Nueva noche (Priv) Asmodeo

rilla blanca, como sumida en un eterno letargo a través del Caos del mundo terrenal. Puedo recordar cuando este mundo todavía era polvo y solo tenía un dueño, ahora los reyes y los dioses tienen tronos de cráneos, necios... Desde que este mundo cobró sentido elegí esta tierra como mía, y nada que la pisa existe por capricho. ¿Por que está en concreto? ¿Que misterios alberga que aún hoy me fascina pisar tu suelo, yacer en él? No se por que puse mi ojo sobre estas aguas y lo que bañan... Hay algo misterioso aquí, algo arrebatadoramente sensual y místico en esta tierra. Mi tierra. 

El mundo una vez fue verde, lleno de vida, y la vida era descubrimiento.  Recuerdo cuando todo era nuevo para mi, yo ya era viejo cuando este mundo era joven pero recuerdo la excitación de cada nuevo descubrimiento el sabor de la sangre de un ciervo, la sensación de copular con un caballo o la primera alma absorbida y poseída; pero luego todo se volvió aburrido. Aunque Lilith siempre ha preferido el orden natural de las cosas y la vida, cuando llevas tantos años probando todo lo que el mundo puede ofrecerte, cada placer prohibido por sus dioses, cada gemido de placer masivo, cada grito de dolor en una catacumba; cuando todo ha sido estirado hasta su límite, la posibilidad del Caos que trajeron los humanos y sus acciones resulta un estímulo. Los humanos, que raza tan maravillosa. Tan fáciles de doblegar, tan solícitos y tan llenos de posibilidades...

Miro al horizonte y veo las ruinas de las ciudades que se que existieron, llenas de luz y de vida. Ahora, polvo. Y no puedo evitar sonreir ante la ironía. No suelo venir a la costa del Mar Rojo, al Jardín prohibido, excepto cuando quiero ver a Lilith. Yazco a diario con seres de todos los géneros, las razas y las especies; pero incluso hoy, no he encontrado un ser como ella. Siempre fascinante y siempre solícita. Recuerdo como la tenté entonces y como ella vino a mi y abrazó lo que yo proclamaba. Sentir, placer y dolor, la vida y nada mas; no como ese Dios de los hombres. A veces me pregunto, ¿cuando ya no queden hombres... Seguirás siendo Dios?

La veo a la orilla del mar que se zarandea y se mece para tocarla. Es un ser de una gran belleza corrompida. Con ella he compartido tanto, no entiendo como aún sigue viva. Hay secreto que incluso yo guardo para mi. Me aproximo a ella, con paso lento y pesante sintiendo como mis pezuñas se hunden bajo la arena. 

-Todas las noches son bellas si volvemos a vernos Lilith, ¿no crees? Pensé que tardaría algún tiempo mas en volver a vernos la verdad. Y dime, ¿con cuantos hombres has yacido? Seguro que supero el número. Espero que hayas proclamado mi palabra donde fuese. Son tiempos oscuros incluso para la oscuridad Lilith. Los mortales se preocupan mas de tener largas vidas mortales, ¡vacías! Que de experimentar los placeres del mundo. ¿Que sentido tiene matar a una persona si no muere con una explosión de éxtasis? el mundo sucumbe al aburrimiento. Pensaba que la guerra de Lucifer conduciría a algo mas jugoso, mas sabroso, a mil personas suspirando juntas. Pero ya apenas quedan humanos... 


Por eso vengo Lilith, pero que aunque el mundo haya perdido todo su sabor tu siempre sabes como deleitarme.-

El viento mueve hacia mi cara con una suavidad total el dulce aroma de Lilith; de todos los aromas el mas intenso... He olido la fragancia de rosas únicas en el mundo, de manjares impensables para los humanos, del sudor de una ciudad en entera orgía... Pero nada se compara al olor de Lilith, la hembra definitiva, el especimen perfecto. Su olor era una mezcla de un prado de lavanda sobre el que crece un enorme jazmín de un intenso olor que se funde con el suave aroma del clavo de olor y un potente olor a femineidad.

Lilith siempre me ha resultado extraña, misteriosa e incomprensible. Única en su especie, pues en su origen fue humana aunque no hay nada que odie mas que a la humanidad. Dice que ama la naturaleza que fue Creada por ese Dios humano, pero el hombre también fue creado por Él por lo que forma parte de su ecosistema mundial, aunque su naturaleza sea destructiva... A veces me resulta triste lo poco que comparte conmigo sus ideales. Defiende la vida pero no siempre disfruta la vida, y aunque sus hijas promulguen mi palabra y mi credo a través de la proclamación de la lujuria, ella rechaza la senda de la experimentación sensorial, com vas a proclamar mi palabra si no haces uso de lo que creo. 

Ella me embelesa como ningún otro ser, vivo o muerto, de este mundo, pero su lucha contra la humanidad siempre me ha parecido injustificada. El ser humano es tan maravillosamente corruptible, algo prometedor para cualquier demonio, pero ella los desprecia por ser lo que son. Le apena que la vida muera, pero no la extinción de la humanidad.

El demonio avanza con paso calmado a través de la arena, acercándose hacia la eternamente sensual Lilith, paradigma del erotismo. Sacude su larga lengua demoníaca al aire y ríe por lo bajo, mientras tanto su látigo, casi siempre liberado se enrosca en su brazo con rapidez. Guarda "Filo Final" en su vaina y se acerca a ella con paso decidido. De repente clava su mirada en sus hermosos ojos y sonríe con su mística y embaucadora sonrisa demoníaca... La arena que lo rodea comienza a enroscarse y sacudirse sobre el como un pequeño huracán de arena que envuelve a la inmensa figura por completo. Cuando la forma de arena cae desecha la figura del demonio ha sido sustituida por la de un hombre, un hombre de un enigmático atractivo en su completa desnudez que continúa avanzando hacia ella ahora provocativamente desvestida. 

-No te voy a matar. Pero sentirás que acabas de nacer...- Al llegar hasta ella la agarro de la cabeza y la traigo hacia mi hasta besarla intensamente de pasión. Lamiendo y degustando cada milímetro de sus labios y recorriendo el interior de su boca con mi experimentada lengua. -Cuanto lo he echado de menos.-

Intensidad. Intensidad es lo que siento en el interior de su boca, su sabor siempre magnífico me inunda desde dentro, ella comparte conmigo un largo beso en el que ambos nos bebemos y compartimos el mismo aliento. Se aleja un paso de mi y me observa, yo hago exactamente lo mismo y me deleito con la figura de su cuerpo cuya silueta mejor definida por la suave luz de la luna es aún mas atrayente, como una perla reposando sobre la calmada agua tibia. Pero yo no estoy tibio, estoy ardiendo de deseo y no puedo evitar morderme el labio inferior produciendo una leve lágrima de sangre reposando sobre mi labio. 

No debo duda de Lilith. Ella ha sido la mas fiel de todas las hembras, no como los mortales consideran fidelidad como una posesión física de las personas, sino que siempre ha echo honor a lo que creemos, a mi palabra, a la senda de la búsqueda del placer y el descubrimiento. Ella quizá tenga demasiado carácter como para obviar su inherente deseo por defender la vida a toda costa, pero si es cierto que sus hijos y los nuestros siempre han proclamado el placer con cada paso que han dado. Adoro las uñas de Lilith. Están tan afiladas... tan peligrosas... Me resulta tan excitante. 

Lilith baja sus manos hacia la cintura perfecta de Asmodeo y frota su cuerpo contra el suyo sucediéndose un maravilloso duelo pélvico de deseo, una intensa caricia piel con piel entre ellos. La sangre del demonio se acelera a través de su fuerte metabolismo, el deseo lo posee... Sus músculos se tensan y su sangre se inflama saturando su caverna. 

El índigo color de sus ojos se intensifica durante un instante y sonríe con una naturaleza salvaje hasta que una manos se alzan sobre el y lo agarran de la nuca y lo atraen con un fuerte magnetismo hasta el encuentro de sus labios húmedos que lo besan sin control. Ella le habla, pero el demonio está preso, preso de una pasión incesante que lo recorre y lo seduce como nada lo seduce excepto ella. Sus pezones acarician superficialmente su suave piel, tan solo lo justo para anhelar un mayor contacto, entonces ella encuentra en su cuello algo que morder. Los besos incesantes continúan su tortuoso descenso erótico a través de su cuerpo encontrando en cada lugar un momento para el deleite. Y atraviesa todo su cuerpo hasta llegar a su virilidad y orgullo donde ella, encuentra el manjar prometido. 

Apenas puedo contenerme en esta primitiva forma humana. El placer que me produce Lilith, la maestra de la insinuación, no tiene parangón con nada probado antes incluso por mi. Adoro lo que viene ahora, la envuelve con su boca. Ella juega con mi miembro, lo recubre entero hacia si y lo humedece con su boca. El índigo se intensifica en mis ojos, lo se, sintiendo todo el placer que me da se que es así. Comienzo a a moverme con rapidez hacia el interior de su boca, mi excitación aumenta y ahora mi erección se vuelve mayor y mas palpitante y muero y vivo de deseo y placer en un infinito despliegue de lujuria que Lilith me regala. Mis músculos de la espalda se tensan y mi espalda se arquea hacia atrás y pongo mis manos en los hombros de Lilith y aprieto al tiempo que abro la boca. Quiero que sepa el placer que me da. 

-Yo puedo ser un demonio de los excesos Lilith.¡ Pero tu eres la diosa del placer!- Digo con un grito ahogado de placer justo antes de soltar una leve risotada de verdadero gusto.