Casino - Yerik -

La llegada a la ciudad había sido accidentada, debido al cambio en las faces lunares, el encuentro con curiosos habitantes de la ciudad, gente que no debería estar dentro de las murallas, por que tenia entendido, que estaba "prohibido".

Pero ahí estaba, caminando sin prisa, observando a la gente, su ir y venir, sin preocupaciones, lo que me hizo preguntarme, ¿que pasaría si supieran que el anticristo estaba en la ciudad? ¿Querían destruirlo o temerían, lo alabarían?

No tenia una respuesta, ni siquiera para los habitantes de nuestra ciudad, pero mi obligación era protegerle, recuperarle de sus captores y llevarlo de vuelta a Vollkommen. Y fue así, que entre ir preguntando y los contactos que ya tenia, llegue al Verona, aquel bar/casino clandestino dentro de la ciudad, donde me habían indicado, podría encontrar a un informante, quien podría darme cualquier información sobre la orden o lo que quisiera en la ciudad a cambio de una buena cantidad de dinero.

Entre al lugar, lujoso y confortable, como lo debían ser los casinos. La música era agradable, al igual que el ambiente en general. Me acerque a la barra, pidiendo un whisky en las rocas, observando a todos los comensales, buscando cualquier indicio del administrador del lugar.

Yo era una especie de Buhonero en aquella ciudad, gozaba de grandes beneficios y los usaba placenteramente, gente iba y venia en mi búsqueda para solicitar ayuda, por que así era esto, el dinero movía todo y mas en un presente tan agonizante como en el que vivíamos.

Rara vez salía de aquella oficina pero amaba ese estilo de vida. Desde aquella ventana tenía una vista completa del Verona. ¡Oh Verona! Mi amante verdadera.

Empuje la silla para acomodar mis pies sobre el escritorio. En esa noche habia dos o tres personas que me buscaban, atinaba a que se trataba sobre explandir plazos para algunas deudas de juego que tenian conmigo asi que sería una noche tranquila. Quizá si el tiempo lo permitia buscaria a primo malo y grande para pasarle los estados de nuestros negocios juntos, aunque ya era bastante extraño que no hubiera llamadas de el, nunca faltaba a nuestra cita semanal.

Mire mi reloj, habia tiempo para beber algo, asi que baje al bar personalmente a buscarla.

Era fácil reconocer a las personas que tienen poder o influencia, por la forma en que se mueven, la seguridad de sus paso y la forma en que observan todo y a todos. Bebía con calma, cuando le vi aparecer, un hombre, joven, no aparentaba mas de la edad en la que yo deje de crecer, ojos azules y astutos, un hombre interesante, de negocios.

Me acomode en la barra, observandole andar en dirección a ese lugar, hasta que lo tuve a una distancia ideal para hablarle.

-Es contigo con quien tengo que hablar para obtener información en esta ciudad? -pregunte con calma, mirándole fijamente, sin ser amenazante.

Me acerque a la barra pero antes de que pudiera abria siquiera la boca para pedir mi trago un extraño me hablo, sonrei al escuchar su frase, luego regrese mi mirada al cantinero que habia dejado sus pedidos para darme la prioridad que pedia.

- Un martini - pedi y tome asiento - Ciertamente si, yo soy la persona con quien debes hablar pero si quieres que yo hable contigo debes tener con que pagar.

Recibi mi bebida.

Rei ligeramente dando un trago a mi bebida, levante los ojos para verificar que el cantinero estaba lejos, que nadie mas nos veia, meti mi mano dentro de mi saco, sacando un fajo de billetes y lo deje sobre la barra.

-Supongo que con esto es suficiente y si hace falta, tengo mas donde me estoy hospedando - dije con calma, esperando una respuesta y sin quitar la mano del dinero.

Sonrei con amplitud al observar el dinero en la mesa - Tienes toda mi atención - tome la babida de golpe y luego chaque los dedos para llamar a uno de los hombres que estaba cerca de mi y que me habia seguido desde que sali de mi oficina.

- Sigueme - me separe de la barra - hablemos en privado - espere a que me siguiera de vuelta a la lejania de aquel tumulto, no lo conocia, nunca antes lo habia visto en el bar, asi que o se trataba de un nuevo ciudadano o de uno de alguno de los extemos de las murallas.

Mi oficina estaba en un segundo piso pero habia una amplia ventana donde se podia ver el lugar.

Le segui con calma, guardando el dinero dentro de mi saco, observando a los comenzales, esperando que nadie nos mirara, aun que suponia que no lo harian, era casi familiar la sensacion de estar en un lugar asi, teniendo en cuenta los negocios que tenia en Vollkommen. Sonrei y entre a la amplia oficina.

-Necesito informacion sobre la orden - dije sin rodeos, acercandome al escritorio, dejando no solo uno, si no dos fajos de billetes sobre la pulida madera - Necesito saber si han habido movimientos extraños entre los miembros, si han traido a alguien externo a su circulo.

Me sente en la silla en la que habitualmente pasada todos mis días

Me quede boquiabierto con aquellas preguntas, no pude evitar soltar una leve risa - Extranjero ¿cierto? - cruce los brazos frente a mi - ¿Sabes donde estas, amigo? Preguntas como esas te pueden causar muchos problemas, por suerte no soy del tipo de personas que le tenga lealtad al gobierno.

Mire el dinero en el escritorio - ¿Por que tanto interés extranjero?

-Garret - dije mirandolo directamente a los ojos, acomodandome sobre la silla - Digamos que algunos de los hombres de la orden tomaron algo que no les pertenece y lo trajeron aqui, a esta ciudad.

Sonrei muy ligeramente y aguarde, sin dejar de observarle, queria saber si mentia u ocultaba algo, cualquier cosa que delatara una posible trampa.

- Uy, uy, uy, espera amigo esas son acusaciónes muy graves - dice un ademan con las manos para detener su conversación - espero que realemente estes seguro de eso por que te estas metiendo en zona peligosa.

Me recarge en la silla y subi los pies en el escritorio, descanse mis manos en el estomago - "Los hombres de la orden" como les dices - yo no tenia la costumbre de tutear a nadie - son bastante poderosos y unos malditos engreidos fanaticos de las norrmas, robar algo que no les pertenece no me parce un comportamiento propio de ellos. ¿Tienes pruebas?

-No tengo pruebas - conteste observando al hombre- Solo se que lo que robaron estuvo en la ciudad y en algun lugar de Londres, puedo sentir su presencia y por el bienestar de la orden, creo que lo mas conveniente es que me entreguen lo que robaron - indique, sin amenazar, era mas un tipo de advertencia, que a final de cuentas también terminaria afectandome a mi y a toda la organizacion.

Puse mis manos en la nuca en un gesto despreocupado, lo mire un instante, ese chico estaba demasiado seguro de aquella acusación y aunque no tenía intención de inmiscuirme en asuntos de poder también tenía mis intereses.

- si no tienes pruebas eso dificultará tu trabajo, los Non Nominatus tienen un líder pero hay varios hombres con poder abajo de el, así que si no tienes pruebas supongo que tampoco sabes quien te ha robado - saque un cigarro - necesitaras el información de sus movimientos recientes y eso mi amigo es muy difícil, son herméticos, entrar en su círculo no es fácil.

-Pues usted parece saber mas de lo que indica - comente, levantando una de mis cejas y baje la mirada hasta los fajos de billetes - ¿ Cuanto mas necesita para darme la informacion que necesito?

Pregunte, recargandome comodamente en el respaldo del asiento.

-Realmente necesito saber donde se encuentra lo que robaron o cual es el centro de reunion de la Orden.

Sonreí - conozco un poco de ellos - respondí, no mas de lo que cualquier ciudadano de aquí sabe solo que nadie mas aquí te dirá nada, puede mas el miedo.

Baje los pies del escritorio y me senté de forma correcta - Puedo darte nombres, puedo contarte su historia, inclusive puedo decirte como operan sus perros de guardia pero conseguir lo que pides - negué con la cabeza.

Hice una pausa y mire hacia la ventana - Digamos que quizá exista una forma, ¿Qué es tan importante? ¿Que te quitaron? Y principalmente ¿Cuanto vale para ti?

La sonrisa en mi rostro se estiro un poco y baje la mirada para observar mis manos un instante, luego volví a mirar a mi anfitrión y aclare mi garganta.

-Es alguien muy valioso para mi - informe -, mi hermanastro - un suspiro salio de mis labios, pesadamente -. Pero no solo es mi hermano, la cuestión aquí, es... el quien es el procreador de este y lo que sucedería si alguien le hiciera daño. Necesito encontrarlo y saber que esta seguro.

-Desde el momento que atravesé las murallas sabia a lo que me arriesgaba al llegar aquí - indique - y sí, estoy dispuesto a arriesgarme lo que sea necesario.

Guarde silencio, mirando fijamente a Yerik, antes de estirarme un poco, lo suficiente para dejar mi mano sobre la mesa, justo por encima de la marca roja en su mapa, ofreciendola para cerrar el trato.

-Y acepto tus condiciones, yo en tu lugar, haría exactamente lo mismo.

- Me agrada tu actitud - tome la mano que le ofrecía, sujetándola con fuerza.

Analice el gesto del hombre, aquello podia ser divertido - Necesito hablar con nuestro conejito de indias y convencerlo no sera fácil - abro un cajon de mi escritorio - Mañana regresaras a este lugar, a esta hora, tomaras una mesa y pedirás una bebida, alguien te traerá aquí otra vez, mañana es día de poker así que nadie sospechara que alguien más se una a la mesa y si te preguntan eres nuevo en la ciudad.

- ¿Estas haciendo esto solo? - pregunte deteniendo mi explicación - lo ultimo que necesitamos es que mis personas anden por allí levantando sospechas, eso sera contra producente para todos, así que se sincero conmigo, no me gusta que me mientan - me recargue en el escritorio esperando su respuesta