Hadas que se escapan de sus bosques...

La pelirroja corría a todo lo que le daban sus piernas, metiéndose entre los miles de escombros en busca de algún lugar donde esconderse. Tenía la sospecha de que esta vez le iba a costar zafar, y que si la llegaban a atrapar le iba a salir cara la travesura pero... había sido tan divertido que no se arrepentiría ni en un millón de años.

- allá va!!!!- se escuchó el grito a lo lejos, seguidos de un par de disparos que la hicieron apresurar el paso y medio tropezar con un par de piedras... o escombros... o lo que fueran- te arrepentirás, mocosa del demonio!!!
- joder!!! - se quejó entre asustada y divertida- a que no!!!!!- gritó en respuesta a la amenaza, a sabiendas que los estaba ayudando a encontrarla, pero sin poder contenerse.

Doblo en una especie de esquina... o algo muy similar y cayó al suelo al chocar contra algo... Que más tarde se dio cuenta de que era alguien...- ay, joder... perdón...- susurró.

Había oído hablar sobre este lugar a un grupo de señoras en el parque. Pensé que sería como una especie de páramo abandonado pero al observar a mí alrededor caí en la cuenta de que aquí se respiraba algo mágico, algo difícil de explicar. Recorrí la zona muy lentamente, casi arrastrando los pies. Todo, absolutamente todo, despertaba mis sentidos y llamaba mi atención.

Un estrepitoso ruido de disparos me empujó a la realidad. El suelo temblaba a mis pies y una polvareda me nubló la vista. Los gritos continuaban a lo lejos pero era casi imposible ubicar donde se originaban. Intenté voltearme pero lo siguiente que sentí fue un golpazo y la voz de una joven.

Se incorporó un poco, sintiendo los disparos acercarse. Sabía que tenía que correr, pero la persona sobre la que aún estaba tirada iba a terminar hecha coladora por su culpa y no estaba bueno.
Terminó de levantarse y tiró del brazo de la chica- vamos, no puedes quedarte aquí!- susurró, cayendo en la cuenta de que la conocía. Era la chica que se encontró en el bosque la otra vez- eres el hada! digo... la chica del bosque... qué haces aquí?- susurró, recordando al oír nuevamente los disparos que debían salir de ese lugar- mierda... vayamos a otra parte...

Su cuerpo era frágil y al mismo tiempo delicado. Su perfume, una mezcla de flores y frutas, penetraba por mis poros y me transportaba al pasado, a las tardes con mi abuela en un prado colmado de flores de todos los colores. Sentí que me jalaba de un brazo y me obligaba a correr.

-¿Adónde vamos?.-pregunté intentando no tropezarme con los escombros.-¡Basta, suéltame!-dije zafándome de su agarre.- Explícame qué mierda sucede.-agregué.

- a... a.... - adónde iba a llevarla? La pelirroja no tenía la más remota idea de donde meterse, ni siquiera sabía donde carajo estaban, simplemente que se tenían que alejar de ahí rápido- algún lugar seguro...- murmuró no muy convencida, para segundos después detenerse porque la chica también lo había hecho.
- paso que como no movamos el culo nos lo van a llegar de agujeros y plomo!- explicó a las apuradas, más preocupada porque le hicieran algo a la chica que no tenía nada que ver con sus travesuras, que a ella misma.
- mira, les hice una pequeña broma, y al parecer su sentido del humor es pésimo- intentó aclarar un poco la situación- y ahora probablemente me quieran devolver el favor, y si te ven conmigo pensarán que tu también participaste de la broma. Podemos movernos ya?- la miró con urgencia, sabiendo que los tipos no estaban muy lejos, si bien ya no escuchaba disparos.

La muchacha intentó explicarme lo sucedido pero aún no comprendía del todo la situación. Intuí que quizás había robado algo un tanto valioso y, por ello, estaban persiguiéndola.

-Te voy a seguir, sólo por ahora pero luego debes explicarme.-exclamé apurando el paso y tomándole la mano con fuerza.-¿Sabes dónde ir?.-indagué observando a mi alrededor.

Suspiró aliviada al oír que la seguirían y continuó con su búsqueda, no sin sentirse algo extraña por la forma en que le tomaban la mano... No se quejaba, pero tampoco estaba acostumbrada.
- cualquier agujero donde quepamos las dos y no nos vean esta bien- respondió, sin saber bien que hacer. Estaba demasiado acostumbrada a huir de la escena del crimen y/o sus captores, para volver a joderlos en cuanto dejaran de seguirla. Al menos hasta que se aburría del juego. Era la primera vez que de verdad necesitaba encontrar un lugar seguro.
- por casualidad no eres de por aquí, verdad? no conoces ningún lugar bonito?- si bien, por bonito se refería a cualquier cosa que sirviera, no tenía esperanza de que la chica pudiera ayudarla- por cierto, cómo te llamas?

No tenía idea dónde estaba parada y mucho menos conocía un lugar donde ocultarnos de quienes nos perseguían. Sí, nos perseguían. Ya estaba metida en el asunto y no iba a dejar a Yoko sola en todo aquel embrollo.

-¡Podemos ocultarnos allí!.-exclamé dirigiéndola hacia una especie de agujero ubicado entre los escombros.-Mi nombre es Charlie, ya te lo he dicho antes ¿recuerdas?.-una gota de transpiración corría por mi frente.-Ya estoy transpirando.-agregué burlonamente.

Miró hacia donde el "hada" le mostraba y sonrió, pensando que quizás desde ahí podría jugarles alguna otra pequeña broma, aunque eso sería demasiado arriesgado, pero... la tentación era muy fuerte. En cualquier caso, podía pasar que los tipos se movieran por otro lado.
- genial!- exclamó, siguiéndola al escondite- jeje, perdón... es que soy mala con los nombres- sonrió un poco culpable metiéndose en el agujero - falta de ejercicio? - preguntó divertida.

El agujero era bastante pequeño. Analicé un par de veces la mejor manera de ubicarnos sin ser vistas y llegué a la conclusión de que debíamos colocarnos una detrás de la otra y encogernos.

-¿Ejercicio? Esa palabra no está en mi vocabulario.-sonreí quitándome el sudor de la frente.-Mira, hazte un poco más adelante para poder caber yo. Espero que no te moleste que esté detrás de ti.-la situación era bastante incómoda; debía abrir las piernas y situarme detrás de la joven y ella ubicarse delante de mí y doblarse como una bolita.

Sonrió mientras ingresaba al agujero, era pequeño, pero ella también lo era por lo que no le fue difícil acomodarse- no es tan malo como parece- dijo- podrías buscar como hacerlo divertido, no te parece?- preguntó. Ella había encontrado la forma de divertirse haciendo ejercicio jodiendo a otros.

- por qué iba a molestarme?- preguntó moviéndose hacia adelante- mejor date prisa, si nos encuentran aquí estamos muertas- espero a que ella se acomodara para poder hacer lo mismo- qué hacías en este lugar?

Me resultaba perturbador el tener que hablar sin hacer contacto visual con la otra persona. Todo lo que veía era la cabeza de Yoko, o mejor dicho sus sedosos cabellos. Su perfume era cada vez más penetrante y, éste, dificultaba mi concentración.

-Parece que te estoy siguiendo, ¿no?. Pero no, vine a conocer. A alimentar mi curiosidad.-respondí aspirando nuevamente el aroma de su cabello.

Soltó una risita, tenía razón podía pensar que la estaba siguiendo, no se le había ocurrido antes- sinceramente, no lo había pensado, pero si, podría acusarte de seguimiento ilegal- dijo, sin saber siquiera si eso era un delito o no.
- entiendo, es un lugar bastante loco, y se encuentran muchas cosas extrañas- "como tipos haciendo negocios turbios, a los que poder joder..." pensó divertida, sin darse cuenta de que se había apoyado un poco sobre la chica al acomodarse mejor.

Cuando se recostó aún más sobre mí sentí una rara sensación. A decir verdad me gustó que lo hiciera. Aunque no sabía dónde apoyar los brazos, no comenté nada acerca de su atrevimiento.

-No, no.-eché a reír nerviosa. De casualidad nos encontramos.-a lo lejos se volvía a sentir el tumulto de gente corriendo.-Supongo que zafamos de ésta.-

- ajam... si tu lo dices...- murmuró, solo para molestarla un poco.
Sintió pasar a los tipos a lo lejos- tienes razón, pero deberíamos esperar un poco por las dudas, no crees? a menos que estés incómoda- murmuró, cayendo en la cuenta de que se había acomodado sobre ella, pero como no recibió ninguna queja, no se movió.

-¡Tengo mejores cosas que hacer que andar persiguiendo a una pelirroja que se mete en líos!.-exclamé poniéndome un poco incómoda con su comentario.-Sólo me quedaré porque tengo las piernas cansadas y…-hice una pausa para poder inventar alguna otra cosa más creíble.-Y hoy no hay mucho que hacer.-finalicé alborotándole un poco los cabellos.

- yo no me meto en líos!- exclamó, defendiéndose al instante en que recibió la acusación tan "injusta"- los líos se meten conmigo, yo solo me defiendo- agregó luego.

- cansadas? pero si no corrimos tanto... a menos que tu hayas estado haciendo ejercicio por tu cuenta... - murmuró con curiosidad- a qué te dedicas? vives cerca de aquí?- pregunto un poco para tener tema de conversación y otro poco porque no podía consigo misma ni con su curiosidad- oye! deja mi pelo!!-

-Como digas. Espero que no sea una excusa.-murmuré al oír su justificación.-¿Yo he dicho que estaba cansada?-intenté recordar lo anterior. Era verdad, lo había dicho como un pretexto para continuar allí con ella, en esa posición, por largo rato.-Es que vine caminando, por eso. Vivo por allí.-dije señalando a cualquier lado.-¿Tú?.-