas antiaéreas apostadas en las fronteras de la misma, el enrejado alrededor, los centinelas haciendo patrulla cerca de los accesos a la base.
Asmodeus descendió del cielo y al tocar tierra tomó su forma humana predilecta otra vez... Aterrizó no muy lejos de la entrada principal... Los guardias lo miraron y le apuntaron con sus rifles, antes de que pudieran decir palabra, el General dijo:
- Hora del show...- dicho esto lanzó dos bolas de fuego de sus manos, que impactaron contra dos de los guardias y los carbonizaron en el acto... Un tercero salió corriendo hacia el interior y dio la alarma... Una sirena comenzó a sonar en la base y los soldados salían de los barracones, algo adormilados, pero con sus armas listas para la acción...
Asmodeus sonrió mientras avanzaba hacia el interior de la base, deteniendo telequinéticamente las balas que se acercaban a el de distintas direcciones y en devolviéndolas con igual velocidad y fuerza a sus agresores, que morían cual moscas.

No fue complicado seguirlo, mi cuerpo se convirtió en miles de moscas que volaron libres por aquel negro cielo cuando llegamos a la base militar Asmodeus fue el primero en atacar yo por mi parte seguí volando para rodear la base, muchos soldados fueron al ataque del General y poco pudieron hacer para detenerlo. me materialice sobre un tanque que salía de un gran galpón seguramente atacaría a su nueva amenaza pero no contaban conmigo.

baje rápidamente para posarme sobre el tanque y me agache tocando el techo con mis manos, empecé a generar calor para que aquel gran armatoste de metal se pusiera al rojo y los soldados dentro de este murieran, el tanque se detuvo y la puerta superior se abrió dejando salir a uno de los soldados el cual me miro sorprendido con todo su rostro transpirado -calor?- le pregunte y lo tome del cuello aun con las manos ardiendo y su alarido se debió escuchar en todo el cuartel -vamos que no es para tanto- dije riendo y lo saque del tanque de un tirón, mi otra mano se la puse sobre el pecho y este aunque se movía lo prendí fuego, rápidamente se incinero y deje caer el cuerpo muerto y calcinado - a ver... quien más hay ahí dentro?- comente asomando la cabeza por el agujero del techo...