Abre los ojos

Retire las gafas de mi rostro y me frote los ojos repetidas veces hasta que me dejaron de picar. El reloj dio las diez y media de la noche, apenas quedaban agentes en la agencia y no habia mas café en la taza por mucho que mirase esperanzado con un ultimo trago.
Entre mis manos paseaba un informe, un caso, un asesinato, del cual apenas habian pocos datos.

A menudo llegaban este tipo de informes descuidados y superfluos que se terminaban cerrando sin profundizar en ellos, negando a las victimas el derecho de reclamar la venganza de atrapar al asesino. Por lo general las familias acaban tirando la toalla, aceptando el hecho de que la policia no moveria un dedo. Asi trabajaban alguno de los corruptos de aqui, incluso ahora estaba solo, mi compañero se nego ha seguir dicho caso y mi jefe tras haberlo puesto en duda varias veces finalmente me lo habia dado a regañadientes. ¿Como era posible que no se conmoviesen al ver la mirada de ira y tristeza de la duda? ¿No se les caia la cara de verguenza al decir "no"?

Tenia que ir al lugar del crimen, tendria que ir al puerto de la costa oeste y puesto que habia sido ligeramente reciente, esperaba encontrar alguna pista o detalle ahí.
Llame a Julia y le explique que tardaria en llegar, que se acostara pronto y que cuidara de Eliel procurando que descansase.
Tras guardar los papeles en el cajon de mi mesa, repase mis cabellos, enfunde varias de mis armas y me coloque la chaqueta de cuero.

El aire de la calle era tan frio que invitaba a resguardarse bajo las mantas buscando calor humano, pero el trabajo me tenia preso, no desncasaria hasta al menos adelantar un poco el informe y tener una buena pista que seguir.
Arranqué el coche a la segunda, el motor estaba tan frio que perezoso se negaba a responder a la primera, y me dirigi al puerto, a esa calle poco transitada de luces parpadeantes en donde hayaron el cuerpo.

El frio de la noche así como la tenue garua castigaba a los trabajadores del puerto, que pese a la avanzada hora se encontraban en plenas labores, sin embargo la dura tarea de cargar aquellas pesadas cajas les quitaba el frio. Aquel barco se había atrasado varios días, y el dueño de la carga no había estado feliz en todo ese tiempo, incluso ahora vigilándoles inmóvil como una estatua apenas iluminado por una farola parpadeante parecía manar una fría cólera que los mantenía distantes.

Tenía el aspecto de un chico, un joven al que apenas acaricia la madurez arrancándolo de la adolescencia, pero no era un muchacho cualquiera, siquiera era humano, de eso no les cabía duda. Apenas unas noches atrás había dado prueba de ello cuando en un despliegue de brutal fuerza hirió a varios fornidos estibadores e incluso mato a uno con la facilidad con que se mata a un insecto. Nadie hablaba de lo ocurrido aunque el recuerdo persistiría en sus mentes quizás lo que les restase de vida, buscar problemas con un demonio era buscar la muerte.

Desde su posición Leviathan se mantenía alerta, aquellas cajas contenían bienes preciados de los que le era imposible permanecer separado, ahora que la oscuridad parecía congregarse en “Los Angeles City” no podía permanecer lejos de lo que allí empezaba a gestarse, ya había cometido ese error en Vollkommen y el resultado fue que se vio arrastrado sin control alguno por las consecuencias de una batalla que no lucho, esta vez quería estar en primera fila, si algo iba a pasar, estaría allí y dejaría su propia huella.

Por regla general los marineros poseian una personalidad esquiva, cerrados como almejas recien capturadas. Era dificil sonsacarles alguna informacion a no ser que llevases una orden que los obligara, cubrian sus espaldas y sabian cerrar la boca. Llegue al lugar bajo atentas miradas de los viejos lobos de mar siendo yo un forastero de esas tierras seguramente gobernadas por algun ente corrupto en aquel nido de corrupcion. No me sorprendio ver rostros poco amigables, incluso algun gruñido cuando pase por el paseo maritimo en donde cargaban y descargaban la pesca del dia. Mas no solo se movian ese tipo de mercancias por ahi, todo el mundo sabia que el mercado negro empezaba por los puertos y que en ese lugar habia un gran trafico.

No debia apartarme del caso, debia centrarme y cuando fui a girar hacia la derecha en donde se encontro el cuerpo un hombre me sujeto del hombro haciendo que deteniera mis pasos. Gire mi rostro encarandolo.
"Este no es tu lugar chico, largate de aqui antes de que las ratas te saboreen". Alce ambas cejas sorprendido y tras deshacerme del agarre les mostre la placa oculta bajo la cazadora.

-Hablando de ratas, voy a hacerte algunas preguntas y mas vale que me colabores.- hable retirando la placa practicamente de sus narices en donde se la habia puesto -Hace unos dias se encontro un cadaver, no hubo testigos...o ni siquiera se molestaron en buscarlos.- aquel hombre curtido hizo una mueca, no supe identificar si de diversion o asco, de cualquier forma su rostro me decia mucho mas que cualquiera palabra que pudiera soltar. Tenia los labios sellados y no iba a soltar prenda y yo no podia hacer nada por que no tenia una orden para detenerlo por sospechoso ni por complice. Se encogio de hombros y me lanzo un "tu mismo" antes de alejarse a sus quehaceres por lo cual pude ir finalmente a la escena del crimen.

Segun el precario informe se hubo encontrado el cuerpo con la cabeza colgando sobre sus hombros en un angulo grotesco, apoyado en un par de bidones viejos, encontraron algunas huellas pero no pudieron encontrar coincidencias y desistieron antes de perseverar.
-Asi que....aqui fue.- musite mientras me ponia en cuclillas enfocando con la pequeña linterna a los rinconcitos oscuros de alrededor -Todo esta contaminado...joder- me incorpore y vague por el lugar buscando algo que pudiera darme una pista. Todo resultaba extraño y cuando algo era demasiado extraño se debia a que el asesino no era humano.
No humano....posiblemente por eso no pudieron encontrar coincidencias con las huellas encontradas y posiblemente por ello no hubiesen querido indagar mas.

- es toda la carga – anuncio uno de los estibadores guardando una distancia prudente de la blanca figura que se mantenía inmóvil y entre las sombras. – hemos tenido cuidado con sus cosas señor, le aseguro que todo esta en perfecto estado.

El demonio por primera vez en horas dio señales de vida cuando giro su rostro hacia el humano que le hablo. El mortal se sobrecogió al verse blanco de esas pupilas grises, arrugando nerviosamente entre sus manos una húmeda gorra.

- si…. No lo dudo, estuve vigilando que todo fuese tratado con cuidado – dijo entonces entregando al hombre una bolsa con piedras preciosas de surtida variedad. El trabajador no se atrevió a cuestionar la autenticidad de tales piezas, aun si el demonio le pagaba con trozos de vidrio estaría satisfecho solo de vivir un día más.

El rubio se aproximo a las cajas, acariciando la áspera superficie de la madera, sus preciadas posesiones estaban finalmente en su poder. Ya solo necesitaba un sitio adecuado donde instalarse.

No tenia sentido, el rastro se desvanecia en el aire. El caso se volvia mas complicado con la ausencia de pruebas. ¿Quien podia asegurarme que tras cerrar el caso no se hubieran apurado en limpiar el escenario? Cerre los ojos e inspire profundamente todo aire que mis pulmones podian abarcar, mis puños se encontraban fuertemente apretados, relajandose exhalar la larga bocanada. Tras aquella acción simple, pero que conseguia mucho en mi persona tome el movil y marque el numero de mi superior.

-Señor, necesito una orden para investigar el area 6 en el puerto oeste, a todos los barcos que desembarquen en dichos muelles.....si...es para el caso bahia...- mordi mi labio inferior y reprimi un gruñido -Señor es necesario, estoy seguro de que debe haber alguna cosa que......- lance un suspiro de frustracion -Si señor...de acuerdo señor. Gracias.- colgué y me guarde el movil. "Lo antes posible Cassel, lo antes posible". Seguramente tenian mas prioridades otros casos que el mio, seguramente? No, posiblemente.

Me daba igual, no me iria del lugar sin obtener alguna pista.
Asi que segui caminando, esta vez en direccion a uno de los barcos cargados de mercancias en donde un par de marineros aun seguian trabajando.
De pronto y sin avisar, como me tenia acostumbrado, vino una de esas visiones premonitorias. Sentia que las cuencas de los ojos ardian y la cabeza me daba vueltas.
Un hombre, mas bien un joven de rasgos angelicales y cabello rubio, tan rubio que parecian ebras blanquecinas acariciaba la madera de una caja de tamaño considerable. Su mirada estaba ausente hasta que se centro de nuevo. Mirandome. ¿Estaba mirandome en mi propia premonicion?

Un escalofrio desagradable me recorrió la columna. Habia sido una sensacion incomoda que trajo consigo una certera intuicion, de alguna manera mi vision y el crimen estaban conectados. A la mierda la orden. No la necesitaba si fingia ser un humano mas. En la vision habia visto el barco en donde se encontraba. No estaba muy lejos de estos.
Eché a correr y subi apresuradamente la pasarela que conducia a cubierta, demorando mis pasos al llegar al final de la misma. Al ver que todo el mundo estaba demasiado centrado en sus asuntos, me infiltre, caminando entre las cajas con sigilo, aunque aun no sabia que haria si encontraba a ese chaval. Por mucha corazonada que tuviese, no podia detenerlo con pruebas invisibles y un motivo inexistente.

El demonio se giro bruscamente sobresaltando al marinero que estaba cerca, con la mirada parecía escudriñar la oscuridad.

- Sucede algo señor? – interrogo el marino mientras trataba a su vez de ver lo que el demonio buscaba.

- No… no ha sido nada… una rata quizás – aventuro, pero lo cierto es que había sentido algo, nada concreto, apenas un cosquilleo en su nuca.

Sea lo que sea no le había gustado, no quería pillos husmeando entre sus cosas, menos aun aquellas que eran importantes para el. Tomo las cajas y las apilo una sobre la otra, tres en total, para luego levantarlas sin siquiera hacer esfuerzo. El mortal se espanto ante la fuerza de aquella criatura, observándole con la mandíbula desencajada llevar su carga.

Finalmente hallé al rubio, a las susodichas cajas y a un hombre que resultaba nervioso e incomodo, al parecer por dicha presencia. El corazon me dio un vuelco cuando lo vi mirar en mi direccion. Me oculte de nuevo conteniendo la respiracion y la fui soltando poco a poco cuando lo escuche de nuevo hablar. ¿Como alguien con esa apariencia podia infundir tanto temor a un viejo lobo de mar?

Volvi a asomarme, acariciando la culata de mi pistola por si acaso la necesitaba y quede boquiabierto al observar como cargaba esas cajas. Podia ser cualquier cosa, podia ser un angel realmente o ser un demonio, o ser un vampiro, un lycan...e incluso un humano con cualidades sobrenaturales. Fuera lo que fuera, estaba aun mas convencido que ese chico tenia algo que ver con el asesinato del callejon.

Quede quieto, muy quieto, aunque ardia en deseos de apuntarlo con mi arma y apretar el gatillo, no podia hacer tal cosa, tan solo usarla para defenderme y atacar en caso de aprobacion de mi superior. Escuche mas voces, entre ellas una que me resulto familiar, basta y desagradable. La de aquel marinero que me habia cerrado el paso.

"Parece que el policia ya se fue" le dijo al que arrugaba la gorra entre las manos para luego quedar tan asombrado como su compadre al ver como el rubio transportaba las cajas.

Sin embargo el barco produjo un sonido extraño y se escucho el eco de gritos humanos.

- Algo sucede en la cubierta – dijo el de la gorra mirando con sospecha la parte superior de donde se encontraban y fue perdiendo color conforme reconocía el sonido que ahora era como un zumbido lejano – ALIMAÑAS! – grito mientras echaba a correr, seguido del otro hombre pero no llegaron muy lejos antes de que una marea de creaturas deformes se les echara encima, arrancándoles alaridos de horror y sufrimiento cuando sus carnes se convirtieron en blanco de las hambrientas cosas.

Leviathan bajo las cajas pero también fue cubierto por las pequeñas criaturas que se arrastraban con sus pequeñas y afiladas patas, sus cuerpos rugosos o escamosos vientres. Se convirtió en un montículo palpitante de seres que se mordían incluso entre si.

Pero de aquella masa viviente empezaron a surgir rayos azulados de electricidad que hacían chillar de dolor a las criaturas que se soltaron tratando de escapar, revelando al joven intacto aunque la bella faz se mostrase contraída en una mueca de autentica furia. Rugió produciendo un sonido ensordecedor, terrible y amenazante.

Las alimañas se sobrecogieron intentando escapar, pero no tuvieron esa suerte, de la blanca mano surgieron más rayos, bañándolos en luz y muerte, incluso los hombres que antes habían sido atrapados y aun vivían experimentaron la agonía de verse atravesados por esa fuerza destructiva.

Por un instante crei que estaba teniendo una horrible pesadilla, que me desperteria sudando en la cama de mi apartamento y todo quedaria en un mal sueño, pero esas criaturas eran tan reales como el temblor que recorrio mi espinazo. Mis mente gritaba "muevete" pero mis piernas tan fijas como inmoviles y mi mirada seguia al rubio que tambien habia sido atacado por aquella deformidad voraz.

Asi que se habia acabado, fuera lo que fuera, aquel no era mi hombre y pereceria como los demas devorado....o eso pense. Para mi asombro ví como se deshizo de todas esas criaturas sin molestarse en mover las manos. Simplemente las repelió con una especie de energia y ese rugido fue tan potente que tuve que soltar un quejido al sentir que los timpanos me querian estallar.

Era hora de marchar. Fuera lo que fuera, no podia pararlo, estaba en clara desventaja y posiblemente pereceria ahi. Mis piernas decidieron reaccionar y con la rapidez de un velocista emprendi la huida. En mi afan por salvar el pellejo me olvide de que algunas alimañas no habian sido eliminadas y ahora las muy putas me perseguian. Saque la pistola cargada con balas especiales y dispare hacia atras. Algunas balas impactaron en las criaturas deshaciendolas practicamente y otras tantas no, pero logre mi objetivo y dejaron de seguirme.

A lo largo del muelle se percibía el rastro del paso de las alimañas, algunos barcos ardían convertidos en autenticas piras funerarias donde en vano algunos tripulantes atrapados pedían a gritos auxilio. En tierra firme hombres corrían de un lado a otro, algunos con severas mutilaciones mientras otros portaban lanzallamas con los que se ocupaban de reducir a las criaturas que permanecían ocultas en cada oscuro rincón donde pudieron filtrarse.

Resultaban poco menos que insectos en el infierno de donde habían escapado, pero sobre la tierra eran una plaga que arrasaba todo a su paso. A veces surgían desde las profundidades del mar cuando este ya no podía ofrecerles peces con los cuales satisfacer su eterno apetito.

El barco del que Cassel escapo produjo un sonido, como un crujido metálico luego de lo cual fue cubierto de rayos azulados bailando por toda la nave, capturando la atención de los marineros en tierra. Poco después descendió Leviathan cargando sus preciadas cajas sin inmutarse ante el sufrimiento de esas almas que apenas se habían salvado del azote de aquellos despojos infernales.

Otros no habian tenido tanta suerte, conforme mas me alejaba y echaba hacia atras mi cabeza pude ver las llamas, el humo, incluso escuchar los lamentos. Ya lo sentia por sus almas. El infierno habia surgido del mar. Ocasionalmente pasaba, o bien caian del cielo, o bien salian de las alcantarillas...ratas infernales que me hacian sentir que vivia en los tiempos biblicos cuando Dios mandó las siete plagas para castigar al pueblo de Egipto.

Mi objetivo ahora era buscar la identidad de aquel demonio. Me habia grabado a fuego su rostro y debido a los recientes cambios en mi vida, sabia a quien acudir y donde buscar. Con suerte tambien encontraria algo que me ayudara a detenerlo.

-Esto se esta poniendo muy feo...voy a necesitar ayuda- susurre, pensaba en Talbot, seguro que el tenia un archivo extenso sobre estos seres.
Llame a la unidad informando de la plaga que se habia desatado en el puerto en cuanto el aire volvió a mis pulmones. Ellos verian si paraban o no la plaga que amenazaba por extenderse en el puerto pesquero, despues de todo tenian la tecnologia para hacerlo.