Death's nite

Caminaba a paso lento, nuevamente de vuelta en esa ciudad, de vuelta al lugar que habia considerado mi hogar durante los ultimos cincuenta años, no podia seguir evadiendo el hecho que habia escapado sin decir nada o dar razones a Darius y por eso volvia, aun que no tenia el valor suficiente, aun, de enfrentarlo, asi que simplemente habia salido a caminar a observar esa ciudad que ya no sentia como mia, era un sentimiento distinto a estar en Vollko... Nueva York.

Saque una paleta de la bolsa de mi sudadera, quitandole la envoltura para meterla a mi boca, justo cuando senti la presencia de alguien, un ser poderoso, casi tan poderoso como madre.

-¿Quien anda ahi? - pregunte, aun sin poder distinguir nada, ni a nadie.

Pude percivir a lo lejos a una joven mujer, bajita, mas bajita que yo y eso era ya de por si raro, usualmente todas las mujeres que conocia, incluida mi madre eran mas altas o de mi estatura, segui andando, aun que repentinamente por alguna razon el verla correr a mi direccion, me quede parado hasta sentir como se avalanzaba contra mi, como haria Yoko, sin era efucibidad explosiva, pero si lo suficiente para hacerme tambalear en mi lugar, dejando mi mente en blanco cuando le escuche llamarme... Hermano.

-Oh... espera - dije tomandola por los hombros, notando que en algun momento habia tirado mi paleta - Creo que me estas confundiendo... yo... no tengo hermanas... que haya sido notificado.

Dije mirandola fijamente a los ojos.

Me aparte de ella en cuanto la escuche decir quien era.. La Muerte. 

Mi corazón comenzo a latir aceleradamente, mirandola con total perplejidad a tal punto que parecia habia perdido la capacidad de hablar.

-Yo soy hijo de Belial - indique - Pero el apocalipsis de la biblia aun no ha sucedido o no como se espera.

Dije con voz tremula, dando un paso hacia atras, alejandome de ella y de aquella repentina y aterradora aura que salia de ella.

-No se realmente de que estas hablando - dije, sin querer ofenderla, simplemente trataba de alejarme - Yo no soy quien tu dices... no soy el hijo de Lucifer... yo no soy esa.. victoria, ni siquiera tengo el aspecto de ser  alguien que vaya a hacer grandes cosas.

Dije, sin razonarlo, simplemente estaba harto de que todos dijeran lo que tenia que hacer y como tenia que ser.

-Lo siento... - di un paso hacia atras- Siento mucho si no soy lo que tu crees que soy.

Baje la mirada, poniendo mi mano donde había estado la de ella, esa sensación de helada que había dejado en la zona.

-No entiendes... no quiero ser lo que todo mundo cree que soy, no es mi deseo, no importa cuantas malditas veces me digan que soy el... El Anticristo, no lo deseo... por que al final se que voy a morir, como todos los que se han levantado victoriosos, una victoria efímera... para después morir y ser recordados y maldecidos para la eternidad... No quiero eso.

Dije, sin pensarlo, sintiendo mis ojos aguados y el gesto rígido de mis labios, apretando mis puños que habían llegado hasta mis costados, sin dejar de mirarla fijamente.

Me lleve una mano a la mejilla, parpadeando un par de veces, sintiendo el ardor de la ira corriendo por mis venas, descolocandome, haciendome gruñir como lo harian los enormes gatos a punto de atacar.

Cerre los ojos y respire profundamente, sintiendo el dolor lacerante en la espalda y la rafaga de helado viento en el cuerpo, pues mis ropas superiores habian desaparecido al hacer aparicion de mis alas. Abri los ojos justo para verla huir, covardemente, como si no fuese algo mas que una humana cualquiera, volvi a gruñir antes de lanzarme contra ella, sosteniendola por el cuello, levantandola en vuelo, obviando los ladridos del perro.

-Escuchame claramente -dije en un siseo, que sentia ajeno a mi - No me importa quien creas que soy, yo no fui creado por Tu padre, entiende, tu naciste el dia en que la primera creatura viviente murio... la guerra en el instante que los humanos decidieron destruirse y el hambre en el instante que los primeros humanos sintieron esa necesidad... Yo no soy como ustedes, yo soy unico, el hijo de Belial, el hermano de Lucifer... Yo no sigo las reglas estupidas de tu creador... al igual que mis progenitores.

Dije, sin dejar de apretarle, sintiendo la fria piel contra la palma de mi mano.

-Si temes tanto deberias renunciar a tu forma huamana - dije y la solte, sin importar el daño que pudiera producirle y la mire friamente, sintiendome ajeno, ese no era el yo de siempre, era alguien mas ocupando mi cuerpo y manipulando mi mente.