Trabajo especial (Priv. Siegfried)

No sabia que esperar.

Desde el dia anterior en cuanto habia salido de aquel bar me habia estado dando vueltas en la cabeza de que podia tratarse aquel trabajo que el jefe me tenia, un asesinato, recuperar algo, advertir a alguien, tal vez podia ser un simple recado o que recogiera su ropa de la lavanderia. Las posibilidades eran infinitas y yo estaba ansiosa por saber en que me habia metido. No era que tuviera miedo, al contrario, me invadia una emocion un tanto extraña, creo que todo aquel alboroto en mi cabeza era mas por la ansiedad.

Llegue por la mañana a aquel edificio, cruze un par de palabras con la recepcionista y ella de inmediato me llevo por el lugar hasta algo que parecia una sala de juntas, me indico que esperara en aquel lugar, que el jefe no tardaria en llegar.

Me sente en una de las amplias sillas y cruze las piernas, mi porte era serio, desde ayer no habia podido regresar a ser la chiquilla despreocupada que solia ser, incluso mi vestimenta no era lo de siempre, jeans negros y ajustados, una camiseta de tirantes y una chaqueta negra, incluso habia recogido mi cabello en una coleta alta, debia estar preparada para lo que fuera que el me mandara a hacer.

Estaba lista para todo.

Despertó mucho antes de que el sol se ocultara pro completo, tomando un rápido baño, agradeciendo que su joven consorte no estuviese cerca, se arreglo como siempre, traje negro, camisa blanca y zapatos a juego, corbata de un tono gris platinado que hacia resaltar mas sus fríos ojos, el cabello rubio corto y bien peinado.

Entro a su despacho, recibiendo todos los mensajes que habían llegado durante el día, atendiendo los mas importantes, relegando lo menos atrayentes, hasta que llego su nueva joven subordinada. Suspiro con algo de hartazgo, sin saber la verdadera razón, o probablemente se debía a los continuos cambios de humor a los que se encontraba afectado últimamente.

Se acomodo correctamente detrás de su escritorio, sin dejar de revisar todos los papeles importantes, informando a su asistente que podía darle el paso a la joven Shinoda.

-Creo que llegaste mas temprano de lo esperado - comento, sin despegar sus ojos de la tableta electrónica que tenia sobre el escritorio - Por si no lo recuerdas, o no te has dado cuenta, soy un vampiro, estoy atenido a reglas naturales - comento y entonces levanto la fría mirada para fijarla en la joven - Siento haberte hecho esperar.

-Puntualidad y disposición - indico - Toma asiento - pidió con voz autoritaria y dejo la tableta sobre el escritorio, sin hacer ruido alguno. Cruzo las manos sobre el aparato y medio sonrió - Eso habla bien de ti.

Dijo y se puso de pie, con la misma tranquilidad y esa arrogancia que lo caracterizaba, su frió temple de guerrero, era lo único que te hacia pensar que era mas real de lo que aparentaba.

- Estoy buscando un asistente personal, alguien que este disponible todas las noches ante cualquier situación, confiable y con talentos - declaro con calma, sin dejar de andar lentamente - Por desgracia mi antigua asistente tuvo un percance en Japón y tuve que prescindir de sus servicios - dijo - Así que... la situación es esta, te estoy proponiendo que tomes su lugar, pero necesito que este segura y consciente de los riesgos que ello implica y ante el hecho de que en cualquier momento puedo llamarte y tienes que acudir a mi sin interponer pretexto alguno, ¿queda claro?

Pregunto y la miro fijamente desde la pequeña cantina que tenia dentro de la oficina, tomando una botella de vodka, sirviendo el suficiente liquido para beberlo durante la entrevista en un pesado vaso de cristal.

Sus labios se curvaron en lo que aparentaba era una media sonrisa, y bebió de su vaso con calma y elegancia. Bajo el brazo y dejo el objeto pesado de cristal sobre la barra de la cantina, acercándose nuevamente a la mujer frente a el, imponente, frío, peligroso, como un enorme felino asechando.

-La paga es la justa con respecto a lo que harás por mí y por Northman - dijo y guardo silencio en cuanto estuvo de pie frente a ella, mirándola con sus helados ojos azules, desde su altura, sin perder el gesto arrogante, mientras una de sus rubias cejas se levantaban ligeramente con suspicacia - Recibirás una paga base por tu trabajo, mas una comisión por cada encargo que se te pida y cumplas adecuadamente, un lugar donde vivir y todas las comodidades que requieras, solo se te pide discreción con respecto a lo que nuestro negocio implica, al igual que con mi vida personal y la de Northman.

Indico seriamente y dio media vuelta, regresando a su asiento, detrás del escritorio, se sentó con calma, manteniéndose recto como lo haría un rey, aguardando una respuesta.

-Entonces. ¿Acepta o no? -exigió una respuesta - No quiero respuestas a medias, no dudas, este no es un empleo donde tenga que tentarse el corazón, señorita Shinoda, así que esta aquí por su propia voluntad y riesgos. Si o No, una simple palabra y su mundo puede seguir igual a como lo ha conocido o cambiar realmente.

Observo a la mujer, asintiendo ligeramente ante la aceptación de aquella propuesta, se reclino un poco en su asiento, relajándose, y respiro profundo, mientras acaba un pudo de una pequeña caja de madera que tenia sobre el escritorio.

Lo tomo entre sus largos dedos, pasándolo debajo de su nariz para percibir el rico aroma a tabaco, cortando la punta antes de tomar el zippo y encenderlo. Dio una fuerte fumada y dejo escapar el humo con tranquilidad mientras escuchaba a su nueva asistente.

-Muy eficiente - murmuro tomando el anillo que ella le había dado, observándolo con detenimiento, era pequeño para sus dedos, así que solo lo metió en el bolsillo de su saco - No soy un... vampiro que suela usar joyería - comento, solo para relajar el ambiente ligeramente tenso que los rodeaba - Pero lo llevare conmigo probablemente compre una cadena o algo - dijo y se movió en su asiento, sacando de uno de los cajones unas hojas, era un contrato básico, como el de cualquier otra empresa, con sus obligaciones y derechos para el empleado, ademas de un contrato de confidencialidad - He de aclarar, que esto es un simple tramite, para hacer esto mas legal, sin embargo, debo aclarar que nuestro negocio dista mucho de lo que en realidad aparentamos.

Menciono.

-En otras épocas nos dedicábamos a la industria farmacológica - indico sonriendo ligeramente - Claro esta, era solo la pantalla. Actualmente no distamos mucho de ese mismo objetivo, mas bien se podría decir que somos una empresa multinacional dedicada a la investigación genética y farmacéutica, y el verdadero negocio lo que esta detrás de ello es el trafico de armamento y drogas, especialmente de la "Red". Somos los principales distribuidores de dicha droga, en cualquiera de sus tres modalidades, en todo Europa, parte de Asia y centro y sur América.

Tomo el anillo y yo sonreí ante su comentario, la mayoría de los chicos no solían ser de joyería, eso podía entenderlo. Tome el pequeño montón de papeles del escritorio y comencé a revisarlos rápidamente mientras escuchaba sus palabras, la lectura era mi hobby así que no tuve muchos problemas en leer todo aquello rápido y entenderlo a la perfección.

Le dedique una rápida mirada y una media sonrisa, claro que sabia que el negocio iba mas halla de lo que se mostraba, de hecho conocía mas la parte oscura que la fachada general, antes de esto yo había comercializado con Red así que sabia bien de que iba todo aquel asunto.

-comprendo- respondí con una leve sonrisa -armas, drogas, mis cosas favoritas- bromeé, tome una pluma cercana y me dispuse a firmar los papeles, aquel simple tramite -pero supongo que ahora ya no comercializare Red ¿o si?- pregunte levantando la vista hacia él y depositando los papeles firmados en el escritorio -quisiera saber un poco mas de lo que haré... ya sabe, para estar preparada- le dedique una sonrisa dulce, podía parecer una niña por fuera pero creo que a él ya le había comprobado que podía ser mucho mas que una cara bonita

-No - contesto en tono solemne, y volvió a la posición cómoda en que había estado segundos antes, con el puro entre sus dedos, y el humo del tabaco llenando de un cálido aroma el lugar. Le resultaba agradable esa sensación de poder, de saber que todo lo que hacia era con un solo propósito, el de obtener el poder suficiente para enfrentar a sus enemigos y no caer con facilidad.

Dio una larga calada al puro, observando a la pequeña mujer, quizás era un poco mas pequeña que Adrian, aparentaba la misma edad, lo que podría ser un ligero problema, pero nada que ni se solucionara con una mejor vestimenta.

-Como ya te explique, seras mi asistente personal, te encargaras de llevar mi agenda personal de negocios, concertar las citas y procurar que ninguno otro empleado o persona ajena se entrometa en la vida personal de Northman, el es un hombre... vampiro, demasiado... - guardo silencio y dejo el puro sobre el pesado cenicero de cristal antes de volver a hablar - Reservado con respecto a quien es... Probablemente algo paranoico - rió ligeramente - Así que cualquier cosa que requieran nuestros socios al rededor del globo los tratan directamente conmigo y a menos que sea de suma importancia, podría yo concertar la cita con él.

Dijo y volvió a tomar su vaso, llenándolo de aquel transparente liquido, dando un largo trago hasta casi apurar el contenido.

Escuche con gesto atento, aunque mentalmente pasaban un monton de cosas por mi cabeza, como que no me gustaban mucho las labores de oficina asi que tendria ligeros problemas para llevar correctamente las citas, aunque eso podria arreglarlo, mantener a todo el mundo alejado de Siegfried y Northman eso seria facil, al menos eso pensaba yo ahora. Bien, no sonaba tan complicado ¿que le habria pasado a la antigua asistente?

-muy bien, puedo encargarme de eso- dije tratando de sonar lo mas despreocupada posible pero aun tenia varias preguntas que no sabia si el iba a resolver -¿cuando empiezo?- tenia la ligera esperanza de tener el resto de la noche libre y comenzar mañana aunque dudaba que eso fuera a suceder -¿hay alguna otra cosa de la que necesite estar enterada? ¿normas, comportamiento?- era la primera vez que tenia un trabajo realmente importante sentia que debia estar al tanto hasta del ultimo detalle

Cambien el cruze de piernas y me recargue un poco en la silla, me hubiera gustado tener un gran vaso de vodka en aquel momento -y... ¿donde estara mi nueva casa?- pregunte medio sonriente, eso era una de las cosas que mas me habian gustado, tenia tiempo buscando un departamento y ahora tenia uno -lo siento, deberia ser un poco mas respetuosa- me disculpe con una media sonrisa en los labios

Suspiro ligeramente, y se puso de pie regresando a la cantina, tomando un vaso de cristal, regreso detrás del escritorio, tomando la licorera para servir un poco de vodka en el nuevo vaso, entregándoselo a la mujer.

-Sí, hay algo importante que debes saber - dijo el en tono modulado - Hay alguien... podría decirse que importante para... la empresa- dio un trago de su propio vaso y tomo asiento, tratando de sonar lo mas neutral -. Su nombre es Adrian Bennett, es hermano del dueño de Los Angeles City y podría decirse que legalmente es dueño de Vollkommen- dijo - Quiero que tengas particular cuidado de que él nadie ajeno a nosotros sepa del vinculo que hay entre Bennett y yo, al menos, no mas de lo aparente. El es mi socio de negocios, es la razón por la cual tenemos acceso a Los Angeles sin que la guardia de Darius Merchant intervenga para sacarnos del territorio, a cambio de eso, yo jure que mantendría a salvo a Adrian, así que... ese también sera tu trabajo.

Suspiro largamente y sirvió mas vodka, volvió a fumar su habano, y guardo silencio unos segundos antes de contestar a la pregunta de Nay.

-Tu apartamento estará ubicado dentro de este mismo edificio, el segundo piso en el ala oeste sera designado para que lo ocupes como tu nueva residencia, es espacio suficiente para que tengas intimidad, y tenerte cerca para cualquier eventualidad, puedes decorar el apartamento a tu gusto - indico - Eso si, requiero que siempre vengas correctamente vestida, traje sastre, no necesariamente falda, ropa que te siente cómoda, pero debes lucir impecable.

Me sirvió un vaso de vodka, lo tome entre mis manos y le agradecí con una sonrisa, me había leído la mente, di un pequeño sorbo y luego sostuve el vaso entre mis manos, prestando atención nuevamente cuando dijo que había algo importante.

¿Bennett? así que había una tercera persona de la cual tendría que encargarme, eso no podía ser mas problemas... un momento ¿vinculo? esa no era una palabra para describir una relación de negocios verdad?, tal vez me lo estaba imaginando pero seguro había mucho mas en ese "vinculo" de lo que Siegfried me iba a contar. Mire mi vaso unos segundos después, asintiendo levemente a la nueva indicación -yo lo mantendre a salvo- tal vez debería vigilar al chico un tiempo para ver a que me "enfrentaba"

Levante la vista de nuevo cuando menciono mi apartamento y donde se encontraria, sonrei de medio lado, ya podia imaginarme todo el lugar con tonos violetas y toques de color aunque con la segunda parte no estaba tan de acuerdo, realmente tenia que estar cerca de el todo el tiempo ¿y mi vida social? tampoco es como si tuviera muchas despues de todo y para lo de mi uniforme de trabajo tuve que reprimir una mueca, tome mas vodka, yo no estaba acostumbrada a vestir cosas formales, mucho menos un traje... pero ya no tenia de otra, tendria que ir de compras

-de acuerdo- respondi con voz suave, me puse de pie y di el ultimo trago a mi vaso -si no hay algo mas que debamos discutir... ¿puedo retirarme?-

Nuevamente apuro el liquido de su vaso, dejándolo sobre el escritorio. Tomo el celular, haciendo una seña a la joven indicándole que esperara, una platica rápida en sueco con su personal y colgó.

-De momento no - dijo al fin dejando el aparato cerca al vaso de cristal - Puedes instalarte de forma inmediata en tu nuevo apartamento, mi personal te estará esperando fuera de esta oficina para guiarte y darte las claves de acceso y una tarjeta en la que se te hará un deposito mensual con tu paga y los gastos que requieras para tu adecuada instalación en el edificio - indico y tomo el puro entre sus dedos, dando una larga calada al habano, dado por sanjada así la reunión, no sin antes apuntar algo mas - Te llamare en cuanto te necesite.

Ya de pie espere un momento a que terminara su conversacion por telefono, fijo mi vista en el y me pregunto que habra visto en mi para ofrecerme este puesto.

Hago un leve asentimiento a sus ultimas palabras hacia mi -si señor- digo con educacion y salgo de la oficina, suspiro levemente antes de que un monton de empleados me rodeen, dandome todo lo que necesito y llevandome enseguida a mi nuevo "hogar" 

Al llegar a dicho lugar todos se van dejandome sola, lo cual agradesco, miro el apartamento, amplio y sin vida, por ahora, me dejo caer en el suelo y me recuesto, fijo mi vista en el techo e instintivamente me llevo la mano al collar que ahora solo contiene cuatro anillos, suspiro de nuevo

-en que me meti- susurro

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