Moda en Damned

-Kayla sólo digo la verdad.-dije apoyándome en la silla para contemplarla en un espejo cercano, la verdad es que me había quedado bastante bien ese peinado.

Quería que ella luciera bien, igual que las chicas y chicos que mostrarían mis prendas. La chica que había venido con la fotógrafa ayudaba, pero yo prefería hacerlo a mi modo. Abaddon parecía frustrado por no poder tomar nada, pero luego le daría algo para llevar. Tenía pequeños obsequios de una cafetería cercana, pastelillos de vainilla y chocolate, junto a las prendas y complementos que desearan llevarse. Cuando el libro saliera les enviaría a todos una copia, así como una invitación para que pudieran venir a la tienda con un cheque descuento en sus proximas compras. Había estado rumiando la idea de darles algo más de todo lo que dije, ya que era necesario mantenerlos contentos por si los volvía a necesitar.

Me aparté de Kayla después de hacer un pequeño retoque. Su piel lucía hermosa con el pequeño maquillaje y la forma que le había puesto el cabello. Daría resultado con la ropa que llevaba. Cuando me aparté fui hacia Levi y lo tomé de la muñeca para hacer lo mismo con Shamuel.

-Venid los dos, lo vuestro es rápido... sólo poner un poco de fijador. No quiero peinar demasiado vuestros cabellos.-cuando los tuve frente a frente no pude resistirme y abracé a Levi.-¡Ay! Mi niño... te echo de menos.-me colgué de su cuello y besé su mejilla.-¿Te trata bien ese imbécil?

El resto iba comiendo y bebiendo. Reí bajo al ver a Olivia y Lauren comiendo, paseandose por el local. La verdad es que las chicas que había elegido eran bastante monas. Killian parecía una chica en algunos rasgos y era el contraste junto a Levi, ambos tenían rasgos de ángel. Shamuel tenía un aspecto más masculino... en ese momento me pregunté si tendría dualidad masculina y femenina.

Sonreí al ver el resultado de las acciones de Cat. Aquel vampiro tenía muy buen gusto, tanto para la ropa como en cuanto a peluquería y maquillaje. Sabía exactamente lo que quería y qué hacer para conseguir el resultado que él mismo había ya imaginado en su mente. Para hacer lo que él hacía se necesitaba ser muy habilidoso y sentir pasión por aquello, y se notaba que él tenía ambas cosas.

Me levanté de la silla en la que me había sentado para peinarme y tras sonreírle con afecto le di un abrazo. Le hubiera dado un beso, pero ya me había maquillado y pintado los labios y no quería estropear su trabajo.

- Gracias, me gusta mucho lo que has hecho, y la ropa también. Eres todo un artista, y un Sol de persona. No literalmente, claro. - me reí al pensar en lo que acababa de decir. Comparar a un vampiro con el Sol, toda una ironía.

Aun no era mi turno y estaba muy nerviosa sobre todo por que era la primera vez que hacia algo así, vi como comenzó a peinar a una de las chicas que estaban ahí y pensé si a mi de igual manera me iba a arreglar el cabello o me iba a hace algo aparte de ponerme aquellas ropas tan lindas que me había dado para que las modelara
Tome un pastel de chocolate que había en aquella mesa llena de comida, amaba todo lo dulce era lo que mas disfrutaba en cuanto a alimentos se trataba, cuando llegue a la tierra jamás había probado algo similar nada en el cielo había que se le pareciera pero bueno en la tierra puede encontrar muchas cosas que en el cielo no, tal vez por eso me había dejado bajar padre para conocer todo eso
Seguí comiendo aquel pastel mientras veía como pasaba el primero para su sesión esperando a que fuera mi turno o que me dijeran que hacer

Se quedo mirando al vampiro luego de que le preguntara como lo trataba Caim, lo que podía decir es que a el y a Lugh no les faltaba nada, pero su convivencia juntos era más una guerra de voluntades, la cual hasta ahora iba perdiendo pues cada que hacía algo contra el demonio de oscura cabellera este se la devolvía en doble y con bonus extra, cada queja reclamo o amenaza, para todo Caim tenía una respuesta mucho más efectiva que las pullas que le lanzaba. Y si usaba su fuerza, sus puños o sus poderes contra su amante, este luego en el lecho le cobraba sus golpes empañando de dolor el placer que le brindaba.

- Estoy muy bien – se limito a decir, no era una mentira, claro que había estado en situaciones mejores con adoradores besando la tierra que pisaba, vírgenes ofreciéndole la dulzura de su inocencia y ríos de sangre corriendo en su nombre, pero incluso con la difícil convivencia que mantenían su corazón se aferraba obstinadamente a permanecer al lado del cruel demonio. – tengo lo fundamental, lujos, sexo y una rutina poco aburrida – sonrío de forma cínica para dar algo más de veracidad a sus palabras, tenía todo eso, pese a que lo fundamental le era negado con crueldad en cada ocasión que se presentaba, Caim no lo amaba ni pretendía guardar cualquier sentimiento por el, el mismo se ocupaba de reiterarle que apenas toleraba su presencia por el bien del niño que engendraron.

Era mentira que estuviera bien, podía notar cierto fastidio en su voz. Miré al niño completamente fascinado por todo lo que ocurría a su alrededor. El resto estaba terminando de arreglarse. Sonreí al ver que con la chica que tenía de ayuda estaba logrando que todos terminaran de estar para las fotografías.

-Cinco minutos para colocar bien las luces y empezamos las fotografías.-dije antes de acercarme a Olivia para ver su ropa y maquillaje.

Tomé el maquillaje que le estaba aplicando la chica que me ayudaba, tenía algunos brillos que tenía que tapar. Se veía radiante. Podía notar que era una mujer dichosa, pese a esos miedos que podía tener como cualquier mujer.

-Eres muy bonita.-susurré de puntillas terminando de aplicar un poco de maquillaje en su frente.-Tu novio tiene mucha suerte.-ronroneaba cuando hablaba como si fuera gato.-¡A ver las chicas aquí por favor!-dije en un tono de voz más elevado.-Quiero veros bien el maquillaje.-me giré para verlas.-Los chicos allí, a ese rincón en fila que voy a mirar los peinados... pronto vamos a empezar con las fotografías y quiero ver que contrastes puedo hacer, aunque ya tengo una idea.

Joan Jett comenzó a sonar con rabia. Me gustaba ese tipo de mujeres, eran mis favoritas. Podía tener cientos de amigas como ella. Una vez, cuando aún era humano, pude disfrutar de su talento. Luego no sé que fue de ella, sólo esperaba que hubiera sido convertida en vampiro... si no era ya alguna criatura.