Out of Control - Libre.

Siegfried, era sin duda un hombre de negocios, enfocado en el bienestar de sus empresas, casi carente de sentimiento, se manejaba por el mundo de los negocios financieros como si navegara en las aguas frías del mar Báltico, él era sin dudas un guerrero, el perfecto guerrero, que había cambiado las armas por tecnología.

Él era de esas personas que podía conseguir lo que fuera, pasando por encima de quien fuese, con tal de agrandar mas sus negocios, sus propiedades, sus cuentas bancarias, siempre manteniéndose casi en el anonimato, procurando manchar sus manos lo menos posible, aun que tampoco podía olvidar el hecho de que el mundo entero se encontraba en guerra, y era por ello que debía mantener una estricta vigilancia en sus negocios, por mas que confiara en su gente, no debía fiarse del todo.

Había viajado a Suecia, su país natal, en busca de un poco de "paz", de re acomodar sus pensamientos que parecían turbados por la presencia del heredero de Blood Rose, Adrian, era sin dudas un gran distractor, era demasiado joven e inexperto en todo, pese a que el joven siempre estaba presto a aprender más, simplemente le resultaba intolerable, no podía soportar sus repentinos cambios de animo, aquel estado ciclotimico con el que se manejaba día tras día, no había cambiado casi en nada, era el mismo chiquillo de hacia doscientos años, pero mas ingenuo aun.

Sin embargo, él permanecía cerca de el, lo dejaba estar cerca sin saber claramente el por que, quizás, pensaba, que era por la extraña sensación que siempre le había producido, la curiosidad y ese brillo en sus ojos que le indicaba que no era del todo un chiquillo, que podía sacar al verdadero Adrian, aun que nunca había sabido como, había perdido la esperanza hacia tanto tiempo, cuando se habían separado, aun cuando le creyó muerto, sintió pena o algo parecido por no haber luchado mas por ayudarle, pena por que jamas comprendió lo que ese joven vampiro le producía.

Se sentó en silencio con un vaso de vodka en las rocas en la barra de aquel restaurante, mirando sin prestar atención a los comensales, esperando, aguardando lo que fuera que ayudara a despejar su mente.

Siegfried, sintió la mirada fija de alguien en el bar, no era raro para el que la gente lo mirase, acostumbrado a la curiosidad que despertaba en la gente, probablemente por su actitud, siempre seguro de si, por como lucia, siempre pulcramente, sin importar el lugar, era raro verlo fuera de aquellos atuendos de alta costura para caballeros, trajes caros y hechos a su medida, ya que era muy alto. Su rubio cabello y ojos fríos eran algo que podía llamar mas la atención, fuera de su país, era algo a lo que la gente no estaba acostumbrada, pese a los siglos, el seguía teniendo esa apariencia de guerrero vikingo, aun que sus prendas fuesen distintas.

Su actitud era en base, lo que llamaba mas la atención. Giro el rostro hacia la persona que lo miraba, encontrándose con la vista fija de una joven asiática, de apariencia frágil, pero que emanaba poder de ella, no era joven y no era del todo humana, pensó que tal vez era una de esas Talamasca o uno de los miembros de la Fraternite des Neuf.

Levanto su vaso, inclino la cabeza ligeramente e hizo un amago de sonrisa hacia la mujer, bebiendo un poco de su vodka, antes de poner el vaso de vuelta en la barra, aguardando a que ella diera el primer indicio de una platica o un severo interrogatorio.

EL rubio hombre estiro la mano, tomando la que se ofrecía, en un gesto de cortesía beso el dorso de la joven, soltando la frágil mano para atender a sus preguntas.

-Siegfried Skarsgard - dijo el con tono modulado, mirando fijamente a la mujer frente a él, ya sin sonreír, simplemente manteniendo un gesto austero, carente de emoción en el rostro-. Dudo que nos hayamos encontrado antes, probablemente me este confundiendo, señorita.

Él levanto una ceja, sin despegar sus ojos de la mujer, sin cambiar de actitud, ni gesto alguno en su rostro, pese a la ligera molestia que había provocado en él tal pregunta, especialmente la forma en que había sido formulada, como si la mujer lo conociera realmente, como si le tuviera confianza, nadie, mas que Adrian, se dirigía hacia el de aquella manera tan informal.

-No hay motivos por los cuales deba sonreír - dijo el en el mismo tono áspero y bebió mas de su vodka.

Miro fijamente a la mujer antes de volver su atención al vaso con vodka que tenia en su mano, sus labios se torcieron en una media sonrisa, un gesto sarcástico.

- Quizás así sea, pero no por ello tengo que pasar todo el tiempo con una expresión tonta en el rostro, y mucho menos en la situación en que se encuentra el mundo - dijo él y apuro el contenido de su vaso, dejándolo en la barra, provocando que los hielos danzaran y golpearan dentro de el.

-¿una sonrisa es una expresion tonta?- pregunte en voz baja, era mas retorica que nada pues el ya habia dejado en claro que para el lo era, debia de llevar muchos años en el mundo para haber llegado a esa suposicion ¿no? yo tambien tenia mucho tiempo sobre la tierra pero aun asi lo hacia, era como una niña, tal vez era eso, mi actitud tan infantil para todo, debia comenzar a madurar, tal vez.

-entonces creo que deberia hacerlo aun mas- comento mientras dejo que mis dedos jugueteen con el vaso -sonreir de vez en cuando no te matara ¿o si?- deberia callarme, tal vez me estaba metiendo en algo mas profundo de lo que deberia; di un trago a mi vodka dejando el vaso casi vacio.

-Creo que debería medir sus palabras, señorita - dijo el sin cambiar su expresión, pese a estar totalmente fastidiado de la forma en que la mujer le hablaba - Puede que sus palabras la metan en problemas y como ya le he dicho, no tengo motivos para sonreír, cuando lo que tengo en mente es mas importante que posibles fantasías que provoquen dichas expresiones en mi rostro.

Siegfried reacciono levantando una de sus cejas, moviendo los labios en lo que parecía ser un amago de sonrisa, demasiado falsa en su rostro, se movió en su lugar, lo suficiente para mirar a la joven mujer con disimulado interés.

- Mi nombre es Siegfried Skarsgard, mano derecha de Northman - dijo, esperando la reacción de la mujer, algo que le divertía hasta cierta manera era ver la reacción que tenían sus subordinados al enterarse quien era, especialmente aquellos que se encontraban en los niveles mas bajos en la cadena de mando, lo que suponía era la joven, parte del rango mas bajo de la organización.

Levanto una de sus rubias cejas, sin dejar de mirar fijamente a la joven mujer.

-Me pregunto quien fue el imbesil que te contrato - murmuro, tomando su vaso lleno de vodka, bebiéndose de golpe el contenido, sin hacer gusto alguno - Al parecer no te aclararon ciertas cosas en el momento de tu contratación, ¿no es así?

Pregunto, esta vez ya sin mirarla, simplemente permaneció con la misma expresión fría de momentos antes mirando fijamente las botellas en el aparador detrás del bar-tender.

Puso los ojos en blanco, con suma molestia, suficiente tenia que soportar al ser una especie de niñera de Adrian como para aguantar ese tipo de actitudes de sus empleados, no quería nada fuera de lugar, por que ello le podría provocar demasiados problemas.

-Ya me di cuenta - mascullo y pidió que llenaran su vaso - Que quede claro solo una cosa, el hecho de que seas del rango mas bajo dentro de la organización no te da derechos a actuar desprevenidamente, siempre tienes que ir armada, y con la mente cerrada, no quiero que ninguna información se llegue a colar por mentes débiles como lo es la tuya, puedo leerte con demasiada facilidad, así que esa sera tu primera tarea si pretendes permanecer dentro, cierra tu mente, después te asignare personalmente un trabajo.

Indico, esta ves mirándola fijamente, estudiándola, esperando encontrar algo en que pudiera servirle, aun que una "loca" idea paso por su mente en ese instante, la hizo a un lado, esperando ver si tenia la fuerza o el ingenio suficiente para la tarea que le podría asignar.

Una de sus cejas se levanto, un gesto usual en él, que podía indicar interés o molestia.

-Después hablaremos - murmuro - Los negocios no se tratan en lugares como estos... por hoy, puedes divertirte como desees, pero mañana temprano te quiero en Vollkommen, busca el edificio Nothman y pregunta por Siegfried Skarsgad - indico - Alguien se encargara de llevarte directo a mi oficina y ahí... hablaremos de tu tarea especial.

Dijo y apuro de nueva cuenta el vaso de vodka, aun que no sabia si podría llegar a embriagarse, realmente era algo que no estaba en su mente en ese momento, solo quería disfrutar de ese instante y ese placer banal, esperando algo realmente interesante.

Suspiro pesadamente, ignorando las palabras de su nueva subordinada. Seguia sin entender quien era y quien la habia contratado, pero algo si tenia en claro, era hechicera y por lo que habia comentado, tenia experiencia. Entonces sonrio ante la siniestra idea que habia cruzado por su cabeza, ella podria servirle, de alguna u otra manera.

Se puso de pie y dejo un billete de alta denominación sobre la barra y se fue, sin cruzar miradas o palabras con nadie más.

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