Sublimes Declaraciones [PV +18]

Estaba recargado en el barandal de color blanco del balcón, que daba vista al mar en mi departamento, no era tan lujoso realmente, sino más bien minimalista, era el único lugar dentro de mis posesiones que no parecía ser realmente mío, dada la “Humildad” que poseía ante el resto. Ahora mismo me estaba cuestionando duramente con insistencia, al grado de dolerme la cabeza…

¿Tenía que creer en sus palabras?

“...Y bueno, sé que no soy realmente bueno para ti, soy bastante dañino, pero... realmente te quiero…”

“…lo digo enserio, realmente te quiero, y te quiero solo para mí, pero necesito que me ayudes a sacármelo de la cabeza, y seré entonces solo tuyo…”

Esas palabras estaban gravadas a fuego dentro de mi… ardía de rabia con solo pensar que su corazón no me pertenecía del todo, yo lo quería completamente, entero, incluyendo sus suspiros, sus pensamientos, todo. Me consideraba demasiado egoísta como para dejar que su mente tuviera la oportunidad de siquiera pensar en ese otro, un imbécil que si bien ya conocía, no en persona claro está, pero sí de vista, lo odiaba y deseaba apartarlo del camino, aniquilarlo sin dejar ni siquiera su esencia.

-+- Ha… calma Mephis… ¿Te da miedo no ser lo suficientemente bueno como para ganártelo? Eso me sorprende…-+- Si, platicaba conmigo mismo, un soliloquio, para calmar mi enojo y desesperación que se hacía más latente. ¿Desde cuándo dudaba de mis capacidades? He sido bueno en casi todo, he conseguido todo aquello que he querido en su momento, he gozado hasta el límite del cansancio, he aprovechado las oportunidades, entonces… ¿Por qué esto me mantenía al borde del colapso nervioso? ¿Por qué me inquietaba tanto?

Fui hasta la barra de bebidas y me serví un poco de vino, solo para no sentir esa resequedad en la garganta. Posteriormente, mire el Rolex que pendía de mi muñeca, 10 minutos después de la hora señalada…

¿Es que no iba a venir?

Gire suavemente para encararlo, con una sonrisa encantadora.

-+- Ya estaba pensando que no vendrías…-+- Dije caminando hasta donde esta para acortar esa maldita distancia. Pase un brazo por su cintura y lo rejunte lo suficiente como para que nuestras bocas quedaran a solo un palmo de distancia, pudiendo apreciar el aliento mutuamente.

-+- ¿Interrumpí tu trabajo?...-+- Cuestión pasando suavemente la punta de mi lengua por su labio superior, provocando alguna reacción favorable en su persona. Posteriormente, sostuve firmemente su nuca con la mano libre, pero sin forzar a más. Solos sosteniéndole, privando mis propios instintos y deseos de desnudarlo al instante. Mas no lo hice, me separa acomodando un poco sus cabellos, apreciando cada detalle de su persona y vestimenta.

-+- Elegante y sofisticado, no esperaba menos de ti -+- Elogie dejando un beso en su frente, ahora sí, retirándome lo suficiente como para darle espacio a sentirse cómodo y no acosado.

-+- ¿Tienes hambre? Te advierto, que he preparado yo la cena, nada fue comprado excepto el vino tinto y el pan francés, hice incluso el postre, mas no se lo digas a nadie, será nuestro secreto…-+- Al termino de mis palabras, le guiñe el ojo, indicándole con la mano que me siguiera, donde se encontraba la mesa servida solo para sentarnos y disfrutar una buena velada.

Y claro, hablar el tema por el cual lo cite.

Presentación:

-+- Toma asiento…-+- Sugerí luego de haber abierto la silla para que lo hiciera. La cena servida era ligera y delicada, elaborada con alimentos especiales que no muy comúnmente consumiríamos pero que destacarían por la calidad. Tuve cuidado de seguir los estándares estipulados por los humanos referente a cenas románticas, obviamente, tuve que leer algo sobre ello, no todo el tiempo me tomaba este tipo de molestias, aclarando que no era ninguna molestia en esta ocasión.

La cena consistía en lo siguiente:

- Ensalada de escarola, achicora y berros, aderezada con algunas gulas o gambas rehogadas previamente en ajo y aceite de oliva virgen.

- Ensalada de lechugas y espinacas variadas, acompañadas de manzana, uva, nueces y queso azul.

- El segundo plato consistía en un filete mignon en salsa de champiñones con puré de verduras y finas hierbas.

- De postre había fondue de chocolate, en torno a él, frutas, panes y quesos finamente troceados se encontraban a disposición. Aunque eso era solo para jugar un poco. El verdadero postre consistía en helado natural, con frutos secos, especialmente nueces varias, canela y vainilla, todo muy aromático y sublime al paladar.

-+- Espero sea de tu agrado, aunque más espero haber tenido buen sazón…-+- Ciertamente estaba preocupado más por ello, de no gustarle, sería un desastre total.

Nadie había visto antes esta faceta, incluso, ni la mujer con la cual estuve a punto de ser padre… pero que por azares del destino, no se hizo realidad. Aunque claro, una vez que mi hijo hubiera tenido la edad suficiente, me habría desecho de la mujer para siempre, no la necesitaría para educarlo, de eso me hubiera encargado yo, mas… eso para mí actualmente estaba muerto, ese deseo… porque no había nadie lo suficientemente digno como para llevar mi semilla en su vientre.

-+- Eres el primero que conoce esta faceta…-+- Admití, retirando la servilleta del costado izquierdo del plato, para colocarla sobre mis piernas, guardando los modales como todo hombre de negocios.

No pregunte si deseaba vino, solamente tome su respectiva copa y vertí lo suficiente dentro, para luego depositarla donde antes. Me era imposible no notar su nerviosismo, entonces me pregunte si esta era su primera cita íntima. Indudablemente me recordaba a los humanos, esos pestañeos, los movimientos torpes de las manos, el ligero temblor de sus labios y el entrecejo frunciéndose apenas imperceptible, seguramente regañándose mentalmente para no parecer tan obvio ante mí.

-+- ¿Se te antojo el Fondue primero? -+- Cuestione al percatarme de su mirada, del antes mencionado a mí. Sonreí encantador imaginando quizás lo mismo que el pero no sobre mi cuerpo, sino sobre el suyo. Y se lo hice saber al verle a los ojos intensamente, reflejado sobre la cama conmigo encima, ambos embadurnados por el liquido espeso y café comenzando una encuentro intimo y pasional, en medio de jugueteos, besos y caricias.

-+- Tendrás que esperar un poco… la cena está servida…-+- Evidencie, afortunadamente esta continuaba caliente, disfrutable. Entonces recordé que esta cena sería la primera decente que mantendría dentro de mucho tiempo. Generalmente no necesitaba alimento, el tabaco y el licor fungían como ello. Otras veces, el cuerpo se tornaba débil, solo entonces era cuando me alimentaba con cualquier cosa, frutas, ensaladas… difícilmente consumía algo más sustancioso y diverso.

-+- ¿Cómo es que van tus negocios? -+- Quise saber, para impedir que nuestro encuentro iniciara con silencios, espacios vacios que detestaba enormemente. Solía disfrutar las charlas amenas, con diversidad de temas, incluso debates, aunque siempre terminaba molesto con el interlocutor, dado que no llegábamos a un mismo punto.