Addicted to the knife +18

Cuando la noche cae, las alimanas salen y se convierten en blancos perfectos para una criatura hambrienta cuya especialidad son los grupos grandes que acumulan grandes dosis de ego y vanidad. Humanos que se creen invencibles, carne debil y marchita por las drogas y cualquier mierda que se inyectan, fuman o esnifan. Traficantes sangrientos de la noche que con sus afiladas navajan amedrentan al solitario viandante. Era muy facil verse asaltado, muy facil ser acuchillado en los alrededores del cementerio mas grande de la ciudad. Era un lugar oscuro, aterrador y disponia de muchos lugares en los cuales organizar sus reuniones secretas.

Presentaban un interesante pasatiempo y un ligero entrenamiento. Por ello, como habia tomado por costumbre, en lugar de experimentar con ratitas, me veria las caras con algu maleante.
Mi mirada quedaba oculta bajo unas gafas de sol, el pelo largo y oscuro se camufla con mis ropas negras tambien, pareciendo que no tuviese fin y unas pesadas botas militares, con punta de hierro adornan mis pies. En conjunto parecia un tipo debil, debido a mi delgadez, un gotico que atrae miradas indeseadas.

Asi que no me sorprendio lo rapido que fui cohartado mientras andaba entre los pasillos quedan un panteon junto al otro. Un tipo alto, fornido que juntaba sus puños oscuros de piel amenazante me miro mientras esbozaba una interesante sonrisa. Sus ojos como pozos de ambición trataron de atravesarme las gafas para intimidarme.

-Si me la vais a chupar, ponerlos en fila y guardaros los dientes- sisee en voz baja, pero audible para el que me enfrentaba. Un impacto en mi mejilla me hizo ladear el rostro y seguramente si no me hubiese agarrado por la pechera me habria estampado contra la pared. Me alzó con fuerza hast que mis pies dejaron de tocar el suelo adornando sus actos con insultos a granel los cuales ni me moleste en escuchar.

Le escupi una mezcla entre sangre y saliva a la cara y no tardó en soltarme cuando sintio que la carne iba ardiendo ante el contacto. ¡¡Pero como gritaba el cerdo!!

Había dejado el infierno, necesitaba entretenerme con algún niño, si es que la guerra había dejado algo para mi diversión. Aparecí como siempre en luz oscura con las alas abiertas, en el cementerio de Los Angeles.

Comencé a caminar tranquilamente entre las lapidas de las tumbas, escuchando griterío rompiendo el silencio, corrí hacia estos, me moría por saber que pasaba. Un chico de cabello negro había atacado a un hombre, o posiblemente había sido al contrario. Reí por los gritos moviendo un poco mis alas, mirando al chico de negro con curiosidad, hacia tiempo que no me encontraba con un ser como ese, era interesante.

Lo mas inteligente por parte de esos chicos habria sido retirarse, uno de sus amigos tenia ácido en la cara, ¿A caso no estaba bastante claro el asunto?. En lugar de ello, se envalentonaron más. Asi que pretendieron atacarme por la espalda, dos de ellos, mostrando orgullosos sus navajas como si fueran sus falos erguidos.

Pues bien, esquive al primero, simplemente ladeando mi cuerpo y me volteé para enfrentar al segundo. Aferré el brazo que blandia la navaja la cual quedo cerca de mi cuello, el hijo de puta tenia fuerza. Sonreí vacilon y rompí su muñeca haciendome con el cuchillo. El bastardo gimió del dolor y recibió una cuchillada en la mejilla. Brotó sangre generosamente, la cual salpicó mi rostro y mientras estaba atontado por el ataque, le patee en el estomago para que desapareciera de mi vista.

Como era natural con mi condicion de hechicero podia percibir a las criaturas no-humanas a una distancia considerable, por lo cual sabia que alguien me observaba y sabia bien lo que era, no era la primera vez que me encontraba con un demonio. Quizás eso me distrajo un poco, pues el unico que aun no estaba herido o gimiendo o cagandose en los pantalones me aferro desde atras por el cuello.

Clavé los colmillos en su carne y revertí la situacion, sujetandolo de la nuca para estampar su cara contra la dura roca repetidas veces hasta que solo se veia un amasijo de sangre en donde debio estar su nariz.
-¿Por que no saludas a la señorita?- musite ladeando la sonrisa, volteando ese rostro sangrante al ser o ente que observaba -Ahora esa señorita deberia saludarte a ti, es de mala educacion- continue mofandome mientras aquel cuerpo perdia el conocimiento.

Me había acercado mas al espectáculo, sentándome encima de una lápida con las piernas cruzadas, y la capa roja puesta con la capucha, mirando como se defendía.

Ladee la cabeza cuando le escuche decir que me saludara aquella masa sangrienta, sonreí levemente.

Buenas noches mi señor, siento no ser la muerte - reí a carcajadas, esperando que terminara con aquello.

-La escuchaste?- jadee en su oreja, apenas seguia inconsciente -No es la bella muerte que viene a buscarte....lo cual quiere decir que aun te quedan horas de agonia...- sonreí lanzando al tipo como la basura que era y me enfrente al ultimo que quedaba en pie, el que sangraba abundantemente por la mejilla. Estaba paralizado por el miedo, arrinconando contra una de las paredes de aquel mausoleo. Primero daria cuenta de él, luego de aquella extraña.

No se iba a defender y lo sabia, el negro habia huido sin rumbo fijo y su otro colega estaba en el suelo. Asi que, me acerque tranquilamente y olisqueé su esencia humana. Olia a sudor, orina y sangre, una mezcla repugnante elementalmente por las dos primeras cuestiones.
-¿Quieres espectaculo?- sisee echando una mirada hacia atras, evidentemente molesto por ser observado, no me consideraba bufon de nadie. Pero centrandome en la victima he de decir que con mis afiladas uñas rasgué su garganta y saque su lengua por la rendija y mientras se desangraba desmoronandose, arrodillandose ante su verdugo me llevé de él esos ojos aterrados, vaciandolos primero de las cuencas para exprimirlos en mi boca. Agrio y empalagoso, pero con un sabor adictivo..

Hacia tiempo que no veía nada igual - respondí tranquila a su pregunta.

Llegaba la escena final, esperaba que fuera grotesca y así lo fue, pocas veces veía comer ojos de humano a alguien, a parte de los demonios. Me levanté cuando terminó, suponía que no le gustaban los espectadores, y mas si era una mujer.

Hace tiempo deje de ser un ser inferior llamado, demonio, así que me gustaría mas que en tu cabeza te entre que soy un ángel caído.... Naamah primera consorte de Samael, olvida a Lilith.... - solté medio gruñido con su nombre, odiaba que tuviera mas fama que yo aquella puta. - Aquella zorra siempre pariendo... Ah soy uno de los cuatro ángeles de la prostitución, lastima que seas homosexual - murmure. Como si a mi eso me importara mucho, solo quería algo de entretenimiento.

Aun tenia esos jugos en mi paladar y mientras los hacia mios escuchaba las palabras de aquel ser. Eran interesantes por que desprendian odio, maldad y rencor. Asi que era un angel caido, ¿No eran los angeles caidos en esencia demonios? Donde estaba el matiz que los distinguia. Me encongi de hombros y tomé nuevamente las gafas del suelo para volver a colocarmelas. Mi vision se oscureció sobre su figura.

-Lilith...¿Te causa problemas esa zorra?- susurré divertido lanzando una carcajada al final de la pregunta y pateé uno de esos cuerpos que estorbaban hasta acercarme mas a ella -Oh.. ¿Lo has olido? ¿O es que esperabas que se me pusiera dura solo con verte?.- respondi a la cuestion sobre mi orientación sexual -Bueno, ya que lo has visto, dime.. ¿Como calificarias este espectaculo? A veces es bueno escuchar la opinion de tus mayores.-

Abrí mis alas de nuevo, aquello era lo que me diferenciaba de los asquerosos demonios, gruñí por su pregunta de si me molestaba Lilith.

Digamos que la zorra es mi hermana menor, melliza - dije mirando mis uñas, aun sentía odio por estar ligada a ella.
Veo el desprecio hacia las mujeres en tus ojos, los míos solo desprecian a dos seres, el primero es Adán. Maldito hijo de puta - volví a gruñir al recordarlo.
Mire lo que quedó del espectáculo moví uno de los cuerpos sin tocarlo siquiera para acercarme algo mas.
Delicioso, pocos me ofrecen tal espectáculo gore, sin olvidarme de Samael - sonreí con la cabeza algo ladeada

-Me encanta- ironice -escuchar las historietas que os traeis entre mano tu y tus hermanos, es realmente interesante..- apenas unos centimetros me separaban de ese ser. La tomé del menton con la diestra y acerque mi rostro al suyo mientras la siniestra aguardaba en su cadera con el puñal fuertemente apretado. Recorri su costado con la punta de este, presionando ligeramente su figura.

-Mira mejor dentro de mis ojos. ¿Solo ves desprecio hacia las mujeres? Soy muy generoso en ese sentido- sonrei ladino y ladee mi rostro hasta que mis labios casi tocan su oreja izquierda -¿Tu podrias hacerlo mejor?- susurré en voz baja. Podia oler la maldad, el pecado, la corrupcion y muchas otras cosas que desde pequeño me rodearon.

Deje que pusiera una de sus dagas en mi cintura mientras seguía mirándolo a los ojos, escuchando sus palabras.

Dile como quieras, rencor, desprecio, odio, asco... No veo nada de amor... hacia nadie mas que por ti mismo, y eso esta bien - reí levemente, ladeando un poco la cabeza hacia el lado contrario a su cabeza.
- Hacer mejor que, querido. Follarte, o dejar que me hagas heridas hasta que me muera? Me gusta esta vida que llevo de desenfreno, lujuria... y todas esas cosas bellas del infierno, como para dejar que una especie de serpiente gigante me mate - dije entre dientes y risas apartando mi cuerpo del suyo.

-Una especie de serpiente gigante...- repeti fingiendo que habia herido mi orgullo para luego reir finalmente -No te hagas la dificil Naamah, no eres una delicada criatura..- sisee volviendola a acorralar al sujetarla por su cintura, atrayendola a mi cuerpo. Caminé llevandola conmigo hasta que su espalda dió con la pared del mausoleo, entonces mi mano, la que no sujetaba la daga, ascendio palpando sin tapujo alguno su pecho, subiendo hasta llegar a su cuello.

-El odio y el amor son ambos intensos, despreciables, pero atrayentes.- le dije poniendo mi perfida mirada en sus ojos -Te odio, pero no dejas de resultar poderosamente atractiva....todo esa energia que desprendes.- bajé las orbes a su cuello, sin duda la sangre maldita bombeaba en esas venas, llamandome. Lamí con la lengua esa vena palpitante, ascendiendo lentamente por el cuello hasta llegar a su oido -¿Quieres comerme la polla?- susurre descarado muy, muy cerca de ella.

Solté una especie de risa malvada cuando dijo que no era una delicada criatura, puse cara de niña buena mirándolo mientras me acorralaba contra la pared. Jadee cuando note su lengua por el cuello cerrando los ojos.

Me encantaría, querido - reí y puse las manos en sus hombros dando vuelta para que él quedara pegado a la pared.

Baje las manos por su costado bajando, me quede de rodillas y le abrí el botón del pantalón junto con la cremallera, me lamí los labios mirándole y saque su miembro con una risita.

Una boca era una boca y no era tan idiota como para dejar pasar la ocasion de que un demonio lujurioso saciase su apetito voraz con mi pene. Habian excepciones entre el genero femenino y aunque no suscitaban mi deseo, sus manos sabian donde tocar para excitar a un hombre. Pegué la cabeza a la pared, alzando el rostro con los ojos medio cerrados, dejando que mi pecho se inflara expulsando un lento y pausado suspiro.

Habia sangre en esa pared, la tome con mis dedos y me embadurne los labios, relamiendomelos luego haciendome con el sabor metalico de la misma -Estoy seguro de que sabras ponermela dura Namaah.- sonrei a medias bajando una mano a su cabeza, enredando los dedos en su cabello cobrizo, moví mi cadera, frotando con mi flacida carne su mejilla

-Venga...-

La tome entre mis manos comenzando a dar lamidas, por su carne de abajo arriba, pasando la lengua por su punta y metiendo esta un poco en mi boca.
Me gustaba jugar primero y masturbarla un poco para ir haciendola grande poco a poco.

Le miraba de vez en cuando, me daba curiosidad por ver las diferentes caras de placer que me daban los hombres cuando le hacía esas cosas. Sonreí para mi y seguí ahora metiendo cada vez mas y succionando. Era entretenido, podía oler la sangre de aquellos humanos, que hacía que me concentrara cada vez mas en lo que hacía. Me estaba divirtiendo a mi manera.

Aumente mas el ritmo cuando note que se iba poniendo ya dura, cada ser que encontraba era mas divertido que el anterior. Me preguntaba si encontraría a alguien igual de gore y raro como aquel medio humano.

La empuje contra su boca, que se tragara toda mi verga, que se atragantara. Aferre sus cabellos, su cabeza con ambas manos y movi mis caderas. Queria ver como su garganta se inchaba al paso de mi carne dura y caliente. Sus labios apretaban, como lo hiciera un culo, con firmeza, sin cohibirse. No podia esperar menos de una puta. Estaba literalmente follando con su boca mientras abria la mia dejando escapar algunos tenues y graves suspiros.

Cerré los ojos, sentia como mi pecho se alzaba, descendiendo nuevamente conr rapidez, conllevando a una respiracion entrecortada y rapida. De pronto tire de sus cabellos haciendo que la punta de mi falo tocara esos labios, pintandolos con su liquido preseminal como si fuera un lipstick.

-¿Te gusta?- sisee sujetando el pene para acariciarle la boca, la mejilla -voy a dejar que me pruebes, asi de generoso me siento- musite con diversion volviendo a albergarla en su boca. Una corriente electrica recorrio el grueso engrosandolo. Las venas latian alrededor de su falo y sus testiculos se oprimian a si mismos.

Respiraba con algo de dificultad a causa de que me la metía toda entera, pero la verdad es que ya estaba acostumbrada a las embestidas que solía darme Samael. Abrí los ojos levemente sintiendo un escalofrío recorrer mi cuerpo por el placer que circulaba por mi cuerpo.

Me encanta - sonreí levemente notando aquel líquido resbalar por la barbilla.

Volví a cerrar los ojos cuando me la metió de nuevo, con las manos en sus caderas clavando mis uñas en ellas apretaba de vez en cuando los labios haciendo presión en su deliciosa dureza.

Las uñas de la mujer se clavaron en mi carne con mas intensidad a medida que aceleraba mis embestidas contra su boca. Pronto el liquido blancuzco resbalaba por sus comisuras, por su garganta. Saque mi sexo iniesto, babeante, jadeando y estremecido por la intensa mamada.

-Quien suele recibirlas..?- pregunte en un jadeo apoyando la punta de mi miembro sobre su boca -¿A que demonio se las das...? No se pondra celoso- esboce una sonrisa y alce la punta de mi boca, colandola entre sus piernas flexionadas, acercandolas a la entrepierna de la mujer para tantear que tan humeda estaba.

Note como me llenaba toda la boca con su liquido, como caía por la comisura de mis labios, fui tragando poco a poco escuchando sus palabras, haciendo que sonriera levemente.

Vi que se colaba entre mis piernas haciendo que apoyara mis manos en el mármol del suelo jadeando.

Espero que no pretendas dejarme así... - dije entre jadeos notando como iba chorreando poco a poco

-Seria cruel...¿Verdad? Dejarte tan humeda y lasciva- musite mientras seguia rozando su entrepierna con mi bota, presionando y al apartar el zapato observe lo mojado que estaba.
La sujete de los hombros y la alcé pegandola cara a la pared. Rasgué sus ropas con las uñas, abriendo aquella capa en dos y las demas ropas que cubrian su figura para dejarla expuesta y colando la rodilla entre sus piernas las abri dejando aun mas al fresco su redondo trasero.

Sujete sus cabellos, aprete el rostro contra la dura piedra y guie mi sexo contra sus nalgas. Mi destino no fue aquella cueva humeda de la cual manaba aquel intenso olor si no el ano que golpee con fuerza, adentrandome en el como lo haria un ariete al romper una puerta cerrada. Penetre de una fuerte embestida, jadeando contra su nuca la sentir lo aprisionado que estaba mi sexo en aquellas carnes.

Sin dar descanso, si esperar replicas volvio a embestir moviendo su cadera cruelmente, percibiendo como la sangre resbalaba de aquel interior.

Serías capaz - medio gruñí sonriendo.

Jadee por aquel ajetreo de ponerme de pie y contra la pared, cerré levemente los ojos notando como iba rompiendo con facilidad mi ropa con sus uñas, y terminaba por hacer lo que pensé por segundos.

Solté un grito al notar como se metía dentro de mi, en aquel estrecho agujero en el que nadie había entrado nunca. Otro gruñido salio de mi boca por el dolor, sintiendo resbalar la sangre que me había provocado, por cada embestida que daba en mi interior mas remetía el dolor al placer que iba subiendo por mi cuerpo.

La sujete del cuello para que no se escapara, aunque curiosamente no se revolvio, no reivindico su feminidad y se dispuso a ser tratada con esa crueldad. Particularmente era un egoista en todos los ambitos posibles, buscaba mi placer y no el de los demas y por lo general muchos terminaban por revolverse, arrepentidos de su decision de jugar con una serpiente. Finalmente no me quedaba otra que violarlos, odiaba los juegos a medias.

La tenia atrapada mientras mi polla se hacia fuerte hueco entre sus nalgas horadando aquel interior, mis dientes fueron a clavarse en su cuello, mi boca se lleno de espesa sangre ardiente que se resbalaba por la comisura de las mismas.

Boquee en lo que separe mis labios de su cuello, cada golpe era mas certero que el anterior, mas crudo. Con la otra mano arañe su cadera, alzandola para clavarme de mejor manera en ella.

Solté media carcajada mientras seguía gimiendo mientras él seguía a lo suyo, creía que era mejor volverme un poco mansa en aquella situación, no temía por mi vida pero como me había puesto perra por su culpa.

Gruñí al notar que clavaba sus dientes en mi cuello haciendo que me removiera un poco bajo su cuerpo. Note que arañaba mi cadera y la alzaba gemí un poco mas por el movimiento que había hecho, apreté un poco la mano que tenía apoyada en la tumba rompiendo esta de la fuerza de apretarse a mi cuerpo.

Aprete ese cuello que desee romper con las manos, poseia el cuerpo resistente de un demonio como no, no podria simplemente quebrarle el cuello como a una gallina, sin embargo esa sangre me agrado, posia un sabor picante, maldito. ¿Sabria igual su carne? Me disponia a averiguarlo. Volvi a morderla en el mismo lugar, pero esta vez hice que mis dientes desgarraran parte de la piel y del musculo, tirando de ella hasta desprenderla.

Gemi de gozo, quizas por que estaba a punto de correrme, o quizas por estar masticando esa carne cruda. Sin dificultad alguna la trague y solte un par de correosas carcajadas.
-Estas deliciosa- gruñi en su oido salpicandole con su propia sangre. La sujete del cabello para despegarle la mejilla de esa pared -Aaahhg....- jadee mientras sacaba mi resbalosa polla de ese interior para volverla a enterrar de un golpe hasta que mis huevos chocaron con su trasero.

Golpee su cabeza contra la losa en ese glorioso momento, olvidandome del envase en el cual estaba corriendome. mi semen como veneno anidando dentro de ella, resbalando.

Solté un grito desgarrador cuando noté que me había arrancado carne y músculo haciendo que comenzara a gruñir de nuevo por el dolor, notando aun lo que hacía, en mi interior sin escuchar que había dicho que era deliciosa.

Cuando sentí de nuevo que me pegaba a la losa comencé a gritar del dolor porque comenzaba a regenerarse mi músculo y carne, dolía como nunca pero podía aguantar ya que pareció que ya había terminado por correrse.
Me gire y lo empuje con las fuerzas que me quedaban dando un fuerte puñetazo en su rostro.

La próxima pide permiso para probarme - rugí con rabia y cree ropa para ponerme después de haber limpiado mis muslos de su semen.
Suspire acomodando mi cabello llevando la mano a la herida de mi cuello notando que quedaba poco para cerrarse del todo.

Pese a todo, me a gustado... Tal vez podrías trabajar para Lucifer... - reí levemente dispuesta a salir del panteón donde estábamos.

Me encantaba hacerlas gritar, fuera cual fuera el motivo. El timbre de su voz era alto, capaz de romper cristales, reververando en los timpanos. Delicioso. De pronto volco su dignidad en un puñetazo a mi rostro, senti como la sangre resbalaba de la comisura izquierda de mi labio y me relami los mismos probando mi propio sabor. Empece a reir con ganas.
-¿Te molesto? Pense que eras una puta infernal. ¿Acaso conoceis el termino orgullo o dignidad?.- sisee venenoso guardandome la polla en el interior del pantalon.

Su siguiente comentario desperto mas risas por mi parte.
-Jmm.... ¿Crees que el se dejaria montar tan bien como tu?.- pregunte estrechando la mirada bifida y me acomode mejor la cazadora negra sobre mis hombros, se me habia escurrido por los hombros mientras la empotraba contra la pared.

-No me arrodillo ante cualquiera, aunque sea el rey de los infiernos- me encogí de hombros y recogí una de mis cuchillas del suelo volviendolas a guardar en las fundas internas del abrigo.